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Lic. CC Económicas y EE. por la USC, Post Grado Banca Comercial "Cum Laude" UB y Especialista en Dirección Financiera por la UOC.

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jueves, 11 de agosto de 2022

Miguel Moya Gastón de Iriarte. EAR-1, EA4AA (1887-1950)

Miguel Moya Gastón de Iriarte, EAR-1, EA4AA (1887-1950)


Miguel Moya Gastón de Iriarte 



Miguel Moya Gastón de Iriarte, nació en Madrid el 17 de mayo de 1887. Hijo de Miguel Moya Ojanguren (1856-1920), abogado, periodista y político; y Belén Gastón de Iriarte y Díaz de Arcaya, cubana, nieta del almirante Gastón de Iriarte, Capitán General de Filipinas.


Miguel Moya Ojanguren fue elegido diputado a Cortes por Ponce (Puerto Rico) en 1886, un año antes de que naciese su hijo Miguel. Fue reelegido dos veces, dedicando, en su actividad parlamentaria, atención preferente a los asuntos relacionados con dicha isla.



Miguel Moya Ojanguren (1918)


Miguel Moya Ojanguren y Belén Gastón de Iriarte tuvieron cinco hijos, Miguel, María de los Dolores, María Luisa, Antonio y Belén.


Miguel Moya Gastón de Iriarte estudió primero en Burdeos (Francia), y luego en la Escuela Especial de Ingenieros de Minas de Madrid,  única existente en España, situada en la calle Rios Rosas,  nº 5, de la que más tarde sería profesor. Uno de los requisitos para ingresar en dicha Escuela era el dominio del idioma francés, y en el plan de estudios de la carrera, que se extendía a lo largo de cinco años, se incluían como asignaturas, los idiomas inglés y alemán.


En diciembre de 1903, Miguel Moya formó parte de la Comisión organizadora para la constitución de la Sociedad de Esgrima, siendo elegido vocal de misma en la reunión fundacional, celebrada a finales de ese mismo mes.


El 16 de julio de 1910 se constituía, tras algunas reuniones previas, en el salón de actos del periódico El Liberal, la organización política radical La Joven España, de inspiración anticlerical. Su ideal era combatir la influencia de la Iglesia Católica y secularizar la sociedad española. Miguel Moya Gastón de Iriarte formó parte, como Tesorero, del Comité Ejecutivo Nacional, que fue presidido por Augusto Barcia Trelles. Augusto Barcia, estudiante de derecho en la Universidad de Oviedo, donde fue alumno del Melquiades Álvarez, hizo su doctorado en Madrid, siendo becado en 1911 por la Junta de Ampliación de Estudios para completar su formación en Alemania.


El 23 de octubre de 1910, Moya toma parte activa en un mitin de propaganda republicana en Valladolid, junto al reformista Melquiades Álvarez y otros conferenciantes, que se convirtió en su bautismo como orador.


En enero de 1911, Miguel Moya desempeñó labores humanitaria como auxiliar de la Junta de Socorros.


Su hermana María Dolores se casó en 1911 con el doctor Gregorio Marañón Posadillo, insigne médico e historiador. Gregorio Marañón era amigo de Miguel Moya desde la infancia y por medio de esa amistad, fue cómo había conocido a la hermana de este, a la edad de catorce o quince años.


En 1912, Melquiades Álvarez fundó el Partido Reformista, en el cual militaron figuras tan importantes como Manuel Azaña, Benito Pérez Galdós o José Ortega y Gasset. Propugnaba, entre otras cosas, la reforma de la Constitución de 1876 en el sentido de eliminar la confesionalidad católica del Estado, declarada en el artículo 11 de la misma.


Entre las múltiples adhesiones al Partido Reformista, en abril de 1912 se produjo la del ingeniero militar y primer radio-experimentador español, Julio Cervera Baviera.


Moya finalizó la carrera de Ingeniero de Minas en 1913, año en el que también lo hizo, Ramón Ruiz de Arcaute y Sorarrain, cuyo hermano Jenaro se convertiría años después en un destacado radioaficionado, titular de la estación EAR-6 de Tolosa (Guipúzcoa).


El 3 de junio de 1913 un Real Decreto creó la Escuela General de Telégrafos que estaría a cargo del Cuerpo de Telégrafos y en donde se adquirirían los conocimientos necesarios para desempeñar en España todos los servicios de Telecomunicación que dependieran directamente del Estado, siendo encargada también de expedir los certificados de aptitud previstos en el Convenio y Reglamento internacionales de Radiotelegrafía acordado en Londres en 1912 y que empe­zara a regir el primero de Junio de 1913. La Escuela se dividiría en tres secciones: elemental de radiotelegrafía, de aplicación para el ingreso en el Cuerpo de Telégrafos y de estudios superiores.


A partir de octubre de 1913, Miguel Moya Gastón de Iriarte y el también ingeniero de minas, José Gil de Ramales, dirigieron una "Academia especial de Telégrafos", situada en la calle Santiago, nº 2 de Madrid, dedicada a la "Preparación exclusiva para el ingreso en la sección de Radiotelegrafía, Cuerpo de Telégrafos y Escuela Superior". En ese mismo mes, se publicó un libro, del que ambos eran autores, titulado "Ejercicios de Geometría".





En el Centro Manchego, organizado por las Juntas Reformistas de los distritos del Centro y Congreso, Miguel Moya Gastón de Iriarte dio una conferencia el 13 de diciembre de 1913. El Partido Reformista, estaba dirigido por Melquiades Álvarez, al que "Miguelito" Moya, como él le solía llamarle cariñosamente, seguía desde adolescente. Moya había sido designado candidato a diputado a Cortés del Partido Reformista por el distrito de Alcazar de San Juan (Ciudad Real) para las elecciones generales que se celebraron el 8 de marzo de 1914. Finalmente Moya no consiguió el acta de diputado, que fue obtenida por Ramón Baillo y Baillo, Conde de las Cabezuelas.


El 25 de abril de 1914, Miguel Moya se casó, en la Iglesia se San José de Madrid, con Rosa Huertas González del Campillo, hija del eminente doctor Francisco Huertas, con la que tendría  tres hijos, Miguel, Rosa y Francisco.


En febrero de 1915, la agrupación Juventud Reformista de Madrid se mostraba muy activa en la difusión de la doctrina del Partido fundado por Melquiades Álvarez, organizando conferencias y actos sociales y políticos de propaganda para dar a conocer los principios liberales del programa reformista. La Junta Directiva estaba presidida por Augusto Barcia Trelles, y Miguel Molla era Tesorero, ambos ocupaban los mismos cargos que en La Joven España en 1910.


En octubre de 1915, el ingeniero de minas, Domingo Orueta Duarte daba a conocer en una conferencia pronunciada en el Instituto de Ingenieros Civiles el hallazgo de la presencia de platino en muestras de aluviones procedentes de la Serranía de Ronda, poniendo a disposición del Estado el resultado de sus investigaciones en este sentido. El Rey Alfonso XIII se interesó por el asunto, encargando a Orueta un estudio detallado desde los puntos de vista económico y estratégico del hayazgo, pues además del platino existían indicios de cromo y níquel, empleados en la fabricación de armas y que España importaba del extranjero. Miguel Moya y el también ingeniero de minas, Enrique Rubio Sandoval, fueron designados por el Instituto Geológico para colaborar en los trabajos de investigación de Domingo Orueta en la Serranía de Ronda.


Domingo Orueta Duarte había obtenido, el 25 de enero de 1900, patente de invención durante veinte años con el nº 25.041 por "un procedimiento mecánico para la aplicación de la telegrafía sin hilos a evitar los choques de los trenes en los caminos de hierro y a poder comunicar los trenes en marcha" . En aquel año Orueta  era profesor de Electrotecnia en Mieres (Asturias).



Domingo Orueta Duarte



En noviembre de 1915 nacía su primogénito, Miguel Moya Huertas, que se convertiría en un gran periodista años después. Murió sin dejar descendencia.


El 8 de diciembre de 1915, ante la crisis de gobierno planteada por el conservador Eduardo Dato al presentar su renuncia, el Rey Alfonso XIII llamó a consultas a varios líderes políticos, entre ellos, al jefe del Partido Reformista, Melquiades Álvarez, que era la primera vez que acudía a Palacio. A dicha cita, acompañaron al líder reformista sus más inmediatos colaboradores e íntimos amigos, entre los que se encontraba Miguel Moya Gastón de Iriarte. El diario La Libertad, en su portada del día 9, y la revista Mundo Gráfico, días después recogían una fotografía del momento en el que Melquiades Álvarez abandonaba el Palacio Real, en la que podemos ver a Miguel Moya a su lado, junto a otros miembros del Partido Reformista.




Un día después la crisis se resolvía con el encargo de gobierno al liberal, Álvaro de Figueróa y Torres, Conde de Romanones.


El 23 de diciembre de 1915, Miguel Moya, reformista, fue proclamado diputado, en aplicación del artículo 29 de la Ley electoral de 1907, por el distrito de Molina de Aragón (Guadalajara), debido a que el liberal, Alvaro Figueroa y Torres, Conde de Romanones, presentara su renuncia al haber formado gobierno.


En las elecciones de 9 de abril de 1916, Miguel Moya fue elegido diputado, nuevamente por el distrito de Molina de Aragón (Guadalajara), en la lista reformista. Su padre también lo fue por Huesca, al igual que Augusto Barcia Trelles, este, por el distrito de Vera (Almería).


Moya que se encontraba trabajando con Orueta y Rubio en el río Guadaiza (Serranía de Ronda, Málaga), tuvo que volver a Madrid en los primeros meses de 1917 para hacerse cargo del periódico El Liberal. En julio de 1917, Miguel Moya dimitía de su cargo de Presidente efectivo de Juventud Reformista, organización que abría un proceso de renovación según la nueva orientación dada al Partido Reformista por su líder, Melquiades Álvarez. Dos meses después, El Liberal, en su edición de 24 de septiembre de 1917, publicaba la renuncia de su director, Enrique Gómez Carrillo, y la sustitución de este por Miguel Moya y Gastón de Iriarte. Gómez Carrillo, en una sentida carta, expresaba su determinación de alejarse de las sedentarias funciones directivas, malavenidas con su temperamento, sin que esto quebrantara en lo más mínimo los lazos entrañables que le unían al periódico. La Sociedad Editorial de España, con la lógica abstención de su Presidente, Miguel Moya Ojanguren, había elegido, por unanimidad, para cubrir la vacante de director de El Liberal, a Miguel Moya Gastón de Iriarte.


En las elecciones del 24 de febrero de 1918, Miguel Moya Gastón de Iriarte se presentó nuevamente como candidato a diputado por el distrito de Molina de Aragón (Guadalajara), dentro de la candidatura liberal, obteniendo el acta que mantuvo hasta el 2 de mayo de 1919.


El 13 de marzo de 1919 nacía el diario La Libertad después de cinco días de huelga de prensa. Un nutrido grupo de periodistas, administrativos, obreros y repartidores abandonaron el diario El Liberal para fundar La Libertad, convirtiéndose este en competidor directo de aquel dentro de una ideología política izquierdista.


Tras editar sus primeros seis números, esta cabecera dejó de publicarse por orden judicial tras la demanda interpuesta por El Liberal por competencia ilícita, la cual fue firmada por Miguel Moya, y en su lugar, apareció la de El Popular durante los dos días siguientes, reapareciendo La Libertad, de nuevo, a partir del 21 de diciembre de 1919, sumando a su secuencia numérica los dos números de El Popular. Tanto en La Libertad como en su cabecera alternativa, El Popular, sus fundadores habían calcado la misma imagen y estructura que la del periódico que habían abandonado.


Eduardo Ortega y Gasset, que fue uno de los primeros colaboradores de La Libertad, actuando como abogado del rotativo, ganó la demanda interpuesta por Moya antes aludida.


El 5 de marzo de 1920 se producía un duelo a espada entre Eduardo Ortega y Gasset y Miguel Moya motivado por una acalorada discusión entre ambos, días antes en el Congreso, en la que también había participado Luis de Oteyza, director de La Libertad. Ortega resultó herido en un brazo y no pudo continuar, quedando así zanjado el asunto que daba la razón a Moya, aunque de nada le sirvió. 






En mayo de 1920, Miguel Moya Ojanguren, aquejado de una enfermedad, tras veinticinco años al frente de la Asociación de Prensa de Madrid, presentó su dimisión, siendo sustituido, poco después, por Francos Rodríguez.


El grupo editorial de Nicolás María Urgoiti se encontraba enfrentado con el trust del que formaba parte El Liberal debido al intento del primero, a través de La Papelera Española, de controlar el precio del papel de prensa. 


El 24 de junio de 1920 en Chamartín de la Rosa se verificaba un nuevo duelo de honor, esta vez  entre Nicolás María Urgoiti, propietario del diario El Sol, y el director de El Liberal, Miguel Moya Gastón, actuando como padrinos, de Urgoiti, el exministro Leonardo Rodríguez y José Ortega y Gasset; y de Moya, Francos Rodríguez y el General Primo de Rivera. El motivo del enfrentamiento fue la publicación en el diario El Liberal de unas opiniones ofensivas contra Urgoiti. Ambos contendientes, según publicaron varios periódicos, sufrieron heridas leves.


El padre de Miguel Moya Gastón, Miguel Moya Ojanguren fallecía en San Sebastián (Guipúzcoa), el 19 de agosto de 1920, a la edad de 64 años.






Miguel Moya Gastón de Iriarte fue elegido Diputado conservador por Huesca en las elecciones de 19 de  diciembre de 1920.


En marzo de 1922, el Gobierno de Portugal concedió a Miguel Moya, la encomienda del la Orden del Cristo de aquella nación, significando la gratitud de la democracia lusitana para con El Liberal, que en todo momento "defendió la causa de la libertad del pueblo portugués, lo mismo en los días de lucha contra el antiguo régimen que en las horas del triunfo".


En el verano de 1922, la Sociedad Editorial de España, conocida en el mundo periodístico como "El trust",  atravesaba dificultades económicas por lo que según acuerdo de la Junta General de  Accionistas celebrada el 31 de julio de ese año, los periódicos de Madrid son arrendados por a una poderosa sociedad anónima que se estaba constituyendo, de la que eran cabezas visibles Baldomero Argente, director de Heraldo de Madrid y Miguel Moya, director de El Liberal, respaldados por Torcuato Luca de Tena y Juan de la Cierva.


En la Junta de accionistas antes mencionada venció entre dos tendencias existentes, una dominada por elementos mercantiles y la otra por factores periodísticos y políticos, la segunda, representada por Argente y Moya. En la nueva sociedad arrendadora figuraban significados ciervistas y romanistas (se refiere a Torcuato Luca de Tena). Los servicios administrativos serían organizados por "una fuerte empresa periodística de Madrid", la de Torcuato Luca de Tena, propietario de Blanco y Negro y ABC. Luca de Tena llegó a ofrecer un millón de pesetas por los periódicos Heraldo de Madrid y El Liberal, oferta que luego retiraría al ser interpretada como un intento de aprovecharse de la delicada situación en que se encontraba la Sociedad Editoral de España. La nueva empresa se proponía realizar grandes reformas en los periódicos del trust, que eran: Heraldo de Madrid, El Liberal (Madrid, Murcia, Sevilla y Barcelona) y El Defensor de Granada.


El 1 de octubre de 1922 se producía la fundación del Radio Club de España, primera organización de radioaficionados de nuestro país. El acto de constitución de la referida entidad se celebró en la Escuela Industrial de Madrid, siendo elegida una Junta Directiva que presidió el ingeniero de Telecomunicación, Rufino Gea Sacasa y en la que Fernando Castaño, futuro EAR-2, formó parte como Tesorero.






En Estados Unidos, donde durante la década de 1910 se habían realizado sucesivos test de transmisión entre aficionados dentro del país, se decidió que el siguiente obstáculo a salvar era el de que las señales de onda corta de los radioaficionados norteamericanos cruzasen el Océano Atlántico. La revista Everyday Engineering anunció en 1920 la posibilidad de realizar el primer test con aficionados ingleses dispuestos a escuchar las señales de los Estados Unidos. Los preparativos para la realización del mismo en febrero de 1921 que ya habían comenzado, se vieron interrumpidos al suspenderse la publicación de esta revista. Fue entonces cuando la AR.R.L. asumió el liderazgo del proyecto.


El primer test interatlántico organizado por la AR.R.L. se realizó en las noches de los días 1, 3, y 5 de febrero de 1921. Veinticinco estaciones de aficionados de la costa este de Estados Unidos, entre las que se encontraban la 1AW, de Hiram Percy Maxim, y la 2RK, fueron seleccionadas para transmitir determinadas señales durante intervalos de tiempo establecidos en longitud de onda de 200 m. Esta prueba resultó fallida. Ninguna de las dos estaciones de Estados Unidos fue escuchada por ninguna de las aproximadamente 250 estaciones de aficionados británicas que participaron en el test. El resultado negativo se atribuyó a diferentes factores, entre los que cabe citar, la baja sensibilidad de los receptores empleados por los ingleses, coincidencia en las frecuencias elegidas de armónicos de estaciones comerciales, Interferencias provocadas por una estación de la Armada Inglesa, el pequeño tiempo de transmisión permitido individualmente a cada estación, y el hecho de que la mayoría de las estaciones transmisoras usaran chispas.





Inmediatamente la A.R.R.L. comenzó a planificar una segunda prueba transatlántica, esta vez contando con lo que se consideraba esencial para los norteamericanos: el desplazamiento de un experto de su país a Europa equipado con el receptor más moderno disponible. Para ello fue designado el diseñador de circuitos receptores Paul F. Godley, 2ZE. Godley era considerado el operador más capacitado en la recepción práctica de señales de onda corta. La intención de la A.R.R.L. era que Godley complementara el esfuerzo de escucha que realizarían los aficionados británicos.







Durante los ensayos preliminares, celebrados en noviembre de 1921, 27 estaciones norteamericanas se clasificaron como finalistas y se les asignó el texto y tiempo de transmisión específicos y rotativos desde el 7 de diciembre al 16 de diciembre de 1921. Se animó también a las estaciones no clasificadas a transmitir en otro intervalo de tiempo cada noche durante  segmentos rotativos de 15 minutos por distrito. El resto de los aficionados estadounidenses se les pidió que guardaran silencio.





 

Mientras tanto, en Ardrossan, en Escocia, al suroeste de Glasgow, Paul F. Godley se unió al Inspector de distrito de la Compañía Marconi, D.E. Pearson. Ambos permanecieron juntos escuchando en las mañanas posteriores del 8 y 9 de diciembre, en vano. El día 10, solamente recibieron las señales de la estación 1BCG, de  Greenwich, Connecticut, en 230 a 235 m. Dicha estación había sido construida especialmente para la realización de este test. Durante los siguientes días hasta el final de la prueba se consiguieron escuchar 26 estaciones norteamericanas. Ocho aficionados ingleses oyeron otras ocho estaciones americanas, entre las cuales estaba en primer lugar la 2FP y cinco escucharon además la 1BCG. Un aficionado holandés escuchó a la 1BCG. Sorprendentemente, muchas de las estaciones norteamericanas que se habían clasificado en las pruebas preliminares no fueron escuchadas en Europa. El informe oficial de los resultados del segundo test interatlántico  fue publicado en la revista QST de febrero de 1922.






