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Lic. CC Económicas y EE. por la USC, Post Grado Banca Comercial "Cum Laude" UB y Especialista en Dirección Financiera por la UOC.

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domingo, 25 de noviembre de 2018

Presentación del libro «José Blanco Novo, primer radioaficionado gallego, primera estación móvil de aficionado de España y fundador del servicio de transmisiones de la Guardia Civil (1891-1971)» de Tomás Manuel Abeigón Vidal

Presentación del libro «José Blanco Novo, primer radioaficionado gallego, primera estación móvil de aficionado de España y fundador del servicio de transmisiones de la Guardia Civil (1891-1971)» de Tomás Manuel Abeigón Vidal

El sábado, 24 de noviembre de 2018, a las cinco de la tarde, en la sede del Radio Club Alfa Charlie comenzaba el acto de presentación del libro «José Blanco Novo, primer radioaficionado gallego, primera estación móvil de aficionado de España y fundador del servicio de transmisiones de la Guardia Civil (1891-1971)», en el que Tomás Manuel Abeigón Vidal, autor del libro hizo una disertación sobre la historia de la radioafición española desde sus orígenes, refiriéndose a continuación a las principales fuentes de información y consulta disponibles para los interesados en la  Radio-Historia.

Tomás Abeigón recordó cómo se inició en su actividad investigadora como aficionado, para posteriormente centrarse en la biografía del protagonista de su libro, José Blanco Novo, primer radioaficionado gallego y fundador del servicio de transmisiones de la Guardia Civil.

Esta es la primera biografía publicada sobre Blanco Novo, en la que su autor desvela cuestiones tan interesantes como que fue, el entonces capitán de la Guardia Civil en Santiago de Compostela, el pionero de la radiodifusión gallega en 1925, cuando transmitió conciertos y conferencias que fueron escuchadas en toda la población.

Después de la presentación, el autor dedicó ejemplares a los asistentes que así se lo solicitaron, para disfrutar luego de un lunch servido en la misma sede del Radio Club.


Palabras pronunciadas por Tomás Manuel Abeigón Vidal, EA1CIU, en el acto de presentación de su libro biográfico sobre el primer radioaficionado gallego, José Blanco Novo, EAR-28, en la sede del Radio Club Alfa Charlie de Fene, el 24 de noviembre de 2018




En primer término, quiero agradecer a la Junta Directiva del Radio Club Alfa Charlie de Fene, al que tengo el inmenso orgullo de pertenecer, el permitirme realizar hoy aquí la presentación de este, mi primer libro.

He elegido este lugar por varios motivos. Los principales son la excelente acogida y el interés mostrado por los integrantes de esta asociación hacia mi labor como aficionado a la Radio-Historia. Además de estos, consideré su proximidad a Ferrol, ciudad natal del protagonista de la obra, y donde también este desarrolló su labor profesional en los primeros años de pertenencia a la Guardia Civil.

Como ustedes saben, el primer radioaficionado de la historia de España fue Matías Balsera Rodríguez, que en el año 1903 efectuaba su primer comunicado bilateral desde su casa en Puerto de Santa Maria con una de las estaciones de telegrafía sin hilos que la Compañía Transatlántica tenía instaladas en la bahía de Cádiz. Sin embargo, la radioafición no era una actividad legal por aquel entonces en España.
Esta no fue autorizada en nuestro país hasta junio de 1924. Momento, a partir del cual,  se adjudicaron los primeros indicativos. 

En marzo de 1926, se constituía la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica, primera organización de radioemisores aficionados de la historia de España.

El  15 de abril de ese año se publicaba el primer número de la revista EAR, su órgano portavoz, escrito y dirigido por Miguel Moya, EAR-1, primer adjudicatario en España de indicativo oficial de radioemisor. 

Gracias a la inestimable labor de Moya, hoy podemos leer, en las páginas de esta revista, los hechos más destacados de quienes poblaron el éter con sus transmisiones en onda corta en aquellos días.

Es pues, la revista EAR, una de las principales fuentes de la historia de la radioafición española, fiel reflejo de la actividad amateur desde su aparición, hasta 1932, año en que dejó de publicarse.

Red Española, asociación creada en 1929 fruto de la división surgida en la radioafición de nuestro país en aquel momento, emitió también su boletín social hasta que en 1933 se fusionó con E.A.R., dando origen a la Unión de Radioemisores Españoles, cuya existencia se prolongó hasta el inicio de la guerra civil y que también contó con su propia revista.

La constitución de la U.R.E. no resolvió el problema de división que existía en el seno de la radioafición española.

