Radio Club de Cataluña, EAR-25: Antecedentes, fundación y evolución en el contexto de la evolución de la Radioafición y Radiodifusión en Cataluña hasta el golpe de Estado de 1936
Introducción
El germen del Radio Club de Cataluña se remonta a muchos años antes de su fundación. Quienes decidieron crearlo, tuvieron que esperar el momento propicio para ello, dado el marco legal preexistente en España, muy restrictivo y nada favorable a todo lo que tuviese que ver con la libre experimentación en el entorno privado de la sociedad civil. Es por ello que, en Cataluña, aquellas experiencias relacionadas con la radio que se hacían públicas, eran protagonizadas por personas de reconocido prestigio de la comunidad científica. Pero en ciertos casos, se dejaba entrever un espíritu más allá de lo meramente académico, más propio de un verdadero radioaficionado que disfruta construyendo y probando aparatos, dando una nueva dimensión a sus logros y con un deseo de compartir libremente con otros aquel nuevo instrumento de comunicación que era la radio. Hay constancia escrita de algunas de sus quejas y reivindicaciones, algunas de las cuales veremos, por lo restrictivo de la legislación, gracias a las cuales, y dado el prestigio e influencia de sus autores, se consiguió cierta apertura legislativa, como tendremos oportunidad de ver.
A continuación, se exponen los antecedentes históricos de la Radioafición en Cataluña para llegar al momento de la fundación del Radio Club Cataluña, siguiendo con su evolución, surgimiento de otras asociaciones amateurs y su extinción, llegando hasta el golpe de Estado que dio inicio a la Guerra Civil.
Demostración de telegrafía sin hilos en la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona por Jorge St. Noble
El 27 de mayo de 1899, George Saint Noble hizo una demostración del funcionamiento de la telegrafía sin hilos en el patio de la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona. Noble era un ingeniero inglés, miembro del Instituto de Ingenieros Electricistas de Londres, que se había instalado en Barcelona en 1880. Un hermano suyo, Ernest, era el director en la capital catalana de la compañía de seguros sobre la vida Sun y suegro del poeta Joan Maragall, casado con Clara Noble. Noble creó la Sociedad Anglo-Española de Electricidad de la que él era Director y único representante. A la muerte de Noble en 1919, se constituyó la razón social Hijos de George St. Noble, Sociedad en Comandita, que se convertirá en anónima en 1921 con la denominación Sociedad Anglo-Española de Electricidad.
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George Saint Noble |
Los Guillén y la telegrafía sin hilos subterránea
El 21 de noviembre de 1903 se publica, en la revista semanal barcelonesa, Industria e invenciones, el primer artículo de una serie de seis titulados La telegrafía y telefonía sin hilos, escritos por el ingeniero barcelonés Guillermo Joaquín Guillén García. Dada la actualidad del tema y [...] Habiendo escrito el oficial M. P. Ducretet una conferencia sobre este asunto, trabajo que a la sencillez de su exposición, tiene el mérito de haber tomado, su autor, parte en varios experimentos, principiaremos nuestra serie de artículos con este trabajo, que se ha traducido expresamente para esta Revista, ocupándonos después en recientes trabajos, y aunque modestos, diremos algo de nuestros experimentos sobre la telegrafía y telefonía sin hilos [...]". Los tres primeros se corresponden con la mencionada conferencia de M.P. Ducretet, en donde se hace un repaso de los trabajos de Hertz y Branly; una descripción de los aparatos transmisor, receptor y la antena; y del concepto de la sintonía, ventajas, inconvenientes y aplicaciones de la telegrafía sin hilos, así como de los experimentos de Marconi a bordo del Carlo Alberto. En los tres artículos restantes, Guillén añade algunas aplicaciones más de la telegrafía sin hilos como son: la combinación de esta con el telégrafo con hilos, la regulación de los relojes públicos, un sistema avisador de incendios, los radiofaros, la previsión de tempestades y la maniobra de barcos y torpedos a distancia. Trata en el penúltimo artículo del empleo del teléfono y, en el final, de algunas experiencias de comunicación que se efectuaron a lo largo de la historia que no utilizaban las ondas hertzianas. Entre ellas, refiere la telegrafía subterránea, relatando una experiencia personal llevada a cabo con este sistema por el autor.
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Guillermo J. Guillén García |
Esta tuvo lugar en diciembre de 1903, en el parque de Barcelona. El ingeniero Guillermo Joaquín Guillén García y su hijo José María Guillén Gómez, de tan sólo 16 años de edad, efectuaron algunos experimentos prácticos de telegrafía sin hilos subterránea "con una disposición mezcla de las de Gavey, Preece y Ducretet". Guillén padre describe en un artículo publicado en la revista La Energía eléctrica, como consiguieron comunicar a una distancia próxima a los 200 m., empleando en dicho enlace, un "aparato de signos acústicos morse" diseñado por su hijo José María a partir de un interruptor, como el utilizado por los timbres, que él había modificado. La telegrafía subterránea utilizaba la conductividad de los materiales bajo la superficie donde se alojaban unas planchas metálicas que recibían la señal eléctrica transportándose está desde el emisor al receptor por la tierra. Debido a la mala o buena conductividad de los materiales del subsuelo, los resultados eran positivos o negativos aunque en todos los casos, las distancias alcanzadas en los experimentos realizados nunca fueron muy grandes. Este sistema de propagación de las ondas eléctricas nada tenía que ver con los que utilizaban el éter para hacer viajar las ondas de Hertz, siendo con el perfeccionamiento de estos, y el transcurrir del tiempo, que se pudieron verificar enlaces a distancias cada vez más considerables.
Experiencias de telefonía sin hilos de José María Guillén-García Gómez
El 30 de abril de 1904, Industria e invenciones, revista dirigida el ingeniero industrial Gerónimo Bolíbar, incluye una reseña en su sección Revista de la electricidad que titula "Transmisión de la voz humana por el teléfono sin hilos". En ella se dice: "Hemos tenido el gusto de asistir a unos experimentos de teléfono sin hilos, verificados en casa de nuestro amigo el ingeniero industrial D. Guillermo J. de Guillen-García, con aparatos especialmente dispuestos para ello por dicho señor. Si bien los experimentos eran a pequeña distancia, se daba el caso de ser muy pequeña la bobina de inducción empleada y de encontrarse entre el aparato transmisor y el receptor un patio, la escalera y varios muros, lo que representa obstáculos bastante serios, relativamente a la potencia de los aparatos empleados y, a pesar de esto, pudimos oír perfectamente el canto, y con cierta claridad la palabra. Estos experimentos fueron tan concluyentes, que podemos considerar, en principio, resuelto el problema, si bien, como es natural, hay que trabajar todavía mucho para perfeccionarlo.[...]".
El 3 de mayo de 1904, Guillermo J. Guillén escribe un artículo relatando las experiencias de telefonía sin hilos a las que se refiere Gerónimo Bolíbar en su revista el 30 de abril. El trabajo sería publicado pocos días después en la revista La Energía eléctrica, siendo este su contenido:
«De la misma manera que el teléfono ordinario vino a completar la telegrafía con hilos, e hizo prácticas las transmisiones eléctricas, creemos que la transmisión de la voz humana por medio de la telegrafía sin hilos, es decir, por medio de las ondas hertzianas que hemos hallado, completará la transmisión por medio de ondas. Debiendo conocerse, a fin de que los que dispongan de más elementos que nosotros perfeccionen lo que hemos oído y practicado, expondremos cómo se ha encontrado la solución del problema y describiremos nuestra pequeña instalación.
Hace ya tiempo que en uno de nuestros pequeños telégrafos sin hilos, que nos sirve para el estudio de las nuevas modificaciones y nuevos aparatos para la telegrafía sin hilos, con o sin teléfono, observaba mi hijo, José María, que en el teléfono de la estación receptora del autodescohesor Tomasi, oía el diferente sonido que da el interruptor de la bobina de Rhumkorff, cuando se atornilla más o menos el tornillo del interruptor. Esto le sugirió la idea de que podría transmitirse la voz humana; pero, falto de potentes aparatos en aquel entonces, no se resolvió el problema.
Hace poco, estando con mi hijo en el Seminario de esta capital, en donde había los aparatos del notable trabajo y experiencias que acaba de hacer el Académico y Catedrático de física de dicho establecimiento, Rvdo. Sr. [Pedro] Marcer [Oliver], referente a la influencia de los sonidos de la voz humana sobre los tubos Geisler en rotación, pidió mi hijo a este doctor físico que probásemos con su micrófono en un telégrafo sin hilos que allí tenían, para ver si se transmitiría la voz humana. Los tres nos pusimos a verificar las experiencias, y cuál fue nuestra admiración cuando oímos por primera vez que se transmitía la voz humana por medio de las ondas hertzianas.
Con estos resultados nos animamos, y con mi hijo hemos verificado en casa varias experiencias sobre el particular, las cuales, a pesar de haberse practicado con una bobina Rhumkorff, de las que dan tres centímetros de chispa, y hallarse entre la estación transmisora y receptora varias habitaciones y, por lo tanto, varios muros y puertas, obtuvimos buenos resultados, los cuales personas técnicas han podido experimentar, y una de ellas es el Sr. Bolchor; que en la Revista «Industria é Invenciones» [nº18, del 30/4/1904, pág. 195] testifica el éxito de los trabajos.
Los aparatos son sencillos. En la estación transmisora hay una bobina de Rhumkorff de tres centímetros de chispa, con su oscilador, su pequeña antena y conductor a tierra, siendo este la red de cañerías del gas Lebón. Entre el transformador (bobina de Rhumkorfr) y una batería o pila de elementos Grenet, hay un micrófono especial que hace el oficio de manipulador y de interruptor. Se inutiliza el interruptor automático de la bobina, pero se aprovecha el condensador, el cual nos refuerza la chispa del oscilador, cosa que no se hizo en la primera experiencia en el Seminario.
En la estación receptora hay un autodescohesor Tomasi que tiene, como es natural, su antena receptriz, y el conductor a tierra, que esta es la tierra del pararrayos, colocado en terrenos detrás de la casa que habitamos. Con un teléfono auricular se recibe el sonido que producen las ondas hertzianas que pasan por el autodescohesor mediante una pequeña corriente eléctrica.
Aplicada la boca en el micrófono, se canta o habla, y como se comprende, tantas vibraciones del sonido son tantas interrupciones del paso de la corriente eléctrica por el primario de la bobina, y, por lo tanto, modificación en la cantidad y número de chispas del oscilador. Como se ve, la base del procedimiento es parecido al del teléfono.
Casi siempre todo es imperfecto al principio, y no es de extrañar, que si bien el canto se oye perfectamente, las palabras que hemos oído son pocas y no muy claras. La manera de transmitir la voz humana por medio de las ondas hertzianas, se ha hallado; falta ahora perfeccionarlo, como se perfeccionó el primer teléfono de Reis, en el que se oía el sonido del violín.
El primer micrófono que empleamos era del Dr. [Pedro] Marcer [Oliver], y no era otra cosa que un teléfono Ader transformado en micrófono: una lámina de mica que llevaba cogida una cruz metálica, cuyas, dos láminas llegaban a la caja metálica del mismo, y al vibrar tocaba a la punta de un tornillo micrométrico. Después la hemos modificado, adoptando el cobre para el metal de la cruz, y ésta va suelta.
Para que las ondas hertzianas obren a gran distancia, es preciso que la chispa del oscilador sea relativamente intensa; esto nos obliga a buscar un micrófono que deje pasar muchos amperios. Hemos reforzado la chispa añadiendo un condensador y aumentando el voltaje; hemos logrado que pase más amperaje por el micrófono, pero esto tiene un limite, y es la formación de arco, en cuyo caso no funciona bien como interruptor. Urge, pues, buscar un buen micrófono, y a ello pensamos dedicarnos cuando nos lo permitan nuestras ocupaciones.»
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Esquema de los aparatos de telefonía J.M. Guillén |
Unos meses antes de que los Guillén llevasen a cabo sus experimentos de telefonía sin hilos, el 23 de Noviembre de 1903, se habían efectuado en Estados Unidos unas pruebas en el Arsenal de Brooklyn, ante una Comisión de Marina, de un sistema de telefonía sin hilos inventado por A. Frederick Collins. Uno de los aparatos se colocó en el crucero Kearsage y el otro en el Alabama, separados ambos buques por una distancia de kilómetro y medio. Sin la menor dificultad se estableció la comunicación entre los dos cruceros, y las palabras se oyeron perfectamente claras en el uno y en el otro. Las placas receptoras del sonido se habían dispuesto en la arboladura de los barcos, y estaban unidas a los receptores telefónicos mediante un hilo, pero sin que entre las dos placas, esto es, entre los dos buques, hubiese ningún hilo.
El inventor recibió encargo del Gobierno de los Estados Unidos de algunos de estos aparatos, con los cuales se proponía reemplazar el telégrafo de banderas entre los barcos de una escuadra por el sistema telefónico, que se podía emplear sin dificultad, lo mismo con buen tiempo que en medio de la niebla.
Guillermo J. de Guillen García dio, el 11 de junio de 1904, una conferencia en la Real Academia de Ciencias sobre el sistema de teléfono sin hilos inventado por él. Comenzó "[...] haciendo ver cómo el nuevo procedimiento objeto de la conferencia, era distinto de los últimos inventos sobre telegrafía y telefonía. Creyendo necesario, para comprender la telefonía sin hilos, conocer bien la telegrafía sin hilos por medio de ruidos en el teléfono, la describió velozmente, deteniéndose en los autodecohesores, uno de los aparatos empleados en la nueva transmisión. Enseguida describió una instalación de teléfono sin hilos y el modo cómo funciona.
Después de reseñar la manera cómo se ha descubierto en Barcelona, se ocupó en las mejoras que ya se han introducido y en las que pueden adoptarse.[...]".
El 2 de julio de 1904, el Diario de Reus se hace eco de la publicación en el nº 219, de 11 de junio, de la revista El Mundo Científico de Barcelona de un artículo donde se da cuenta de la instalación de teléfono sin alambres existente en casa de Guillermo J. Guiilén García. El alumno del Instituto General y Técnico de Reus, José María Guillén Gómez, había hallado la solución al problema de la telefonía sin hilos. El autor del artículo refirió la demostración efectuada por los Guillén. Se pudieron escuchar diferentes piezas de música y palabras a través del receptor que eran emitidas desde el aparato transmisor sin hilos conductores. El citado artículo finalizaba con una completa descripción de la instalación y un dibujo esquemático de la misma.
El empleo de las ondas hertzianas para la detección de las tormentas lejanas y previsión meteorológica por Guillermo J. Guillén García
Además de los ensayos de transmisión de voz por telefonía sin hilos, Guillermo J. Guillén García realizó experimentación en el campo de la detección y seguimiento de tormentas mediante, el Electro-radiófono, aparato cuya "[...] misión es dar a conocer las tormentas con descargas eléctricas que se desarrollan a muchos kilómetros del observador, y decirnos si se acercan o alejan [...]". Comenta Guillén en el artículo que escribió y fue publicado en Industria e invenciones el 23 de julio de 1904 sobre este aparato: "[...] En casa tenemos establecido el electro-radiófono y con él hemos podido oír, entre otras, una gran tormenta muy lejana y comprobada después por testigo ocular, a pesar de hacer buen tiempo en Barcelona. El timbre ha tocado, y hasta se han inscrito rayas en el receptor Morse. Esta audición de truenos, la hemos tenido varias veces. [...]". Guillén añadía que "[...] M. Lodge ha dicho, y cualquiera puede comprobar, que las descargas eléctricas atmosféricas, presentan el carácter de descargas oscilantes y producen ondas hertzianas. Que es así, lo prueba el que los rayos y hasta lo que comúnmente llamamos relámpagos, modifican, al presentarse, la resistencia de los cohesores y autodecohesores, verificándose en los primeros los efectos de tocar el timbre y de hacer funcionar el aparato Morse; y en los segundos, el oírse ruidos en el teléfono.
El primero que aplicó el cohesor á estas observaciones, fue el ruso Popoff, el cual inscribía las descargas atmosféricas en un aparato inscriptor Richard. Posteriormente se han inventado los aparatos de los señores Boggio Lera, Ducretet y Tourpain, este último combinado con el barómetro y anemómetro.[...]".