En el mes de octubre de 1922, la A.R.R.L. anunció una tercera ronda de test transatlánticos en onda corta para diciembre de ese año, con la realización de ensayos preliminares del 25 de octubre al 3 de noviembre. Esta vez la prueba incluiría a aficionados británicos, franceses y holandeses.


En Francia, las tres organizaciones nacionales de radioaficionados existentes: Les Amis de la T.S.F., Le Radio Club de France y la Société Francaise d'Estudes de T.S.F., formaron un Comité conjunto para los test transatlánticos dirigido por el Dr. Pierre Corret, 8AE, como Presidente, que incluyó a Léon Deloy, 8AB, seguramente el aficionado francés más conocido. La estación 8AB de Deloy,  sería la principal estación transmisora ​​de Francia para el test, utilizando un transmisor de tubo de 1 kW alimentado por una fuente de CA no rectificada de 25 Hz.


El 19 de noviembre de 1922, Leon Deloy, 8AB, escribía una carta a la A.R.R.L. en relación con la próxima celebración del test interatlántico de diciembre, en el que informaba que durante la fase preliminar del mismo, en Francia se habían escuchado varías estaciones de aficionado norteamericanas. 





Dichos test tuvieron como resultado un gran éxito de la radioafición mundial. El artículo de Kenneth B. Warner en la revista QST de febrero de 1923, "The Transatlantic Triumph", con una extensión de catorce páginas así lo reflejó.







Durante la realización de los test de diciembre de 1922, en Europa se escucharon 315 estaciones de Estados Unidos y Canadá, 161 en Gran Bretaña y 239 en Francia y Suiza. 85 de ellas se escucharon tanto en Gran Bretaña como en el continente europeo. El comunicado bilateral que uniese ambos lados del Atlántico todavía no se produjo en 1922 pero en dicho año se dieron grandes pasos para lograrlo.


En España, a principios de 1923 se disolvió la Asociación Radiotelegráfica de Cataluña, fundada en abril de 1922, de la cual nació el Radio Club Cataluña que presidió el profesor de Física General de la Universidad de Barcelona, José Baltá Elías, quien sería, mas adelante, titular de la estación de radioaficionado con indicativo EAR-54. Junto a Baltá, participaron en esta iniciativa, Alfonso Estublier, Enrique Calvet y Francisco Espinosa.



Enrique Calvet




Continuando con la biografía de Miguel Moya, el 1 de noviembre de 1922, este fue nombrado secretario de la Sociedad Editorial de España por acuerdo de su Consejo de Administración, que designó como Presidente a Joaquín Ruiz Jiménez y Vicepresidente a José Lázaro, quien se hacía cargo, de forma provisional, también de la gerencia.


Miguel Moya colaboró en el texto del número extraordinario de El Motín, publicado para honrar a su fundador y director, José Nakens, en Año Nuevo de 1923, en el que participaron eminentes escritores y políticos republicanos. Dicho semanario español, fundado por Nakens en 1881, se caracterizó por ser satírico republicano y anticlerical. La edición extraordinaria de aquel 1 de enero de 1923 comenzaba diciendo "Este número ha sido editado por suscripción popular como testimonio de cariño, admiración y agradecimiento a D. José Nakens, ejemplo de escritores, de políticos y ciudadanos, paladín glorioso de la Libertad". 






Bajo el título "Una adhesión ineficaz", Moya escribió: "En este extraordinario que publica EL MOTÍN para honrar a su fundador y director José Nakens y en el que estamparán sus firmas las más altas autoridades de las letras y de la política, no han de faltar seguramente quienes digan, con mayor elocuencia que yo pudiera hacerlo, todo lo que significa y representa la personalidad y la obra de nuestro venerado amigo.

Yo, que tengo hacia él la devoción que inspira una vida y una conducta en lucha constante por el ideal ¿cómo no he de lamentar en estos momentos en que todos los reconocimientos y las adhesiones van hacia el viejo apóstol, la ineficacia de ese rudo combate que es la vida de Nakens?

En esa noble lucha que él ha mantenido durante tantos años por la exaltación de la conciencia española, le han acompañado muchos corazones, con entusiasmos y romanticismos, pero le han faltado muchas voluntades que con su decisión, con su perseverancia, con su apoyo eficaz, concretasen en realidades prácticas los estímulos sentimentales. Para la obra regeneradora que ha sido el ideal de José Nakens, él ha puesto talento, honradez, bondad. Sus admiradores y creyentes sólo han puesto admiración y fe. Por eso no podemos sentirnos del todo satisfechos; porque la admiración romántica no vive ya sino en España y porque la fe sin obras es fe muerta.".


El 26 de enero de 1923, Miguel Moya cesó como director de El Liberal, presentando su renuncia irrevocable al haberse hecho cargo de la Sociedad Editorial de España sus acreedores, los hermanos Manuel y Juan Busquets. El trust fue refundado entonces como Sociedad Editora Universal.





El 22 de febrero de 1923, Moya ingresó en el Instituto Geológico y Minero de España, siendo adscrito al equipo de investigaciones mineras, donde colaboró como técnico durante los siguientes siete meses.


En las elecciones del 29 de abril de 1923 fue elegido, como liberal independiente, Diputado en Cortes por Huesca, puesto en el que se mantendría hasta el 15 de septiembre de ese mismo año, cuando tras el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera, se disolvieron las Cortes y se suspendieron las garantías constitucionales.


En julio de 1923 se publicó el primer número de la revista Tele Radio, órgano portavoz del Radio Club de España, dirigida por Luis M. de Palacio.


El 9 de octubre de 1923, Moya fue designado para formar parte, como técnico, de una comisión investigadora presidida por el ingeniero de minas, Florentino Azpeitia, y de la que también formaba parte el exdiputado socialista por Oviedo y Presidente de la Federación Nacional de Mineros, Manuel Llaneza, que debía emitir un informe técnico sobre el estado de las minas de Almadén (Ciudad Real), cuya memoria debía entregarse a la mayor prontitud al Jefe del Gobierno, Primo de Rivera. En Almadén existía una importante mina de cinabrio, mineral del cual se extrae mercurio. Dicha comisión entregó la referida memoria el 20 de noviembre al gobierno, de cuyos resultados, según informaron Moya y Llaneza a la prensa al día siguiente, se derivaban graves responsabilidades.






Dos importantes pruebas internacionales de transmisión en onda corta realizadas por aficionados  se llevaron a cabo en los últimos meses de 1923. En octubre, una prueba transpacífica unidireccional con los oyentes aficionados en Australia informó en última instancia haber escuchado más de 150 estaciones de los Estados Unidos y Canadá. Las estaciones en el extremo oriental de Estados Unidos de los distritos 3 y 2 fueron registradas por los receptores de Melbourne. 


Esta prueba de recepción  fue sucedida por el cuarto test transatlántico que se desarrolló desde el 21 de diciembre de 1923 hasta el 10 de enero de 1924 en el que inicialmente las estaciones norteamericanas sólo escucharían. El transcurso de prueba se dividió en tres períodos de transmisión unidireccionales: el europeo, libre para todos, el protagonizado solamente por estaciones  francesas  y el solamente realizado por estaciones inglesas. Como novedad, el día después de los períodos de escucha, 11 de enero, se dedicó a los intentos de comunicaciones bidireccionales transatlánticas. Los resultados de las pruebas evidenciaron que los europeos habían mejorado su eficacia con respecto a las pruebas anteriores, con 42 estaciones, incluyendo cuatro en Holanda, que fueron recibidas por 100 aficionados norteamericanos.


El segmento de dos vías fue alentado por dos contactos récord que se habían hecho mientras el evento estaba siendo planeado. El 27 de noviembre de 1923, Leon Deloy, 8AB, de Niza, se convertía en el primer aficionado europeo que comunicaba bilateralmente, utilizando la onda corta, con América. Leon Deloy realizó ese día QSO con la estación norteamericana 1MO, de Fred Schnell, en West Hartford, Connecticut, en longitud de onda de 110 m. Poco después de tener lugar este contacto, el 8 de diciembre, 1MO enlazaba bilateralmente también con la estación británica G2KF. Cabe resaltar que estos contactos tuvieron lugar en longitudes de onda de 108 a 118 metros después de que los intentos efectuados en 200 metros habían resultado fallidos.








El español José Baltá Elías, profesor auxiliar de Física en la Universidad de Barcelona y Presidente del Radio Club de Cataluña, fue comisionado en noviembre de 1923 por Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes para efectuar estudios en los laboratorios del Établissement Centrale de la Télégraphie Militaire en París. Baltá era aficionado a la telegrafía sin hilos desde muy joven. Allí establecería contacto con las asociaciones de aficionados franceses, entre las que se encontraba la Societé des Amis de la T.S.F., constituida en 1922 por el general Gustav Ferrié y Alfred Pérot, y que luego pasó a denominarse Societé Française des Électriciens et des Radioélectriciens, de la que Baltá fue socio fundador.


A medida que los aficionados comenzaron a conocer el potencial de las longitudes de onda más cortas y a obtener una mejor comprensión de la propagación, se establecieron nuevos registros y la comunicación internacional se hizo cada vez más frecuente.


El inventor y radioaficionado americano Hiram Percy Maxim, Presidente de la American Radio Relay League, asociación que agrupa a los aficionados de aquel país desde su fundación en 1914, se dio cuenta de que la radioafición había adquirido alcance internacional y que sería bueno para ella que existiese una organización mundial que ayudara a resolver los problemas que se estaban planteando debido a su crecimiento. En un discurso pronunciado en la segunda convención nacional de la ARRL a finales de 1923, Maxim dijo que creía que era hora de que una reunión internacional organizara algo que él denominó "World Amateur Radio League".


Las longitudes de onda, que por haberse considerado "poco útiles" se habían asignado a los aficionados, se mostraron como las más eficaces para las comunicaciones a larga distancia, utilizando además baja potencia y antenas muy simples. Esto hizo que las administraciones reconsideraran la asignación de estas frecuencias de uso amateur para emplearlas en el ámbito comercial y militar. Frenar esta progresiva reducción del espectro de longitudes de onda disponible para los aficionados, se estaba convirtiendo así, en una de las razones de mayor peso para crear una organización fuerte que defendiese los intereses de los amateurs.


Maxim pidió a los miembros de la ARRL que presentaran sus ideas para que la Junta Directiva las estudiase. El secretario de la ARRL y editor de la revista QST, Kenneth Warner, haciéndose eco del sentimiento manifestado por su Presidente, declaró que había llegado el momento de la radioafición internacional  y era necesario crear una unión de todos los amateurs del mundo, de la que la ARRL formaría parte. Cuando las comunicaciones internacionales entre radioaficionados comenzó a experimentar un fuerte y rápido crecimiento, el Presidente de la ARRL inició conversaciones con sus homólogos de otras organizaciones nacionales de radioaficionados europeas.


Como consecuencia de estas conversaciones se organizaron varias reuniones entre el 12 y el 14 de marzo de 1924 en honor de Hiram Percy Maxim, Presidente de la A.R.R.L., aprovechando su viaje de negocios a Europa. Como primera toma de contacto se celebró una cena el 12 de marzo de 1924 en el Hotel Lutetia de París, la cual fue presidida por el doctor Pierre Corret, titular de la estación amateur, 8AE, y máximo representante del Comité conjunto formado por las tres asociaciones de radioaficionados francesas más importantes, Societé des Amis de la T.S.F. Radio Club de France y Société Francaise d'Estudes de T.S.F., las cuales habían tomado parte en los test transatlánticos celebrados durante los tres años anteriores. Pierre Corret era además miembro de la Academia Internacional de Esperanto. 


La cena se convirtió en la primera reunión internacional de aficionados, a la que asistieron, invitados por el Comité Conjunto, delegados de asociaciones de amateurs de nueve países, así como los principales radioaficionados franceses. Dichos países fueron: Francia, Italia, Estados Unidos, Luxemburgo, Suiza, España y Bélgica. Dinamarca, que no pudo enviar a nadie, remitió una carta de adhesión de los aficionados de ese país.





Dos días más tarde, se celebró una reunión en el Hotel del Louvre en la que se constituyó un Comité Transitorio de Organización formado por los delegados de cada uno de los países que habían asistido a las reuniones con objeto de tratar los detalles preliminares. Los representantes que conformaron dicho Comité fueron: Henrotay, Bélgica; José Baltá Elías, España; Hiram Percy Maxim, Estados Unidos; Pierre Corret, Francia; G. Marcuse, Gran Bretaña; D.L. Groot, Luxemburgo; Giulio Salom, Italia; y Cauderay, Suiza. Los miembros del Comité Transitorio eligieron a Hiram Percy Maxim como Presidente y a Pierre Corret como Secretario.


El resultado de la reunión fue la decisión unánime de crear una organización internacional que uniese a todos los radioaficionados del mundo, a la que se decidió llamar International Amateur Radio Union. Todos los países civilizados serían invitados a participar en un congreso formal que se celebraría en la primavera de 1925, en el que se formalizaría oficialmente la constitución de la I.A.R.U. 







A partir del 1 de abril de 1924, Miguel Moya comenzaba diariamente a escribir una columna de T.S.H. en el diario El Sol bajo el seudónimo G. Rid.


El 6 de Abril de 1924, en Vizcaya, el arquitecto bilbaíno Emiliano Amann Amann instalaba en su casa una estación experimental de radiotelefonía que, utilizando el indicativo provisional, K2A, emitió algunos conciertos y conferencias. De esta forma se dieron los primeros pasos para la constitución del Radio Club Vizcaya.


El también bilbaino Vicente G. Camba, que más tarde sería titular de la estación oficial de aficionado, EAR-4, primero en Portugalete, y luego en Santurce (Vizcaya), efectuó, a finales de abril, algunos ensayos de transmisión de braodcastig durante su estancia en Madrid por aquellos días.


El 3 de mayo de 1924, Miguel Moya enviaba un saludo, en nombre de El Sol, a los aficionados que le escucharon cuando transmitía desde la estación de un amigo suyo que había construido su emisora siguiendo "punto por punto las indicaciones valiosísimas y el admirable esquema" de Rafael Pacios Vera, Vocal del Radio Club de España, que emitió, por aquel entonces, broadcasting, identificándose como 9-R.C..






Las palabras de Moya fueron escuchadas en Ciudad Lineal, a siete kilómetros de distancia de la transmisora en la que se hallaba, por el gerente de Radio Ibérica, Ernesto Gschwind, que le envió una carta a G. Rid informándole de ello y pidiéndole que le facilitara las características técnicas de la estación emisora desde la que había efectuado su alocución radiofónica, "cuya modulación y el resultado eran muy satisfactorios". 


Moya le respondía en su sección de El Sol días después, revelando que la emisora desde la que había emitido el día 3 utilizaba una sola lámpara de recepción que soportaba 750 voltios en placa sin causar el menor problema y que le proporcionaban 24 vatios en generador.


Pacios se trasladó definitivamente a Valencia poco después, donde obtuvo el indicativo de radioescucha de ondas cortas, E-024, en noviembre de 1926, y muchos años después, el de escucha, EA5-277.U. Más tarde, en 1971, obtuvo también el de transmisión, EA5LB.


El 5 de mayo de 1924 se inauguraban, desde las instalaciones de la Radio Ibérica, las emisiones de Radio Madrid, entidad presidida por Miguel Moya que había surgido de la agrupación de comerciantes e industriales de telefonía sin hilos de la Capital de España. La falta de ingresos para mantener el ritmo de emisiones fue la que llevó a la dirección de Radio Ibérica a buscar el apoyo de Radio Madrid que se concretó en un acuerdo para  financiar 4 horas de la programación de la emisora: de 18 a 19 horas y de 21 a 24 bajo el indicativo de la asociación Radio Madrid. El acuerdo se inició el 12 mayo de 1924, mes a partir del cual coexistieron los dos nombres en una misma frecuencia radiofónica. Las emisiones regulares duraron hasta la llegada del verano.


El 17 de mayo de 1924 se publicó el primer número de la revista Radio Ciencia Popular dirigido por el conocido biólogo Mariano Potó, socio del Radio Club de España.


La Asociación Radio Española, se constituyó el 18 de mayo de 1924 con el objetivo de organizar a los aficionados españoles y defender sus intereses. El primer número de la revista T.S.H. que dirigía Arturo Pérez Camarero (micrófono), portavoz de la asociación, se publicó por primera vez, el 24 de mayo de 1924. 


El 22 de mayo de 1924 el argentino Carlos Braggio, R-CB8 (366 oficialmente), batía el récord de distancia en comunicado bilateral en onda corta al efectuar QSO con el neocelandés Iván H. O'Meara, Z-2AC. Pocos días después, el 30 de mayo de 1924, Carlos Braggio realizaba el primer comunicado bilateral entre Sudamérica y Estados Unidos, contactando con la estación U-3BWJ de Collingswood, New Jersey.


Miguel Moya efectuaba en el mes de junio de 1924 emisiones de radiotelefonía, en longitud de onda de radiodifusión, cuando sus ocupaciones se lo permitían, transmitiendo algunos conciertos, noticias y un curso de morse, durante algunos días, entre ocho y nueve de la mañana. El 3 de junio de 1924, desde la columna de T.S.H. que G. Rid (Miguel Moya) escribía en el diario El Sol, bajo el título "Notas de un aficionado" se dieron a conocer las emisiones de la nueva estación de aficionado 1-R.A. (Un Radio Aficionado) que el sábado 31 de mayo, la tarde y noche del domingo, así como la del lunes, a partir de las 22h 00' y después del concierto nocturno de Radio Ibérica, "transmitió varios trozos de música y algunas palabras dirigidas a los aficionados", a los que rogaba informasen de las condiciones de recepción de su señal. La 1-R.A. (de Miguel Moya), enviaba saludos a los aficionados y especialmente a la estación 9-R.C., de Rafael Pacios, que le había precedido en la emisión de broadcasting amateur. 1-R.A. comunicaba que seguiría con sus pruebas de emisión en días sucesivos y esa noche lo haría a las 22h 00' lanzando el siguiente mensaje "¡Hallo! ¡Hallo! Aquí la 1-R.A. Aquí la 1-R.A. de G. Rid". La 9-R.C. emitía cuando finalizaban los conciertos de Radio Madrid, siendo su señal escuchada, no sólo en Madrid, sino que también en Valladolid. Pacios se trasladó luego a Valencia, donde obtuvo el indicativo de radioescucha de onda corta en noviembre de 1926, E-024, otorgado por E.A.R. También sería, muchos años más tarde, titular del de escucha, EA5-277.U y luego del  de emisor EA5LB en 1971.






La revista semanal Radio Ciencia Popular, recogió en su número del 7 de junio dentro de su sección "Noticiero radiofónico" que "[...] el domingo por la tarde [1 de junio] oímos la estación emisora de aficionado 1R.A. que, con gran modestia, pero con una modulación inmejorable (lo uno no quita lo otro), amenizó el día festivo [...]".