El 9 de abril de 1935 se fundaba la Agrupación Castellana EAR, que junto a la Agrupación Montañesa EAR de Santander, la Agrupación Catalana EA3 de Barcelona, y otras agrupaciones regionales que fueron surgiendo, dieron origen a la Federación de Agrupaciones de Radio. Por voluntad unánime de las primeras agrupaciones, se nombró Presidente de dicha federación a Miguel Moya. La F.A.R. también dispuso de su propio órgano portavoz.

Gracias a estos boletines sociales, algunas revistas especializadas, así como a informaciones publicadas, de forma puntual, en los periódicos, se fue dejando constancia escrita de los hechos más relevantes ocurridos en la historia de la radioafición española hasta el inicio de  la guerra civil, momento en el que estuvo a punto de lograrse la tan deseada unión. Esta no se produciría, hasta la constitución de la actual Unión de Radioaficionados Españoles, el 1 de abril de 1949.

La primera persona que se preocupó tras la guerra civil de recuperar la historia de nuestra afición fue Vicente Juan Segura, quien se había hecho presente en las bandas de aficionado en el año 1927, utilizando el indicativo provisional EAR-C20. Segura comenzó a escribir algunas crónicas en abril de 1948 sobre lo que estaba pasando entonces en España, las cuales enviaba a la Revista Telegráfica en Argentina con la pretensión de que los amateurs españoles que la compraban las leyesen. En ese momento la radioafición permanecía aún prohibida, pero tras la finalización de la segunda guerra mundial y hasta 1949, comenzó a detectarse la progresiva presencia de algunos radioaficionados en las bandas, entre ellos, Segura, que utilizaba el indicativo provisional, EA3LA.

En octubre de 1949, una vez que la radioafición volvió a estar permitida en España, se publicó una peculiar obra dirigida a los amateurs que se iniciaban en la actividad. Llevaba por título, Prontuario del Radioaficionado. En ella se incluyó una Breve Historia de la Radioafición en España escrita por Segura, única crónica existente desde entonces y hasta 1991, que recogió la evolución de la radioafición española desde sus orígenes.

A pesar de los errores y omisiones que contiene el escrito de Segura, este es de gran valor para todos aquellos que tengan interés en conocer la historia de nuestra común afición.

Desde febrero de 1956, Juan José Arrizabalaga, entonces titular del indicativo de radioescucha EA2-327.U, y más tarde, del de emisión, EA2EY, redactó algunos artículos publicados en la revista U.R.E., basados en lo que iba leyendo en la veterana EAR, queriendo dedicarlos como homenaje «para los de ayer, aquellos nuestros heroicos “pioneros”», tal como Arrizabalaga los definió.

Desde 1991, Isidoro Ruiz-Ramos, EA4DO. ha venido dedicándose a estudiar, investigar y divulgar la Historia de la Radioafición Española, creando el Archivo Histórico EA4DO Y publicando trabajos de incalculable valor que han permitido rescatar nuestro pasado amateur. En 2003, Ruiz-Ramos presentó su tesis doctoral titulada El primer medio siglo de Radioafición en España para conmemorar el Centenario de la Radioafición en nuestro país.

A la infinidad de trabajos y colaboraciones efectuadas por EA4DO, hay que agregar, sus interesantes y bien documentadas crónicas de la historia de la radioafición española que actualmente podemos leer en las páginas de la revista Radioaficionados, en las que mes a mes nos trasladan en el tiempo a lo que ocurrió «Hace 90 años...».

Fue a finales de 2014 cuando me puse, por primera vez, en contacto con Isi para solicitarle alguna información que me ayudase a escribir una pequeña crónica de la Historia de la Radioafición en las Rías Baixas. Poco tiempo después recibía una completa y extensa información como respuesta, que con gran cariño, como hace siempre Isi con quien se dirige a él para solicitarle su ayuda, me había enviado.

Puedo decir, sin lugar a dudas, que fue él mi mentor, que con mucha paciencia e ilusión al ver mi interés en la Historia de nuestra afición, me fue guiando e iniciando en este apasionante mundo que es la Radio-Historia.

Desde entonces he dedicado muchas horas, dinero y esfuerzo al estudio e investigación de lo ocurrido en Galicia en el mundo amateur, consiguiendo rescatar de entre miles de documentos analizados, las piezas de un rompecabezas de increíbles dimensiones y del que ahora empiezo a atisbar cuál es el dibujo final que representa.

Aunque queda mucho trabajo por hacer, ya contamos en Galicia con el inventario completo de los nombres de los radioaficionados que nos precedieron desde los primeros años hasta la Guerra Civil; y reconstruidas muchas de las biografías de estos, entre las que se encuentra la que hoy nos reúne aquí. 