El Electro-radiófono, nombre dado por Thomas Tommasina al aparato de su invención, y descrito por Guillén, "[...] lo forma una pila, un teléfono y un autodecohesor [de pequeños gránulos de carbón]. De éste salen dos alambres, uno comunica con una antena horizontal bien aislada, y el otro con tierra. Es, pues, muy parecido a uno de los aparatos receptores de la telegrafía sin hilos, que emplean el teléfono para oír los ruidos según el código Morse.[...]". Aplicando el oído al teléfono del Electro-radiófono, se podían oír perfectamente las descargas eléctricas de una tormenta que se desarrollase a grandes distancias. Finaliza Guillén apuntando que resultaría interesante la utilización del aparato en los grandes puertos, donde los barcos podrían retrasar su salida al saber que existe una tormenta que, aún estando alejada, podrían encontrar si se hicieran a la mar.
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Estación receptora para las tormentas a distancia |
A principios de diciembre de 1904, Guillermo J. Guillén García trabajaba en el perfeccionamiento de un procedimiento que acababa de inventar para que dos personas pudieran ver reproducidas sus imágenes al tiempo que comunicaban mediante la voz. Las primeras pruebas, a una distancia de 20 metros, habían dado buen resultado.
El 10 de julio de 1905, Guillermo J. Guillén García da a conocer las modificaciones introducidas por él en el electrorradiófono y en el electrógrafo, para evitar en ellas las perturbaciones procedentes de la electricidad atmosférica. El primero, como hemos visto ya, era utilizado para la detección de las tormentas a distancia; y el segundo, se empleaba para el pronóstico de los temporales y las lluvias tratándose de un aparato revelador y registrador de las descargas eléctricas.
El 11 de noviembre de 1905, en la sesión ordinaria que celebró la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, Guillermo J. de Guillen García, presentó el autodecohesor Rodet utilizado en una instalación receptora portátil de telegrafía sin hilos, exponiendo los resultados que con él había obtenido. Poco después en La Energía Eléctrica se publicó un artículo que Guillén escribe y titula "El autodecohesor Rodet", fechado en Barcelona el 22 de noviembre de 1905, en el que incluye una fotografía de la estación receptora radiotelegráfica que él construyó, formando parte de la misma el mencionado decohesor. Guillén introduce una variación en sus experimentos respecto a los efectuados por Rodet, y comenta que "[...] Las bobinas de selfinducción o de autoinducción que pone M. Rodet en el circuito para evitar que las ondas hertzianas pasen por la pila en vez de atravesar el autodecohesor, no son necesarias cuando los teléfonos del auricular tienen buen arrollamiento, pues en este caso éstos substituyen a aquéllas. Sin las citadas bobinas, el aparato de M. Rodet nos ha funcionado muy bien. [...]". Tras comentar que ha probado en el electro-radiófono que tiene construido, cómo se comportaba el decohesor de Rodet, Guillén termina su artículo concluyendo: "[...] De los resultados obtenidos se deduce, que el autodecohesor Rodet es muy bueno para la telegrafía sin hilos, y puede ser un auxiliar en el electro-radiófono.[...]" de Tommasina en la detección de las tormentas.
En la sesión celebrada por la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona el 27 de Febrero de 1907, el académico, miembro de la Comisión 2ª de Electrotecnia de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y redactor de La energía eléctrica, Guillermo J. de Guillen García, leyó su trabajo sobre "El empleo de las ondas hertzianas para la investigación de las tormentas lejanas, y como auxiliar para la previsión del tiempo". Después de demostrar cómo es posible recibir desde más de 1.000 km de distancia las ondas hertzianas generadas por los relámpagos durante las tormentas, basándose en el voltaje y amperaje de estas descargas eléctricas y de la longitud de las ondas, se ocupó de los aparatos empleados en el reconocimiento de las tormentas lejanas, y para fijar el sitio geográfico en que se hallan. Desde la estación ceraunológica de su estudio, Gullién oía las tormentas desarrolladas desde el Atlántico a Italia y desde el Norte de Francia a África.
Las experiencias de Gulillermo J. Gillén García de transmisión de fotografías por radio
El 20 de marzo de 1907, Guillermo J. de Guillén García, leyó en la Real Academia una Memoria sobre la transmisión de dibujos y fotografías por medio de la telegrafía sin hilos, "[...] nueva transmisión que hace poco ha inventado. Después de exponer las grandes aplicaciones de las ondas hertzianas, pasó a describir primero el aparato que ha ideado para transmitir sin alambre los dibujos a grandes distancias, y luego el destinado a la transmisión de fotografías con el telégrafo sin hilos. Concluyó exponiendo la gran importancia que tiene este nuevo modo de transmisión, atendido a que en este siglo todo se quiere con rapidez y a que son a miles las revistas ilustradas que se publican en el extranjero, a cuyas empresas editoriales les conviene dar a conocer pronto y con los mayores detalles los acontecimientos que continuamente se desarrollan en el mundo. Citó, entre las nuevas aplicaciones, las que se refieren a policía y al arte de la guerra.
El 15 de mayo de 1907, Guillermo J. Guillén García dio una conferencia sobre las aplicaciones de las ondas hertzianas en el local de la Asociación de Ingenieros Industriales de Barcelona en la que apoyó su disertación con gran número de proyecciones fotográficas de vistas y esquemas. En la misma repasó los diversos usos que se le había dado a la telegrafía sin hilos hasta la fecha, entre las que mencionó la telegrafía sin hilos en los trasatlánticos, mencionando el periódico que había organizado Marconi en uno de ellos con los radiogramas recibidos del continente. También habló la importancia de la radio en el salvamento marítimo, su utilización en la guerra, en la detección de tormentas a distancia, en la iluminación de faros a distancia, y en la transmisión de imágenes y fotografías.
José María Guillén-García y la telefonía sin hilos
Los días 3 y 10 de agosto de 1907, la revista Industria e invenciones publica, en dos partes, un artículo de José María Guillén Gómez titulado Estado actual de la telefonía sin hilos por ondas hertzianas en el que el autor enumera, en primer lugar, los sistemas existentes que clasifica en cuatro grupos en función de la posición que ocupa el micrófono en la estación transmisora. Dentro del primer grupo estarían los sistemas en los cuales el micrófono abre y cierra la corriente primaria del transformador, que se corresponden con los de Capeder-Telesca, Ponsa y el propio José María Guillen Gómez; en el segundo grupo se encontrarían los que el micrófono modifica la distancia explosiva del oscilador, son los de Leonardi y Majorana (versión o disposición 1 de 2 que ideó), un tercer grupo estaría formado por los que el micrófono está intercalado entre la antena o toma de tierra, se correspondería con el de Fessenden y, por último, el cuarto grupo es el que sitúa el micrófono intercalado en un productor de ondas hertzianas por medio de un arco voltaico, estos son los de Poulsen, Campos y Majorana ( segunda disposición). Guillén dedica el resto de su artículo a describir el funcionamiento de los dos últimos, es decir, los sistemas Fessenden y Poulsen, explotados respectivamente por la National Signallíg Co. de los Estados Unidos y la Gesellschaft für drahtlose Telegraphie de Alemania. José María Guillén Incluye en su artículo esquemas ilustrativos de los aparatos receptor y transmisor de ambos sistemas.
El ingeniero Miguel Núñez y su sistema de telegrafía sin hilos
El 5 de septiembre de 1907, la revista Nuevo Mundo publica una noticia referente a la campaña de difusión que está llevando acabo sobre la telegrafía sin hilos el joven ingeniero de la Escuela de Obras Públicas de París, Miguel Núñez, profesor de la Real Escuela de ingenieros electricistas de Sarriá (Barcelona), donde realiza un ciclo de conferencias sobre dicho tema, tras la finalización del cual, termina la noticia, «presentará un nuevo sistema de telegrafía sin hilos ideado por él» con el que se harán ensayos en combinación con la Real Escuela de Sarriá y alguna casa naviera que ofrezca sus buques para la parte relacionada con la navegación.
La telefonía sin hilos o la radiotelefonía: Experiencias de José María Guillén-García Gómez
Es difícil establecer con exactitud cuando empezó a considerarse la comunicación por telefonía sin hilos pero lo cierto es que a partir de 1906 muchos investigadores empezaban a obtener algunos resultados positivos, aunque no perfectos, en este campo. Los más conocidos investigadores en radiotelefonía de esta época fueron Reginald Fessenden y Lee De Forest, en Estados Unidos; Valdemar Poulsen en Dinamarca; Ruhmer en Alemania; Blondel, Tissot, Collin y Jeance en Francia; y Quirino Majorana en Italia. A las dificultades correspondientes a la transmisión radiotelegráfica se añadían otras que provenían de la necesidad de transmitir sin alteración ni deformación el sonido fundamental que constituye la palabra articulada, así como todos los armónicos que acompañan a su sonido.
El 25 de enero de 1908, La Energía eléctrica publicó un artículo sobre los últimos adelantos de la telefonía sin hilos. Este escrito es de gran interés, no sólo por la exposición de los diversos sistemas y experiencias llevadas a cabo hasta la fecha en el campo de la radiotelefonía, sino que también en cuanto a que describe el inventado por José María Guillén Gómez, que con 17 años había efectuado sus primeros ensayos, ya comentados, con la ayuda de su padre en abril de 1904. "[...] Guillen (José María) y Capeder Telesca, emplearon las ondas hertzianas. Adoptaron dos estaciones de telegrafía sin hilos, substituyendo el manipulador por un micrófono especial. Guillen empleaba el autodecohesor y Capeder Telesca hacía girar el cohesor. La recepción, como es natural, es por teléfono. Los resultados no podían ser muy satisfactorios; la música se oía bien en nuestros aparatos, pero la voz era tan confusa que sólo se oía alguna palabra.[...]"... "[...] El problema se ha resuelto adoptando el circuito llamado de Duddell en el aparato transmisor. Como que el aparato está basado en la aplicación del arco parlante, todos pueden adoptar el arco voltaico para obtener las ondas hertzianas. De aquí el que lo hayan adoptado Poulsen, Telefunken, Forest, Majorana, Rhumer y Guillen (José María.) [...]".
Al describir el sistema de Forest comenta: "[...] Las ondas son recibidas por una antena A que las transmite al órgano receptor que M. Forest ha dado el nombre de Audión. Este aparato es el redresseur eléctrico del Dr. Fleming; es una ampolla vacía de aire conteniendo un filamento de tántalo, puesto incandescente por una batería de acumuladores, y colocado entre dos hojas de platino relativamente frías paralelamente a este filamento.[...]".
Después de exponer los diferentes sistemas y sus diferencias, finaliza su artículo afirmando: "[...] De lo expuesto se deduce que la telefonía sin hilos ha dado un gran avance, y esto en pocos meses. Siendo libre el empleo del arco cantante, se han podido adoptar e inventar aparatos varios, constituyendo procedimientos o sistemas prácticos, que el tiempo seleccionará y perfeccionará, haciendo la competencia a la telegrafía sin hilos. Es de creer que el proyecto de M. Poulsen de comunicarse entre América e Irlanda por medio del teléfono sin hilos, será un hecho, dentro no lejano tiempo."
La reglamentación de la telegrafía sin hilos en España en 1908
Como desarrollo y aplicación en nuestro país de los preceptos del Convenio internacional de Berlín de 1906, se confeccionó una legislación particular sumamente sencilla y precisa, compuesta por la ley de 26 de Octubre de 1907, dos Reales Decretos de 24 de Enero de 1908, uno aprobando las bases y el reglamento “para el establecimiento del Servicio Radiotelegráfico”, y otro sobre condiciones para sacar a subasta la construcción y explotación de 24 estaciones; y una Real Orden de 18 de Febrero de 1908 que más tarde se completaría con otra Real Orden de 15 de Noviembre de 1910.
El servicio radiotelegráfico, fuese cual fuese el sistema o procedimiento, inventado o por inventar, que para él se utilizase, se consideró, en España, comprendido entre los monopolios del Estado, como lo eran los de telégrafos, teléfonos y cualquiera otra clase de comunicaciones eléctricas. La exclusiva absoluta de estos servicios se entregó al Ministerio de la Gobernación, cuando se tratase de aplicaciones generales de carácter civil, y a los de la Guerra y Marina cuando concerniesen especialmente a la defensa nacional y a la defensa del Ejército y Armada.
No había, ni podían existir, otros servicios públicos y oficiales de carácter general que los establecidos por alguno de los tres citados ministerios o por las entidades en que delegasen sus funciones por los medios legales. Los demás organismos del Estado y los particulares, sociedades o corporaciones que requiriesen para su servicio propio, no para el general y público, el empleo de la radiotelegrafía, podían conseguirlo, de no haber causa legítima en contrario; pero siempre y en todos los casos con la autorización del Ministerio de la Gobernación, representante del monopolio; y aun este tampoco tenía facultades para conceder las autorizaciones por sí solo, sino que tenía que hacerlo de acuerdo con los de Guerra y Marina, cuando la pretendida instalación de una estación hubiera de efectuarse en costas o fronteras, en plazas fuertes o marítimas o el alcance (cobertura) de la misma excediese de su distancia al mar, a la frontera o a una plaza de guerra (es decir, casi siempre, pues pocas estaciones habría cuya situación no se encontrase comprendida dentro alguna de esas restricciones).
En cambio, había una gran amplitud en la reglamentación de servicios, estando autorizadas, no sólo las comunicaciones marítimas recíprocas entre la tierra y los buques, previstas en el Convenio de Berlín, sino también las de las estaciones terrestres entre sí y tanto para la correspondencia procedente de los buques como para la internacional, la de la Península con las islas Baleares y Canarias y de unas islas con otras y la propiamente interior de la Península.
Sobre esos servicios radiotelegráficos terrestres, procedentes o no del mar, se concedía en España toda preferencia, cumpliendo los pactos internacionales, a los servicios verdaderamente marítimos entre estaciones costeras y de a bordo y, dentro de esa preferencia, se concedía prioridad absoluta a las llamadas de auxilio de los barcos en peligro, los cuales se tenían que cursar con carácter de urgentes, sin exigir pago previo ni fianza, ni requisito alguno.
El Reglamento de 1908 estipuló la creación de una primera red de 24 estaciones radiotelegráficas, compuesta por 2 estaciones de primera clase (Cádiz y Tenerife), con un alcance de 1.600 km, 5 estaciones de segunda clase (en el Cabo de Finisterre o en el de Villano, Tarifa, Cabo de Gata, Cabo de San Antonio o La Nao, e isla de Menorca), con un alcance de 400 km; y 17 estaciones de tercera clase (en los cabos Machichaco, Mayor o Quejo, Peñas y Estaca de Bares, islas Cíes, Málaga, Cabo de Palos, Vinaroz o Los Alfaques, Barcelona, Cabo de Creus o Bagur, isla de Mallorca y las otras seis islas del archipiélago canario), 200 km.
Primeras experiencias de Alfonso Estublier en radiotelegrafía en 1908
Alfonso Estublier, quien años después sería titular de la estación de radioaficionado con indicativo EAR-31 y presidente del Radio Club de Cataluña, regresaba en 1908 a Barcelona tras completar sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Aix (Provence) en Francia. Fue entonces cuando realizó sus primeros experimentos en radiotelegrafía.
En junio de 1909, el periódico El Día de Madrid pública 4 artículos entre los días 14,17,18 y 19 escritos por Guillermo J. Guillén García que bajo el título La telegrafía sin hilos. Su empleo actual. Aplicaciones comerciales da cuenta de la utilización de la radiotelegrafía en el mundo y sus diversas aplicaciones.
Experiencias en Cataluña con las antenas horizontales de Marconi
El 10 de octubre de 1909, Guillermo J. Guillén García escribe un artículo en La Energía eléctrica titulado Dirección y orientación de las ondas hertzianas o eléctricas en el que menciona los ensayos llevados acabo por Marconi con antenas horizontales a poca distancia del suelo. A continuación Guillén comenta: "[...] Estas comunican bien; lo sabemos además por haberlas experimentado en Cataluña [...]". Guillén concluye que "[...] A pesar de que es posible comunicarse bien con antenas horizontales a muy poca distancia del suelo, las experiencias de M. Schmidt demuestran que la energía irradiada útil a la recepción, es inferior en éstas que en las antenas verticales que ordinariamente se emplean. Luego, sólo deben emplearse antenas horizontales muy bajas (a 1 m. 80) en los casos que no puedan emplearse las verticales.[...]". Se estudiaba en esta época la variabilidad en la señal de transmisión y recepción según fuese la posición que tuvieran relativamente las antenas de la estación transmisora y la receptora. Marconi, comenta Guillén, la ha aplicado "[...] en el arte de la guerra para conocer la dirección hacia donde se encuentra la fuerza amiga con quien se trata de establecer comunicación.[...]".