El domingo 8 de junio de 1924, la 1-R.A. transmitió, a las nueve, la noticia de un desgraciado atropello en el que resultó muerta una mujer cuando cruzaba la calle Claudio Coello en dirección al Retiro. La 1-R.A. emitió sus señas para ayudar a su identificación.


Ese mismo día, entre la transmisión de algunas piezas musicales, la 1-R.A. informó del resultado de la corrida de toros en la Plaza de Madrid, en la que el torero Luis Fuentes Bejarano tuvo su confirmación como matador, siendo apadrinado, al tomar la alternativa, por Victoriano Roger (Valencia II). Dicha breve reseña se convirtió en la primera revista de toros radiada, merecedora de los plácemes cariñosos del "galenista", Santiago Oria, redactor del diario madriñelo La Voz, y del "lampista" y gran aficionado Félix Méndez.


El 10 de junio, Miguel Moya mostraba abiertamente su entusiasmo, como radioemisor aficionado, en su columna de T.S.H. en el diario El Sol al afirmar, respecto a las "afectuosas referencias" que la revista TSH le había dedicado recientemente a la 1-R.A.: "[...] Si tuviéramos tantos vatios en antena como buena intención, a estas horas nos estarían oyendo en Leningrado [...]"


A continuación Moya reprodujo una carta de un radioyente, el radiotelegrafista Fernando Girón, que había escuchado las emisiones de la 1-R.A. el lunes día 2 de junio, sobre las 23h 30' cuando se encontraba, con Carlos Igartúa, en casa del Marqués de Valenzuela, en El Escorial, recibiéndole "en alta voz". Girón comentó en su carta que aunque la identificación no había sido absoluta, al llegar a Madrid y comprobar que la música que él había oído lo fuera también por otros muchos radioyentes que estaban escuchando a la 1-R.A. y que ninguna otra estación había emitido a esa hora, ya no le cupo duda al respecto. Fernando Girón sería el encargado de realizar un curso teórico y práctico de recepción y transmisión del morse organizado por la revista Radio Sport en febrero de 1926. 


Desde comienzos de junio de 1924, Radio Ibérica transmitió a las 22h 59', la hora oficial comprobada con el Observatorio Central Meteorológico y la Torre Eiffel y a continuación, leía los pronósticos del tiempo en toda España, conforme al Boletín que diariamente facilitaba el Observatorio. Esta información resultó de gran interés para los radioyentes, algunos de los cuales ya escuchaban en sus receptores, desde hacía algún tiempo, las señales radiotelegráficas emitidas desde París.


El conocido radioaficionado y Vicepresidente del Radio Club de España, Fernando Castaño, Venía haciendo por las noches pruebas de transmisión en telegrafía con onda continua. Emitía con 90 vatios y empleando el circuito Hartley en longitud de onda sobre 200 metros.


Los resultados obtenidos hasta el momento habían sido muy satisfactorios, siendo oído primeramente en Pasajes, por Higinio Nicolás. Dos aficionados ingleses, Walker, de Swansea, y  Lutton de Londres, le habían escuchado en la noche del sábado 21 de junio con un receptor corriente de una lámpara. Las señales eran fuertes y la onda continua pura. La distancia a dichos puntos era de 1.300 kilómetros.


Castaño empezaba entonces a transmitir en 118 metros de longitud de onda, aunque todavía no había recibido noticias respecto a la recepción de sus señales. Su  llamada, «CQ de 3XY» se pudo escuchar durante los descansos de la emisión de Radio Madrid y después del concierto emitido.


Tras la publicación de la la R.O. del 14 de junio de 1924 sobre régimen de estaciones radioeléctricas particulares, en el que el art. 34 del Reglamento contenido en el capítulo II (sobre las Estaciones transmisoras), fue dedicado íntegramente a las estaciones de quinta categoría (aficionados), se otorgaron en España los primeros indicativos de radioaficionado.


El domingo 22 de junio de 1924, C. Edington Sutton de Wimbledon (Inglaterra) escuchaba la llamada a intervalos de CQ en CW puro a partir de las 11h30’ GMT de la estación 3XY de Castaño de Madrid, que transmitía en el entorno de los 200 metros de longitud de onda.


El 5 de julio de 1924, en una carta firmada por Miguel Moya; Ernesto Gschwind Fauré, Presidente de la Sociedad Radio Ibérica, y Enrique Gonzalez Fiol, periodista y escritor, dirigida al Presidente de la Asociación de Prensa de Madrid, José Francos Rodríguez, estos ponían a disposición de dicha organización la emisora de radiodifusión que emitía en pruebas en la calle Rodríguez San Pedro, 7 y 9 de Madrid. Dicho ofrecimiento, tenía su origen en unas conversaciones previas que los firmantes habían tenido con miembros de la Junta Directiva de la asociación, en las que se apreció la conveniencia de que esta utilizase, de alguna forma, el nuevo medio de cultura que representaba el broadcasting. El que la Asociación de Prensa dispusiese de una estación radiotransmisora era algo que, no sólo le daría publicidad, sino que además le permitiría, como órgano representativo de la prensa española, hacer llegar a cualquier punto del territorio y más allá de sus fronteras, aquella información que se le requiriera como tal en un momento dado y en favor del prestigio de España.


Esta emisora de la calle Rodríguez San Pedro, que había sido promovida en un principio por los tres firmantes de la carta antes citada, fue finalmente la que dio origen a Radio España, EAJ-2, que comenzó sus emisiones el 10 de noviembre de 1924, cuatro días antes de que lo hiciera regularmente EAJ-1, Radio Barcelona. El director técnico de la EAJ-2 fue el doctor E.A. D'Asteck Callery. Ernesto Gschwind, una vez obtenida la licencia y el indicativo EAJ-2, de cuarta categoría, se había asociado con los miembros de Radio Madrid, organización de comerciantes de radiotelefonía de la capital de España, que había tenido como responsable económico a Rafael Marco, que ahora aparecía como director gerente de la nueva emisora. Junto con él, se encontraban Arturo Domingo y Manuel Moltó, procedentes también de Radio Madrid. Miguel Moya fue concesionario en comandita de la EAJ-2.


El diario de Madrid La Voz, daba a conocer el 15 de julio de 1924 que se había "concedido la primera licencia oficial para estación emisora de aficionados, con arreglo al reciente reglamento" y que "la concesión corresponde a don Miguel Moya y Gastón, y el distintivo [de llamada] es el siguiente EAR-1".


Con el establecimiento de esta reglamentación, tanto las estaciones particulares como las de Radiodifusión, pasaron a disponer de autorizaciones específicas. La fase experimental de la radiodifusión quedaba concluida entrando desde ahora en una nueva etapa cuya actividad estaba regulada.


El 20 de julio de 1924 se celebró la Asamblea General de la Asociación Radio Española, constituida el 18 de mayo de 1924, para elegir Junta Directiva, cuya composición resultante fue la siguiente: Presidente Honorario, Antonio Castilla; Presidente, Gonzalo de Aguilera Munro, Conde de Alba de Yeltes; Vicepresidente Primero, Matías Balsera; Vicepresidente segundo, Julio Palacios Martínez; Secretario General, Fernando Sanahuja; Secretario Primero, Carlos España; Tesorero, Gregorio Gallardo; Contador, Pedro Roa; Vocal Primero, Jorge La Riva; Vocal segundo, Francisco Muñiz; Vocal tercero, F. Troncoso; Vocal cuarto, Ángel sobejano; Vocal quinto, A. Camarero; Vocal sexto, Enrique González; Vocal séptimo, Antonio Azpeitia; y Vocal octavo, Miguel Moya.






El 23 de julio de 1924, G. Rid (Miguel Moya) escribía en "Notas de un aficionado", su columna habitual de T.S.H. en el periódico El Sol, sobre "una revista interesante". Aprovechando que había recibido el  último número publicado del semanario francés, Journal des 8, órgano portavoz de los radioaficionados franceses, del que Miguel Moya, en la calle Concordia, 4 (su domicilio) era representante en España, EAR-1 explica que el periódico, de tan solo 4 páginas, estaba consagrado a la transmisión y recepción de ondas cortas, y que lo que resultaba especialmente interesante para los aficionados españoles de esta publicación, era que en cada uno de sus números se incluía un esquema de estación transmisora de amateur con todas sus características. El nombre del periódico respondía al hecho de que todas las estaciones transmisoras de aficionado de Francia iban precedidas por el número 8 en sus indicativos, como la del famoso Leon Deloy, 8AB.


Moya también se refirió ese día a la excelente labor del Radio Club de España, cuyo prestigio era cada vez mayor entre los aficionados españoles, y que preparaba para el próximo otoño una importante campaña de divulgación de la radiotelefonía.


El 2 de agosto de 1924, Moya daba a conocer en su columna de T.S.H. en el diario El Sol, que la American Radio Relay League (A.R.R.L.), había cursado una invitación a los aficionados españoles por conducto del Radio Club de España, para que participasen en la constitución de la International Amateur Radio Union, que en abril del año siguiente, tenía previsto celebrar su primer congreso, al que acudirían "representantes de todos los países civilizados". Al requerimiento de colaboración efectuado por la ARRL, Moya respondía afirmando que "[...] El Radio Club tiene desde este momento una tarea que cumplir, y estamos ciertos de que así ha de hacerlo desde «Tele-Radio» y cuantos medios estén a su alcance [...] ... [...] La importancia del proyecto y el honor de la invitación obligan por igual a los aficionados y al gobierno."


El 13 de agosto de 1924 se constituyó legalmente Radio Madrid que aunque venía funcionando como agrupación de industriales de radiotelefonía de la capital de España sin personalidad jurídica propia, se pretendía con esta formalidad, darle un mayor impulso, evitando al mismo tiempo, los inconvenientes de las cuotas voluntarias y acuerdos puramente amistosos. La reunión tuvo lugar en el Círculo de la Unión Mercantil e Industrial, en la que se nombró una nueva Junta Directiva presidida por Miguel Moya, que era en ese momento, vocal de la Junta Superior de la Asociación Radio Española y autor del proyecto de la Sociedad Española de Radiodifusión. Como Vicepresidente se eligió a Gregorio Gallardo, cuya gestión en las dos entidades citadas, además de en Radio Madrid, había sido muy eficaz. Ramón Romero, como contador y Luis Gonzalez, como vocal, fueron dos de los nuevos componentes de la nueva dirección, comerciantes de prestigio y solvencia que habían sido activos organizadores de los primeros conciertos de Radio Madrid. Juan Rivó, como secretario y Miguel Íñigo como vocal, completaban la lista de cargos que dio a conocer Micrófono (seudónimo utilizado por el periodista, Arturo Pérez Camarero), dos días después de la constitución de la referida entidad en su columna de T.S.H. en La Libertad, finalizando dicha información añadiendo, "[...] Deseamos que Radio-Madrid continúe su interrumpida campaña fomentadora del sinhilismo, contribuyendo a engrandecer la Radiodifusión, y nos permitimos aconsejar a la nueva Junta que cuide de impedir que intereses personales y antiguas rencillas de elementos ajenos al comercio desenfoquen la beneficiosa misión de Radio-Madrid evitando enérgicamente que vuelva a provocarse la aparente oposición entre los industriales y la afición, que por no ser provechosa para nadie, no lo es ni para quienes pretenden explotarla." La Junta Directiva se completaba con los siguientes miembros, según el propio Micrófono reveló al día siguiente en la misma publicación: Delfín Delgado, como Tesorero, y los vocales, Dargallo (de Dargallo y Compañía, S. en C.), y Ernesto Gschwind.


Miguel Moya dejó de escribir su columna de T.S.H. en el diario El Sol el 15 de agosto de 1924, siendo relevado poco después  en este cometido por otro aficionado que utilizó el seudónimo Dick, titulando su sección "Cosas de radio", primero de forma irregular, desde el 17 de septiembre, y luego ya diariamente a partir del 8 de octubre.


El 24 de agosto de 1924, la revista T.S.H., portavoz de la Asociación Radio Española  y órgano de Radio Madrid, dirigida por Arturo Pérez Camarero, publicó, en su sección titulada "Figuras de la Radiotelefonía" un artículo sobre Miguel Moya Gastón de Iriarte, escrito por Micrófono e ilustrado con el retrato del nuevo Presidente de Radio Madrid. 




Miguel Moya fue nombrado director de Importaciones Industriales, S.A., sociedad creada en 1919, que incorporó a su negocio la compra venta de material de Radiotelefonía. Moya se asoció para ello con Antonio Fernández, ingeniero industrial electricista de la Escuela de Lieja (Bélgica); Emilio González Llana y Fagoaga, presidente de esta sociedad desde sus inicios, ex-diputado, ex-senador y catedrático de la Escuela Especial de Ingenieros de Minas; y Rodrigo de Rodrigo y Jiménez, ingeniero de minas y director de la sociedad Oxígeno Industrial. El domicilio de Importaciones Industriales, S.A. estaba situado en la calle Relatores, 2, duplicado, de Madrid y era representante en exclusiva de la casa G. Pericaud de París, fundada en 1911.


En el mes de agosto de 1924, Fernando Castaño Escalante, EAR-2, desde la calle Fernández de los Ríos, 25, de Madrid, escuchaba a las estaciones norteamericanas: U-9ALI, de Wyeville, Wisconsin; U-8cyi, Crown Service Station, 306 Clay, Ave., Rochester, N.Y.; y U-2rs. Dicho QRK (reporte de escucha) fue enviado a la revista QST que lo publicó en la sección de "Calls heard", dirigida por F.H. Schnell, del mes de octubre de ese año, al que Castaño añadió, "Would be glad to hear from American amateurs" (Estaría encantado de escuchar a los aficionados americanos). "QRK my 100 watts?" (puedes escuchar mis señales de 100 vatios de potencia?). "Answer to name and address above" (Respuestas a mi nombre y dirección arriba detallado). "On air after Oct. 1st." (He comenzado mis emisiones el primero de octubre). Antes de la concesión del indicativo oficial EAR-2 a Fernando Castaño, este venía utilizando el provisional 3XY. En una QSL que este envió para confirmar un QRK a la estación norteamericana 2DX el 14 de agosto de 1924, figuran ambos indicativos, provisional y oficial, con dos barras sobre el primero y en el campo rotulado "Transmitting", Castaño anotó "Not till october" (referido a la EAR-2, que no había transmitido con anterioridad al mes de octubre de 1924).


El 17 de noviembre de 1924, el diario El Sol informaba de la publicación del primer número de la colección "El Manual del Radioescucha", de G. Rid, incluyendo el sumario del  mismo.






El 22 diciembre de 1924, Fernando Castaño Escalante, EAR-2, efectuaba el primer comunicado bilateral de España con América, estableciendo QSO con la U-2BY, de Schenectady, New York, dos días después lo hacía Jenaro Ruiz de Arcaute, con el indicativo provisional EAR-3 (luego sería el oficial EAR-6), de Tolosa (Guipúzcoa). la revista QST de febrero de 1925 refería así el hecho en sus páginas: «Spain. Another country!. 2BY was first ti the Dons, working EAR2. 3HS Report Both, EAR2 and EAR3. 1ANA Heard EAR3 the might of Dec 22-23d, calling ARRL on about 90 meters, and z1AK, has twice looged AR2, believed to be on Madrid.»







La estación norteamericana U-9ALI, de Wyeville, Wisconsin, acusaba recibo, en las páginas de QST del mes de diciembre de 1924, de la QSL de escucha (QRK) correspondiente a agosto, que le había enviado por Fernando Castaño, EAR-2 de Madrid.


Entre los días 6 al 28 de diciembre de 1924 se celebró en el Palacio de Hielo de Madrid, la Exposición General de la T.S.H., del Cinema y de la Electricidad. Dentro de los comités que protagonizaron la organización del evento, se encontraba el correspondiente al de las asociaciones de aficionados, en el que participaron, Matías Balsera Rodríguez como representante de la Asociación Radio Española; Miguel Moya Gastón de Iriarte (EAR-1), Presidente de Radio Madrid, y Luis María de Palacio y de Vergara, Presidente del Radio Club de España. La Exposición fue visitada por el Rey Alfonso XIII el día 12, acercándose al estand de aficionados, donde Matías Balsera y Luis María de Palacio le dieron amplias explicaciones sobre las interesantes obras expuestas. El Rey fijó su atención en un rudimentario receptor de radiotelefonía hecho por un niño de ocho años, dos receptores en miniatura y unos receptor y transmisor de morse para telegrafía que cabían en una mano.





En la revista QST, órgano de la A.R.R.L. se daba a conocer en el número correspondiente a diciembre de 1924, la noticia de que Miguel Moya, EAR-1, "conocido publicista e ingeniero", titular de la primera licencia oficial concedida en nuestro país, había sido elegido para representar al Radio Club de España en el Congreso Internacional de Radioaficionados que se iba a celebrar en París en 1925. 




La designación del representante que finalmente acudiría a París no estuvo ajena a cierta polémica puesto que el 6 de enero de 1925, Arturo Pérez Camarero, bajo el seudónimo Micrófono, escribía sobre "La delegación de España en el Congreso de París" en su sección habitual de Radiotelefonía en el diario La Libertad. Informaba Pérez Camarero de la convocatoria del primer Congreso Internacional de Radioaficionados a celebrar en París en la próxima primavera en la que estarían presentes 27 naciones. Resaltaba Micrófono la importancia del Congreso y de que España estuviese convenientemente representada. En la revista T.S.H., según comenta, se habían recogido las incidencias surgidas en torno al nombramiento del representante español en dicho acontecimiento, para el cual el Comité Organizador de París  designara a José Baltá Elías. Este había solicitado ser confirmado como tal por las asociaciones, sociedades y clubs de aficionados españoles, o en caso contrario, presentaría su dimisión para que fuese elegida otra persona.


En marzo de 1925, Carlos Sánchez Peguero, EAR-9, de Zaragoza, que fue el primer radioaficionado español que trabajó en QRP, con tan solo diez vatios efectuó su primer comunicado bilateral con Estados Unidos, convirtiéndose en el tercer español que lo lograba, realizando QSO con la 3BWT de Washington, que le acusó señales fuertes, siendo además una de las tres o cuatro estaciones europeas que habían logrado, hasta el momento, cruzar el Atlántico con baja potencia. La EAR-9 trabajaba en longitud de onda de 95 m.





El 14 de ese mismo mes, Fernando Castaño, EAR-2 batió el récord español de distancia alcanzada en transmisión al ser escuchadas sus señales en Nueva Zelanda por las estaciones Z4AK, Z2AA, Z2AC Y Z4AB, habiendo recorrido las ondas emitidas por su estación 21.000 km.


La Radioafición Española, de muy corta edad, comenzaba a ser conocida en el mundo entero, adquiriendo día a día, mayor prestigio debido a sus logros.


Miguel Moya asistió al Primer Congreso Internacional de Radioaficionados, celebrado en París entre el 14 y el 18 de abril de 1925, en representación del Radio Club de España, y de los Radio Clubs de Zaragoza, Reus, Palma de Mallorca, Oviedo, Sevilla y Bilbao.


