Joaquín Moya-Angeler, 2BA (Asociación Nacional de Radioescuchas, EAR-110)
Sin una identificación plena a día de hoy, lo más probable es que se tratase de Joaquín Moya-Angeler y Lago, abogado y oficial liquidador de utilidades de Hacienda en Almería en 1928 (32 años de edad). Casado con Enriqueta Cobo Puerta, con la que tiene un hijo en mayo de 1929. Fue delegado de Hacienda en Almería muchos años, donde falleció en 1971.
Las primeras noticias que tenemos de Joaquín Moya-Angeler le relacionan con la Asociación Nacional de Radioescuchas que se constituyó en la tercera semana de marzo de 1926, siendo su principal impulsor, Domingo Pariente.
Su primer presidente fue Baldomero Ferraz y domicilio provisional en la calle del Pez, 14, principal izquierda, para luego fijarse en la calle del Barco, 32, bajo izquierda, de Madrid. La Junta Directiva quedaba completada con Manuel Caparrós, vicepresidente; Vicente Lorente, secretario; Francisco Bellón Villar, contador; José de Madariaga, tesorero; y vocales, Domingo Pariente, Juan de Carranza, José Díaz Galán, Ezequiel Ruiz, Miguel Pineda, Alfonso Conteras y Enrique Moreno.
El fin primordial de la asociación es procurar el mejor desenvolvimiento de la radiodifusión en España por medio de empresas genuinamente nacionales a las que pretendían prestar su cooperación. Sus primeros esfuerzos se destinaron a ayudar a Radio Ibérica, con la que contrataron ciertos espacios de emisión en su programación; y también a organizar cursos de Radioelectricidad entre sus asociados, mayoritariamente de Madrid.
La asociación fue objeto de duras críticas en la prensa a las que su presidente salió al paso para manifestar que la entidad que representaba estaba en contra del monopolio, que consideraba nefasto, y por eso precisamente se habían constituido, para pretender salvar de la situación delicada a las emisoras nacionales que atravesaban serias dificultades, entre ellas Radio Ibérica.
En un artículo titulado «Puntualicemos» publicado en la sección de radio en el diario El imparcial el 26 de mayo de 1926, Baldomero Ferraz afirma:
«…No es por tanto, extraño, que hombres de la calidad de los La Riva y Castilla, se encuentren asqueados y desengañados, ya que, por desgracia, es norma muy general en los españoles que apreciemos la más mínima cosa o ensalcemos a cualquier extranjero, y, en cambio. No se tiene en cuenta ni se estima en su justo valor ni el talento y valía de un compatriota, ni la importancia real de una obra realizada en España y por españoles.
Conste pues que la Asociación Nacional de Radioescuchas no se ha fundado ni por “el afán de constituirse en camarillas”, ni con “miras partidistas ni de bandería”, y sí con el solo fin, en conjunto, de hacer una labor eminentemente patriótica, cuál es la de favorecer en todos los órdenes el progreso y engrandecimiento de la radiodifusión española.
Todo, todo por y para la radiodifusión patria y de los radioescuchas españoles. »
En 1927 se mantiene Baldomero Ferraz como presidente y Francisco Bellón pasa a ocupar un puesto de Vocal.
En marzo de 1927 Radio Ibérica es adquirida por Unión Radio. Ante la desilusión reinante entre los asociados que produjo este hecho, la ANR atraviesa una crítica situación, peligrando su continuidad. Es entonces cuando resulta elegido como presidente de la entidad Francisco Bellón Villar.
En abril de 1927 Baldomero Ferraz obtiene el indicativo de radioemisión EAR-32.
EAR-32 |
En octubre de 1928 la revista EAR publica en su portada la presentación de la emisora EAR-110 de la Asociación Nacional de Radioescuchas. Francisco Bellón cuenta en una carta remitida a Miguel Moya que redactó al efecto el día 17 de ese mismo mes, como en aquellos momentos de desánimo fueron acariciando «…la idea de construir una pequeña emisora y sentíamos verdaderos deseos de ser EAR para aportar nuestro modesto esfuerzo a la importante labor que desde hace tiempo se viene efectuando por los aficionados españoles afiliados a la culta Asociación E. A. R.
Mientras esto ocurría, trabajaba con mi entrañable amigo D. Joaquín Moya Angeler—quien ya efectuaba pruebas de emisión—, y con tan inteligentísimo colaborador llegamos a pitar con indiscutible éxito, pues con nuestra emisora estuvimos efectuando pruebas en los meses de Mayo a Agosto del presente año, utilizando como indicativo “2 BA” a 150 kilómetros de Madrid y trabajando con onda de 247 metros y potencia 15 vatios tuvimos buenas referencias de diferentes puntos de España, referencias que nunca serán bien agradecidas, tanto más cuanto que indudablemente encontraban en nuestro indicativo gran dificultad para descubrirnos.
En dos ocasiones se ocupó de la “2 BA” (dos buenos amigos) el periódico El Imparcial quién elogiaba cada vez más nuestro trabajo, lo que diariamente agradecíamos desde nuestro micrófono.
El éxito de nuestras pruebas nos aconsejaba pedir la oportuna autorización, pero queríamos dar por terminado nuestro propósito tal y conforme fue concebido y entonces pusimos nuestra emisora al servicio de la Asociación Nacional de Radioescuchas, la que ya es EAR 110.
Reina de nuevo gran entusiasmo en nuestra Asociación y en ella existen todavía valiosos elementos, capaces incluso de mejorar nuestra modesta obra, la que yo reconozco se debe, en primer término, a los amplios conocimientos de mi querido amigo Sr. Moya-Angeler, y ahora con el esfuerzo de todos, es de esperar que nuestra labor corresponda al recibimiento ce que hemos sido objeto por parte de la Asociación EAR, de la que nuestra Sociedad es un asociado más.
Poco puedo decir de nuestro trabajo desde que somos EAR 110, únicamente que empezamos a
trabajar en 4 de este mes, con onda de 63 primeramente y 30 algunos días después.
En nuestra primera prueba tuvimos el honor de recibir la grata visita de nuestro Presidente D. Miguel Moya, quien minutos después de abandonar nuestro domicilio nos enviaba el primer qsl. …».
En el esquema de la EAR-110 reproducido en el boletín EAR aparece la firma de Joaquín Moya-Angeler que en nada se parece a la del caricaturista y periodista, Joaquín Moya Ángeles, director del semanario Gedeón en 1898 (fallecido el 13 de agosto de 1928), al que algunos atribuyen la identidad del amigo de Francisco Bellón que compartió experiencias de emisión, primero en la 2BA y luego en la EAR-110.
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