Guillén continúa refiriendo otras experiencias recientes en el mundo con diferentes tipos de antenas y disposiciones de estas para finalizar con el relato de la siguiente: "[...] Los ingenieros italianos M. M. Bellini y Tosí, han empleado recientemente una disposición que ha dado grandes resultados: desde Pourville, cerca de Dieppe, han trasmitido a la estación del Havre, sin que la estación cercana a ésta de Barfleur haya sido influenciada. Según M. Bellini, «haciendo variar la relación de excitaciones de las dos antenas por medio de una disposición muy sencilla, puede variarse, a gusto del operador, la dirección única de las ondas emitidas. La dirección de la comunicación puede variar instantáneamente y de una manera continua irregular, por medio de la rotación de una pequeña bobina, con sólo el simple esfuerzo de la mano. Asimismo, las ondas hertzianas transmiten en un solo plano vertical». Nosotros hemos ensayado—dice M. Bellini—dirigirlas en un solo sentido, de manera que un radiotelegrama pueda enviarse en la dirección Norte del operador, sin ir por el lado opuesto hacia el Sur.
Por una disposición poco complicada y no empleando más que excitaciones en el mismo sentido, hemos llegado muy pronto a este resultado.» [...]".
Nace la Sociedad Astronómica de Barcelona
En 1910 se constituía la Sociedad Astronómica de Barcelona, siendo uno de sus fundadores, Enrique Calvet Pascual, una de las personas clave en la historia de la radio en Barcelona. La sociedad tuvo especial interés en la divulgación de la radio entre la comunidad científica desde su creación, como veremos más adelante.
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Observatorio astronómico Fabra |
Primeras experiencias de Alfonso Estublier con un detector electrolítico
En 1910, Alfonso Estublier, futuro EAR-31, utilizaba en Barcelona un detector electrolítico para sus experiencias de recepción como aficionado. Más tarde lo haría con pirita de hierro y galena.
Comunicaciones radiotelegráficas entre pesqueros en la costa de Marruecos y Barcelona
Dirigidas por un Ingeniero italiano en diciembre de 1910 se iniciaron las pruebas preliminares para instalar la telegrafía sin hilos a bordo de los vapores pesqueros inscriptos al Sindicato de Fomento Marítimo Pesca Marítima Nacional (Demarcación del Mediterráneo). Las especiales condiciones de la flotilla de vapores de pesca: Araña, Avispa, Tiburón, Rosalind, Kelvin, Bohemio, Monserrat y Roberst, afectas a la Comisión Internacional para el estudio del Mediterráneo y del Atlántico, habían sido aceptadas y aprobadas para los ensayos de comunicaciones inalámbricas entre la costa del Norte y Noroeste de Marruecos y la estación central de Barcelona, en comunicación directa con las estaciones flotantes a bordo de los citados buques españoles.
Luis Cirera Terré y su torre de 24m en Sarriá
En 1911, Luis Cirera y Terré, a la edad de 19 años, utilizaba las iniciales de su nombre y apellidos, L.C.T. para salir al éter convirtiéndose así en uno de los primeros radioaficionados españoles. Cirera Instaló aquel año en el edificio de su domicilio, calle Esperanza, nº 4 de Sarriá, una torre de 24 m. de altura y un metro de base que soportaba la antena construida en una sola pieza. Sujeta por mampostería estaba afirmada en una pared lateral y con dos juegos de vientos. El equipo transmisor, de fabricación casera, constaba de transformador de 10.000 voltios y 50 periodos, estallador de chispa a motor, que hacía esta musical, y resonador Oudín. Empleaba la longitud de onda de entre 400 y 600 m. y la potencia utilizada era de 1kw. El receptor, sistema Tesla, había sido adquirido a una casa de París. Establecía comunicación bilateral con su amigo Javier Canals de Barcelona, que en la calle del Caspe, nº 36 tenía una instalación similar a la suya, aunque con una antena de menor altura, y mantenía contacto con otros radioaficionados de la época entre los que se encontraban: José María Guillén Gómez, Roca, Masanet, Antonio Castilla, Jorge St. Noblé y Escola, que poseían también sus equipos de emisión y recepción, estableciendo comunicados bilaterales entre ellos. Luis Cirera estableció, ese año, comunicado bilateral entre su estación de Sarriá y otra instalada en Valencia.
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Luis Cirera Terré |
La radiotelegrafía y la aeronáutica. Llamamiento a la libertad del uso de la radiotelegrafía
El 25 de julio de 1911, José María Guillén Gómez, escribe un artículo en La Energía eléctrica titulado Aplicación de la radiotelegrafía a la aeronáutica en el que relata algunas experiencias efectuadas en Estados Unidos, Alemania y Francia en las que se dotaron a aeroplanos y dirigibles de telegrafía sin hilos. Menciona los problemas que ello comporta, como puede ser la generación de chispas en los dirigibles por lo inflamable del hidrógeno, o la disposición de las antenas, el peso de los aparatos radiotelegráficos, etc. A pesar de algunos inconvenientes que se irán resolviendo con el tiempo, son muchas más las ventajas de su empleo, sobre todo para el uso militar. Hacia el final del artículo, Guillén efectúa la siguiente reivindicación: "[...] Dado el desarrollo creciente que de día en día va tomando la locomoción aérea, es de esperar también que los Gobiernos modificarán las leyes draconianas que reglamentan la T . S. H. en Europa; pues de seguir este estado de cosas, no podrán los experimentadores ensayar ni perfeccionar sus aparatos (3). Adopten nuestros Gobiernos la libertad de la radiotelegrafía puesta en práctica en los Estados Unidos, nación que a dicha libertad se debe la existencia, entre estaciones oficiales, comerciales, marítimas y de aficionados, de más de 20.000. Esforcémonos en aumentar este movimiento que surge en varias naciones en favor de la libertad del sin hilos. (4) [...]".
La Sociedad Astronómica y la radiotelegrafía: Las conferencias de Antonio Castilla López
El 19 de noviembre de 1911, el oficial electrotécnico del Cuerpo de Telégrafos, Antonio Castilla López, impartió en el salón de actos de la Universidad de Barcelona una conferencia, organizada por la Sociedad Astronómica, sobre la telegrafía sin alambres, los progresos de la electricidad y sus aplicaciones telegráficas y telefónicas; la teoría de las ondas de Hertz, las aplicaciones de la telefonía sin hilos y la teledinámica. En ella trató de la teoría de las estaciones eléctricas, mecanismo de su producción, propagación a través del espacio, exponiendo originales ideas propias sobre el particular. Para hacer más comprensible su exposición, realizó variados experimentos, entre los cuales llamaron la atención los de acústica, demostrando la similitud de las ondas sonoras con las de origen eléctrico, por medio de diapasones, cajas harmónicas y el aparato de Koenig. Funcionó a la vista de los concurrentes una estación radiotelegráfica, transmitiendo señales del Código internacional, utilizando la bombilla eléctrica en lugar del aparato de Morse, para hacer los experimentos bien visibles. Proyectó, finalmente, algunas fotografías de la cercana estación radiotelegráfica del Prat de Llobregat.
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Antonio Castilla López |
Una semana después, se celebró en el mismo lugar una segunda conferencia de Antonio Castilla sobre el tema Las ondas eléctricas y sus aplicaciones, exponiendo el conferenciante, los fundamentos, trabajos en curso y dificultades encontradas para la resolución por completo del problema de la telefonía sin hilos. Habló de la transmisión de la palabra por medio de las radiaciones lumínicas y las ondas eléctricas, analizando los dos sistemas más prácticos, en los que se empleaban los arcos voltaicos y los alternadores de alta frecuencia. Apoyó su explicación con numerosas proyecciones de esquemas y fotografías. Hizo también mención al gobierno de mecanismos a distancia sin hilo conductor, y analizó, por último, el problema del transporte de la energía eléctrica sin conductores a grandes distancias, realizando además, curiosas experiencias sobre la teledinamía sin conductores, exponiendo las dificultades que presentaba, a pesar de lo cual se mostró convencido de que la ciencia las salvaría sin duda.
Alegato de José María Guillén-García Gómez en favor de la legalización de la Radioafición
José María Guillén Gómez, tras realizar un resumen de las cuestiones más relevantes aprobadas en la Conferencia radiotelegráfica internacional de Londres en un artículo publicado en La Energía eléctrica en agosto de 1912, hacía un verdadero alegato en favor de la legalización de la Radioafición:
"[...] Estas son en conjunto las principales cuestiones tratadas en la conferencia que se acaba de celebrar; muchos asuntos quedan aún para discutir en conferencias sucesivas y que nosotros sólo apuntaremos: la cuestión de los faros radioeléctricos y sus relaciones con los buques y aeronaves, así como la fijación de sus longitudes de onda; reglamentación y libre establecimiento de pequeñas estaciones de recepción de la hora por T.S.H.; unificación de los signos para la transmisión de la hora por radiotelegrafía; paro de las estaciones de gran potencia durante el espacio de tiempo que se da hora y radiotelegrama metereológico; unificación de los indicativos de las estaciones, excitación a todas las compañías explotadoras de servicio radiotelegráfico a emplear sonidos musicales puros, etc. [...]".
Mucho sería de desear también que se tratara en la próxima conferencia de la cuestión tantas veces debatida de la libertad de instalar un cualquiera una estación radiotelegráfica sujetándose a ciertas condiciones, por ejemplo: pasar de 300 m. longitud de onda, excitación indirecta, sonido netamente musical, inscripción previa y declaración de potencia y alcance cerca de la autoridad competente, etc.; cuestión que tarde o temprano debe abordarse y sólo la mala voluntad de las administraciones de algunas naciones, que mirando el asunto de comunicaciones sólo como una fuente de ingresos, descuida maliciosamente para el mañana una cuestión que, entre otras, la navegación aérea con su gran desarrollo pide desde hace mucho tiempo y que en no lejano día deberá concederse al igual que en los Estados Unidos, país altamente práctico, donde es libre el ejercicio de la radiotelegrafía, no obstante estar sujeto a ciertas condiciones.[...]".
Los rayos y las ondas hertzianas. El Padre Manuel Cazador
El 21 de septiembre de 1912, la revista Industria e invenciones recoge un resumen de la Nota leída por Guillermo J. Guillén García en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y que lleva por título El rayo ¿emite sólo ondas hertzianas?. En la misma comienza Guillén diciendo que «Siendo ya varios los Observatorios que poseen ceraunófonos y ceraunógrafos, creo pertinente ocuparme de los efectos del rayo a grandes distancias sobre estos aparatos, empleando para ello las observaciones practicadas en Austria por el Rdo P. Feny, del Observatorio de Kalosca, en el Observatorio de San Julián de Vilatorta, por el P. Cazador, y en mi laboratorio por D. José M." de Guillén y Gómez.[...]». Menciona las experiencias realizadas con antenas horizontales realizadas por el sacerdote Manuel Cazador López S.F. "[...] El Rdo. P. Cazador, en el Observatorio de San Julián de Vilatorta, con una antena horizontal, ha observado que no se cumple con las descargas del rayo, la ley de las antenas giratorias descubiertas por Mr. Marconi en la recepción de ondas hertzianas.[...]". Después de referir estos estudios, donde menciona las conclusiones a las que ha llegado su hijo José María en sus experiencias en el laboratorio que comparte con su padre, concluye «[...] hay muchas probabilidades de que los ruidos que se oyen en el ceraunófono, debidos a tormentas lejanas, no sean sólo un efecto de las ondas hertzianas, sino que sean también debidos a la inducción de las descargas eléctricas oscilantes que constituyen lo que llamamos rayo.»
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Padre Manuel Cazador |
La Conferencia internacional de la hora se celebró en octubre de 1912 en el Observatorio Astronómico de París, y tuvo por objeto principal determinar las reglas a que habría de sujetarse el envío de la hora por medio de la telegrafía sin hilos, no sólo para las necesidades varias de la astronomía, sino también de la marina y de los particulares. La Conferencia se ocupó también de los aparatos empleados para la recepción de la hora, para su conservación, sistema de señales, etc. Desde hacía algunos años se utilizaba la torre Eiffel como estación radiotelegráfica, de carácter militar en su inicio, y más tarde, de uso general. Uno de los servicios verdaderamente internacional de dicha estación de telegrafía sin hilos fue el de la hora. Desde el primero de julio de 1913 se comenzaron a transmitir, desde la torre Eiffel, las señales horarias y los partes meteorológicos, a las diez de la mañana y a las doce de la noche, hora de Greenwích.
No fue la de París la única estación que emitió señales horarias, sino que existían otras pero que lo hacían de forma muy irregular. La conferencia trataba de unificar este servicio de forma que en cualquier punto del mundo se pudieran recibir al menos dos señales horarias, una de día y otra de noche, con un máximo de cuatro cada veinticuatro horas. Desde el primero de julio de 1913 las estaciones de carácter internacional que comenzaron sus emisiones de señal horaria fueron: París, San Femando (Brasil), Arlington (EEUU), Manila, Mogadisco, Tombuctu, Norddeich-Wilhelmshavm, San Fernando (Brasil), Masanah y San Francisco. La captación de las señales horarias era fácil de conseguir en cualquier punto de planeta disponiendo de un receptor y una antena con su toma de tierra.
La estación radiotelegráfica de José María Guillén-García Gómez
El día 16 de noviembre de 1912, un artículo firmado por José María Bolívar, titulado Una interesante instalación para recibir las señales horarias de la Torre Eiffel nos da noticas sobre las actividades desarrolladas en casa de los Guillén relativas a su radio-experimentación:
«Hace algunos días que tuve el gusto de visitar el laboratorio del distinguido ingeniero D. Guillermo J. de Guillen García, que desde hace muchos años viene dedicándose al estudio de la telegrafía y telefonía sin hilos, y que hace algunos meses ha hecho en su laboratorio una notable instalación para recibir las señales horarias del Observatorio de París, transmitidas por la estación radiotelegráfica de la Torre Eiffel.
Esta estación transmite cada noche una serie de señales que reproducen la hora del Observatorio de París y por medio de las cuales se pueden regular los cronómetros de los observatorios. Estas señales empiezan a las once y mediado la noche y terminan a las doce, en cuyo intervalo da la Torre Eiffel 180 señales de las cuales unas corresponden a horas fijas y otras reproducen las oscilaciones del péndulo del observatorio. Con la estación del Sr. Guillen, empleando el método de las coincidencias y con el auxilio de un micrófono especial, establecido por el Sr. Guillen para la comparación de las oscilaciones del volante del cronómetro, se puede llegar a determinar la hora con una exactitud de una a dos centésimas de segundo.
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Transmisión automática de señales horarias |
La estación receptora del Sr. Guillen, comprende además de los aparatos usuales en las estaciones de telegrafía sin hilos, distintos aparatos ideados especialmente por el mismo señor, para la sintonización de sus aparatos con los de las estaciones transmisoras y para anular los efectos de las ondas parásitas y de las descargas atmosféricas, de modo que se perciben en los teléfonos las señales de la estación con la cual se comunica, sin sufrir la influencia de las descargas atmosféricas ni la de otras estaciones transmisoras (le telegrafía sin hilos aunque estén próximas.
Estos aparatos consisten en una serie de transformadores, autoinducciones y condensadores dispuestos de una manera especial y combinados con detectores de sulfuro sistema Allard-Guillén y con reforzadores eléctricos. Además por medio de una disposición especial que el Sr. Guillen, llama «Separador acústico», puede regularse de tal manera su estación receptora, que cuando varias estaciones transmisoras trabajan simultáneamente con la misma longitud de onda, pero con tono musical diferente, se perciben solamente las señales emitidas por una de estas estaciones, la que se desee, y no se perciben las señales procedentes de las demás.