A dicho congreso acudieron representantes de todos los países europeos, Estados Unidos, Australia, Argentina, Brasil, Uruguay y Japón, 23 en total, a los que luego se sumarían dos más. Las reuniones se celebraron en la Facultad de Ciencias de París, bajo la presidencia del radiotécnico, Eduard Belin. Como resultado del mismo, se constituyó la International Amateur Radio Union, acordándose también que el idioma auxiliar internacional fuese el Esparanto.








La A.R.R.L., con sus 30.000 afiliados pasaba a ser la sección norteamericana de la I.A.R.U., al igual que en los demás países se formarían sus respectivas secciones naciones. 


La revista Radio Sport creó, en mayo de 1925, una sección titulada "Radiotransmisión" con objeto de "fomentar el desarrollo de la radiocomunicación entre los aficionados", en la que se insertó información técnica para la construcción de transmisores y receptores de onda corta y accesorios para los mismos, así como descripción de estaciones de aficionados, nuevos indicativos concedidos, nomenclator de las estaciones nacionales y extranjeras, comunicados de radioemisores, nuevas disposiciones oficiales y otras noticias de interés para los amateurs.




Con la emisión del 18 de mayo de 1925, Radio Madrid, sociedad de comerciantes de artículos de radiotelefonía de Madrid, daba por concluidas las mismas debido a la falta de colaboración de muchos comerciantes de la capital de España para que estas pudieran continuar. El vacío sería cubierto por las emisiones de Unión Radio.


Miguel Moya, a su regreso de París, donde había asistido al Primer Congreso Internacional de Radioaficionados, dio una conferencia en la sede del Radio Club de España, informando a sus socios de los asuntos tratados y acuerdos adoptados. Moya resaltó además el buen papel que los aficionados españoles estaban jugando en la radiotelegrafía y radiotelefonía.


Miguel Moya comenzó entonces a organizar la sección española de la I.A.R.U. recabando las 25 afiliaciones mínimas requeridas para que esta se pusiese formar, según establecía el artículo tercero de la Constitución de la recién creada organización internacional.  






El 5 de junio de 1925, a las 3h 53' horas de Melbourne, la estación australiana de L.A. Hope escuchaba claramente en Launceston (Tasmania) la señal emitida por la EAR-1 a 16.000 km de distancia de Madrid. La notificación o QSL le debió llegar a Moya a primeros de septiembre, puesto que es cuando la hizo pública. Esta distancia, que en la revista Radio Sport de septiembre, y en el periódico La Voz, del día 5 de ese mes, se daba como récord español de transmisión, en realidad no lo era puesto que Fernando Castaño, EAR-2, había conseguido en marzo de ese mismo año una distancia mayor, como la propia revista citada aclaró dos meses después, según una nota que publicó haciendo constar este hecho, mencionando una carta enviada por EAR-2 a su redacción sobre el particular.


En junio de 1925, un año después de que se hubiese publicado el Reglamento para el establecimiento y régimen de estaciones radioeléctricas particulares, habiendo en España 20 millones de habitantes, tan solo se habían concedido 12 licencias de emisoras de aficionados, contrastando con el número que ya existía en América, de 17.000. Desde las páginas de Radio Sport se pedía a la Junta Técnica e Inspectora de Radiocomunicación que estudiase una modificación de este artículo, sustituyendo el requisito del título que se exigía en el mismo por un examen o cuestionario de aptitud. Esto facilitaría que muchos de los aficionados españoles que existían pudiesen acceder a la licencia y también evitaría que existiesen emisoras clandestinas o provisionales, como los propios radioaficionados las denominaban.





La revista Journal des 8 recogía en su número 50 correspondiente a 27 junio de 1925 una nota enviada a la redacción de dicha publicación por EAR-1 en la que Miguel Moya se mostraba estar a  disposición de todos los radioaficionados franceses en las longitudes de onda de 40 a 45 m en la tarde y a partir de las 21h00. Todos los QSO serían confirmados mediante la QSL oportuna.


La revista Radio Sport publicó en su número correspondiente a julio-agosto de 1925, y dentro de su sección "Radio Transmisión", un artículo editorial dando a conocer la estación de aficionado EAR-1 de Miguel Moya. En el mismo, se decía "[...] El Sr. Moya es uno de los primeros aficionados y de los que más han trabajado para propagar la radiotelefonía en España [...]".


Moya era entonces, además de miembro del Radio Club de España, de la International Amateur Radio Unión, de la American Radio Relay League, del Radio Club de Francia, de la Sociedad Francesa de Estudios de la Telefonía Sin Hilos, de la Svenska Radio Klubben y de la Radio Socity of Gran Britain.


La EAR-1 había sido oída, además de en España, en Francia, Inglaterra, Bélgica, Italia y América, con cuyos países estableció comunicación bilateral, siendo uno de los hechos más gloriosos de Moya haber contactado en longitud de onda de 30 m. con G2VO, de Inglaterra a plena luz del día. 


A continuación se describían los datos técnicos de la estación EAR-1, incluyendo fotografías de la misma y sus componentes.







El 2 de julio de 1925, la Sección Española de la I.A.R.U. se había declarado existente tras haberse alcanzado la cantidad mínima de miembros de la organización pertenecientes a dicho país. Lo mismo ocurrió en el caso de Alemania y Holanda. A continuación, se habría el proceso de elección de Presidente de la Sección cuyo mandato se extendería por plazo de dos años. Los candidatos, conforme a lo establecido en el artículo quinto, apartado décimo de la Constitución, deberían ser miembros de la I.A.R.U. y no estar vinculadas comercialmente a la industria de la radio. Las nominaciones deberían estar en poder la la I.A.R.U., 1711 Park St., Hartford, Conn. U.S.A.,  antes del 15 de septiembre de 1925, tras lo cual se prepararían las boletas con la lista de candidatos elegibles y serían enviadas a los votantes de la sección correspondiente para que efectuasen su elección. Todos los EAR se hicieron miembros de la I.A.R.U., y por lo tanto, de su sección española que en septiembre de 1925 alcanzaba el número de 40.


Los dos candidatos nominados para presidir la Sección Española de la I.A.R.U. fueron Miguel Moya, EAR-1, y Fernando Castaño, EAR-2. Tras su proclamación se abrió el proceso de votación.


El Journal des 8 se hacía eco en la portada de su número 59 de lo publicado por Radio Sport en su número de julio-agosto sobre la estación de aficionado de Miguel Moya, incluyendo la misma fotografía de la estación EAR-1, la QSL dedicada a Emilio Cañete y el esquema de su emisor Hartley con las modificaciones efectuadas por el francés, Pierre Louis, 8BF, de Orleans.






Por Real Orden de 1 de octubre de 1925, Miguel Moya Gastón de Iriarte, fue nombrado Vocal de la Junta Técnica e Inspectora de Radiocomunicación, de la que también formaba parte, desde el 9 de mayo de ese mismo año, el Jefe del Servicio Meteorológico Nacional, Enrique Meseguer y Marín. Ambos tendrían en los próximos meses oportunidad de debatir acerca de las posibilidades de colaboración de los radioaficionados en los trabajos meteorológicos.


En noviembre de 1925, se efectuó el recuento de los votos a las candidaturas que se habían enviado a la I.A.R.U. para la elección de Presidente de la Sección Española de la misma por el plazo de dos años a contar desde el 1 de noviembre. El resultado dio como ganador a Miguel Moya, EAR-1, que obtuvo 13 votos frente a los 3 conseguidos por el otro candidato, Fernando Castaño, EAR-2. La noticia había sido transmitía por el secretario de la I.A.R.U., K.B. Warner. Veinticinco eran los países cuyos radioaficionados formaban parte de la organización internacional.


El 5 de diciembre de 1925, el Journal des 8 publicaba el siguiente llamamiento dirigido a España : "Z2AC el “as” de los aficionados del Mundo (categoría de los Ham) pide a los aficionados españoles que hagan QSO (comunicación bilateral) NZ (con Nueva Zelanda) en las mañanas hacia las 7h 00 gmt. F8JN está QRV (a la escucha) para facilitar el contacto."





En ese mes, la estación francesa próxima a París, F-8jn, operada por Alekxis Levassor, efectuaba la presentación a la neocelandesa Z-2AC, operada por Ivan H. O'Meara, en Gisborne (Nueva Zelanda), de las españolas, EAR-21, de Ramón de Lilí Galdames, y y EAR-1, de Miguel Moya, con lo que se batía el récord de distancia en comunicación bilateral de nuestro país. Este radioaficionado neocelandés había establecido, en su QSO del 22 de mayo de 1924 con Carlos Braggio, titular de la CB-8, de Argentina, el récord mundial de distancia de comunicación en onda corta (11.000 km). La F-8jn efectuaba QSO diario con la Z-2AC desde noviembre de 1925, comunicación regular que se mantendría durante seis meses, con lo que pretendía demostrar la utilidad comercial de las ondas cortas.


En efecto, el 11 de diciembre de 1925 se producía la primera comunicación bilateral de España con Nueva Zelanda llevada acabo por Ramón de Lili Galdames, EAR-21 con Ivan H. O'Meara, en Gisborne (Nueva Zelanda), Z2AC. Posteriormente, y durante varios días, EAR-21 mantuvo varios QSO's con Z-2AC y Z-2 NA. La revista barcelonesa Radio Técnica publicó la noticia en su número correspondiente al 31 de diciembre de 1925, mediante una nota facilitada por el Radio Club de Vizcaya en la que se daba de forma detallada el contenido de los mensajes intercambiados en el primer QSO España-Nueva Zelanda entre EAR-21 y Z-2AC.


El 14 de diciembre de 1925, Miguel Moya escribía la siguiente carta al director de la revista Radio Técnica, la cuál  fue publicada en la Revista Radio Técnica en el mismo mes en que fue escrita:


"Sr. Agustín Riu.

Director de RADIO TÉCNICA

Mi distinguido amigo y colega: El «Q.S.T.» de este mes publica la noticia de que he sido elegido Presidente de la Sección Española de la Internacional Amateur Radio Union. Muchas, muchas gracias y un saludo muy cordial a todos.

Sin la favorable acogida que ustedes dispensaron a mi propaganda en favor de la rápida constitución de una Sección Española, nuestro país no se contaría entre los doce que tienen ya sección. Sin el concurso entusiasta y fraternal de ustedes, España no ocuparía hoy el quinto lugar entre esas doce naciones que pertenecen a la Internacional.

Esta primera realidad, muy satisfactoria, nos indica lo que puede esperar el prestigio de la Sección Española, de la colaboración decidida y desinteresada de todos los que formamos esta minoría tranquila y laboriosa del amaterismo español.

Debemos redactar las bases de una organización, no le parece a Ud?. Y entre los aspectos principales de ella figuran todo lo que se refiere a domicilio, cargos de la Directiva General, creación de Delegaciones provinciales o regionales, publicación de un Boletín, señalamiento de cuotas y ordenación y régimen de los servicios.

Deseo conocer la opinión de ustedes antes de dar forma a un Reglamento y someterlo a su aprobación. Dígame cual es su parecer sobre estos temas, así cuanto usted crea que ha de facilitar y asegurar el buen funcionamiento de nuestra Asociación.

No será posible hacer nada perfecto, pero creo que si nos lo proponemos, entre todos, con buena fe y buena voluntad, las cosas saldrán bien.

Muchos y mejores 73's de su afmo. amigo y colega. Miguel Moya."


Agustín Ríu, contestando a la carta de Miguel Moya, añadió a continuación del texto de la misma publicado en las páginas de la revista que dirigía, "El Sr. Moya posee en grado sumo la rara cualidad de tratar con personas de distintos caracteres y sumar esfuerzos para obtener un fin determinado. Tenemos que convenir que uno de los factores más decisivos para que España  figure en el quinto lugar entre todas las naciones ha sido el tacto peculiar del Sr. Moya estando plenamente convencidos que los años que ocupe la representación de los aficionados españoles serán prósperos y se desplegarán las más grandes iniciativas, demostrándose la organización e impulso que quiere darle su Presidente con la carta que acabo de recibir la cual reproduzco íntegra por considerarla de interés a todos los lectores de esta revista. [...].


El 16 de diciembre de 1925, Miguel Moya, EAR-1 logró su ansiado comunicado bilateral con Nueva Zelanda en la longitud de onda de 34 metros, de lo cual informó el Journal des 8 el 19 de diciembre, mediante publicación de la siguiente nota: "ESPAÑA.- F8JN termina de pasar a E AR21 y E AR1 en QSO a Nueva Zelanda. Z2AC se encarga enseguida de presentarlos a otros Z. Aviso a los E (Europeos) aficionados de DX.". El 2 de enero de 1926, la misma revista incorporaba la siguiente nota: "Felicitamos igualmente al Sr. Miguel Moya por haber realizado comunicación bilateral a las 8h. 1/2 de la mañana con Z2AC, cubriendo con el Sr. Galdames (EAR21) de Bilbao, el segundo récord español de Q.S.O.; agregamos que es nuestro excelente 8JN quien ha presentado a EAR1 en Nueva Zelanda.".


El 17 de diciembre de 1925, en el ejercicio de su labor inspectora de las emisoras madrileñas,  visitaron Unión Radio, Ricardo Salas, coronel de Ingenieros, jefe del Centro Electrotécnico; Pedro Regueiro, segundo jefe del Negociado de Radiotelegrafía de la Dirección General de Comunicaciones; Mariano de las Peñas, ingeniero del Ministerio de Trabajo, y Miguel Moya, miembros de la Junta Técnica e Inspectora de Radiocomunicación, siendo recibidos por el ingeniero y varios consejeros de la entidad.


A finales de 1925, Miguel Moya fue nombrado Socio de Honor de la Sociedad Portuguesa de Amadores de T.S.F. 


Miguel Moya que había comenzado a desarrollar su proyecto de estatutos para la asociación que  denominó Españoles Aficionados a la Radiotécnica, con intención de que asumiese, una vez constituida, la identidad de la Sección española de la I.A.R.U., tal como ocurría en otros países como Estados Unidos, donde la asociación A.R.R.L. era la sección nacional de la organización internacional. Moya envió a los principales EAR's el borrador de los estatutos de dicha asociación acompañada de una carta con el siguiente texto: "Mi distinguido amigo y colega: Adjunto envío a V. el proyecto de nuestro Reglamento.

La especial constitución de nuestro grupo impide discutir detenidamente y aprobar en consecuencia cada uno de los artículos de que se compone. Por eso consulté con V. V. sobre las líneas generales que deberían encuadrar esas bases, y he procurado trazarlas de acuerdo con las indicaciones que V.V. han tenido la bondad de hacerme.

Así pues, si en general le parece a V. bien el proyecto que tengo el gusto de someter a su aprobación, le agradeceré que exprese su conformidad al pie del mismo y me lo remita seguidamente.

También le ruego y le agradeceré me indique nombres para la Directiva y para Delegado de la Región a que V. pertenece.

Con este motivo le saluda afectuosamente su amigo y colega, q.e.s.m (que estrecha su mano) Miguel Moya."


Miguel Moya consideró que debía dividir el territorio peninsular en ocho regiones, sin considerar por tanto  los territorios insulares y africanos. Así la Primera Región estaría formada por Castilla la Nueva y Extremadura; la Segunda, León, Galicia y Asturias; la Tercera, Castilla la Vieja; la Cuarta, Vascongadas y Navarra; la Quinta, Aragón; la Sexta, Cataluña; la Séptima Valencia y Murcia; y la Octava, Andalucía.


Miguel Moya era representante de la Sociedad Ibérica de Representaciones, dedicada a la comercialización de aparatos y accesorios de radio, que participó, mediante su presencia en el stand nº 125, en la segunda edición de la Exposición de T.S.H. de Madrid, celebrada en el Palacio de Hielo entre el 12 y el 28 de diciembre de 1925, y que fue definitivamente clausurada el 7 de enero de 1926. 


En enero de 1926, la Revista Radio Sport designó como director de su sección "Radio Transmisión" a Miguel Moya, EAR-1, al que presentaba como "[...] Decano de los EAR's, Presidente de la sección española de la International Amateur Radio Union y Miembro de la Junta Técnica e inspectora de Radiocomunicación, quien por sus sobrados méritos como por sus decididos entusiasmos, sabrá encauzar la labor de los EAR's propagando la radio transmisión en España, siendo estas columnas un lazo más de unión entre ellos. [...]".


Moya abría su colaboración en la sección de ese número de Radio Sport haciendo constar las felicitaciones que, con motivo del Año Nuevo, estaba recibiendo la sección española de la I.A.R.U. de sus camaradas extranjeros.


Recordaba Moya que, tanto Ramón de Lilí Galdames, EAR-21, de Bilbao, como él mismo, EAR-1, de Madrid, habían establecido comunicación bilateral recientemente con Gisborne (Nueva Zelanda), desde donde, Ivan H. O'Meara, operador de la estación Z-2AC, les enviaba saludos para todos los amateurs españoles.


Pedro Careaga, EAR-20, de Las Arenas (Vizcaya) había transmitido a Moya las felicitaciones a los hams (aficionados emisores) españoles, de Rolf Formis, KY4 de Stuttgart, secretario de la sección alemana de la I.A.R.U.


Así mismo Moya, como Presidente de la sección española de la I.A.R.U., había recibido también felicitaciones enviadas a los amateurs españoles de los siguientes representantes de las respectivas secciones nacionales de la I.A.R.U. en Europa: Eugenio de Avillez, P1AE, de Portugal; Robert Audurau, F8CA, de Francia; Ocreman, de Bélgica; Tappeubeck, nPC9 de Holanda; y de Pugliese, i1FP, de Italia.


Destacó Moya la importancia que para la Radioafición Española había tenido el año 1925, en el transcurso del cual se había celebrado el Primer Congreso Internacional de Amateurs, se creó la I.A.R.U. y se constituyó la sección española de esta. Gracias a la labor desarrollada por los EAR's en ese año que acababa de finalizar, "el radioamateurismo español ocupa actualmente un puesto de primera fila".


A continuación, Moya dio a conocer, ordenándolos por gang (grupos geográficos), a los radioemisores amateurs españoles.


En Vizcaya estaban, Enrique Butrón, EAR-13; Pedro Carega, EAR-20; y Antonio Escauriaza, EAR-22, para los que "llovían" QSL's "de medio mundo", acusándoles QRK (Haber sido escuchados) y QSO (que habían establecido comunicado bilateral con ellos); y Ramón de Lilí Galdames, EAR-21, récord español de QSO con Nueva Zelanda, establecido el 11 de diciembre de 1925.


En Santander se localizaban, Julio Soler, EAR-17 y Francisco Javier de la Fuente Quintana, EAR-18, cuyos nombres aparecían en primera línea en el Journal des 8, órgano portavoz de los amateurs franceses. A ellos dos permaneció unido, hasta su fallecimiento a finales de 1925, Alfredo Liaño, EAR-14.