Esta labor, que continúo realizando en la actualidad, está plagada de dificultades, al no poder examinar muchas de las fuentes de información que se conservan en escaso número, y son de acceso limitado. Muchos ejemplares de revistas, fotografías, QSL’s, etc. permanecen en manos de coleccionistas privados, impidiendo que puedan ser vistos y estudiados por quien así lo desee.  

Si bien lo que acabo de decir es totalmente verídico, también lo es el que muchas de las revistas y QSL’s de nuestros predecesores se pueden consultar gracias a algunos colegas, que, de forma totalmente desinteresada, las han digitalizado y puesto a disposición de toda la comunidad amateur. Estos valiosísimos testimonios del pasado, son una fuente inagotable de información, en la que cualquier dato que contienen es de gran interés.

Hoy estamos aquí reunidos para presentar la única biografía escrita hasta ahora sobre el primer radioaficionado gallego. Una de las figuras más destacadas del amateurismo español de los primeros tiempos y al mismo tiempo mas desconocida entre los radioaficionados gallegos. 

EAR-28 efectuó en 1910 su primer DX cuando era alumno de la Academia de Infantería en Toledo. Así quedó escrito en la presentación que de su estación hizo en las páginas de la revista EAR en 1926.
Luchó en la Guerra del Rif defendiendo los intereses de España tras finalizar sus estudios, en 1913,  y hasta 1916, año en el que se incorporó a la Guardia Civil. Su primer destino fue Arzúa, y más tarde, Noia. Su valerosa y humanitaria intervención en la epidemia tífica de Lira en 1918 le hizo merecedor de la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia con distintivo morado y negro.

En 1918 se hizo cargo de la sección montada de Ferrol, donde permaneció hasta 1922, año en el que al ser ascendido a capitán fue destinado, primero, a Allariz, y poco después a Vilagarcía de Arousa, donde se hizo cargo del mando de la segunda Compañía de la Comandancia de Pontevedra.

Es allí donde construye una estación de transmisor a chispas, con la que comunica con buques a distancia de 20 o 30 millas y entabla amistad con miembros de la comunidad universitaria compostelana con los que compartía su afición a la radio. Audiciones, conferencias, construcción de estaciones receptoras, artículos de prensa y diversas instalaciones, son algunas de las experiencias que Blanco Novo lleva a cabo en esos años en los que la llegada de la legalización de la radio privada en España causó verdadero furor.

En 1924, Blanco Novo fue destinado a Santiago de Compostela, en donde construyó una estación de onda larga con la que realizó emisiones  broadcasting que son escuchadas en toda la población, convirtiéndose así en el pionero de la radiodifusión en Galicia.

Pero no satisfecho con los resultados, por el escaso alcance de sus emisiones y los altos requerimientos de potencia de las ondas largas, centró su atención en las cortas. 

Blanco Novo construye entonces una estación de aficionado cuyo transmisor, basado en el circuito Mesny, transmitía en QRP con tan solo 5 vatios de potencia, utilizando una antena unificar de 70 m de longitud con toma de tierra natural. Las longitudes de onda de trabajo asignadas a los radioaficionados estaban entonces entre los 0 y  los 120 m.

Con esta estación obtuvo su licencia de radioemisor, al que le adjudicaron el indicativo EAR-28 en abril de 1926. Pronto iba a conseguir con él  grandes éxitos.

Tan pronto como obtuvo su indicativo oficial, Blanco Novo fue designado delegado de la segunda región de la E.A.R., que comprendía Galicia, Asturias, León, Zamora y Salamanca.

En el primer Concurso de Transmisión de la historia de la radioafición española, celebrado entre 1926 y 1927, obtuvo el oro, empatando a puntos con EAR-6 de Tolosa, que fue recompensado con igual premio.

En la segunda edición de este concurso, celebrada al año siguiente, EAR-28 revalidó el oro, esta vez en solitario y con rotundidad.

Blanco Novo construyó la primera estación móvil de aficionado de España en 1927 y poco después, tras convencer a sus superiores de los beneficios que reportaría la utilización de la radio al Cuerpo, funda el servicio de Transmisiones de la Guardia Civil, encargándose de la construcción de los aparatos que conformarían su red.
Blanco Novo creó la escuela de radio operadores de la benemérita en Santiago de Compostela en 1928, y la red de emisoras de la Guardia Civil no dejó de crecer desde entonces. 

Dentro de su equipo de colaboradores, el capitán de la benemérita contó con radioaficionados, como fue el caso de Ángel Muro Durán, EAR-322, segundo jefe del servicio, o el del guardia Agustín Sánchez Vega, EAR-13, conductor y operador de la estación móvil de mando de Blanco Novo.