El efecto de todos estos aparatos es tan notable que a pesar de que el día de mi visita hacía un viento muy fuerte y un tiempo poco a propósito para las comunicaciones radiotelegráficas, y a pesar de la antena relativamente muy corta que se ve obligado a emplear el Sr. Guillen, pude percibir clara y distintamente no sólo las señales horarias de la Torre Eiffel, que dista 800 kilómetros de Barcelona, sino también las comunicaciones transmitidas por diferentes estaciones que en aquel momento transmitían telegramas, entre ellos Coltaro (Italia), distante 700 kilómetros, Poldhu (Inglaterra) 1,100 kilómetros, Norddeich (Alemania) 1,500 kilómetros, y otras.
La instalación del Sr. Guillen, comprende, además, diversos aparatos destinados a otros estudios como ceraunógrafos y ceraunófonos, de diversos sistemas, entre ellos uno del Sr. Guillen, que ha sido adoptado por los principales observatorios para registrar y escuchar las tormentas lejanas, anemógrafos, anemóscopos, etc., y diferentes aparatos de telegrafía sin hilos, entre los cuales figuran los aparatos de fototelegrafía sin hilos que el Sr. Guillen tiene patentados en varias naciones. El conjunto forma un excelente laboratorio para esta clase de investigaciones, en el que el Sr. Guillen ha hecho, en colaboración con su hijo, los estudios y experimentos que le han servido de base para sus notables trabajos en esta materia.»
Una reivindicación de la legalización de la radioexperimentación libre en España
El 25 de mayo de 1913, José María Guillén Gómez escribía un artículo en defensa de la legalización de las estaciones radiotelegráficas de recepción privadas y de la radioexperimentación en España titulado "Hemos llegado al colmo, ¡Lo que puede una Compañía extranjera!, cuyo texto íntegro es el siguiente:
«Un folleto que hemos adquirido recientemente, recopilación de varios artículos publicados en la acreditada revista científica Cosmos, de París, escritos por el Dr. Pierre Corret, en la página 84, hemos leído que desde París pueden oír los aficionados los radiotelegramas de las estaciones civiles, militares y marítimas de España. En vista de esto, es lógico que la Dirección General de Correos y Telégrafos de España persiga, con el rigor que lo hace, a los que reciben la hora oficial de la Torre Eiffel y los partes meteorológicos que nos da aquella estación, gratuita y rápidamente, y que suple lo que nos debiera dar el Gobierno español; si no quiere que le motejen de oscurantista.
Hoy las naciones que se dicen civilizadas, persuadidas que es imposible el secreto radiográfico, se apresuran a dar todas las facilidades, a fin de que las poblaciones puedan tener la hora oficial, y, además, les sea dable a todos los agricultores y a los marinos que lo deseen, el conocer la marcha de los centros de baja presión, y, por lo mismo, prevenirse de las tormentas o viento a que puedan estar afectos. París, sitio escogido como centro mundial horario, desde la Torre Eíffel irradia sus bienhechoras noticias por Francia y otras regiones; Alemania da la hora oficial y parte meteorológico desde Norddeich; Inglaterra, desde Cleethorpes; los Estados Unidos desde Arlington, etc.
En Francia son muchísimas, por no decir a cientos las estaciones receptoras, sirviéndose de ellas los relojeros y las estaciones principales de ferrocarriles y otras muchas.
No es sólo esto lo que favorecen las naciones civilizadas, es más, fomentan las estaciones de estudio, pues así no tienen que ser tributarias de los adelantos extranjeros, y es para la nación un nuevo timbre de gloria, cada conquista que se obtiene en el terreno de la ciencia. Inglaterra, por ejemplo, ya en 1904, por su ley Wireless Telegraphy Act. permite, en virtud del art. 2, estaciones de ensayo, cuya concesión se da por el Postmaster General. Son 153 las autorizaciones de esta clase que se han concedido durante al año 1912, según el raport anual del Postmaster que publicó recientemente el Electrician de Londres.
Véanse los reglamentos del Canadá, lo que permiten los gobiernos de Francia, Dinamarca, Italia, Bélgica, etc., y no cito los Estados Unidos, porque bajo la inspección del Estado existen unas 60,000 estaciones. En fin, en Inglaterra hasta existe el servicio radiotelegráfico de los Boy-Scouts o pequeños exploradores, según un artículo reciente del Marconigraph.
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M.H.Dodd sentado a los controles de su estación inalámbrica de 1912. |
Y en España ¿qué hacemos ?, perseguir como criminales a personas que han procurado levantar el nivel intelectual; hay un centro científico, uno de los más importantes de España, que hace más de dos años que ha pedido permiso para instalar una estación receptora para estudios científicos y aún no se lo han concedido.
El secreto radiotelegráfico en España, si no se usan claves o telegramas cifrados, es imposible. Si desde Bayona se pueden oír los partes de París, con más motivo oirán los de Carabanchel, y los aficionados de Perpiñán se divertirán oyendo los radiotelegramas del Prat y de Monjuich (Barcelona), v, por lo tanto, cualquier español desde Francia oirá todos los radiotelegramas de las estaciones españolas, lo que no le es permitido oír desde Madrid.
Pero ¿es posible impedir que los españoles no reciban los partes radiotelegráflcos de las estaciones de nuestra nación? ¿Es posible el secreto de la correspondencia radiotelegráfica? Sólo puede lograrse con claves o partes cifrados, pues desde dentro de una habitación, sin que nadie vea nada, se toman dichos partes; no oirán las estaciones lejanas, pero sí las próximas. Desde mi aposento se oyen perfectamente, empleando sólo la cañería de agua, los radiotelegramas que trasmiten las estaciones cercanas. Ducretet, de París, recibe sin antenas exteriores los partes con el Morse. ¿Podrá el Cuerpo de Telégrafos sacar todas las cañerías de agua de España? Las redes telefónicas actuales sirven de antena aplicándolas un condensador; tengo un amigo que tiene a su disposición un hilo telefónico de 400 metros, con el que parece que oye mejor que en Carabanchel los radiotelegramas de París, ¿Arrancará el Cuerpo de Telégrafos todas las líneas telefónicas de España para conservar el secreto radiotelegráflco?.
Los tendederos de los terrados que, cuando son buenos, son de hilos metálicos, son magníficas antenas con largo alcance. Con ellas hemos podido oír, además de los partes de algunas estaciones, las tormentas de Lisboa, Roma y París.
También se logra la recepción, según Dosne (La Nature, 1912, pág, 237), empleando la red de alumbrado eléctrico. ¿Deben quedarse a obscuras en los pueblos para que no se puedan recibir radiotelegramas ?.
En la actualidad, las antenas pueden ser horizontales, echadas en el suelo y pueden simular cierres de fincas. ¿El Cuerpo de Telégrafos impedirá acotar las porciones de tierra? Kiebitz, en sus recientes ensayos, ha podido recibir, en el norte de Alemania los radiotelegramas del Canadá, con sólo dos alambres colocados a poca distancia del suelo; parecidas experiencias se han verificado en Francia, situando la antena en el subsuelo a unos 50 centímetros del terreno.
¿Podrán privarse los detectores? Yo contestaré con el ya célebre ingeniero militar M. Ferrier, que es imposible lograrlo. Basta para obtener resultados poner una punta metálica en contacto de un trozo de papel chupón embebido en agua salada, o bien introducir en una patata dos agujas a diferente profundidad y hasta sólo apretando!, convenientemente, un dedo sobre una arista metálica, para recibir a cientos de kilómetros.
En vista de todo esto, ¿es posible que continúen las cosas hoy como hace cinco años? Recordemos que antes era posible lo que hoy no lo es; la ciencia evoluciona y el que no la siga de cerca hace un triste papel, exigiéndose, a veces, cosas imposibles. Es triste que por exigencias, que no califico, de una Compañía extranjera tenga que representar el Cuerpo de Telégrafos un papel que está en pugna con el crédito científico de que goza.»
José María Guillén-García Gómez y la sintonización musical radiotelegráfica
El 10 de septiembre de 1913, se publica en La Energía eléctrica un nuevo artículo escrito por José María Guillén Gómez titulado «Dos nuevas disposiciones para la sintonización musical o acústica de las estaciones radiotelegráficas sin variar su acuerdo hertziano». En el mismo, su autor expone que la aplicación de la emisión musical a las comunicaciones radiotelegráficas, establecida originalmente por Blondel, representó un gran paso para que la telegrafía sin hilos fuese verdaderamente práctica, pues con ella se logró evitar la influencia de los parásitos ó atmosféricos y poder realizar la sintonización acústica, es decir, que las estaciones a emisión musical pueden acordarse de dos maneras distintas, por la longitud de onda eléctrica y por el tono del sonido musical. De esta forma se hacía posible que en la misma longitud de onda se pudiesen realizar, utilizando diferentes tonos de señal en cada estación emisora, igual número de comunicaciones sin interferirse unas con otras, mediante el acuerdo de la estación receptora con la emisora en el mismo tono establecido previamente para ambas.
Guillén presenta en su artículo dos nuevos aparatos de su invención y a los que denominó "revelador de tiempo" y "separador entre emisiones musicales y las de chispas enrarecidas o a baja frecuencia". El primero, mejoraba un sistema ya existente que se había desarrollado como consecuencia de que al resultar incómodo para los operadores de las estaciones radiotelegráficas llevar siempre los auriculares colocados al oído y además presentaba una gran economía para los buques pequeños no tener constantemente su operador ocupado en la estación, se habían ideado aparatos avisadores, que automáticamente hacían sonar un timbre que prevenía a los encargados de la estación cuando entraba una señal en el receptor. Estos aparatos desde un principio adolecían de un defecto, y era que los accionaban los parásitos produciendo llamadas falsas, que con frecuencia se repetían. Para evitar este problema se idearon los reveladores a tiempo, que fueron por primera vez construidos por la Compañía alemana Telefunken. Estos sólo hacían sonar el timbre cuando desde la estación que transmitía enviaba una serie de ondas de duración de un período de tiempo dado, lográndose de esta manera que los parásitos de duración de un espacio de tiempo corto no hacían funcionar el avisador. Sin embargo, este sistema presentaba un inconveniente, su mecanismo de relojería se ensuciaba con facilidad siendo poco práctico en estaciones de campaña o en las situadas en las colonias, requiriendo de los conocimientos de un técnico para su arreglo. Guillén desarrolló un sistema avisador, basado en el efecto calórico de Joule. Este consistía en una resistencia de calefacción sumergida en una cámara de aire puesta en comunicación con un manómetro que acusaba la menor diferencia de presión y en cuya extremidad libre, a la menor ascensión del líquido hacía contacto, accionando un circuito auxiliar en el que se encontraba el timbre avisador.
El segundo sistema ideado por Guillén, el denominado por él, "separador entre emisiones musicales y las de chispas enrarecidas o a baja frecuencia", se le ocurrió durante unos ensayos efectuados con una estación alemana de emisión musical y a chispas de Wien, en el transcurso de los cuales, una estación cercana de la misma longitud de onda y emisión de baja frecuencia (unas 25 chispas por segundo), funcionaba constantemente interrumpiendo sus ensayos. Efectúa una breve descripción de su sistema y afirma haberles dado buenos resultados en sus experiencias.
La revista Ibérica como altavoz de los progresos de la radio
El 3 de enero de 1914 se publicó el primer número de la revista Ibérica que editó el Observatorio del Ebro, fundado en 1904 por Ricardo Cirera Salsé, tío de Luis Cirera Terré. En esta publicación semanal se recogieron importantes artículos e informaciones referentes a la radio, convirtiéndose en un importante órgano de divulgación científica de los avances que se iban efectuando en esta materia. El propio Ricardo Cirera Salsé la dirigió desde 1914 hasta 1919.
En la Universidad, organizada por la Sociedad Astronómica de Barcelona, Enrique Calvet pronunciaba el sábado, 14 de marzo de 1914 la segunda conferencia programada sobre la radiotelegrafía. La disertación tuvo por objeto describir el modo de construir fácilmente una estación receptora. Hubo una gran expectación, habiéndose llenado, horas antes, el salón donde se iba a desarrollar el acto. Calvet explicó los diversos sistemas de antenas y modo de construirlas. Hizo también una demostración práctica de cómo funciona la telegrafía sin hilos disponiendo sobre la mesa un emisor y un receptor, construido este último por los alumnos del colegio academia de los hermanos maristas de la ciudad.
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Enrique Calvet Pascual |
El Real Decreto de 16 de julio de 1914 y las estaciones radiotelegráficas particulares
Por Real Decreto de 16 de julio de 1914, a propuesta del Ministro de la Gobernación, José Sánchez Guerra, se realiza una modificación al Real Decreto de 24 de enero de 1908 que regulaba las bases para el establecimiento del servicio radiotelegráfico en España. En concreto, se modifica el artículo 6 que preceptuaba las condiciones que autorizaban la instalación de estaciones de telegrafía sin hilos solicitadas por particulares, sociedades o entidades nacionales, sin hacer distinción alguna de los casos en que se tratase de, estaciones transmisoras y receptoras, sólo transmisoras, o sólo receptoras. La exposición de motivos argumenta dicha modificación en base a la insistencia de los Cuerpos Colegisladores, la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico y varias entidades científicas en solicitar que se autorice el establecimiento de estaciones sólo receptoras que se dedicarían a la recepción de la señales horarias emitidas por la torre Eiffel y los partes meteorológicos transmitidos por la estación militar de Carabanchel, que se consideraban de excepcional importancia para la meteorología. Teniendo en cuenta los beneficios para la ciencia, la navegación y la agricultura de la modificación pretendida y que una estación receptora no podía perturbar el tráfico radiotelegráfico general, se consideraba oportuno efectuar dicha modificación al artículo 6º del referido Real Decreto con la adición de tres reglas. Estas eran: la primera, que lo solicitara una entidad oficial o un particular con la garantía de un departamento oficial, siendo destinadas exclusivamente a usos científicos o de observatorio meteorológico. La autorización correspondería en estos casos al ministerio de la gobernación. La segunda regla establecía que deberían ser intervenidas eficazmente por el Jefe de Telégrafos de la localidad donde se instalase; y la tercera, que las personas que hubiesen de realizar la recepción en dichas estaciones, deberían efectuar juramento ante el gobernador civil de su provincia respecto a guardar el secreto de toda correspondencia radiotelegrafía que pudiera sorprender.
La Primera Guerra Mundial y las radiocomunicaciones en España
Con el inicio de la I Guerra Mundial el 28 de julio de 1914, muchos se dedicaban a escuchar los partes de guerra emitidos en radiotelegrafía por la Torre Eiffel y las señales transmitidas por algunos barcos. A pesar de la neutralidad de España, algunas estaciones de telegrafía sin hilos fueron obligadas a cesar en sus actividades. Fue el caso en Sarriá de Luis Cirera Terré, que tras varias visitas de inspectores, policía, y hasta del propio gobernador civil, se vio obligado a dejar de transmitir.
En la misma localidad de Sarriá, la policía se afanaba, a mediados de agosto de 1914, en localizar una estación radiotelegráfica que supuestamente tenían los alemanes en un colegio de religiosos que había sido objeto de denuncia por los franceses, sin que hubiese confirmación oficial de ello.
También, José Baltá Elías, futuro titular de la estación radioemisora de aficionado, EAR-54, que venía efectuando experiencias de escucha de señales procedentes de barcos dotados de estaciones de chispa sonora, las horarias de la torre Eiffel y las procedentes de la estación alemana de Koenigswusterhausen, entre otras, llamó tanto la atención, que tras una denuncia de la embajada francesa, se vio obligado a desmontar su sistema de antena que tenía instalado en una masía solariega situada a 7 km. de Vilafranca del Penedés.
En el salón de actos de las Casas consistoriales de Badalona, Enrique Calvet inauguraba el 6 de enero de 1915 un ciclo de conferencias sobre la telegrafía sin hilos. Una fotografía del acto fue publicada en el número 58 de la revista Ibérica de 6 de febrero.