Guipúzcoa contaba con Jenaro Ruiz de Arcaute y Sorarrain, EAR-6, cuya licencia debió pedirse a nombre de su hermano Ramón, ingeniero de minas que finalizó sus estudios el mismo año que Miguel Moya y que figuraba en un primer momento como titular, aunque era operada por Jenaro, "astro de primera magnitud", siendo "el primero que en España hizo DX radiotelegráficos cuando empezaban en Europa las emisiones de amateurs" y el segundo español en efectuar comunicado bilateral con el continente americano el 24 de diciembre de 1924, dos días después de que lo lograse por primera vez Fernando Castaño Escalante, EAR-2, de Madrid. Arcaute, que hasta mediados de enero de 1925 había utilizado el indicativo provisional, EAR-3, algún tiempo después de su primer QSO con los Estados Unidos, consiguió hacerlo también con Puerto Rico mediante el empleo de una potencia de entre 100 y 150 vatios en la banda de 95 m. En Oñate, se encontraba Luis Garay, EAR-24, último de los EAR's en obtener licencia hasta enero de 1926, cuando Moya redactó su sección.


En Zaragoza, se localizaba la estación de Carlos Sánchez Peguero, EAR-9, récord español de QRP, que comunicaba con gran facilidad con Norteamérica empleando tan solo 10 vatios en generador; y la de José Hernández Gasqué, EAR-3.


En Cataluña, decía Moya "hay un grupo importantísimo de «out laws» [estaciones de aficionados que emitían sin autorización oficial con indicativos provisionales puestos por ellos mismos], aspirantes a licencia, que trabajan las ondas cortas y emprenden seriamente el estudio de los problemas radiotécnicos". EAR-1 menciona entre los antiguos, a Francisco Balsells, cuyas referencias de escucha, que publicaba el Journal des 8, califica de "maravillosas", y que más adelante se convertiría en radioemisor con indicativo EAR-63; y José Baltá Elías, catedrático de la Universidad de Barcelona y más tarde titular de la EAR-54.


Entre los "modernos y más entusiastas" mencionaba Moya a Alfonso Estublier, Presidente del Radio Club de Cataluña, y uno de los primeros que en España habían trabajado los 30-40 m. de longitud de onda (meses después sería titular de la EAR-31); Agustín Ríu, EAR-16, director de la revista Radio Técnica enfocada al radioamateurismo; y José Borrás, que había batido el récord de recepción QRP escuchando en 35 m. al radioaficionado belga, b-W7, que transmitía, utilizando su receptor Bourne, 80 voltios en placa y una lámpara micro, a 1.100 km de distancia.


En Valencia, Enrique Valor, que había obtenido el indicativo, EAR-4, en noviembre de 1925. EAR-4 era adjudicado por segunda vez, tras habérselo retirado la Dirección General de Comunicaciones a su anterior concesionario, Vicente G. Camba, de Santurce (Vizcaya); y Ricardo Montoro Aguilar, EAR-8


En Cádiz, Juan Portela, EAR-23 hacía poco tiempo que había obtenido su licencia, y junto a EAR-4, solía charlar después de cenar con una peña de amigos franceses, belgas, portugueses y de otros países europeos.


El gang madrileño estaba compuesto por Fernando Castaño Escalante, EAR-2, primer amateur español que había efectuado comunicado bilateral con Norteamérica; Francisco Roldán Guerrero, EAR-10, que había comunicado con París en telefonía utilizando un aparato que cabía en un bolsillo; José María Illera Camino, EAR-15, que pese a su pésimo emplazamiento se había hecho oír a miles de kilómetros; Miguel Moya, EAR-1, que había igualado el récord español de distancia de EAR-21,  al comunicar bilateralmente cinco días después que este con Nueva Zelanda; Antonio Prieto Odiaga, EAR-7; y Ángel Uriarte Rodríguez, EAR-12.


En Guadalajara, el oficial de Telégrafos, Luciano García López, EAR-11 y en Canarias, Ortolls, EAR-5.


No se olvidó EAR-1 de dejar constancia de la existencia de un importante núcleo de amateurs, escuchas de ondas cortas, en la Sección Española de la I.A.R.U., "eficacísimos e indispensables colaboradores de los amateurs emisores", y de radiotécnicos como Francisco de la Viesca, propietario y operador de Radio Cádiz; Emilio Cañete Escribano, director de Radio Sport; Fernando Girón, Jerónimo Pidal, Juan Pradillo, Cristiano Bóveda, entre otros, muchos, todos ellos interesados en la Radiotécnica y "entusiastas propagadores del radioamateurismo en nuestro país".


Miguel Moya añadía tras su breve presentación de los protagonistas de la Radioafición Española, "[...] Año Nuevo, vida nueva.

Nuevas esperanzas y la seguridad de nuevas e interesantes realidades.

Nuevas ondas cada vez más cortas y más eficaces, nuevos circuitos en proyecto, nuevos récords de potencia y de alcance.

Una multiplicación incesante de comunicaciones. Un mayor número de radioamateurs, de experimentadores, de hombres de estudio y de hombres de acción, repartidos por el mundo entero, fuerza formidable, de posibilidades insospechadas para un porvenir próximo.

Así estamos empezando a tejer entre todos esta red «sin hilos» a través de mares y de continentes.

Y así ponemos toda nuestra emoción y nuestra fe en este año que empieza, en este 1926 y en los que sigan, soldados de un ejército que lucha por la fraternidad y el mejor conocimiento entre todos los pueblos."


Esta fue en realidad la última vez que se incluyó en la revista Radio Sport la sección "Radio Transmisión".


El 26 de enero de 1926, la Dirección General de Seguridad aprobó los estatutos se la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica, Sección Española de la I.A.R.U., que en sus treinta y tres artículos reguló el funcionamiento de la misma.


La revista Ondas correspondiente al 31 de enero de 1926, publicó un artículo titulado "Una entrevista con D. Miguel Moya" realizada por el periodista I. Speaker. En la misma se daba a conocer la actividad llevada a cabo por EAR-1, incluyendo una descripción detallada de su estación de aficionado y fotografías de la misma y su operador.






El 1 de febrero de 1926 daba comienzo el cursillo de morse organizado por Radio Sport en colaboración con el Radio Club de España, que cedió su sede situada en la calle Pi y Margall, nº 5, 2° de Madrid para la realización del mismo. El curso, cuya matrícula fue gratuita, lo impartió el radiotelegrafista Fernando Girón en días laborables, salvo el sábado, entre las 20h 30' y las 21h 00', durante los meses de febrero, marzo, abril y mayo. La revista dirigida por Emilio Cañete, publicó, en febrero, en su sección "Noticias", una nota sobre la inauguración del mismo, acompañada de una fotografía del acto en la que podemos ver a Fernando Girón sentado entre Emilio Cañete y Miguel Moya, este, posiblemente en representación y ya ejerciendo de Presidente del Radio Club, dado que en el número siguiente de Radio Sport, correspondiente al 10 de marzo de 1926, se incluyó la noticia de que Miguel Moya había sido elegido Presidente del Radio Club de España. Detrás de Fernando Girón podemos reconocer a Ángel Uriarte Rodríguez, EAR-12, que jugará un destacado papel en la Historia de la Radioafición Española. En la nueva Junta Directiva del Radio Club de España acompañaron a Miguel Moya, Juan de Usabiaga, que se hizo cargo de la vicepresidencia; Jhon D. Stell, como secretario, quien más tarde sería operador de la estación receptora E-132; Juan Gómez Pérez, como tesorero, tiempo después E-021; y como vocales, Jerónimo Pidal; Juan Pradillo de Osma; Francisco Roldán, EAR-10 y Vicepresidente de EAR; José María Illera, EAR- 15, y secretario-tesorero de EAR; Ángel de Castro y Leopoldo Manso Díaz.






El éxito del curso fue tal, que hubo que cerrar la matrícula al llegar a los cuarenta inscritos, máxima capacidad del local donde se celebraba. Radio Sport inmediatamente pensó en organizar, una vez finalizase el mismo, una competición de recepción y transmisión morse exclusivamente para aficionados. Decía Emilio Cañete en su revista que "[...] Con ocasión del «raid» Palos-Buenos Aires, como en tantas otras, se ha hecho evidente la utilidad de conocer el alfabeto Morse y las satisfacciones que estos conocimientos pueden proporcionar.

Otro aspecto bastante interesante es el de los EAR, aficionados emisores que lanzan sus señales al espacio día tras día hasta su máximo DX; esto es, hasta comunicar con las antípodas. Si bajo este aspecto, el número de EAR es reducidísimo en España, sólo se debe a la ignorancia del Morse. Nosotros, deseosos de estimular la afición radio en todas sus manifestaciones, hemos decidido celebrar el primer campeonato nacional de transmisión y recepción exclusivamente para para aficionados.[...]".


El 13 de marzo de 1926 se constituía la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica, Sección Española de la I.A.R.U., con domicilio social en la calle Mejía Lequerica (antes de la Concordia), nº 4, de Madrid. La Junta Directiva elegida estaba formada por Miguel Moya Gastón de Iriarte, EAR-1, como Presidente; Francisco Roldán Guerrero, EAR-10, como Vicepresidente, y José María Illera Camino, EAR-15, como Secretario-Tesorero. Siendo elegidos Delegados Regionales, Fernando Castaño, EAR-2, por Madrid; Javier de la Fuente, EAR-18, por Santander; Ramón de Lilí Galdames, EAR-21, por Bilbao; Carlos Sánchez Peguero, EAR-9, por Zaragoza; Alfonso Estublier, como Presidente del Radio Club de Cataluña, concesionario de la EAR-25, por Barcelona; Enrique Valor, EAR-4, por Valencia; y Juan Portela, EAR-23, por Cádiz.







El 15 de abril de 1926 se publicaba el primer número de la revista EAR, órgano de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica, sección española de la I.A.R.U., editada y dirigida por EAR-1, publicándose, en un principio, los días 1 y 15 de cada mes. Miguel Moya abría la primera página de la revista con las siguientes palabras de presentación: "Al aparecer hoy EAR como órgano oficial del radioamaterismo español debemos decir al lector los motivos a que obedece su publicación.

En todos los países los amateurs se agrupan en asociaciones que regulan y fomentan la emisión y la recepción de ondas cortas.

Auxiliar de esas organizaciones es la revista o boletín órgano de la agrupación, que da publicidad a los trabajos de los asociados; relaciona a estos entre sí y con sus camaradas extranjeros, vulgariza la construcción y manejo de los aparatos receptores y emisores de ondas cortas y, en general, cuantos conocimientos son útiles e interesantes para los amateurs actuales y para los futuros amateurs.[...]".






Los objetivos que se marcaba la revista EAR se parecían mucho a los que se había propuesto la revista Radio Sport cuando en mayo de 1925 había creado su sección "Radio Transmisión", de la que en enero de 1926 encargaba su dirección, precisamente a Miguel Moya, EAR-1. Sin embargo, a pesar del corto tiempo transcurrido desde entonces, los acontecimientos hicieron ver a Moya la necesidad de crear una publicación independiente, más específica, hecha por y para los aficionados a la emisión en las ondas cortas, y que fuese portavoz de la asociación recién creada, en línea con lo que en otros países había sucedido.


El 17 de abril de 1926, en el periódico La Correspondencia de Valencia, Enrique Valor Benavent, EAR-4, escribía, bajo su seudónimo Réflex, un artículo a tres columnas que titulaba en letras grandes "EAR". En el mismo, Valor informa sobre la constitución reciente de la asociación EAR y la aparición de la revista, recordando cómo había nacido la Radioafición en España y aludiendo a la constitución de la I.A.R.U. en 1925. Comenta también el articulista el contenido del primer número de la revista EAR, los nombres de los componentes de la Junta Directiva y delegados regionales de la asociación y termina diciendo: "[...] Otro día, cuando disponga de más espacio y pueda ordenar ciertos datos que en mi cabeza tengo esparcidos, os hablaré de Moya, pues sería menguar sus merecimientos el dejarle reducido a mero epílogo de estas cuartillas: Moya merece capítulo a parte."


Enrique Valor Benavent (EAR-4) 


La Revista Radio Sport, dentro de su sección "Bibliografía" publicaba, en su número correspondiente al 20 de abril de 1926, la siguiente nota: 

"E.A.R. es el título de una nueva publicación quincenal, órgano de la Sección española de la International Amateur Unión Radio denominada Españoles Aficionados Radiotécnicos.

E.A.R. está dedicado al tráfico radiotelegráfico o radiotelefónico cursado entre los aficionados.

Contiene interesantes artículos técnicos, descripción de estaciones emisoras y receptoras de aficionados, indicativos, oídos, noticias y cuanto en general pueda interesar al aficionado experimentador en ondas cortas.

Deseamos al colega muchos años de existencia y tantos éxitos como merece al dotar a España de una publicación especializada en los interesantes problemas de la onda corta, en la que el mundo entero cifra hoy el provenir de la radio.".


Otras publicaciones extranjeras especializadas de radioaficionados como el Journal des 8, dio la noticia de la constitución de la asociación E.A.R. y la aparición de su revista. 







El 24 de abril de 1926, siendo presidente del Radio Club de España, Miguel Moya, se iniciaba la publicación conjunta de las revistas Radio Ciencia Popular y Tele-Radio, que habían acordado su fusión, manteniendo en la cabecera el título unido de ambas.






Tras el éxito del curso de morse organizado por Radio Sport, el Radio Club de España, Unión de Radioyentes y la asociación EAR anunciaron la celebración de nuevos cursillos de morse.


El 15 de mayo de 1926, Alekxis Levassor, operador de la F-8jn escribía una carta a Miguel Moya, EAR-1, en la que le envía el esquema y fotos de su estación y le cuenta como fueron sus comienzos como amateur.


Para estimular a los participantes en el primer cursillo público y gratuito de morse, celebrado entre febrero y mayo de 1926,  que había organizado Radio Sport con la colaboración del Radio Club de España, la revista dirigida por Cañete había anunciado un Campeonato Nacional de Recepción y Transmisión Morse exclusivo para aficionados, el cual tuvo lugar en la Escuela Oficial de Telegrafía entre el 24 y 26 de junio de 1926. En el mismo se inscribieron 41 participantes entre Madrid y provincias. El Jurado, que fue presidido por el profesor de la Escuela Oficial de Telegrafía, Manuel Balseiro, contó además con los siguientes miembros, Ayudante, Felipe Baamonde, oficial mecánico de la Escuela Oficial de Telégrafos; Vicepresidente, Emilio Cañete, director de Radio Sport; Secretario, John D. Steell, Secretario del Radio Club de España; Vicesecretario, Fernando Girón, radiotelegrafista; Vocales, José María Illera Camino, EAR-15, Secretario de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica; José Latorre Cervera, Oficial de Telégrafos, por la asociación Unión de Radioyentes; Baldomero Ferraz, Presidente de la Asociación Nacional de Radioescuchas,  y Francisco Guerrero González, radiotelegrafista, por la Agrupación de Radioaficionados.


El ganador del Campeonato fue el madrileño, Saturnino Moreno Pedraza, de 17 años de edad, que recibió a una velocidad de 30 palabras por minuto y transmitió a 40, superando con mucho a los demás participantes, entre los que se encontraban, Francisco Roldán Guerrero, EAR-10, vicepresidente de EAR; y José García Aybar, que más tarde sería titular de la estación radioemisora de aficionado EAR-45.


El 21 de junio de 1926, Miguel Moya, como Presidente de la asociación EAR, era autorizado por la Dirección General de Comunicaciones para gestionar directamente ante este organismo la tramitación de estaciones radioemisoras de quinta categoría (aficionados) facilitando el cumplimiento de las disposiciones vigentes. 


El órgano portavoz de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica anunciaba, el 1 de julio de 1926, el que fue el Primer Concurso de Transmisión de la Historia de la Radioafición Española y que se desarrolló entre el 1 de octubre de 1926 y el 30 de junio de 1927 (9 meses). En la entrada correspondiente de este blog figuran todos los detalles sobre el desarrollo del mismo.




Desde el 25 de julio de 1926 hasta el 31 de dicho mes, Miguel Moya, EAR-1, efectuó comunicado bilateral con la estación australiana de Ivan H. O’Meara, Z-2AC, de Gisborne, salvo el día 29 que lo hizo con Z-3AK, el día 26, además de contactar con la Z-2AC, lo hizo también con la Z-2AE.


En la revista EAR de 15 de julio de 1926  se daba a conocer el nombramiento de Miguel Moya y Agustín Riu, director de la revista Radio Técnica, como Socios Honorarios de la Unión de Radio Experimentadores Mejicanos.


El 31 de julio de 1926, después de su QSO diario con Ivan H. O’Meara, Z-2AC, Miguel Moya, EAR-1, efectuó QSO con M-1AA, que le acusó señal R-5, convirtiéndose en el primer comunicado bilateral de la Historia de la Radioafición entre España y Méjico. Este se producía dos meses antes de que comenzase el plazo del anunciado Concurso de Transmisión organizado por EAR. 


Pocos días después EAR-1 efectuaba su segundo QSO con Méjico, contactando con la M1j que transmitía en 38 m. de longitud de onda.


La emisora de broadcasting Radio España finalizaba, en julio de 1926, los trabajos de instalación de su nueva emisora, un circuito Hartley modificado, en la Calle Velázquez, 28 de Madrid, a donde se había trasladado. No tenía previsto empezar sus emisiones antes de octubre, según plazo que le había sido concedido por la Junta Técnica e Inspectora de Radiodifusión.


En octubre de 1926, Miguel Moya daba a conocer en las páginas de la revista EAR, una carta remitida por René Mesny, profesor de la École Supérieure d’Eléctricité de París y autor del circuito de emisión que, siendo conocido popularmente por su apellido, fue utilizado por el noventa por ciento de los amateurs de todo el mundo en aquella época. En dicha carta, Mesny comenzaba diciéndole a Moya, "Estas líneas que le envío a usted responden a mi íntima convicción de la importancia que han de tener las ondas hertzianas en la Meteorología. Para propagar esta idea de que hoy me ocupo con toda extensión EAR será, sin duda, un elemento importantísimo.[...]". Moya, añadió el siguiente comentario a este mensaje de Mesny, "[...] El radioamaterismo, después de su admirable conquista del DX, busca en estos momentos cauces de sentido práctico para el torrente de su actividad. No es necesario, pues, encarecer la trascendencia que tiene para los radioamateurs la orientación que les señala el profesor Mesny [..]". Decía Mesny que "[…] Si pudiésemos conocer en un número considerable de puntos de la tierra los elementos que observan los meteorólogos, nos sería quizá posible trazar un plano general de los movimientos de la atmósfera en el espacio y en el tiempo y predecir, merced a él, sus variaciones. Pero, ¿quién habrá que no comprenda hasta que punto es penosa esa labor y las dificultades de su realización?. Mesny llamaba la atención sobre la limitada y pequeña porción de terreno y altura que podía abarcar un meteorólogo con sus sentidos e instrumentos de observación, representando "una pequeñísima fracción de una película extendida sobre la superficie del globo". Mesny añadía a continuación, "[...] Las ondas radioeléctricas pueden afortunadamente, recorrer casi instantáneamente todo el espacio gaseoso que rodea a la Tierra. Rápidas mensajeras, atraviesan este espacio en todos los sentidos, se curvan y se pliegan a sus caprichos, y al volver a nosotros nos traen de su viaje un relato que debemos en seguida aprender a leer.[...]". La tarea "no es sencilla, pero debemos abordarla ya" , añadía Mesny. "[...] Todos los amateurs serán necesarios para abordar esta finalidad, ya estudien por sí mismos los fenómenos radioeléctricos y meteorológicos, ya -y esto es lo más probable- se pongan en relación con los meteorólogos profesionales. 