En mayo de 1936, se celebró la segunda edición de la vuelta ciclista a España que contó, como apoyo, con la novedosa asistencia del servicio de radio de la Guardia Civil, coordinado por Muro Durán y supervisado desde Madrid por Blanco Novo.

Pocas semanas después, un golpe de Estado provocó el inicio de la guerra civil en la que Blanco Novo y los componentes de su equipo se declararon partidarios de los sublevados, prestando su colaboración con estos a través de la red de radio de la Guardia Civil de forma clandestina, hasta que por levantar sospechas fueron detenidos.

Uno de los días más emocionantes en el desarrollo de mis investigaciones que culminaron en la publicación del libro que hoy presentamos aquí, fue el 13 de septiembre de 2016, cuando después de obtener la autorización correspondiente, visité el Archivo Intermedio Militar Noroeste en Ferrol. Allí se encontraba el expediente de la causa sumarísima instruida a Blanco Novo con motivo de su procedencia de zona enemiga. Las vicisitudes por las que había atravesado, el entonces comandante de la Guardia Civil, desde el 17 de julio de 1936 hasta el final de la guerra civil habían permanecido ocultas y por fin las iba a poder desvelar. Las facilidades que me prestaron en este Archivo para consultar la documentación, me permitieron completar con todo lujo de detalles dichos acontecimientos, los cuales se encuentran recogidos en esta biografía.

Tras la finalización de la la guerra, el 30 de junio de 1939, Blanco Novo fue confirmado como Jefe de los servicios radiotelegráficos de la Guardia Civil hasta el 31 de octubre de ese año que fue destinado a la Comandancia de Oviedo.

En 1945, fue autorizado a lucir, bordado sobre su uniforme, el distintivo de radiotelegrafista en atención a su condición de organizador de dicho servicio de la Guardia Civil.

En 1955 se celebró la Exposición Nacional de Telecomunicaciones, conmemorativa de los 100 años de historia de las comunicaciones eléctricas, en la que se exhibió la primera emisora que había construido para el instituto armado Blanco Novo. 

En la exposición los radioaficionados tuvieron un stand en el que fue instalada una estación, que con el indicativo EA4URE,  realizó 734 qso’s con 40 países. Dicha estación fue visitada por el entonces general Blanco Novo, ex-EAR-28, lo que debió causar una gran emoción a quienes, sabiendo de quien se trataba, tuvieron la suerte de poder saludarlo.

Blanco Novo siguió desarrollando su labor profesional en la Guardia Civil hasta su retiro en 1957, tras el cual se dedicó a cultivar una de sus aficiones favoritas, la pesca, para lo cual solía frecuentar el muelle de Candás.

Su fallecimiento se produjo en Gijón el 7 de febrero de 1971 a los 80 años de edad.

Las conmemoraciones que han tenido lugar desde entonces, dentro del ámbito de la radioafición española han sido las siguientes:

En 1994, con motivo del 150 aniversario de la creación de la Guardia Civil, una QSL especial en la que se incluyó una fotografía de la estación móvil de aficionado de EAR-28.

En 2017, para conmemorar el 90 aniversario de la celebración del primer Concurso de Transmisión E.A.R., en el que Blanco Novo obtuvo medalla de oro, se emitió una QSL especial y un diploma otorgado por EA1CIU.

En el mismo año, para celebrar los 90 años de la construcción de la primera estación móvil de aficionado, X-28, se emitió una QSL especial por EA1CIU.

En este año 2018, con motivo del 90 aniversario de la obtención de la medalla de oro en el segundo Concurso de Transmisión  E.A.R., la asociación de radioaficionados de Padrón, ASORA,  otorgó un diploma.

Con estas actividades se despertó cierto interés dentro de la radioafición gallega por conocer la figura de EAR-28 y en la mayoría de los radio clubs de nuestra región, y algún cuarto de radio particular,  se exhibe hoy la fotografía del primer radioaficionado gallego.

También se han organizado en Galicia, un grupo de radio digital y una rueda en 80 metros que incluye el indicativo  EAR-28 en el texto de su denominación, en honor a nuestro predecesor.

Con la publicación de este libro, quiere el autor rendir un sentido homenaje a D. José Blanco Novo, EAR -28, dando a conocer la  biografía de tan destacado radioaficionado gallego.

No quisiera terminar esta presentación sin agradecer a mi familia, especialmente a mis padres, a mi esposa y mi hijo, su comprensión y apoyo, sin los cuales hubiera sido imposible que este libro viese la luz.

Por último, agradezco a  todos ustedes, entre los que cuento con muchos amigos, su presencia hoy aquí.

Muchas gracias,


Magalofes, 24 de noviembre de 2018

Tomás Manuel Abeigón Vidal 

EA1CIU