Las primeras comunicaciones mediante telefonía sin hilos a gran distancia entre barcos mercantes en España
El 19 de marzo de 1918, se realizó, por primera vez en España, la comunicación mediante telefonía sin hilos a grandes distancias entre barcos mercantes. El director técnico de la Compañía Ibérica de Telecomunicación, Antonio Castilla López, instaló una estación a bordo del Rey Jaime I, emplazada en el comedor de oficiales, y otra en el Raimundo Lulio, que se encontraba en reparación fondeado en el puerto de Barcelona. El Rey Jaime I comunicó, usando onda interrumpida con las estaciones costeras del servicio público, y en onda interrumpida y continua telegráficamente con la estación gemela del Raimundo Lulio. La comunicación telefónica se mantuvo también entre ambas estaciones durante todo el viaje del Jaime I, incluso cuando este vapor se hallaba ya en el puerto de Palma de Mallorca; era aún más notable este resultado teniendo en cuenta que próximo a este puerto, y en dirección recta a Barcelona, se encuentra un macizo montañoso de más de 1.000 metros de cota y, por otra parte, la antena del Lulio era pequeña. Durante el viaje siguiente se reanudaron las experiencias, pero como novedad se efectuó el enlace de la comunicación radiotelefónica con la red urbana de teléfonos de Barcelona, de tal modo que varios abonados de esta pudieron conversar con personas a bordo del Jaime I. Castilla contó con la ayuda del subdirector de la Compañía Ibérica de Telecomunicación y oficial mecánico del Cuerpo de Telégrafos, Ramón Vilanova Bosque.
En esas fechas, Antonio Castilla López, siguiendo a Enrique Mata Lloret, habría demostrado la posibilidad de establecer un servicio perfecto de Bradcasting en España pero "[...] No fueron atendidas sus indicaciones, y hoy son las demás naciones las que se arrogan la paternidad de este invento. [...]", afirmaba Mata Lloret.
En abril de 1918 quedaban equipados con aparatos de radiotelefonía de la Compañía Ibérica de Telecomunicación los vapores de la Compañía Transmediterránea, Rey Jaime I y Mallorca, primeros barcos mercantes de Europa que llevaron la telefonía sin hilos a bordo.
En octubre de 1918 se inauguró el servicio de telefonía sin hilos para uso militar entre Barcelona y Menorca. Los que concurrieron a la estación radiotelegráfica de Montjuic, pudieron conversar cómodamente con las personas que se hallaban en el castillo de la Mola, de Mahón. En el acto inaugural estuvieron presentes en Montjuic, el gerente de la Compañía Ibérica de Telecomunicación, Enrique Orbe Morales y el director técnico, Antonio Castilla López.
La Asociación Radiotelegráfica de Cataluña y Enrique Calvet
En la Sala Mozart, calle Canuda, 31 de Barcelona, el jueves, 16 de febrero de 1922, Enrique Calvet pronunciaba una conferencia sobre la telegrafía y la radiotelefonía. Por espacio de dos horas y media mantuvo vivo el interés y curiosidad del numeroso público que asistió a escucharle. En un moderno aparato receptor fueron escuchadas las señales horarias De la Torre Eiffel, aún cuando un comunicado transmitido por la estación del Prat de Llobregat interfirió la señal. Al final, el conferenciante exhortó «a los muchos aficionados que hay en Barcelona a los estudios radiotelegráficos y radiotelefónicos, a unirse para constituir una agrupación que defienda sus derechos a la libre práctica de tales estudios, a semejanza de lo que ocurre en todos los demás países, en los que no se persigue, como en España, la posesión de aparatos transmisores y receptores, ni la colocación de antenas.». En la revista Ibérica núm. 417, de 4 de marzo de 1922, se dan más detalles de la conferencia y Enrique Calvet, además de ser presentado como profesor de la Escuela Industrial de Villanueva y Geltrú, se dice que es Director técnico de la Sección de T. S. H. de la Casa J. Esteva Marata, de Barcelona. Referente al llamamiento a la unión de los aficionados dice: «Quienes se hallen conformes con esta idea, pueden enviar sus adhesiones a la Casa Esteva Marata, Ronda Universidad, 7, Barcelona.»
El Radio Club de Cataluña se constituyó el 23 de febrero de 1923 como continuación a la disuelta Asociación Radiotelegráfica de Cataluña que había nacido el 22 de abril de 1922, fruto de la decisión de un entusiasta conjunto de aficionados a la telegrafía y telefonía sin hilos que llevaban tiempo concibiendo la idea de unirse y formar una agrupación. Tras su fundación, la asociación se había instalado rápidamente en la sede de la Sociedad de Atracción de Forasteros, sita en la Rambla del Centro, número 30, entidad fundada el 1 de abril de 1908 con el objetivo de promocionar el turismo en Barcelona y en el conjunto de Cataluña. Esta ponía, al alcance de los forasteros, información relativa a la oferta turística y cultural barcelonesa. Con el impulso del turismo, sus promotores perseguían contribuir a modernizar y a enriquecer, cultural y económicamente, la ciudad y el país. En 1922 este organismo estaba presidido por Manuel Ribé Labarta, Jefe de la Guardia Urbana y de ceremonial del ayuntamiento de Barcelona.
Unos cursillos de electricidad elemental, electrotecnia y unas lecciones de morse bisemanales, impartidas por el profesor de Barcelona, Francisco Espinosa, fueron algunas de las actividades que desplegaron entonces. Sus fundadores fueron José María Guillén-García Gómez, Rosendo Sagrera Durán (futuro concesionario de la estación de quinta categoría, EAR-60, luego EA3AK), Enrique Calvet Pascual y Jacinto Esteva Marata.
Jacinto Esteva Marata, personaje clave, junto a Enrique Calvet, en la fundación de la Asociación Radiotelegráfica de Cataluña
Respecto de Jacinto Esteva Marata, en el año 1898 en un unión de Claudio Carbonell fundan la editorial Carbonell y Esteva en la Rambla de Cataluña, número 118.
En 1900 aparece el primer número de la revista «Luz y unión», revista de estudios psicológicos, Órgano oficial de la Unión Espiritista Kardeciana de Cataluña, que integraba a diferentes agrupaciones, principalmente catalanas, y otras adheridas de Francia y otros países hispanoamericanos. Dirigida por Jacinto Esteva Marata, y de la que fue redactora-jefe la escritora andaluza Amalia Domingo Soler (1835-1909), afamada espiritista relacionada con la masonería.
La revista es fruto de la unión de las tituladas La luz del porvenir y La unión espiritista, que comenzó a editarse en Barcelona en 1900 cuatro veces al mes, en números de ocho páginas, para después convertirse en mensual, con cuadernos de una treintena de páginas. Publica artículos sobre este movimiento fundado por Allan Kardec (1804-1869), y cuyas primeras cabeceras de prensa en España datan de 1868, fundamentado en la existencia de Dios, los espíritus y la reencarnación, y que predicaba la fraternidad universal, el progreso espiritual, la redención social y que en algún modo estuvo emparentado con el librepensamiento. La publicación da cabida a noticias y crónicas, necrológicas, correspondencia, bibliografía y a secciones de consulta. Insertó también algunas fotografías y grabados. Siguió publicándose hasta 1914, cuando cambia su título por: «Luz, unión y verdad.»
En 1910 el negocio evoluciona y queda en manos de Jacinto, que se establece en la Ronda de la Universidad, 37 y más tarde al número 7 en la misma calle. Con el nombre de «Bazar Ibérico», Esteva Marta se dedicaba a la venta de material escolar.
Desde el 29 de diciembre de 1911, Jacinto Esteve Marata forma parte, como concejal elegido por el Partido Radical, de la Corporación municipal de Barcelona, siendo alcalde Joaquín Sostres Rey.
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Joaquín Sostres Rey |
Del 24 de octubre al 10 de noviembre de 1920 tuvo lugar la Primera Feria Oficial de Muestras de Barcelona, en la que Esteva Marata participó con la instalación de un estand con material científico y de enseñanza. La revista Ibérica publicó un amplio reportaje dedicado a este evento, con fotografías entre las que se encuentra la correspondiente a este.
Entre el material que Esteve Morata comercializaba, estaban dos aparatos que servían para el aprendizaje y perfeccionamiento del código morse, de los que editó un manual explicativo de su funcionamiento, se trata del Morsophono y la Morsophonola.
En su negocio también proveía de estaciones receptoras de telegrafía sin hilos. En el diario La Prensa, de Santa Cruz de Tenerife, se publicó, el 27 de agosto de 1922, un suelto que informaba «Ya se ha pedido a casa J. Esteva Marata, de Barcelona, la estación receptora de telegrafía sin hilos para practicar los alumnos en el nuevo gabinete de estudios radiotelegráficos que se abrirá en breve en la Institución Imeldo Serís: Su inauguración será en día y hora a propósito para escuchar el concierto radiotelefónico de Londres.», por lo que sus ventas trascendían del ámbito local. En 1923, en el número 1 de la revista Radiosola, de septiembre de 1923 vemos un anuncio en el que publicita la venta de receptores y material de telefonía sin hilos, piezas y accesorios para la construcción de aparatos. En 1924 encontramos publicidad de su negocio dirigida a los aficionados, ofreciéndoles esquemas para todos los tipos de aparatos y su servicio técnico para asesorarles en todas sus dudas, el cual estaba dirigido por Enrique Calvet. En septiembre de 1924 encontramos en la prensa anuncios en los que aparece «La última palabra es el aparato ANTIRRADIA, extra potente (sin reacción en la antena), autorizado por el R.D. 15 de junio 1924.»
Esteve Marata solicitó el registro de varias marcas comerciales, de las que sólo se obtuvo autorización para 57.959.
En el verano de 1925 el negocio pasa a otras manos, con la denominación social de Material Escolar y Científico, S.A., Sucesora de J. Esteva Marata.
Por acuerdo del ayuntamiento de Barcelona de 15 de mayo de 1922, se aprueba la proposición formulada en la sesión de dicha fecha por los concejales José Barbey Prats, Luis Guarro Casas y Enrique Bernaldo de Quirós Jordán, «interesando que se conceda el Salón de Ciento a la Asociación Radiotelegráfica de Cataluña para la noche del día 24 del corriente, desde las nueve y media a las doce, al objeto de dar una conferencia tratando de la Telegrafía y telefonía sin hilos, aplicada a las necesidades de la vida de los pueblos. Esta conferencia, acompañada de proyecciones luminosas, será completada con la recepción clara y distinta en alta voz de las señales De la Torre Eiffel y de Nauen, sin ninguna antena ni dispositivo exterior. (Aprobada).»
Llegado el día, tal como estaba previsto, Enrique Calvet, presidente de la Asociación Radiotelegráfica de Cataluña, pronunció en el Salón del Ciento del ayuntamiento de Barcelona su conferencia sobre la telegrafía y la telefonía sin hilos, apoyándose para ello en la proyección de clichés. Como demostración práctica, utilizó un aparato receptor en el que los allí presentes pudieron escuchar perfectamente las señales horarias emitidas por la Torre Eiffel a las diez en punto de la noche y a las once menos cuarto. A las doce, Calvet sintonizó la frecuencia de Nauen pero las señales fueron confusamente recibidas debido a perturbaciones atmosféricas.
Las primeras tentativas de recibir en Cataluña emisiones de París y de Londres, datan del año 1922, cuando se efectuaron en esas ciudades los primeros ensayos de transmisión pública.
Sin conocer el motivo por el que se extinguió la activa Asociación Radiotelegráfica de Cataluña, de su disolución surgió el Radio Club de Cataluña, manteniendo una línea continuista de la actividad de aquella. De hecho, según relataba Alfonso Estublier, siendo presidente del mismo en 1926, «A principios de 1923 dicha Asociación se transformó en el Radio Club Cataluña y se instaló en la Plaza de Santa Ana, número 4 (en el Fomento del Trabajo Nacional, corporación oficial)». Otro dato interesante que redunda en este continuismo identitario es que en los boletines del Club, debajo del nombre de este se hacía constar, como fecha de su fundación, la del 22 de abril de 1922.
En 1923 fue cuando José Baltá y Alfonso Estublier, operando con una sola lámpara, escucharon la emisiones radiofónicas emitidas por las estaciones de la Torre Eiffel y la 2 LO.
La fundación del Radio Club Cataluña y sus primeras actividades
En el diario La Vanguardia, edición del viernes, 26 de enero de 1923, aparecía el siguiente aviso:
«Se ruega a los aficionados a la telegrafía sin hilos que deseen formar parte del Radio Club Cataluña, se sirvan asistir el domingo, a las diez de la mañana, en el local del Fomento del Trabajo Nacional, para constituir dicho club.»
El sábado era el diario El Diluvio el que publicaba un aviso similar, en el que añadía la dirección para más señas.
Transcurrido casi un mes, La Vanguardia informaba el viernes, 23 de febrero sobre la constitución del Radio Club, siendo su objeto fomentar la afición, el estudio de la radiocomunicación, agrupar a los aficionados y profesionales de esta rama de la Ciencia, para defender sus intereses y aspiraciones. Los Estatutos fueron firmados el 28 de enero de 1923 por el presidente, José Baltá Elías, y el secretario, Alfonso Estublier, y registrados el 7 de febrero en el Gobierno Civil de Barcelona, con sello y firma de Salvador Raventós.
La prestigiosa revista Ibérica también recogió la noticia en su número 470, de 24 de marzo de 1923. «Ibérica se adhiere gustosamente a tan feliz iniciativa, de cuyas ventajas no cabe dudar (Ibérica, volumen XVIII, nº 439, p. 90 [5 de agosto de 1922]), y se complace en que figuren en estas listas varios de sus ilustres colaboradores.»
Fue el primer presidente del Radio Club de Cataluña el profesor de Física General de la Universidad de Barcelona, José Baltá Elías. La Junta directiva se completaba con un vicepresidente, Joaquín Febrer Carbó (licenciado en Ciencias, profesor auxiliar de la Universidad y ayudante técnico del Observatorio Fabra, Tibidabo, desde 1920); secretario, Alfonso Estublier; vicesecretario, Ricardo Garrido; tesorero, Antonio Bartrina (médico); y vocales, 1º, Simón Pueyo (del Cuerpo de Telégrafos), 2º, José M. Jansá; vocales ni residentes en Barcelona, Ramón Canal (radiotelegrafista del Vapor Mallorca), Juan Bautista Blancafort (La Garriga) y el Padre Manuel Cazador (San Julián de Vilatorta). Para la Comisión técnica fueron elegidos: El químico y doctor en farmacia, Enrique Calvet, de la escuela industrial de Vilanova y Geltrú; Esteban Laurent (ingeniero de Teléfonos ), Francisco de Espinosa (profesor), Francisco López Pando (radiotelegrafista) y Vicente Font (inspector de T.S.H.). Fueron nombrados Socios honorarios, los doctores, E. Terradas, E. Alcobé y E. Fontseré ; y el astrónomo, José Comas Solá.
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José Baltá Elías |
Dando por hecho que la nueva entidad era continuadora de la antigua asociación, un nuevo impulso en su actividad caracterizó esta etapa. El ingeniero industrial Enrique Jacinto Ferrer Brugués impartía los cursos de electricidad; Enrique Calvet Pascual, los de electrotécnica; los de morse, Ramón Canal y Francisco de Espinosa (radiotelegrafistas); y Amador Alsina Montaña (fabricante del sector textil), un curso de descripción y montaje de receptores.
El primer acto cultural organizado por la nueva entidad fue la conferencia pública que el presidente impartió el domingo, 25 de febrero, a las diez de la mañana, en el aula de Física general de la Universidad de Barcelona sobre «La emisión electrónica aplicada a la radio-telegrafía».
En el día 10 de marzo de 1923, según quedó reflejado en el libro de actas de Fomento del Trabajo Nacional, el R.C.C fue admitido como sociedad adherida:
Las conferencias organizadas por el Radio Club Cataluña en el mes de abril se celebraron los días 8 y 22, y estuvieron respectivamente a cargo del Padre Manuel Cazador, director del Observatorio de San Julián de Vilatorta, y del ingeniero industrial, Enrique Jacinto Ferrer Brugués. La primera versó sobre «La pila hidroeléctrica en Radiotelegrafía» y en ella expuso y describió el conferenciante algunos modelos de pila de fácil construcción hasta por un aficionado, para la carga de la batería de acumuladores destinados al circuito de filamento de las válvulas electrónicas, de uso tan corriente en Radiotelegrafía; y seguidamente trató de la disposición y montaje de otras pilas, también de fácil construcción, para obtener la batería de alta tensión o de circuito de placa de dichas válvulas.