Cuando este trabajo esté en marcha estaremos muy cerca de poseer nuevos y poderosos medios para conocer nuestra atmósfera y sus variaciones y nos encontraremos casi en la posibilidad de predecir el tiempo.

No olvidemos que a las ondas electromagnéticas debemos la mayor parte del conocimiento de nuestra Naturaleza, por no decir todo este conocimiento.[...]". Mesny recordaba que gracias a la estrecha gama de estas, que afecta al sentido de la vista, podíamos conocer con precisión todos los objetos que sensibles que nos rodean. Menciona también la importancia de la aplicación de los rayos ultravioleta e infrarrojo, así como los rayos X en los procedimientos de investigación científica, aumentando enormemente los medios de trabajo con los que se revelaban día a día, en sus mínimos  detalles, los secretos de la materia. 


Mesny finalizaba su escrito, el cual sería reproducido poco después en el Journal des 8, afirmando que "[...] Las ondas hertzianas, a su vez, nos permitirán ver nuestra atmósfera, no solamente esos kilómetros que nos descubren en un punto de la Tierra las ondas luminosas, sino toda nuestra atmósfera en superficie y altura.


El 1 de noviembre de 1926, comenzaba el curso de morse organizado por el Radio Club de España, siendo este anunciado en las páginas de la revista EAR.


Tras la publicación del número de la revista EAR en la que se incluyó el artículo de Mesny, "La Meteorología y las ondas cortas", Miguel Moya hizo llegar un ejemplar de la misma al Jefe del Servicio Meteorológico español, el Teniente Coronel del Cuerpo de Ingenieros, Enrique Meseguer y Marín, del cual ya conocía el Presidente de EAR su opinión favorable a la colaboración del radioamaterismo en los trabajos meteorológicos. Dado lo oportuno del momento, Moya solicitó a Meseguer que enviase un escrito para publicar en la revista EAR que que pudiese servir de orientación y estímulo a los EAR's en este sentido.


Con fecha 22 de noviembre de 1926, el Jefe del Servicio Meteorológico accedió al ruego de EAR-1 con el envió de una carta que era presentada en las páginas de EAR como "exposición admirable de las relaciones entre la Meteorología y la Radio, de una importancia e interés científicos que no es necesario encarecer." En resumen, Meseguer decía en su escrito, "[...] estoy convencido de que no podrá subsistir un Servicio Meteorológico sin transmisiones radioeléctricas, en las que las ondas cortas han de ocupar el honroso puesto que les corresponde, limitado por hoy a su característica de rapidísima comunicación de informes y observaciones. Las experiencias y anomalías por estas denunciadas no son suficientes aún para encontrar la explicación y leyes que obedecen; pero tal vez como indica el Sr. Mesny, se consiga en plazo relativamente breve y hasta las veamos convertidas en el más poderoso instrumento meteorológico que pudiera idearse, si bien no sucederá sin que la meteorología dinámica con su extensa red de Observatorios continental y marítima haya a su vez actuado como auxiliar muy eficaz para descubrir la verdad en la propagación de las ondas cortas, inseparables ya de los Servicios Meteorológicos [...]".


En noviembre de 1926, la revista QST, cuya tirada superaba entonces los cien mil ejemplares, publicaba dentro de la sección "I.A.R.U. News" información sobre la actividad amateur en España, calificando a la revista EAR como "excelente" publicación que desde su aparición incluía artículos técnicos de "verdadero mérito". 


Según publicó la revista EAR de 15 de noviembre de 1926, Alekxis Levassor, F-8jn, Vicepresidente de la R.E.F., Sección francesa se la I.A.R.U., escribió al Presidente de la E.A.R. una carta en la que le comunicaba la realización de dos récords DX. En primer lugar, había mantenido QSO con la estación neozelandesa Z-2AC desde las 6h 30' hasta las 14h 30' GMT, sin interrupción y en segundo, en la banda de 20 m., la F-8jn enviaba un comunicado a la estación de Richard Jamas, Fi-1B, en Saigón (Indochina), a través de la Z-2AC, cuya respuesta fue recibida directamente por F-8jn, estableciendo un nuevo récord de recepción y emisión. Por último, Levassor aceptaba, en su escrito, la propuesta que le había efectuado Moya de ser Corresponsal de la revista EAR en Francia.


En abril de 1927 se informaba en la revista EAR que los primeros QSO's entre Madrid y Barcelona se habían realizado entre la EAR-1 y la EAR-C6 (provisional) primero, y días después, entre EAR-1 y EAR-35 que le respondió en la banda de 42 m en fonía.


El 15 de abril de 1927, reaparecía, después de un año, la revista Radio Técnica,  el número 1 de dicha publicación recogió un artículo de Agustín Ríu sobre la radio en Ámerica basado en su conferencia del 11 de marzo ante los micrófonos de la EAJ-7. 


El primer concurso internacional organizado por la A.R.R.L. se celebró entre el 9 y el 23 de mayo de 1927, con una reducida participación española, dado que, William Pharr Moore, NU-4iz, de Tampa (Florida) obtuvo el único punto que se consiguió, durante el plazo del mismo, con nuestro país. 


Miguel Moya publicó en la revista EAR en el mes de abril una nota sobre la organización del mismo dentro del Boletín de la I.A.R.U. que se incluía en las páginas de la misma. En la nota, Miguel Moya decía que aunque no se trataba de un concurso de la I.A.R.U. "se espera que todas las secciones nacionales tomen parte en él".


He conseguido determinar que la estación española con la que contactó y puntuó NU-4iz fue la de Ángel Creixell, EAR-0 (provisional) de Málaga, puesto que en la Asociación EAR se recibió, para el servicio de Relay, una QSL de esta estación con destino a la NU-4iz, hecho que quedó recogido en la revista EAR de junio de 1927. Ángel Creixell comenzó a emitir en la banda de 45 m. el 3 de abril de 1927 utilizando el indicativo provisional, EAR-0, con el que efectuó QSO ese mismo día con la estación estadounidense NU-3LD. El 16 de mayo de 1927 consiguió bajar a los 32 m., longitud de onda en la que trabajó varias estaciones DX. El 14 de octubre de ese mismo año, obtuvo el indicativo oficial EAR-65. Por último, Ángel Creixell fue ganador de la medalla de plata en el Concurso de Transmisión EAR DE 1928, igual premio que el que recibió Martín Colom, EAR-73, al quedar ambos igualados como segundos clasificados en la prueba.


La NU-1BHW, de Kenneth B. Warner (Secretario de la A.R.R.L.), que, como miembro del equipo directivo de la entidad organizadora no podía tomar parte en la competición, al menos en cuanto a optar a premio se refiere, efectuó también un largo QSO con José Baltá Elías, EAR-54, que en los 45 minutos que duró, fue recibido "very Q.S.A. [(con señales fuertes)] es F.B. [(excelente)]",  no teniendo que repetir nada de lo transmitido. 






El 21 de diciembre de 1927, Miguel Moya pronunciaba ante los micrófonos de la EAJ-7, Unión Radio, una conferencia titulada "Cooperación a la Meteorología de los radioaficionados" que había sido organizada por la Sociedad Española de Meteorología. Poco después se inauguraba el servicio Meteo-EAR, boletín meterorológico que se radiaba a las 22h 15' con la predicción del tiempo.


Entre el 14 de enero y el 9 de febrero de 1928 se desarrolló un programa de test (pruebas) de comunicación entre los radioaficionados españoles y los soviéticos que pronto se mostraría como de gran relevancia y utilidad en la respuesta de los amateurs frente a situaciones de emergencia, tal como veremos más adelante cuando nos refiramos al accidente del dirigible Italia. En los ensayos realizados bajo el título "Test EU-EE" una veintena de estaciones de la USSR fueron QSK (escuchadas) o tuvieron QSO con alguna de las estaciones españolas que participaron, de las que un número aproximado al de las soviéticas consiguió el mismo resultado. Algunas estaciones de escucha, tanto españolas como soviéticas enviaron así mismo sus QSL de confirmación y control. Los dos españoles que efectuaron los primeros comunicados dentro del plazo del Test fueron Leonardo Picallo, EAR-62, de Palma de Mallorca, y Valentín Herrero, EAR-74, de Irún, siendo este último además el que más QSO's, QRK's y QSL's recibió. Entre los españoles que tomaron parte en la prueba estaban, Miguel Moya, EAR-1, Jenaro Ruiz de Arcaute, EAR-6, Francisco Javier de la Fuente Quintana, EAR-18, José Blanco Novo, EAR-28, Luis Varela Sáenz, EAR-48 y José Baltá Elías, EAR-54, entre otros.


El 2 de febrero de 1928, Miguel Moya efectuó su primera visita como Presidente de E.A.R. al gang catalán. Era la primera vez que lo hacía por lo que hubo una gran expectación por parte de los componentes de ese grupo, que en su mayoría acudieron a recibirle a la Estación de Tren de Barcelona. Francisco Baqué, dado que nadie del grupo conocía personalmente a Moya, había preparado un cartel que decía "EAR-1 de EAR-35", con la finalidad de que fuera fácilmente reconocido por el Presidente. La primera parada fue en el Radio Club de Cataluña, donde estaba preparada la emisora EAR-25 para que Moya dirigiese, en longitud de onda de 50 m., unas palabras ante su micrófono. El Presidente de E.A.R. expresó, a través de las ondas, su reconocimiento a la la labor llevada acabo por la entidad y sus aficionados, a los que envió un saludo cordial. Después de una excursión por la costa, el gang catalán ofreció un banquete en el Hotel Oriente de Barcelona a EAR-1, tras el cual, José Baltá Elías, EAR-54, Presidente del Radio Club de Cataluña, pronunció unas palabras en las que puso de manifiesto las simpatías que todos los socios del mismo sentían por el Presidente de los EAR's. Moya agradeció el homenaje recibido, así como al delegado de la E.A.R. en Cataluña, Juan Castell, EAR-30, su trabajo en favor de la Asociación en Cataluña. Después de los discursos, se guardó un minuto de silencio en recuerdo de los EAR's fallecidos, proponiendo se reservasen sus indicativos sin cederlos a otros aficionados. Moya visitó ese mismo día las estaciones de Juan Castell, EAR-30 y Francisco Baqué, EAR-35, desde las cuales comunicó con otros aficionados catalanes. Al día siguiente, último de su viaje a Cataluña, Moya visitó también las estaciones de Antonio García Banús, EAR-55; J. Romero Sánchez, EAR-61; y José Baltá Elias, EAR-54. Juan Castell redactó la crónica de esta visita que publicó la revista EAR en su edición del 15 de febrero de 1928.


Otras publicaciones como La Unión ilustrada recogieron entre sus páginas fotografías de la reunión.







Entre el 6 y el 20 de febrero de 1928 tuvo lugar la segunda edición del Concurso Internacional de la A.R.R.L., en el que, Francisco Javier de la Fuente Quintana, EAR-18, fue el único español que figuró en la lista de estaciones participantes de la prueba al hacerse públicos los resultados en QST de agosto de ese año. Sin embargo, en la revista EAR de febrero de 1928 se había insertado una nota al respecto de la participación española en el Concurso, donde se decía que habían sido varios los EAR's que tomaran parte en el mismo, siendo el vencedor de entre todos ellos, EAR-18. En efecto, entre los participantes españoles a los que se refería Moya estaba Miguel García Cobos, EAR-77, de Almería, que realizó QSO durante el concurso con varias estaciones norteamericanas, entre ellas, NU-1AWW y NU-1AQT.


Dentro del Programa de conferencias para 1927-28 organizado por la Unión de Radiotelegrafistas, se incluía la que impartiría Miguel Moya, prevista en un principio para el 11 de febrero de 1928, sobre el tema "Cristales piezoeléctricos. Regulador de cuarzo. Su empleo en la radiotransmisión. Sus ventajas." Finalmente, dicha conferencia, la decimonovena del curso, tuvo lugar el jueves 1 de marzo de 1928, a las siete y media de la tarde, en el Palacio de Comunicaciones, en la que Miguel Moya expuso los fundamentos de la piezo-electricidad y las propiedades del cuarzo, refiriéndose también a otros minerales que tienen propiedades parecidas. Clasificó los cristales de esta clase según sus propiedades y talla, y sus condiciones óptimas, del mismo modo que la frecuencia propia del cristal, refiriéndose con todo detalle a los diferentes procedimientos para determinar esta. En cuanto a la aplicación de estas propiedades del cuarzo para la regulación de oscilaciones de alta frecuencia, se refirió a las experiencias llevadas a cabo por él con cristales de procedencia inglesa, francesa y alemana, y los problemas con los que se encontró para hallar el mejor soporte del cristal.


El 10 de marzo de 1928, debido a la "estimable colaboración prestada al Servicio Meteorológico nacional" por Miguel Moya, que además de coope­rar en el laboratorio de la Junta de Radiocomunicación, realizaba diariamente emisio­nes de onda corta, en "unión de las de onda larga del Regimiento de Radiotelegrafía", colocando a España "en honroso puesto, dentro del horario internacional para infor­mes y observaciones meteorológicas", el Rey Alfonso XIII, a propuesta de la Direc­ción general del Instituto Geográfi­co y Catastral, dis­puso por Real Orden,  que se significase a Moya la satisfacción con que se había visto su referida colaboración.


El 17 de marzo de 1928, a las 11h, conforme se había anunciado, tuvo lugar en el domicilio social de la asociación E.A.R., Calle Mejía Lequerica, 4 de Madrid, la Junta General Ordinaria, a la cual correspondía, según lo indicado en su Reglamento, la aprobación de las Cuentas y Memoria anuales, así como la elección de los cargos de Presidente, Vicepresidente, Secretario y de los 11 delegados regionales de la asociación. La elección de estos últimos se haría por los socios residentes en cada una de las regiones respectivas.


La Memoria anual comenzaba diciendo: "La obra de la E.A.R., es la obra de todos nosotros, publicada además con toda extensión y con todo detalle por la revista «EAR». órgano oficial de nuestra asociación. [...]". Como cuestiones destacadas, se hizo referencia en la Memoria a los ensayos realizados con los radioemisores portugueses, al Primer Concurso de Transmisión, el crecimiento del número de estaciones de aficionado con indicativo oficial de emisión, que se había casi duplicado en los últimos meses, gracias, en gran parte, a las facilidades dadas por al Administración Pública a la asociación E.A.R., de las cuales se había hecho eco la Réseau des Emetteurs Francais, que las puso de ejemplo a la Comisión Interministerial Francesa. El Negociado de Radiotelegrafia del Palacio de Comunicaciones estaba atendido por Pedro Regueira y Juan Loreto Fernández, que eran quienes tramitaban las solicitudes de los amateurs españoles.


En la Memoria se hace mención al crecimiento de los E's (escuchas de onda corta) que habían alcanzado la cifra de sesenta y cinco, por lo que la Junta Directiva manifestaba que le complacería que, entre sus miembros, figurase un representante de dicho colectivo, que venía realizando una interesante labor, de gran utilidad para los EAR's.


También recoge la Memoria, la mención al test organizado por las asociaciones S.K.W., de la USSR y E.A.R. de España, de especial intereses para el amaterismo internacional por su carácter de DX transcontinental.


Los estudios de la Red Nacional, el establecimiento del servicio Meteo EAR, el incremento considerable del tráfico de QSL, la favorable disposición de la Delegación Española en la Conferencia de Washington a atender las justas demandas formuladas por la I.A.R.U. en relación al radioamaterismo internacional, y la mención al fallecimiento de dos radioaficionados durante el año transcurrido, fueron otros de los temas recogidos en la Memoria anual de la E.A.R. que fechada el 20 de febrero de 1928, fue presentada a la Junta General Ordinaria, que la aprobó, al igual que las Cuentas anuales, y eligió a los nuevos miembros de la Junta Directiva, que resultaron ser los mismos que la anterior. También se produjo el escrutinio de los votos recibidos para la elección  de los 11 delegados regionales que quedaron confirmados en sus cargos.


El 23 de mayo de 1928, el ingeniero aeronáutico italiano, Umberto Nobile iniciaba su expedición al Polo Norte a bordo del dirigible de la clase N, Italia. Dos días más tarde, se estrellaba a los 81° 14′ latitud norte, 28° 14′ longitud este en un iceberg a la deriva. En el choque, la cabina de la nave quedó en el hielo con diez de los tripulantes, mientras que el dirigible propiamente dicho se soltó y arrastró con él a los otros seis, que desaparecieron para siempre. El accidente se debió a la confluencia de varios factores negativos, como fueron las malas condiciones climáticas, el fallo de los equipos y algunos errores en la toma de decisiones. Pasados varios días sin tener noticias del dirigible y sabiendo que abordo de este disponían de una estación de radio, de longitud de onda de 40 a 50 m., ondas cortas que eran las utilizadas por los radioaficionados, comenzó, por parte de centenares de estos, la escucha activa de las señales que pudiera estar emitiendo el Italia. El día 28 de mayo, dos radioaficionados estadounidenses, uno en San Francisco (California) y otro en Portland (Oregon), comunicaban a la prensa de su país la recepción del siguiente mensaje transmitido en cuatro idiomas, en la banda de 40 m., por la estación radiotelegráfica de Nikolaj Schmidt, AS-RA03: "S.O.S. AS-RA03. Dirigible «Italia» con General Nobile, está en peligro. Dirigible lleva T.S.H. con onda de cuarenta-cuarenta y cinco metros. Es preciso que se acuda en su auxilio inmediatamente". Al día siguiente, el diario madrileño La Voz publicaba la noticia en la página 3 y en la 4 aparecía un artículo escrito por Miguel Moya con el título "El «Italia» y la Radiotelegrafía" en el que el Presidente de la asociación E.A.R. explicó quien era en realidad el operador de la AS-RA03, del que toda la prensa publicaba el mensaje que había lanzado pidiendo auxilio para el dirigible «Italia». Decía Moya "[...] En el telegrama que da esta referencia se dice que la estación AS-RA03 está «manejada como por un miembro del personal de la Universidad del Extremo Oriente, en Vladivostok». Yo quisiera hacer constar que el operador de la estación citada es un radioaficionado de Siberia, con quien los aficionados españoles hemos tenido el gusto de comunicar recientemente.[...]". Explicaba Moya como se componía el indicativo de una estación e radioaficionado, en el que la primera letra, la A, en este caso, correspondía al continente, Asia, al que pertenecía, siendo la segunda, S, indicativa del territorio en que se emplaza, Siberia, y luego se completaba con unas letras o números de orden, RA03. Más de treinta mil estaciones transmisoras de aficionado estaban en activo en todo el mundo, siendo el grupo de los de la U.R.S.S. uno de los más activos. Nikolaj Schmidt, AS-RA03, que había tomado parte en el "Test EU-EE", fue el primer radioaficionado que recibió la llama de auxilio de Nobile en el momento en el que se producía la catástrofe. 




En su artículo, Moya, hace referencia a continuación, a las pruebas de comunicación realizadas durante veintiocho días, en los meses de enero y febrero de 1928, entre los radioaficionados españoles y los rusos. En una carta dirigida a Moya por el Presidente de los amateurs de Rusia, J. Palkin, EU-15RA, tras los ensayos realizados, este le decía: "[...] Los mejores momentos de mi vida, los que recuerdo con mayor satisfacción, son los de esas comunicaciones que hemos conseguido establecer entre nuestros países.[...]".


Moya quería resaltar que "[...] Estas relaciones de conocimiento y amistad que las comunicaciones radiotelegráficas van estableciendo entre los «radioamateurs» de los cinco continentes, y la eficacia de las ondas cortas, que los «amateurs» han sido los primeros en demostrar y utilizar, se ponen una vez más de manifiesto con motivo del viaje del «Italia».

Las señales pidiendo socorro (S.O.S) han sido oídas porque el «Italia» lleva aparato emisor de ondas cortas; han sido oídas por un «radioamateur», dedicado, naturalmente a escuchar la onda corta. Y ese «amateur» de Vladivostok, el AS-RA03, las ha retransmitido en onda de 40 metros, y su mensaje ha sido recibido por camaradas suyos, radioaficionados de Portland y San Francisco, y ha sido comunicado por estos a la Prensa norteamericana.

La «red» internacional de «radioamateurs» ha servido, pues, en esta ocasión, como en otras muchas, para dar un aviso de peligro y reclamar auxilio que evite una catástrofe.[...]".




El 4 de junio, después de varios días sin saberse nada del Italia, un aficionado del norte de Noruega, oyó como la estación de radioaficionado AS-2BQ, de Siberia, intentaba comunicar con Nobile y decía en la madrugada de ese día: "Nobile, hemos recibido los sonidos de su transmisor, en onda de cuarenta metros, pero muy débilmente. Debe haber interferencias. No sabemos lo que dice. Insista." A partir de ese momento, varios radioaficionados de Asia, Europa y América lograron oír los mensajes emitidos por el Italia, aunque de forma incompleta. El día 5 un despacho de Moscú decía: "Un radioaficionado de Wosnosseuks, en el gobierno de Dwinsk, ha recibido con longitud de onda de 40 m., el siguiente mensaje: « "Italia", Nobile, Francisco José, S.O.S., S.O.S.. A continuación, tres palabras ininteligibles". Ese mismo día, un radioaficionado noruego oyó al Italia. Mejoradas las condiciones atmosféricas el Vapor Città di Milano consiguía comunicar con Nobile.





En junio de 1928, la revista EAR hizo referencia al suceso del dirigible Italia, aludiendo al artículo que Moya había escrito con tal motivo para el diario La Voz, y que ya hemos comentado anteriormente. También dio a conocer que Miguel Moya, EAR-1 y José María Illera Camino, EAR-15, habían sido nombrados Socios de Honor de la Radio Society of Great Britain y de la Associazione Radiotécnica Italiana.


José Blanco Novo, EAR-28, había constituido la sociedad denominada Radio Industria en Santiago de Compostela a finales de 1927 cuya sede central estaba ahora situada en un lujoso edificio de la Gran Vía de Madrid. Al frente de la oficina técnica figuraba Miguel Moya. Los talleres que la sociedad tenía en Santiago de Compostela serían pronto ampliados, continuando al frente de los mismos el ingeniero Tomás Mosquera Domínguez. La Radio Industria se había quedado con la exclusiva de las estaciones «Blanco Novo». Sin duda, de lo que se trataba era de industrializar el invento del Capitán de la Guardia Civil.


El 10 de noviembre de 1928 se producía la primera reunión-almuerzo de la asociación EAR en el restaurante francés Tournié de Madrid, a la que asistió una representación de radioaficionados de los gangs de Madrid, Valencia, Teruel y Barcelona. Entre ellos, Miguel Moya, EAR-1; Ángel Uriarte, EAR-12; Francisco Roldán, EAR-10; Francisco de A. Delgado, EAR-19; Ricardo Montoro Aguilar, EAR-8; Antonio García Banús, EAR-55; José María Illera Camino, EAR-15; Gonzalo Maestre, EAR-85; Francisco Bellón (de la Asociación Nacional de Radioescuchas), EAR-110;y J. Monico, E-001. En el transcurso de la comida, verdadero homenaje al Presidente de E.A.R., se leyeron adhesiones de varios colegas y gangs que no pudieron asistir, entre las que se encontraba la de José Blanco Novo, EAR-28. La del grupo de las Islas Canarias, firmada por el delegado de la décima Región EAR, Antonio Suárez Morales, EAR-75, propuso solicitar al Gobierno de España una condecoración oficial para Miguel Moya en reconocimiento a su esfuerzo y dedicación al frente de la Radioafición Española. Decía EAR-75 en su propuesta: "[...] Todos sabemos que el nombre de nuestro Presidente está tan ligado al nombre y a la acción de nuestra EAR, que casi no es posible pensar en esta sin que surja ante nosotros la figura de Don Miguel Moya, que a todos nos alienta con sus entusiasmos inextinguibles; que es toda el alma indiscutida e indiscutible de nuestra Sociedad, y que es el autor material de esta obra de nuestros entusiasmos. [...]". Dicha moción fue secundada por los asistentes a la reunión y varios delegados regionales mediante carta dirigida al Secretario de la asociación EAR, José María Illera Camino, EAR-15.


Por R.O. de 19 de diciembre de 1928 se aprobó el nuevo cuadro de distribución de las bandas de frecuencia en España, cuya aplicación obligatoria sería a partir del 1 de enero de 1929.


En la siguiente QSL Miguel Moya comunica a Salvador Elizalde de Barcelona la concesión de su indicativo oficial de emisión EAR-142. 


Colección EA1CIU

Colección EA1CIU



El 10 de mayo de 1929 era comunicado a los socios de EAR por su presidente y secretario-tesorero, la sustitución de Francisco Roldán como Vicepresidente de la asociación. En la revista EAR se publicaba una nota titulada "La asociación EAR. La Vicepresidencia" en la que se justifica la baja de Roldán en su ya comunicado deseo, hacía un año, de abandonar su plaza amateur debido a su dedicación a un proyecto profesional de establecimiento de comunicaciones entre España y Cuba y que en este  momento se había hecho realidad. Roldán no abandonaba en realidad su actividad amateur sino que se involucraba en la constitución de una nueva asociación, Red Española que nacía el 25 de mayo de 1929, bajo la presidencia del ingeniero Antonio Ochoa Parias, con el objetivo de acabar con la dirección personalista de EAR llevada acabo por Miguel Moya, EAR-1, desde su fundación en 1926, y dar un nuevo rumbo a la Radioafición Española, haciendo a la nueva organización surgida más participativa y abierta a los cambios.


El 26 de agosto de 1929, con motivo de la reorganización de la Junta Técnica e Inspectora de Radiocomunicación decretada el 26 de julio de ese mismo año, que establecía que la composición de dicho organismo estaría formado por dos tipos de Vocales, unos permanentes, representantes del Estado, y otros eventuales, delegados de interesados en los servicios radioeléctricos, cuando así se considerase necesario, fueron nombrado Vocales eventuales de la misma, Miguel Moya, en representación de los radiotelegrafistas aficionados, como Presidente de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica; Luis de Sanjuan y Montes, EAR-46, en representación de las compañías concesionarias de telegrafía sin hilos, tanto por los servicios telegráficos como de radiocomunicación en general que prestaban estas; y Fernando Girón López, en representación de los radiotelegrafistas profesionales, como Presidente de la Unión de Radiotelegrafistas Españoles.


En El Heraldo de Madrid. 29-8-1929, en Radiotelefonía, V. Camba (Vicente G. Camba), en un artículo sobre modulación habla de Miguel Moya.


Los días 15, 16 y 17 de noviembre se celebraron en Barcelona las Jornadas de Onda Corta y el primer Congreso de Radioaficionados Españoles en el que fue entregado a Miguel Moya un diploma especial en «homenaje a su notable labor Radiocientífica»







El 16 de marzo de 1930 se celebró en el domicilio social de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica la Junta General Ordinaria para la aprobación de la Memoria Anual y estado de cuentas, así como elección de Directiva y Delegados Regionales. En dicha reunión se dio cuenta de dos votos colectivos, uno del gang canario y otro del de Bilbao, siendo este último firmado, entre otros, por Agustín Sánchez Vega. Ambos dieron su total apoyo y aprobación a la gestión de Miguel Moya, EAR-1, al frente de la asociación y de toda la Junta Directiva durante el año anterior. Se aprobaron las Cuentas y la Memoria correspondiente a 1929, eligiéndose la nueva Junta Directiva, que siguió presidida por Miguel Moya, y Delegados Regionales.


Antes de abril de 1930, Agustín Sánchez Vega obtuvo la concesión del indicativo de radioemisor aficionado, EAR-13, en Bilbao. Dicho indicativo había pertenecido a Enrique Butrón, también de Bilbao.


El 1 de abril de 1930, Francisco Roldán, EAR-10, fue elegido Presidente de Red Española, formando también parte de la nueva Junta Directiva, como Vicepresidente, Jesús Martín de Córdoba Barreda, EAR-96; de Secretario y Director Gerente de la revista, José Guitiérrez Corcuera, EAR-125; de Tesorero, Esteban Muñoz Díaz, EAR-136; como Contador, Eduardo Pérez Montero; y como Vocales, Alfonso Contreras González y Tomás Rodríguez Limón. La actividad de esta asociación tomó entonces un fuerte impulso, organizando cursos de Radioelectricidad y trabajos de laboratorio para los aficionados en general, que fueron gratuitos para sus miembros, e instalando una oficina técnica para las consultas de estos últimos. A finales de mayo se publicó el primer número de la revista de la organización. La secretaría de Red Española se encontraba entonces en la Calle Pi y Margall, nº 5 de Madrid.


Una vez aprobada la filiación de la Rede dos Emissores Portugueses (R.E.P) como sección portuguesa de la I.A.R.U., esta nombró Socio de Honor a Miguel Moya, enviándole un artístico Diploma con dicho reconocimiento, segú quedó recogido en la revista EAR de abril de 1930.


El 15 de agosto de 1930, el diario republicano de Valencia, El Pueblo, publicaba, dentro de su sección Radio, una carta de apoyo dirigida a Miguel Moya por el gang valenciano como Presidente de E.A.R., escrito que fue precedido por la siguiente introducción: "Relacionado con un intento de perturbación que por fin ha tenido el mayor de los ridículos (pocas veces resultan triunfantes las ambiciones insanas)", se ha dirigido a Madrid, la siguiente carta:". El contenido de la misma fue el siguiente:

"Señor Don Miguel Moya, Presidente de la asociación EAR.

Distinguido amigo y colega: Enterados de la fundación de la llamada Red Española que reputamos perjudicial para la unión de los radioaficionados españoles creemos un deber el testimoniarle nuestra más sincera adhesión al mismo tiempo que exteriorizamos el modo de pensar contrario a figurar en la nueva entidad; pues la que usted fundó y acertadamente dirige viene atendiendo sobradamente nuestros intereses.

Le reiteran con tal motivo su amistad y desean larga vida a la EAR sus amigos y colegas q.e.s.m. [(que estrechan su mano)]. Enrique Valor, EAR 4 - Manuel Borja, EAR - Ramón Dalmau, EAR - Mariano Cuber, EAR 79 - Ángel Montoro, EAR - Ernesto Costa, EAR 95 - Juan Ull, EAR - Antonio Fernández Gascó, EAR 200 - José Colvée, EAR 100 - Lorenzo Navarro, EAR 38 - F. Casanova, EAR - Juan Golf, EAR 41 - Ricardo Montoro, EAR 8 - Rafael Pacios, E-024 - José María Canelles, EAR 76 - Eduardo Estalella, EAR 76."


Tras la reproducción de la carta que firmaron estos dieciséis miembros del gang valenciano, el diario añadió "Esas sinceras manifestaciones, servirán para don Miguel como demostración del cariño que por él sienten los radioaficionados españoles".


En la revista EAR correspondiente al mes de septiembre de 1930 se incluyó una nota titulada "Asociación E.A.R. Adhesiones" que comenzaba con el siguiente texto "Con motivo de una consulta hecha recientemente, se han recibido en la asociación E.A.R. cartas muy explícitas y muy afectuosas de [...]" relacionando a continuación los nombres e indicativos de varios asociados que sumadas a las recibidas anteriormente sumaban 164 las "adhesiones incondicionales y entusiastas a la Asociación E.A.R. y a quienes la rigen". Finalizaba la nota manifestando "[...] Agradecemos profundamente a nuestros camaradas el espíritu de cordialidad y compañerismo en que se inspiran y nos complace haber demostrado con este motivo el número y calidad de nuestros colegas. Gracias a ellos, la Asociación E.A.R. (sección española de la I.A.R.U.) es hoy más fuerte y próspera que nunca."





En 1930, Miguel Moya reingresó en el Instituto Geológico y Minero de España en el que ocupó el cargo de Vicesecretario.


El 29 de marzo de 1931 se celebró en el Instituto de Ingenieros Civiles la Junta General Ordinaria de la asociación E.A.R., en la que, dentro de os asuntos a tratar en el orden del día, estaba una propuesta de la Junta Directiva en relación con el Congreso Internacional de Radiotelegrafía que habría de celebrarse en 1932. Dicha propuesta, que fue aprobada por mayoría, consistía en la creación de una Comisión organizadora que se ocupase de todo lo relativo a la partición del radioamaterismo en la próxima Conferencia Radiotelegráfica Internacional que iba a tener lugar en Madrid al año siguiente, y la celebración de una asamblea de radioamateurs con tal motivo. La Comisión quedó constituida, bajo la presidencia de Francisco Bellón, de la EAR-110.


En el transcurso de la citada Junta General Ordinaria el Presidente, Miguel Moya, EAR-1 leyó varias cartas dirigidas a la Directiva en los últimos meses solicitando la aplicación del artículo 15 del Reglamento a los socios: Francisco Roldán Guerrero, EAR-10; Ángel Uriarte Rodríguez, EAR-12; Jesús Martín de Córdova Barreda, EAR-96; Esteban Muñoz Díaz, EAR-136; José Guitierrez Corcuera, EAR-125; y José Ardanuy Olagüe, EAR-141, a los que les comunicó, estando todos ellos presentes, que por las razones aducidas en las citadas cartas, reiterados actos de hostilidad y agravio hacia a un considerable número de socios, causando grave daño a la buena marcha y unidad de la asociación, la Directiva había acordado darlos de baja en la misma.


El 24 de enero de 1932, la asociación E.A.R. contestaba a la invitación efectuada por la Dirección General de Telecomunicación, el día 9 del mismo mes, para que designara a sus representantes en la Conferencia Radiotelegráfica Internacional que se iba a celebrar en septiembre en Madrid, y en la Comisión Preparatoria de la misma. La asociación nombró a los siguientes representantes en la Conferencia: Julian Tejeiro, EAR-98; Francisco Martín, EAR-197; José María de la Puente, EAR-168; José Mercé, EAR-219; Francisco Bellón, EAR-110 y Gonzalo Maestre, EAR-85. Para la Comisión Preparatoria fue nombrado el Secretario de la E.A.R., José María Illera Camino, EAR-15.


Por parte de Red Española fueron designados para representar a la asociación en las reuniones preliminares de la Conferencia, Francisco Roldán Guerrero, EAR-10, Capitán de Artillería y Presidente de Red Española; Ángel Uriarte Rodríguez, industrial y Secretario de Red Española; Fernando Gallo de Valle, EAR-161, Abogado del Estado y delegado de Red Española en la Región Centro; Pedro Roa Sáez, EAR-80, Jefe de Negociado del Ministerio de Comunicaciones y Emilio Cañete Escribano, EAR-3, Director de Radio Sport.


El 2 de febrero de 1932 tuvo lugar la primera reunión de la Comisión Preparatoria, en la que se entregó a los asistentes un libro de 800 páginas editado por la Oficina Internacional de Berna donde se recogían las proposiciones razonadas y las propuestas de modificación del Convenio de Washington efectuadas por varios países que sería revisado en la Conferencia de Madrid de 1932.


El 10 de febrero de 1932, Miguel Moya fue designado representante de la Dirección General de Marruecos y Colonias en la Junta Preparatoria de las Conferencias Telegráfica y Radiotelegráfica.


El 27 de febrero de 1932 se celebró la Junta General Ordinaria de Red Española. En la elección de la nueva Junta Directiva continuaron como presidente, vicepresidente y secretario: Roldán, EAR-10; Córdova, EAR-96; y Uriarte, EAR-12. Se creó el nuevo cargo de vicesecretario que recayó en Alberto Kirschner, EAR-225. El de tesorero pasó a manos de Manuel Rodriguez Cano, EAR-224, porque Esteban Muñoz, EAR-136, asumió el de vocal 2º. El contador fue Rafael Nakens, el encargado de Trafico, José Gutiérrez Corcuera, EAR-125; el director del Boletín, Emilio Cañete, EAR-3, y finalmente, el vocal 1º, Pedro Roa, EAR-80.


En junio de 1932, Miguel Moya asumió la dirección de la Baird Televisión Española. El 27 de enero de 1926, el ingeniero escocés John Logie Baird había presentado ante la Royal Institution la primera televisión mecánica. Hacia 1932 Baird había instalado emisoras de televisión en París, Berlín, Roma, Londres y Moscú. Sin embargo la apuesta de los británicos y estadounidenses por el sistema electrónico de exploración (tubo de imagen, comercializado por Marconi) le haría perder la delantera a Baird, siendo su sistema pocos años después descartado.





En junio de 1932, la revista EAR daba a conocer la dimisión irrevocable de Miguel Moya como Presidente de la asociación. En una carta circulada entre sus colegas, Moya decía que "después de haber trabajado un poco en formar primero y en defender después a la asociación E.A.R., y después de una labor incesante durante siete años, se considera con derecho al descanso". En su carta, Moya también decía: "[...] Creo que puede no ser necesario el que resida en Madrid el comité ejecutivo de la asociación [...]", como ya ocurría en otros países. Moya sugiere incluso que en una posible reforma de los estatutos se contemplase la posibilidad de que la Junta Directiva residiese durante cierto tiempo en cada una de las regiones que conformaban la asociación, en función del número de socios de cada una, la intensidad de sus actividades y otros factores que se determinasen. Moya terminaba su carta de dimisión de la siguiente forma: "[...] No necesito decir a usted cuan de veras deseo que los radioaficionados españoles continúen la obra que todos, con el mejor deseo, hemos realizado. Yo he puesto en ella todo mi entusiasmo y todo mi cariño. Sólo ahora, pasados momentos de lucha que algunos temieron pusiera en peligro la vida de nuestra Asociación, hoy más fuerte y respetada que nunca, me decido a dejar mi puesto y a despedirme de mis queridos amigos y colegas.".


Tras dimitir el Presidente, lo hizo también el Vicepresidente, José Casani, EAR-92, Conde de Vilana.