La segunda conferencia tuvo por tema «Reseña histórica de los receptores radiotelegráficos». El conferenciante, Enrique Jacinto Ferrer Brugués, recordó el experimento del profesor del Liceo Políglota de Barcelona e inventor del descargador eléctrico automático, Jacinto Ferrer Ganduxer, realizado en 1893, en el cual se hizo ver por vez primera la fluorescencia del cristal de una lámpara eléctrica sometida en el campo magnético de una bobina de Rhumkorf a la acción de los rayos electromagnéticos. Habló luego de diversos receptores de T. S. H., desde el cohesor de Edouard Branly a las lámparas de tres electrodos, e hizo resaltar la diferencia entre las dos teorías actualmente en discusión, que existen sobre estas lámparas.
Siguiendo a Salvador Raurich, destacado aficionado a la radio, crítico musical de Las Noticias, crítico oficial de las emisiones de Radio Barcelona y activo colaboradđor de la revista Radio Barcelona; en agosto de 1923 empezaron a realizarse ensayos de radiotelefonía musical, a base de gramófono, desde el castillo de Montjuic, sobre la capital. La modulación fue defectuosa y decayó pronto el interés por esta emisión, que pronto dejaron de hacerse. Simultáneamente algunos aficionados barceloneses trataron de emitir privadamente, con no mejor fortuna.
Los Auto-radios de Je Sais Tout y Radiola en Barcelona
José María Guillén-García efectuó sus estudios de ingeniería, tras los cuales cursó en la Universidad de La Sorbona en París la carrera de Ciencias. Su deseo de montar una emisora de radiodifusión en Barcelona le lleva a estudiar la forma de despertar interés de los barceloneses, así que trazó su estrategia.
Tres vehículos «Panhard-Levassor» transportando una estación radioeléctrica móvil y los elementos precisos para transmitir programas musicales y con palabra llegaban a Barcelona, el 20 de septiembre de 1923, tras las gestiones efectuadas en París por José María Guillén-García. Los «Auto Radio» se desplazaron bajo el patrocinio de la revista Je sais tout y la emisora de París «Radiola». AI frente de la expedición venía el ingeniero Gouineau, al que asistieron también los ingenieros, Mr. Achards y Mr. Sarlois, junto con técnicos y operadores. Les acompañaba el administrador y periodista de la misión Mr. Loyer.
Uno de los automóviles iba equipado con los transmisores, otro con los moduladores y un tercero con los aparatos receptores. En el techo de los automóviles estaban colocados los mástiles plegables para las antenas y los accesorios. Por sí solo, fue un verdadero espectáculo ver circular la expedición por las calles de Barcelona.
El 22 de septiembre fue efectuada una emisión de prueba ante más de 25.000 personas. El transmisor fue instalado junto al túnel del Teatro Griego y los receptores en la explanada del recinto de la Exposición en el mismo Montjuich. Participaron el Sr. Guitart, la violinista Paillé, el profesor de clarinete Vives, el profesor de oboe Carles y el violinista Jaime Torrents, quien más tarde sería jefe de programas de la emisora EAJ-1. El propio José María Guillén se encargó de sostener con sus manos un simple micrófono telefónico que se utilizó para la transmisión.
El 23 de septiembre se repitió el experimento en el Palau de la Música Catalana ante el Capitán General y el Alcalde de Barcelona.
El éxito obtenido en las primeras pruebas realizadas por los equipos de radio del «Je sais tout», estimuló de tal forma a Guillén-García, que inmediatamente se puso manos a la obra para establecer en Barcelona la primera emisora de radiodifusión.
La revista Ibérica, nº 496, de 6 de octubre, publicó tres fotografías y un pequeño resumen de lo que había supuesto esta experiencia, destacando que no era una novedad en Barcelona:
«Estos experimentos han llamado bastante la atención en Barcelona, si bien no eran desconocidos en dicha capital otros análogos, puesto que por el «Radio-Club de Cataluña» ( I bérica, vol. XIX, número 470, pág. 179) se habían dado ya hace algún tiempo conciertos por telefonía sin hilos, y por algunos experimentadores se habían dado también conferencias (Ibérica volumen XIX, número 476, página 276) y audiciones en el Tibidabo, en la Exposición del Mueble y en otros puntos de Barcelona. También en Madrid se habían organizado espectáculos de esta clase, en diversas ocasiones.»
La Asociación Nacional de Radiodifusión y la EAJ-1 Radio Barcelona
Poco tiempo después, en los locales de la revista “Radiosola” se celebraba una reunión de la que surgió la Asociación Nacional de Radiodifusión (ANR), en la calle Valencia, 200. José María Guillén Gómez, miembro del Radio Club Cataluña, contacta con Eduardo Rifá Anglada (Teléfonos Bell), Royston Saint Noble (Anglo Española de Electricidad) y Plablo Llorens Gispert (Atwater Kinet), para poner en marcha la emisora.
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José María Guillén-García Gómez |
Guillén fue el primer director técnico de EAJ-1 Radio Barcelona y presidente de la primera junta de la Asociación Nacional de Radiodifusión, constituida el 19 de febrero de 1924, como representante de “Radiosola”. La ANR le designará además como delegado en las conferencias internacionales que trataron la regulación de la radiodifusión. Guillén asumió la dirección de Radiosolá con la ayuda de Eduardo Solá Guardiola (director de la publicación El mundo Cinematográfico) como gerente de la misma, convirtiéndose en la revista precursora de la titulada Radio Barcelona.
En la revista Ibérica n° 500, de 3 de noviembre de 1923, se incluyó el programa de las nueve próximas conferencias que se iban a impartir:
«Todos los segundos sábados de cada mes, a partir del 10 del corriente, el doctor don Enrique Calvet dará en el local social del Radio Club Cataluña (Plaza de Santa Ana, 4, Barcelona) una serie de conferencias que constituirán un cursillo de electricidad aplicada a la radiotelegrafía y radiotelefonía.
Los temas de las nueve conferencias son los siguientes: Unidades físicas, fenómenos magnéticos y corriente eléctrica; Fenómenos electromagnéticos y electroestáticos; Producción de la energía eléctrica. Pilas, acumuladores, dinamos de corriente continua; Alternadores y motores de corriente alterna; Transformación y distribución de la energía eléctrica; Descarga oscilante de un circuito, condensadores y autoinducción; Acoplamiento de circuitos oscilantes, selectividad y resonancia; antenas; Aparatos receptores de T. S. H.; Aparatos transmisores de T. S. H.»
Nueva Junta directiva del Radio Club Cataluña
La nueva Junta directiva del Radio Club Cataluña para el año 1924 la daba a conocer La Vanguardia a sus lectores el 31 de enero, quedando constituida de la siguiente forma:
Presidente, José Baltá Elías; vicepresidente, Joaquín Febrer Carbó; secretario, Alfonso Estublier; vicesecretario, Ricardo Garrido; tesorero, Antonio Bartrina, y vocales, Emilio Plosa Durán y Amador Alsina Montaña; vocales residentes fuera de Barcelona, J.B. Blancafort (La Garriga); Ramón Canal (Palma de Mallorca) y el padre Manuel Cazador, (San Julián de Vilatorta).
La comisión técnica la integraron: Esteban Laurent (ingeniero de la compañía de teléfonos), Vicente Font Navarro, Amador Alsina Montaña, Trinidad Bosch Ferrán y Rosendo Sagrera; profesor de las clases de lectura Morse, Francisco de Espinosa.
La legalización de la radio privada en España
La legalización de la radio privada en España, que tuvo lugar con la publicación de una Real Orden de 14 de junio de 1924, marcó el pistoletazo de salida para la puesta en marcha de las emisoras de radiodifusión en nuestro país, y también de las de quinta categoría, reservadas a aquellos que tenían el gusto por la radioexperimentación en las ondas cortas. Respecto al Radio Club Cataluña, también hubo una especialización de sus socios en ambas direcciones, como fue el caso de José María Guillén-García Gómez, que eligió el camino de la radiodifusión.
Los días 10 y 11 de julio de 1924, el Radio Club Cataluña realizaba sus primeros ensayos de emisión, un día en 220 metros y otro en 340 metros de 22:30 a 23:30. Los resultados fueron excelentes, las emisiones fueron escuchadas a una distancia de 200 Km por Ramón Canal, radiotelegrafista del Vapor Mallorca, a pocas horas de haber salido de Palma. A 150 Km por Rosendo Sagrera, cerca de Mora la Nueva y a 100 Km, en San Quirico de Besora, y por supuesto mucho más cerca como, Sabadell o toda la ciudad de Barcelona. Al no disponer de permiso oficial de emisión, no hubo tercer día de ensayos, viéndose obligados a desmontar el pequeño transmisor que se había hecho escuchar a tan grandes distancias, causando una enorme satisfacción a los socios del club.
EAJ-1 Radio Barcelona y Agustín Ríu
Las emisiones regularles de EAJ-1 Radio Barcelona comenzaron el 14 de noviembre de 1924, en ella, el ingeniero, Agustín Ríu Molins, trabajó como técnico instalador y operador encargado de su funcionamiento durante los primeros meses, época en la que la estación estaba establecida en el Hotel Colón.
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Agustín Ríu Molíns |
El Diario de la Marina de La Habana, publica, el 23 de febrero de 1925 una reseña sobre el libro escrito por Agustín Ríu Molins, cuya primera edición vio la luz algunos meses antes. El periódico cubano conocía muy bien al autor, pues desde el 10 de octubre de 1922 venía haciéndose eco de las emisiones de la P.W.X. (luego CMC) que en longitud de onda de 400m y 500 vatios, emitía desde La Habana. Esta estación pertenecía a la Cuban Telephone Co., empresa asociada a la International Telephone and telegraph corporation of New York y en ella comenzó a trabajar, desde sus inicios, Agustín Ríu como auxiliar técnico de los ingenieros operadores de la emisora.
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Las antenas de la P.W.X. de La Habana (1922) |
El 23 de enero de 1923, el Diario de La Habana había publicado la entrevista que el periodista G. de Montalvo había efectuado a Agustí Ríu en relación con la Radiofotografía, en la cual le presentó como ingeniero de la P.W.X. El 11 de marzo, el mismo diario daba la noticia de la concesión de patente en Francia a Agustín Ríu por «un sistema de transmisión de colores por telégrafo sin hilos y con hilos.» En el texto se hace un pequeño repaso del historial técnico del Operador Jefe de radio de la P.W.X., y menciona sus aparatos de Radio-tele-inscripción y los muchos artículos que había publicado en la Revista Telefónica Internacional de la International Telephone and telegraph corporation of New York.
La reseña del libro «Radio Recepción» tenía el siguiente texto:
«UN LIBRO SOBRE RADIO
Agustín Ríu, perito electricista de la escuela Industrial de Buenos Aires, ex-jefe operador de la estación P W X de la Cuban Telephone Co., que acaba de montar la planta trasmisora de radio de Barcelona nos ha enviado un Interesante libro que ha publicado en España sobre radio.
“Radio Recepción” editado en castellano y por un experto en radio como el señor Ríu, hay que declararlo de necesidad y gran utilidad en la biblioteca de los sinhilistas.
No es necesario recordar que el señor Ríu fue el jefe operador de la PWX y él marchó de la Habana para Francia y Bélgica donde amplió sus vastos conocimientos en la radiotelefonía.
El texto lo forman 149 páginas con multitud de diseños y grabados, y él usa un lenguaje tan claro y comprensivo, que el aficionado al radio puede resolver fácilmente cualquier duda y llegar a poseer conocimientos superiores sobre esa ciencia.
Nos anuncia el amigo Ríu, con el envío de un ejemplar, que tan pronto como quede hecha la correspondiente Inscripción de su libro en el registro correspondiente sobre propiedad intelectual, hará una remesa a Cuba, en cuyo mercado fundadamente espera obtener un completo éxito como ha sucedido en España, donde el sinhilismo ha alcanzado gran vuelo»
A finales de ese año, el Radio Club Cataluña curso una instancia al director general de comunicaciones, en solicitud de permiso para una estación emisora de radiotelefonía, destinada a efectuar ensayos entre socios de dicho club, y obtener el máximo rendimiento y modulación con el mínimo de energía en el generador.
La revista Inalámbrica nace en Barcelona como revista mensual técnica de radio
El primer número de la revista Inalámbrica (T.S.H.) aparece en diciembre de 1924, publicación que nace con una periodicidad mensual y pretende ser un instrumento de contenido técnico y divulgativo. La redacción y administración se localiza en la calle Cortes, 700, entlo. de Barcelona y su teléfono era 1475 S.P. Parece que la revista se vendía en el extranjero además de en España. El director de la misma era Rafael Marín Sanz, Licenciado en Ciencias Exactas y Físicas y meteorólogo jefe del Observatorio de la Universidad de Barcelona. El comité de colaboradores de la publicación estaba formado, además de su director, por Hilario Alonso García, Licenciado en Ciencias Exactas y Físicas y Jefe de la sección de Aerología y Meteorólogo del Observatorio de Madríd; José Baltá Elias, Doctor en Ciencias Físicas y Licenciado en Ciencias Químicas y profesor auxiliar de la Universidad de Barcelona; Gonzalo Brañas Fernández, Doctor en Ciencias Físico-Químicas y Catedrático de Física en el Instituto Nacional de A Coruña; Enrique Calvet Pascual, Catedrático en la Escuela Industrial de Vilanova y Geltrú; Miguel Coma Arizmendi, Doctor en Ciencias Exactas e ingeniero; Ramón Jardi Borrás, Doctor en Ciencias Físico-Matemáticas y profesor del Instituto de Electricidad y Mecánica aplicadas; Francisco del Junco y Reyes, Licenciado en Ciencias Exactas y Secretario del Servicio Meteorológico Español; Manuel Mari Morante, Oficial radiotelegrafista; Manuel Marín Bonell, Licenciado en Ciencias Físicas, Oficial mecánico del Cuerpo de Telégrafos y Jefe de explotación en la sección técnica de teléfonos de la Mancomunidad de Cataluña; Juan Martí Cabré, Ingeniero de la Universidad de Lovaina (Bélgica); Julio Palacios Martínez, Doctor en Ciencias Exactas y Físicas y Catedrático de la Universidad Central; Isidro Pólit Buxareu, Doctor en Ciencias Físico-Matemáticas y profesor de la Universidad de Barcelona; y Ricardo de Sanz y Figueras, Perito electricista.
En este primer número de la revista, Manuel Mari escribe un artículo sobre las Galenas. En la contraportada aparece un anuncio publicitario de Radio Thurmon, aparatos y accesorios para radiotelefonía en el que informa de su próxima apertura en Cortes, 700 de Barcelona.
José Baltá escribe un artículo en este primer número sobre la Zincita como cristal detector.
Nueva Junta directiva del Radio Club Cataluña bajo la presidencia del ingeniero industrial Juan Lasarte Karr
Por la revista Radio, órgano oficial de la Asociación Radio Española, de 2 de mayo de 1925, sabemos que la nueva Junta Directiva del Radio Club Cataluña, quedó constituida con la siguiente composición: Presidente, Juan Lasarte Karr (ingeniero industrial); Vicepresidente, José María Puig Marqués; Secretario, Ángel Fernández; Vicesecretario: Ricardo Garrido; Tesorero, José M. Bonet; Vocales, Pedro Abella y Francisco Baqué. Vocales residentes fuera de Barcelona: Isidro Comas, Sabadell; José Sayol, Badalona; reverendo Manuel Cazador, San Julián de Vilatorta. La Comisión técnica se compuso de los siguientes miembros: Amador Alsina, José Baltá Elias, Trinidad Bosch, Alfonso Estublier y Rosendo Sagrera.
Juan Lasarte, presidente del club durante unos meses, era hijo de Carmen Karr y José María Lasarte. Fue alumno y profesor en la Escuela de Ingenieros Industriales (enseñó física de 1920 a 1922), en la Universidad Nueva de la Mancomunidad de Cataluña, en la Escuela del Trabajo de Barcelona y en la Superior de Agricultura. Perdió sus cargos en 1923, con el advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera. Lasarte estaba especializado en electricidad y luminotecnia.
Fue, además, el ingeniero que dirigió los servicios eléctricos de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. El proyecto fue realizado por él, en calidad de jefe del servicio eléctrico de la Exposición, y bajo la dirección de Mariano Rubió Bellvé, Jefe de la Sección de Ingeniería de la Exposición. Lasarte completó su formación con estancias en Francia, Italia, Austria, Bélgica, Países Bajos y Alemania (estuvo en Berlín en 1928, enviado por la Exposición, con el encargo de estudiar las instalaciones de las fiestas de la luz que allí se celebraban). Lasarte redactó el proyecto que debía garantizar el servicio de iluminación, tanto en el interior, como en el exterior de los edificios.