La publicación de la revista EAR, dirigida y editada por EAR-1, fue suspendida, siendo el último número publicado de la misma el correspondiente a junio-julio de 1932. En el se indicaba, en español, inglés y francés, que toda la correspondencia y QSL's para España debían dirigirse al apartado de correos de Telégrafos  en  Santander. Javier de la Fuente, EAR-18, había accedido al deseo de Miguel Moya de relevarle en la presidencia de E.A.R. La Junta dimisionaria había nombrado una Junta provisional que se encargaría de convocar una Junta General para resolver el problema creado. Como vicepresidente de la Junta Provisional fue elegido Francisco Puerta, EAR-39, y secretario, Luis Derqui, EAR-66.




La marca EAR fue registrada oportunamente por Miguel Moya y en nombre de la Asociación Española de Aficionados a la Radiotecnia en el Registro de la Propiedad Industrial con el número 88.068 para distinguir una revista profesional, carnets, tarjetas y toda la documentación de asociación solicitante, siendo concedida el 21 de junio de 1932. Los trámites fueron efectuados a través de la Agencia Soler, cuyo gerente era Mario Soler, agente oficial de la propiedad industrial y hermano de Julio Soler, EAR-17.




La Conferencia de Madrid tuvo lugar entre el 3 de septiembre y el 10 de diciembre de 1932










Francisco Javier de la Fuente ejerció de Presidente de E.A.R. hasta que el 12 de enero de 1933, se disolvieron en Madrid las asociaciones Españoles Aficionados a la Radiotécnica y Red Española para constituir la Unión de Radioemisores Españoles. Desde entonces, Javier de la Fuente pasó a desempeñar el cargo de Consejero Regional de Castilla-León-Noroeste de la nueva asociación.





El primer presidente de la Unión de Radioemisores Españoles fue Angel Uriarte, EAR-12. Le acompañaron en la Junta Directiva: José Mercé, EAR- 219, como vicepresidente; Francisco Be- llón, EAR-110, como secretario; Emilio Cañete, EAR-3, como tesorero; José Carmona, EAR-234, como contador; Rogelio de la Torre, EAR M, como director del boletín, y Jesús Martín de Córdova Barreda, EAR-96, como encargado de tráfico.




Los éxitos de Miguel Moya en la radioemisión tuvieron eco en la Escuela Especial de Ingenieros de Minas que le nombró agregado a su Laboratorio de Radioelectricidad, donde instaló una de las primeras emisoras que funcionaron en España en un centro oficial civil.


En enero de 1933, la Escuela Especial de Ingenieros de Minas de Madrid, editó un informe titulado "Radiometalurgia" redactado por Miguel Moya, del Laboratorio de Radioelectricidad de dicho centro docente.






En diciembre de 1933, Miguel Moya fue nombrado Director General de Minas y Combustibles, puesto desde el que se ocupó activamente de algunos problemas que afectaban al Instituto Geológico y Minero de España.


Como consecuencia de los acuerdos que se tomaron en la Conferencia de Madrid, se comenzaron a publicar en la Gaceta de Madrid, una serie de disposiciones por las que se regularizaban oficialmente todos los acuerdos adoptados en la misma. Así, el Diario Oficial del 3 de enero de 1934, recogía el establecimiento de los nuevos indicativos de llamada de las estaciones radioemisoras de aficionado.


A Miguel Moya se le adjudicó con la nueva nomenclatura adoptada el indicativo EA4AA.




En el Diario Oficial del 10 de enero de 1934, se indicaron las bandas de frecuencia a emplear por las estaciones de aficionado.


Ante la proliferación de estaciones de aficionado que utilizaban indicativos provisionales sin contar con la correspondiente licencia oficial de quinta categoría, una Orden del Ministerio de Comunicaciones de 12 de marzo de 1934 estableció: "Ilmo. Sr.: La repetida comprobación de emisiones radioeléctricas de esta­ciones de aficionado que no están au­torizadas oficialmente utilizando distintivos de llamada que no les corres­ponde y dando lugar a confusiones que deben evitarse cuanto antes, obliga a este Ministerio a dictar las disposicio­nes siguientes:

Primera. Se señala un plazo impro­rrogable de cuarenta días, a contar de la fecha de la presente Orden para que toda instalación radioeléctrica emisora de aficionado que no esté legalmente autorizada lo efectúe, con su­jeción a las condiciones señaladas en el Reglamento de 31 de Marzo de 1930 e Instrucciones de 17 de Junio del mismo año.

Segunda. A los propietarios de las instalaciones clandestinas que en di­cho plazo no hayan sido autorizadas oficialmente por la Dirección general de Telecomunicación se les impondrá multas de 200 a 1.000 pesetas y ade­más se incautará el Estado de todo el material que constituya la instalación

Tercera. Se prohíbe a las estacio­nes autorizadas establecer comunica­ción con otras que no lo estén, y así­ mismo ninguna estación autorizada de esa especie ni asociación de ellas da­rá QSL de estaciones que no utilicen indicativo autorizado por la Dirección general de Telecomunicación."


Moya fue uno de los primeros suscriptores de la revista Radio QRA dirigida por Jaime Más Bauzá, EA6AB, cuyo primer número se publicó en Palma de Mallorca en mayo de 1934.


El 8 de junio de 1934 se publicó en la Gaceta de Madrid, la dimisión de Moya como Director General de Minas y Combustibles.


El 11 de diciembre de 1934, se publicó el Reglamento para el establecimiento y régimen de estaciones de quinta categoría (aficionados), que estuvo en vigor hasta el Bando de 28 de Julio de 1936, sobre declaración de guerra en el que, en su artículo 9, se indicaba que "Queda prohibido, hasta nueva orden, el funcionamiento de todas las estaciones radioemisoras particulares de onda corta o extracorta, condenándose a los infractores, como rebeldes, a los fines del Código de

Justicia Militar".


En marzo de 1935, Ángel Uriarte presentó su dimisión como Presidente de U.R.E., en la revista Radio Sport, Emilio Cañete pública en su sección Ondas Cortas, "suplemento dedicado a los simpatizantes, emisores y receptores", un artículo que tituló "Nosotros y las agrupaciones de radioemisores". Cañete se refiere a la situación existente en la radioafición española en ese momento, con una U.R.E. en decadencia y el auge de las agrupaciones regionales de radioemisores. Su contenido íntegro es el siguiente:


"Llega a nuestras manos una hoja titulada «Memoria», en la que la Presidencia de la Unión de Radioemisores Españoles presenta la nueva candidatura para 1935.

Su lectura nos produce tristeza ya que no podemos menos de recordar las épocas del pasado esplendor de URE, en las que vemos algo de nuestro propio esfuerzo, perdido por completo, ante tal decadencia.

Quizá por el hecho de haber alternado en las tareas de directivo y haber convivido en momentos difíciles y en nobles y empeñadas luchas que cristalizaron después en la URE, somos los primeros convencidos, y más que ninguno, del gigantesco esfuerzo, de la labor de titán, de absoluta buena fe, llevada a cabo por Ángel Uriarte,  el hoy Presidente dimisionario de URE.

Nadie pondrá al servicio de URE cuanto de voluntad, perseverancia, trabajo, inteligencia y desinterés puso quien, como él, abandonó sus negocios —único patrimonio de que dispone— por el triunfo de una asociación a la que brindó tantas horas de asiduidad y de un modo tan polifacético.

Pero, justo es reconocerlo, nadie más difícil de someterse al criterio de sus compañeros de directiva y a otras orientaciones que no fuesen las de su propia sugerencia.

Los que de cerca conocíamos a Uriarte no nos extrañó el hecho de que al elegir, él mismo, la candidatura de 1934 no figurase en ella un sólo nombre de los que habíamos constituido, en diversas épocas, directivas de EAR, RE y URE.

Evidente que sólo así podría desarrollar una política de su entera complacencia, con el aval de una Junta, que no tendría más voluntad que la suya.

Muchos aspectos sociales habíanse iniciado en anteriores épocas; pero el afán creador de Uriarte, aun a costa de su propio esfuerzo, concibió la idea de editar una revista, propia de URE, de cuya publicación ha quedado una triste experiencia.

Hubiéramos hecho un vaticinio a su aparición, pero pudiéndose interpretar como un despecho nuestras afirmaciones que hacemos hoy, virtualmente desaparecida aquélla, asegurando que el fracaso actual de la URE se debe precisamente a la creación de su revista, órgano social.

No dudamos que el Boletín propio sea un anhelo social; pero los años transcurridos en EAR, RE y después en URE demostraron que era imposible.

De este fracaso, que como decimos, ha estado apunto de zozobrar para siempre la asociación, era el primer convencido el propio Uriarte que sabía, a ciencia cierta, que en la asociación no había hombre capaz de continuar la publicación del Boletín de URE. Quizás algunos se sonreirán al leer esta afirmación. Nos alegramos que sean más capaces; pero, estamos seguros, el tiempo nos dará la razón.

Naturalmente que cuanto más alto se colocase este Boletín más se evidenciaría el cambio de mano y más se echaría de ver la capacidad de su primitivo creador y animador.

Y como todo en este mundo su juzga por comparación, el Boletín se parecía, salvo en volumen, a RADIO SPORT al que había que superar, si posible fuese. Esfuerzo grande, grandioso, no nos cansaremos de repetirlo —que no hará ninguno de los que le sucedan—; pero que precisamente la semejanza le restaba el principal mérito, Se veía en la copia un personalismo innecesario.

Se utilizó, como argumento para buscar publicidad, la semejanza —que así se confesaba— con RADIO SPORT que al número siguiente cambiaba su distribución.

Se ofrecía cuatro veces más comisión que nosotros damos a nuestros vendedores; algo que una sociedad no debía hacer para con quien, como nosotros, había procedido con tanto cariño, tanta nobleza y tan probado desinterés.

Pero todo esto lo daríamos por bien hecho, y mejor empleado, si realmente el Boletín de URE hubiese respondido a su finalidad.

Su texto técnico era inadecuado a la masa de sus lectores, ya que los que podían digerir aquello preferían tomarlo, exento de errores, del Q.S.T.

El lujo editorial, sólo comparable al nuestro, y que ninguna otra publicación, ni aun el Q.S.T.—citemos como revista órgano consiguió—, acarreó pérdidas económicas que se hubieran acrecentado de haberse publicado todos sus números.

Entretanto no podía disponer de un teléfono Ia asociación y el local hubo de reducirse, mientras otros servicios, económicamente tan necesarios como los burocráticos, quedaban desatendidos.

Pero aunque este estado de penuria, bajo tan doradas cubiertas, no hubiese llegado a producirse, nadie será capaz de dudar de que esta inagotable fuente de trabajo —el caudal de energías y actividades de Uriarte—, realmente aplicado a la sociedad hubiera representado un triunfo enorme.

El período porque atraviesa URE es realmente crítico; las regiones constituidas en gang autónomos, y algunos de ellos incorporados a países extranjeros...

Con entusiasmo se han aprestado algunos ex directivos, que conocen a fondo el problema de la asociación, a ocuparse de ésta encaminando sus primeros pasos, demostración de cuanto anteriormente decimos, para llegar a una entente con otra revista de reciente creación.

Una asociación, ya constituida en alguna región, Barcelona y Valencia, y en período constitutivo en Madrid —la Agrupación EAR- se ha dirigido a nosotros para que seamos su portavoz—, se lo agradecemos mucho por no ser esta distinción  ni merecida, ni esperada.

 Pero no son estos los momentos para que RADIO SPORT, que fue el factor que decidió la batalla RE-EAR, tome partido por un grupo creado contra el que realmente debe vivir, porque en él todos han puesto —nosotros también— su voluntad, porque es de todos y es para todos, a cobijo de un título tan simpático, patriótico, y representativo, como lo es el de «Unión de Radioemisores Españoles»."


El 31 de marzo de 1935 se convocó una Asamblea General de socios de UR.E. en la que fue elegida nueva Junta Directiva, que quedó así conformada: Francisco Roldán Guerrero, EA4AB, ex EAR-10, Presidente; José Gutiérrez Corcuera, EA4AT, ex EAR-125, Vicepresidente; Edmundo Mairlot Chaudoir, EA4CC, EA1AS, ex EAR-185, Secretario; Francisco Bellón Villar, EA4AQ, ex EAR-110, Tesorero; y José María Benito Urgel, EA4BN, ex EAR-308, Contador. Entre los miembros de la anterior Junta Directiva estaban, Enrique Castaño, EA4BJ, ex EAR-259; Jesús Planchuelo, EA4BC, ex EAR-204; y Losada, EA4BT, ex EAR-319, entre otros.


Los nuevos directivos de U.R.E. pusieron todo su empeño en buscar la unión de todos los radioaficionados españoles.


El 9 de abril de 1935 la Agrupación Castellana EAR celebró su Junta de Constitución en el Café Chiki-Kutz, Paseo de Recoletos, 31 de Madrid, nombrando Presidente a Rafael Kutz al que había sido concedido recientemente el distintivo recuperado EA4AE, y socios de honor al Director General de Telcomunicación y a Julio Álvarez Cerón. Kutz había utilizado anteriormente el indicativo provisional EA4P.


Tras la formación de la Agrupación Castellana EAR se adhirieron la Agrupación Montañesa EAR de Santander y la Agrupación Catalana EA3 de Barcelona, mientras se organizaron también otras agrupaciones  que dieron lugar a la Federación de Agrupaciones de Radio. Por voluntad unánime de las primeras agrupaciones, se nombró Presidente de la Federación a Miguel Moya Gastón de Iriarte, EA4AA, ex EAR-1. 


La revista Radio QRA se hizo eco de la noticia en su número de junio de 1935.



Noticia publicada en la revista Radio QRA junio 1935


En mayo de 1935 se publicó el primer boletín de la Federación de Agrupaciones de Radio, que abría la portada de su primer número con el siguiente saludo: "Por fin la unión de radioemisores españoles es un hecho, lo que fue sueño de dos ilusos es hoy una realidad, y de día en día serán más estrechos los lazos de unión de todos ellos [...]."


En junio de 1935 Miguel Moya participó en el primer concurso organizado por F.A.R. celebrado entre el 15 y el 22 de junio de 1935 en la banda de 40 metros y modalidad fonía. Para poder participar en el concurso fue necesario disponer de licencia oficial de radioemisor e inscribirse previamente en alguna agrupación federada al menos 48 horas antes de la fecha designada. Las QSL's de verificación de los comunicados  pudieron remitirse directamente al apartado de correos 643 de  F.A.R. previamente selladas por la agrupación y el literal "Para el Concurso F.AR." L residentes en Galicia, Asturias o Aragón pudieron inscribirse directamente o por medio de la Agrupaciones Montañesa o Vasca.


La Gaceta de Madrid del 9 de abril de 1936 publicó la siguiente Orden Ministerial:


"Ilmo, señor: Vista la instancia de don Miguel Moya Gascón, en que, como presidente de la Federación de Agrupaciones de Radio, solicita que se autorice a los concesionarios de estaciones de quinta categoría (aficionados) el empleo de las frecuencias comprendidas en la gama de 3.500-4.000 kilociclos, 87,71-75 m., que les señala el reglamento internacional de Radiocomunicaciones;

Resultando que la Dirección general de Telecomunicación, por acuerdo de 22 de noviembre de 1934, anuló la autorización que aquella clase de estaciones tenía para utilizar las frecuencias indicadas, fundada en la perturbación que habría de originar su empleo en algunos servicios públicos explotados por la administración;

Resultando que el vigente reglamento para establecimiento y régimen de estaciones radioeléctricas de quinta categoría (aficionados) no concede autorización para el empleo de ninguna de las frecuencias comprendidas en la expresada gama;

Considerando que no sólo subsisten las razones que obligaron a este departamento ministerial para prohibir el uso de las frecuencias cuya autorización solicita el expresado señor Moya Gascón, sino que actualmente se hallan considerablemente incrementadas con la puesta en servicio de la comunicación radioeléctrica Madrid-Mallorca y la de Madrid-Menorca en período de instalación,

Este ministerio, por las razones expuestas, desestima la instancia de que antes se hace mérito.

Madrid, 8 de abril de 1936.".




El 19 de abril de 1936 asistieron a un homenaje en Zaragoza la cúpula directiva de URE, para imponer al delegado, Julio Requejo, EA2AD, el Botón de Oro acordado en la Asamblea General del año anterior junto al del delegado en Córdoba, Emilio Ortega, EA7BJ.


En el mes de mayo de 1936 se encargó al Notario del Colegio de Madrid, Andrés Domínguez Guitián, un plebiscito en el que podrían tomar parte todos los radioemisores españoles con indicativo oficial, pudiendo ser presenciado el escrutinio por los testigos que U. R. E. y F. A. R. autorizasen.


El 2 de junio de 1936, Miguel Moya remitió una carta al presidente de la Agrupación Castellana EAR presentando su dimisión como presidente de la FAR en la que incluyó las siguientes palabras como justificación a su decisión: "[...] Hemos querido que TODOS, absolutamente todos los aficionados, sin una sola excepción, pertenezcan a una única entidad, piensen de igual manera, actúen del mismo modo, tengan auténtico ideal.

Yo creo que para esta obra magnifica mi presencia al frente de la FAR seria una dificultad, y lo único que se hacer y que puedo hacer para facilitarla, es hacer lo que he hecho [...]"


La cuestión a debatir estaba compendiada en unas papeletas numeradas e intransferibles, que serían enviadas directamente por el señor Notario, a todos los aficionados sin excepción (emisores de quinta categoría) y que habrían de remitirse al domicilio que en ellas se indicaba, debidamente firmado y con el indicativo de llamada. Las preguntas eran:

  • 1º¿Desea usted la unión de todos los Radioemisores españoles? Sí-No.
  • 2º¿Qué forma de Sociedad única prefiere Federativa o Centralizada? Federativa – Centralizada.
  • 3°¿Aceptará usted sin reservas ni personalismos el resultado de este plebiscito? Si-No.

Cuando todo se estaba preparando, estalló la Guerra Civil Española.

En la Guerra Civil Miguel Moya sufrió persecución por el bando republicano y se refugió en la  Embajada de Francia en Madrid.




Al término de la Guerra se reintegró a su puesto en el Instituto Geológico y Minero de España, en el cual permaneció el resto de su vida, dedicándose, en los últimos años, de forma preferente, al estudio de minerales radiactivos, siendo nombrado secretario de la Comisión del Uranio en dicha institución. El 26 de mayo de 1946, Miguel Moya pronunció una conferencia sobre «Criaderos de uranio» en el Instituto de Ingenieros Civiles.




En la publicación Notas y Comunicaciones del Instituto Geológico y Minero de España se incluyeron algunos de sus trabajos acerca del tratamiento de minas auríferas y de la radiación de minerales españoles.


Entre las condecoraciones que recibió a lo largo de su vida, poseía la de la Legión de Honor francesa.


El 17 de diciembre de 1950, una enfermedad dolorosa y cruel puso término a su vida.


La revista URE publicó en enero de 1951 unas «Letras de luto» dedicadas a Moya, que comenzaban así: «Tenemos el sentimiento de informar a la afición española el fallecimiento de nuestro ilustre presidente de honor don Miguel Moya Gastón […] En el campo de la radioemisión fue la figura señera y, junto con Roldán, el iniciador y maestro de todos nosotros […]». 







Su esposa, Rosa Huertas Gonzalez del Campillo, falleció el 28 de septiembre de 1980.



Nota Necrológica del Instituto Geológico y Minero de España, nº 24. 1951


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