Lasarte debió pedirle a Agustín Ríu que le firmase una dedicatoria en uno de los ejemplares de su exitoso libro «Radio Recepción», así que el autor le escribió:
«Dedicado especialmente al Sr. Lasarte, Presidente del Radio Club Cataluña. Con el afecto de El autor. Bna, junio de 1925»
Nueva Junta directiva con Alfonso Estublier como presidente
El Radio Club Cataluña celebró junta general extraordinaria el 6 de noviembre de 1925 con el objeto de elegir una nueva Junta directiva, de la cual, Alfonso Estublier, EAR31, sale como Presidente. Las clases de morse comienzan a radiarse en fonía a cargo del secretario del club, Rosendo Sagrera EAR60, y por medio del método nemotécnico en onda de 250 m. Estas clases se realizan todos los lunes y viernes de 14 a 14:30 horas. Otra iniciativa para potenciar el aprendizaje del morse, además de las clases radiadas, fue la de organizar comunicaciones bilaterales en la sede del Club, con la finalidad de que los aspirantes a radiotelegrafistas pudieran soltarse y vencer el temor a enfrentarse a su primer comunicado real.
En esta nueva remodelación de la Junta directiva, Enrique Calvet fue elegido como vicepresidente y le acompañaron, Roberto Loenhardt como vicesecretario; Juan Castell, como tesorero; y como vocales, Ginés Codina, Francisco Baqué, Ramón Canal; el reverendo Manuel Cazador, y J.B. Font y Marlés.
La emisora EAR-25 del Radio Club Cataluña
El 5 de enero de 1926 se otorgó al club la licencia para instalar una estación radioeléctrica de segunda categoría bajo el distintivo de llamada EAR-25. Las estaciones de esta categoría se definían como aquellas destinadas a ensayos, experiencias o estudios por parte de entidades o personas de nacionalidad española. La concesión quedaba sujeta a las prescripciones del reglamento de 14 de junio de 1924 y a las condiciones siguientes: de 22 a 24 horas debía utilizar solamente los 50 metros de longitud de onda, mientras que de 12 a 14 y de 01 a 07 de la madrugada, indistintamente 50 y 250 metros.
La comisión técnica del Club había adquirido un grupo generador de 1.000 voltios para alimentar las placas del aparato emisor. La potencia de emisión prevista era de 100 vatios y el día de su inauguración se haría una emisión extraordinaria.
Radio Barcelona y Unión Radio
El 10 de febrero de 1926 Radio Barcelona fue presionada para integrarse en la red de Unión Radio. Según varios testimonios (incluido el del propio fundador Eduardo Rifá), la firma del acuerdo fue forzada, incluso bajo amenaza de pistola por parte de emisarios madrileños.
Radio Barcelona había nacido en 1924 como la primera emisora legal de España, impulsada por la Asociación Nacional de Radiodifusión (ANR), formada por industriales y técnicos catalanes.
Unión Radio, creada en Madrid en 1924 con el respaldo de Banco Urquijo e ITT (International Telephone & Telegraph), buscaba controlar el naciente sector radiofónico español.
Desde aquella fecha, la emisora pasó a denominarse Unión Radio Barcelona, aunque jurídicamente aún no era propiedad plena de Unión Radio. Guillén fue sustituido como director de la emisora EAJ-1 por Joaquín Sánchez Cordovés y emprendió un nuevo camino, marchándose de España a realizar la instalación de la primera emisora comercial de Grecia, Radio Salónica (1928).
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Las antenas de EAJ-1 en el Tibidabo (1926) |
Concurso de receptores organizado por la Asociación Nacional de Radiodifusión
La Asociación Nacional de Radiodifusión crea un Concurso de aparatos selectivos de galena cuyo plazo de admisión de los aparatos destinados al mismo quedó cerrado a 30 de abril de 1926. Se habíaN establecido tres premios en metálico.
Radio Barcelona había llegado a un acuerdo con la Asociación de electricistas de Cataluña para celebrar, en su local de la Rambla del Centro, la Exposición de los aparatos que se habían presentado, entre los que había gran diversidad de sistemas, no careciendo, algunos de ellos de originalidad, tanto en el montaje, como en la introducción de nuevos dispositivos.
El diario El Día gráfico del 7 de aquel mes se refería a este acontecimiento:
«En la actualidad tocan a su término los trabajos de experimentación de los 50 aparatos recibidos, y se procederá en seguida a montar la Exposición, entrando en seguida en funciones el Jurado», el cual estaba compuesto por José Baltá, Enrique Calvet, García Banús y Alfonso Estublier, presidente del Radio Club Cataluña. Con motivo de esta Exposición se anunció una conferencia a cargo de uno de los miembros del Jurado, sobre los aparatos receptores y la teoría general de la selectividad.
Las actividades del Radio Club de Cataluña y la asociación EAR
Una carta que, en calidad de delegado de EAR en Cataluña, remitió Alfonso Estublier, EAR-31, a Miguel Moya en septiembre de 1926, informando de las actividades desarrolladas en la región sexta de EAR (Cataluña), fue publicada íntegramente en la sección de T.S.H. del diario La Correspondencia de Valencia el 16 de octubre. Esta ya había sido incluida en el boletín de la EAR, el 15 de septiembre, número 11.
En ella, Estublier hace un resumen de la historia de la Radioafición en su territorio desde 1921, hasta ese momento, toda ella centrada en el Radio Club Cataluña que él presidía, comentando también lo que se estaba haciendo en ese momento y los planes a futuro.
Las clases de morse pasaron a ser radiadas en lugar de hacerse presenciales, dando un mayor aliciente a los socios, cuya asistencia al local había decaído en los últimos tiempos.
También se emitían ondas calibradas en la banda de 50 m, cuyo control corría a cargo de la Comisión técnica del club.
Otra novedad que pusieron en práctica fue la de organizar cursillos para que, dentro de los locales del Radio Club, para practicar el establecimiento de QSO utilizando manipuladores y buzzers, de tal forma que los socios que se iniciaban adquiriesen destreza, perdiendo el miedo al primer comunicado bilateral.
Se ultimaba el montaje de la emisora experimental EAR-25, de la que pronto se darían detalles, y ya estaba disponible un laboratorio para el montaje de circuitos y comprobación de componentes, dotado de aparatos de precisión para ello.
La Universidad radiada de Cataluña
El día 5 de octubre de 1926, Enrique Calvet escribía en La Vanguardia un artículo reivindicativo de lo que se dio en llamar la «Universidad radiada»
«Este verano se nombró en París una comisión formada por M. Poincaré, Lapie, Fauré, Berthélemy, Brunot, Abraham y Emyot, para fundar un «Instituto Radiofónico Universitario», habiendo dado su opinión favorable la Universidad de París. M. Berthélemy, decano de la Facultad de Derecho de aquella Universidad, fue el encargado de la redacción de los estatutos correspondientes, ofreciendo su concurso a este fecundo proyecto los “Postes des Telegraphes et Téléphones” y diversas entidades y emisoras particulares. A estas horas el “Instituto Radiofónico Universitario” de París ha empezado ya sus clases radiadas y toda persona amante de la cultura podrá disfrutar, desde su casa, de los beneficios inmensos que deberán reportarle las diversas manifestaciones de la vida universitaria.
Apenas el Radio Club Cataluña tuvo noticia del grandioso y humanitario proyecto de la Universidad de París, se reunió la Junta directiva para ver si en nuestra ciudad podría hacerse algo semejante y, con este objeto, me encargó redactase una memoria, solicitando a la vez una entrevista con el ilustre señor rector de nuestra universidad, doctor Martínez Vargas para proponerle, con el concurso del Radio Club, la fundación de la Universidad Radiada de Cataluña.
Para ello se solicitaba instalar en nuestra universidad la emisora que el Radio-Club Cataluña poseía, junto con los demás aparatos, instrumentos de medida y accesorios, en un local adecuado, qua había sido cedido por la Universidad, el cual podría ser, a la vez local social del radio club.
El radio club cedería la propiedad de sus instalaciones y material a la Universidad de Barcelona en el caso de que por cualquier circunstancia cesase en su vida social, para que la universidad pudiese continuar en la empresa iniciada. El radio club se ofrecía a servir de enlace entre los estudiantes como club cultural, a cuyo fin se propondría a todos ellos su ingreso en él. La emisora del transmitiría las diferentes manifestaciones culturales de la universidad y, de acuerdo con el rector y decanos de las facultades, emitiría las clases que por su naturaleza pudieran radiarse con provecho, pudiendo instalarse líneas suplementarias al instituto, la Facultad de Medicina y las escuelas normales con el mismo objeto.
Para asegurar la marcha económica de la empresa, el radio club proponía solicitar del Gobierno de S. M. una subvención para instalar la emisora y otra adicional a repartir mensualmente para atender a los gastos de funcionamiento de las emisiones.
A su vez, las cantidades ingresadas como cuotas por los socios podrían destinarse igualmente al fomento de la entidad. Dichas cuotas podrían llegar a ser de gran importancia, gestionando suscripciones en los colegios y academias particulares, puesto que desde sus clases podrían escuchar las que se radiasen en la Universidad, aparte de los anuncios de instituciones culturales que podría aceptar la emisora.
El radio club se ofreció, además, a dar clases de radiocomunicación gratis a sus socios y con matrícula para los que no lo fuesen, enseñando a la juventud las ventajas de la radiocomunicación y la construcción de aparatos receptores. Era mi opinión que la universidad, aun cuando pudiese solicitar también la radiación de sus manifestaciones por las emisoras locales de radiodifusión, en los días solemnes, debería ser independiente de ellas para la radiación cotidiana de sus clases y conferencias; pues dicho servicio cultural no puede alternarse con emisiones de sociedades, con vistas al lucro y competencia comercial, como son las emisoras de radiodifusión.
El rector de nuestra universidad, el doctor Martínez Vargas, ha estudiado el proyecto, “encontrándolo muy acertado y elogiable; pero desgraciadamente (estas son sus palabras), no lo puede aceptar, por ahora, porque la universidad no dispone de elementos para sufragar los gastos de instalación y entretenimiento. Si en el transcurso del tiempo se ofreciese un porvenir económico más halagüeño, cree el señor rector de la universidad que habrá llegado la ocasión de acometer esa empresa.” Y yo me atrevo a añadir: que tarde o temprano este proyecto u otro similar debe ser un hecho, ya que la “Universidad Radiada de Cataluña” reportaría inmensos beneficios para el fomento y desarrollo de la cultura en nuestra querida patria. Si este proyecto apareciese en los Estados Unidos, es absolutamente seguro que, al cabo de pocas horas de haber visto la luz pública, la «Universidad Radiada de Cataluña» fuera un hecho, porque varias personas, amantes de la cultura y con poderosos medios económicos, hubieran ofrecido su concurso a una obra de tanta transcendencia. En nuestro país todo va más lentamente y no vislumbro la posibilidad de que pueda ocurrir una cosa parecida, porque son contadísimas las personas que gastan algo de sus rentas en Instituciones culturales; pero tengo fe en que la obra se realizará un día u otro y la esperanza de que sus frutos serán abundantes y sazonados. Falta ahora la caridad, o sean, los medios económicos. Seamos optimistas, y trabajemos para lograrlos».
Se suceden los artículos focalizados en las actividades desarrolladas por el Radio Club Cataluña o escritas por alguno de sus miembros o dirigentes, que se publican en medios escritos del país. Uno de estos artículos, de gran interés, aparece el miércoles 13 de octubre de 1926 en La Vanguardia. Firmado por Alfonso Estublier, EAR31, este hace referencia a las quejas de los radioyentes por no poder escuchar con claridad las emisoras EAJ1 (Radio Barcelona) y EAJ13 (Radio Catalana) al solaparse sus señales y tampoco, las estaciones extranjeras por ser interferidas por las locales. Este problema venía determinado por la proximidad de las frecuencias de emisión de las dos estaciones, así como por la gran potencia que utilizaban en sus transmisores, sumado a la poca selectividad de los receptores utilizados. La queja manifestada por Estublier tuvo una dura contestación por parte de Radio Barcelona.
En este periodo la prensa reserva cierto espacio para informar sobre las actividades del Club, sus cursos y conferencias, así como un recordatorio de que este ponía a disposición de los socios diversos aparatos de precisión para medir capacidades, resistencias, características de lámparas, etc., servicio que era gratuito para ellos.
A comienzos de noviembre de 1926, Alfonso Estublier realiza ensayos de emisión en ondas ultra cortas, trabajando los 2,5m. En la prensa local se solita a los aficionados que puedan escucharlas reporten controles de audición. Al mismo tiempo se ofrecen la sede del Radio Club para aquellos que quieran construir receptores adecuados para dicha longitud de onda, pueden obtener las indicaciones oportunas.
El proyecto de la Universidad radiada de Cataluña fue objeto de un artículo que Enrique Calvet escribió como colaboración en la revista de Agustín Ríu, Radio Técnica. En él anuncia la próxima puesta en marcha del mismo:
«Es para mí un verdadero placer el empezar la colaboración de RADIO TÉCNICA presentando la magna obra cultural que pronto será un hecho realizado: "La Universidad
Radiada de Cataluña". La iniciativa la ha llevado el eximio catedrático de la Escuela de Ingenieros Industriales don Antonio Robert, quien al frente de la Escuela Elemental del Trabajo y como ponente de la sección de Cultura de nuestra Diputación provincial tantos valiosísimos servicios viene realizando para el desarrollo y fomento de la enseñanza en Cataluña.
La gloria de la creación de la "Universidad Radiada de Cataluña" ha cabido a la nueva Universidad de nuestra tierra, a la Universidad Industrial, donde felizmente, bajo los auspicios de nuestra gloriosa Diputación se recogen todas cuantas aspiraciones pueden coadyuvar al engrandecimiento de Cataluña y por lo tanto al de la nación española nuestra madre común.
Está próximo el día en que desde nuestros hogares, aun en los sitios más apartados, se recibirá la palabra autorizada de los maestros, quienes versando sobre los más variados temas, impulsarán poderosamente el desenvolvimiento intelectual de nuestro pueblo.
Podemos adelantar que la Emisora trabajará muchas horas cada día, quizás ocho o diez, y que por la forma en que se desarrollará el Plan de Emisiones, podemos repetir lo dicho al principio: será una verdadera obra magna de cultura.
El Dr. Antonio Robert como iniciador y la Diputación provincial como creadora, merecerán el hondo y sentido reconocimiento que tributa un pueblo cuando éste ha sido objeto de una tan grande obra como será la "Universidad Radiada de Cataluña".»
Los orígenes de la Escuela industrial se remontan a 1902, cuando Fomento del Trabajo publicó en su revista El Trabajo Nacional un proyecto para la creación de una escuela industrial catalana. Un año después, un nuevo texto dirigido al Ministerio de Instrucción Pública aparecía en la revista de la Asociación de Ingenieros Industriales. Según este texto, la Escuela Industrial constaba de la Escuela de Ingenieros Industriales y de la Escuela Provincial de Artes y Oficios, abarcando toda la escala de la enseñanza industrial en los niveles elementales, secundarios y superiores. El centro, que se tenía que establecer en uno o más edificios, estaba regido por el Patronato de la Escuela Industrial de Barcelona, creado por Real Decreto el 30 de marzo de 1904, y fue impulsado por el Fomento del Trabajo, la Asociación de Ingenieros Industriales, el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación de Barcelona, cuyo presidente presidía este Patronato.
El 21 de noviembre de 1906 el Patronato de la Escuela Industrial adquirió finalmente la fábrica de Can Batlló. En 1910 el propio Patronato firmó la cesión de una extensión de terreno de 12.276 m² a la Diputación de Barcelona, de los 69.200 m2 del terreno total. A partir de ese momento se construyeron toda una serie de instalaciones que conformarían el conjunto de la Escuela Industrial de Barcelona.
El presidente de la Diputación de Barcelona durante los años de la dictadura de Primo de Rivera, Josep Maria Milà i Camps, conde de Montseny, emprendió entre 1925 y 1930 una importante actividad constructora y arquitectónica para volver a prestigiar la institución. En el recinto de la Escuela Industrial el arquitecto Joan Rubió i Bellver proyectó cuatro nuevos pabellones centrales, que se construyeron entre 1928 y 1929, para los nuevos laboratorios sobre la gran sala de telares que supusieron la consecución de nuevos espacios para la Escuela de Ingenieros.
El diario El Debate, en su edición del 17 de marzo de 1927, daba la noticia de que el diputado provincial, Antonio Robert, ponente de la Comisión de Cultura de la Diputación, había anunciado, entre los proyectos de dicha comisión, la creación de una universidad industrial hispanoamericana que se instalaría en los locales que fueran de la Fábrica Batlló. En el resumen de la noticia se mencionaba la creación de la Universidad radiada, «…para la cual se establecerá una gran estación radiotelefónica, dándose cursillos especiales de todas las enseñanzas que se suministran en las escuelas de la Diputación, a fin de que puedan aprovecharse de ellas todas las personas que viven fuera de Barcelona.».
Tres días después, se daba a conceder por la prensa local que la Asociación Nacional de Radiodifusión acababa de tomar el acuerdo de ofrecer a las universidades literaria e industrial de Barcelona los servicios de Radio Barcelona con objeto de desarrollar la Universidad radiada y como ampliación de los que ya venía prestando a la industrial con la publicación de los partes diarios meteorológicos. Tanto la ANRD como Radio Barcelona vieron una oportunidad de captar para sí este incipiente campo. La reiteración de la oferta formulada a la Universidad hizo que fuera tomada en consideración por su Junta directiva.
Sobre la universidad radiada no tendremos más noticias en Cataluña hasta abril de 1936, cuando al ser nombrado como nuevo rector de la Universidad Autónoma de Barcelona, Pedro Bosch Gimpera, que, entre los proyectos de difusión cultural que proyectaba poner en marcha, estaba el de la universidad radiada «que en breve comenzará su labor». Pedro Bosch, por encargo del gobierno de la Generalitat, permanece en el extranjero hasta enero de 1937, siendo sustituido accidentalmente por el profesor José Quero Morales, adscrito a la cátedra de Derecho Internacional de la Universidad Autónoma de Barcelona como profesor agregado durante la Guerra Civil. Quero, ayudado por el doctor Miguel Masriera Rubio, de la facultad de Ciencias, había dado un fuerte impulso a la Universidad radiada y a finales de enero de 1937 este, como secretario del Comité organizador del servicio, anunciaba la próxima publicación del programa con los cursos que se iban a impartir, tan pronto se terminase de montar la emisora, que sería en breve. La emisión prevista contemplaba 5 horas de programación.
En marzo de 1937 la revista Nova Iberia, revue mensuelle illustrée: Número 3-4, publicación mensual de la Comisaria de propaganda de la Generalitat de Cataluña, publica un artículo de E. Mira, director del Instituto politécnico de la Generalitat de Cataluña, sobre la Universidad radiada, con detalles y fotografía de la emisora que ya estaba en funcionamiento. Este es el texto íntegro del mismo:
«Al calor de la revolución popular, un antiguo proyecto nuestro se está realizando rápidamente. La cultura fundamental, universalista, que debe poseerse para poder caminar con paso firme por las sendas del mundo espiritual, llegará bien pronto a los hogares más alejados y desvalidos de nuestra tierra. Por medio de la radio, todos los trabajadores de Catalunya podrán, con el mínimo esfuerzo y sin dispendios, seguir las enseñanzas generales y especiales que contribuyan al más perfecto desarrollo de su personalidad. La Universidad radiada de Catalunya funciona ya bajo el control de un comité en el cual tienen lugar las representaciones sindicales y las docentes que le han dado vida. He aquí, brevemente expuesta, la estructura de este nuevo y potente difusor de la cultura catalana.
La Universidad radiada de Catalunya consta de:
a) una estación emisora de onda corta capaz de ser puesta en contacto con las emisoras oficiales de onda larga (no tan sólo para aumentar su potencia difusiva, sino para retransmitir conferencias extranjeras de interés), b) micrófonos y locutorios instalados en el 1º piso del edificio universitario y en los grandes centros culturales urbanos, c) unas oficinas de información, propaganda y secretariado general, dirigidas por el Prof. M. Masriera de la Facultad de Ciencias). A más se proyecta el funcionamiento de los siguientes servicios e instalaciones, d) un servicio de control de las audiciones y de la eficacia de las enseñanzas, e) un servicio de correspondencia en conexión con el secretariado y con los cuadros docentes y bibliotecas universitarias; f) una cinemateca (destinada a suministrar los films para las sesiones de cine cultural, complementarias de las enseñanzas radiadas), g) un servicio de transportes (camiones de gran tonelaje y vagones de tren) que permita trasladar a las ciudades y pueblos lejanos, piezas de museo, aparatos y materiales de laboratorio adecuados para las demostraciones prácticas, propias de cada curso, h) una sección de la editorial universitaria dedicada a la publicación de textos radiados y de los gráficos complementarios de las enseñanzas.
El programa de los cursos está ya terminado, el horario es de 6 horas diarias de emisión, se ha procurado que cada Facultad Universitaria tenga una hora fija de emisión y se han intercalado breves pausas entre los cursos, pausas que serán aprovechadas para la radiación de música selecta, precedida de una breve explicación del alcance estético de las piezas radiadas.
No es una esperanza ilusoria sino una predicción llena de fundamento lógico creer que las tareas de nuestra Universidad radiada serán las que de hecho, permitirán alcanzar la máxima aspiración de todos los trabajadores: tener a su constante disposición, todos absolutamente todos, los valores y las posibilidades culturales del país.»
El Radio Club Cataluña continúa siendo referencia en Cataluña
Retomando en 1927 el hilo histórico del que nos hemos salido para concluir el tema de la Universidad radiada, durante el eclipse solar del día 29 de junio del 1927, el club realizó una emisión especial en onda de 50 m de 05:30 a 6:30 horas. Asimismo, la estación americana de onda corta KDKA lo retransmitió en 62 m, a las 04:35, la WGY de Pittsburg en 32,77 m de 03:30 a 04:30 horas, por lo que los socios del club estuvieron pendientes de estas emisiones y entregaron sus reportes de recepción al socio y astrónomo José Comas y Solá para su estudio.
Los cursos gratuitos de montaje de aparatos receptores organizados por el club tuvieron una gran repercusión en la sociedad catalana durante estos meses.
En la revista Radio Técnica dirigida por Agustín Ríu, se publican durante 1927, artículos técnicos escritos por los miembros del Radio Club Cataluña, Enrique Calvet, Alfonso Estublier y Alfredo Pujol. También en ella se inserta publicidad de Phono-Radia un negocio de construcción, venta y reparación de aparatos de radio, receptores y emisores, cuyo director técnico era Enrique Calvet.
Renovación de cargos en el Radio Club Cataluña: José Baltá sale elegido presidente
Bajo la presidencia de Alfonso Estublier se reunió el 6 de enero de 1928 la junta general del Radio Club Cataluña, procediéndose a la renovación de cargos, que quedó establecida de la siguiente forma: Presidente, José Baltá Elias; vicepresidente, Alfonso Estublier; secretario, José J. Romero; vicesecretario, Joaquín Gallego; tesorero, Luis Sagués; vocal 1º, Enrique Jacinto Ferrer Brugués, y vocal 2º Alfredo Pujol. Vocales residentes fuera de Barcelona: Manuel Cazador, de San Julián de Vilatorta; Ramón Canal, radiotelegrafista de Palma de Mallorca, y José Figols, de Sabadell.
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José Baltá Elías delante de su estación EAR-54 |
Después se pasó a la elección de la Comisión Técnica del Club, formándola los siguientes componentes: José Baltá Elias, Francisco Baqué, Miguel Corella, Martín Colom, y como delegado de la EAR. quedó el señor Juan Castell.
Visita del presidente de la asociación EAR, Miguel Moya, EAR-1, a Cataluña
Con gran animación se celebró el 2 de febrero en los salones del Hotel Oriente el banquete organizado por el Radio Club Cataluña en obsequio a Miguel Moya, EAR-1, presidente de la Sección española de la I.A.R.U., con motivo de su visita al Radio Club, «floreciente entidad de radioaficionados que tanto labora por el desarrollo y progreso de la radio en la región catalana.», según dejó escrito Emilio Cañete en su crónica en la revista Radio Sport.
Referente a esta visita, Miguel Moya quiso dejar constancia de la gran satisfacción que esta le había causado, insertando en el boletín EAR de febrero, y tras la extensa crónica firmada por Juan Castell, EAR-30, las siguientes palabras de agradecimiento:
«[…] Desde estas páginas de EAR he tenido ocasión muchas veces de elogiar con entusiasta sinceridad las virtudes del radioamateurismo catalán; pero era necesario ir a Barcelona; estar en la fraternal compañía de los EAR de Cataluña para sentir toda la emoción que produce el ver mezclados en un mismo ideal, en una cordial solidaridad, a los técnicos, a los investigadores, a los propagandistas, a los trabajadores del radioamaterismo. Gang catalán, queridos camaradas, no se me olvidarán las horas que me hicisteis pasar en Barcelona.»
Por iniciativa del presidente del club, se estaba procediendo al montaje de un oscilador de válvula regulado por un cristal de cuarzo perteneciente al laboratorio de Física de la Universidad, y que había sido puesto a disposición del Club por su director.
Conociéndose con gran precisión la frecuencia fundamental de dicho cristal (según certificado de N. F. L., de Londres), se procedió al calibrado de un heterodino local por el método de los armónicos, en ondas cortas y extracortas, que eran las permitidas a los aficionados emisores de quinta categoría.
Como, según la reciente Conferencia Internacional de Washington, se habían asignado a los amateurs de todos los países estrechas bandas de frecuencias para sus comunicaciones y estas longitudes de onda serían controladas en adelante; algunos EAR de Barcelona se comprometieron voluntariamente a efectuar un servicio de ondas calibradas, que, patrocinado por el Radio Club, serviría de puntos de referencia de gran valor en el terreno de los aficionados a la emisión y recepción de ondas extracortas.
Dimisión del vicepresidente del Radio Club Cataluña y renovación de cargos de la delegación de la sexta región de EAR
El 29 de febrero de 1928 a las siete de la tarde, el Radio Club Cataluña celebraba Junta general extraordinaria para tratar la dimisión del vicepresidente, Alfonso Estublier
El 17 de marzo de 1928, tras celebrar su junta general, se procedía al escrutinio de las votaciones para la renovación de cargos de la asociación EAR. José Baltá Elías fue elegido como delgado de la sexta región EAR, Cataluña, que reemplazaba a Juan Castell, EAR-30. Ese mismo día, en la sede del Radio Club Cataluña tuvo lugar una Junta general extraordinaria con dos puntos en el orden del día: El primero, «Reforma de los Estatutos según una proposición del señor Castell» y segundo, la «aprobación del Estado de cuentas y demás asuntos que se sometan a discusión».
Tras esa asamblea, Juan Castell escribe una carta a Miguel Moya el 13 de abril para informarle de su elección como Secretario del Radio Club Cataluña, «Muy señor mío: Inmerecidamente y con fuerte pesar mío, me he visto honrado de nuevo con un cargo en el Consejo directivo del Radio Club Cataluña…». Al mismo tiempo, Castell le felicita por su reelección como presidente de EAR, así como por su trabajo desempeñado en favor del radioamateurismo al frente de la asociación.
Las relaciones entre el Club y EAR eran pues inmejorables y Moya se sentía alagado por los cumplidos recibos. Pocos días después, Moya contestaba a Castell con una carta de agradecimiento, mostrando su reconocimiento al club catalán y añadía «…Nada tienen ustedes que agradecer por la publicaron de los trabajos y éxitos de nuestro colega EAR 25: es una grata obligación. Yo, en cambio si tengo que agradecer a ustedes lo que en sus varios acuerdos a mi personalmente se refiere, porque poco hubiera valido y valdría mi tarea en pro del amaterismo, esa tarea a que ustedes amablemente aluden, si en todo momento no se hubiese visto atendida por la buena voluntad y la buena fe de todos mis consocios y amigos. La fuerza y el éxito de la E.A.R., es esa unión y esa disciplina que libremente nos imponemos en nuestra lucha fraternal y unánime por un mismo ideal...»
José Baltá Elías, EAR-54 envía un informe de actividad de la región sexta (Cataluña) a Miguel Moya, publicado en la revista EAR de abril. En este informa de que el gang catalán ha establecido una reunión semanal, todos los martes no festivos, en el restaurante «La Patria», sita en la Plaza de Sepúlveda, 183 de Barcelona, entre las 19 y las 21 horas.
Baltá hace un repaso de los miembros más activos de su delegación y comenta su participación en la rueda fónica que se había organizado por Luis Sagués, EAR-94 con Vicente Albors de Alcoy, EAR-99, y en la que se estableció, poco después, por iniciativa de Antonio García Banús, EAR-55 con los colegas, Gonzalo Maestre, EAR-85 y Julián Tejeiro, EAR-98 de Madrid. El núcleo duro fonista barcelonés estaba formado por Juan Castell, EAR-30, Santiago Maymi, EAR-C7, Antonio García Banús, EAR-55 y Luis Sagués, EAR-94.
En el diario El Día gráfico de 25 de abril, al publicar las actividades del Radio Club Cataluña se recuerda la dirección de su sede, Avenida de la Puerta de Ángel, 7 ( antes Plaza de Santa Ana, 4, Fomento), que aparentemente supondría un traslado de sede a otro emplazamiento. En realidad no fue así; no se trataba de un cambio de ubicación, sino la consecuencia de una remodelación de la zona, tras la cual, el edificio que albergaba a Fomento del Trabajo, quedó encuadrado y pasó a formar parte de la Avenida de la Puerta del Ángel, correspondiéndole el número 7.
Reaparece el boletín del Radio Club Cataluña que comienza desde el número 1
El Día gráfico del 10 de julio de 1928, que acababa de recibir un ejemplar del primer boletín del Radio Club Cataluña comentó sobre este:
«Hemos visto el primer número del R.C.C., Boletín del Radio Club Cataluña que este entidad dedica a sus socios y a los aficionados.
En este número, además del noticiario de la vida oficial de la entidad, se describen: “Un Réflex para Europa, en alta voz”, por Alfredo Pujol; “Mediciones con el Puente de Wheatstone”, por Alfonso Estublier; “La emisión del aficionado”, por J. Castell, con la descripción de un receptor de onda corta y otros interesantes trabajos.»
Resulta sorprendente la reaparición del boletín del Club como si no hubiese existido anteriormente, renumerándolo en julio de 1928 como año 1 y número 1, cuando ya desde la fundación del Radio Club Cataluña se había empezado a publicar. De aquellos primeros boletines no se encuentra apenas rastro, como bien señala Enric Fraile, EA3BTZ, en su artículo sobre el Radio Club Cataluña publicado en la revista Radioaficionados de junio de 2024. En este trabajo se reproduce la portada de un ejemplar del número 5 del primer año correspondiente a junio, julio y agosto de 1924, conservado en el Museo de Historia de Cataluña.
El presidente del Club, Enrique Jacinto Ferrer Brugués, abría la portada del primer boletín de 1928 con el siguiente mensaje de salutación a los radioaficionados:
«“AMIGO RADIO AFICIONADO”
Al escribir estas primeras líneas en el Boletín del Radio Club Cataluña, estoy embargado por dos sentimientos opuestos.
El primero, es el sentir la necesidad de dotar a la radio afición, de un órgano que acogiendo todas los manifestaciones de la Radio, sirva de guía al principiante, de consejo amical a los jóvenes aficionados y de lazo de unión a todoslos que cautiva esta maravillosa conquista del hombre: gracias a ella, en estos días precisamente, todas las naciones han vibrado por la catástrofe del “Italia” y por la victoria del “La cruz del Sur”.
El segundo sentimiento, es el temor que, dada la envergadura del problema no podamos llegar a la meta que nos proponemos.
Desde la fundación del Radio Club Cataluña, venimos sintiendo la necesidad de la existencia de este órgano.
Hoy sale a la luz y cierto que el entusiasmo entre dirigentes y colaboradores es grande. Este entusiasmo es el que me da esperanzas y por eso al saludar a los amigos Radio aficionados y a la prensa toda, pedimos a unos y a otra, que no nos consideren como una hoja impresa más, sino como el portavoz amical, el lazo de unión de los Radio aficionados.
Enrique J. Ferrer
Presidente del R. C. C.»
Gracias al contenido de estos boletines, se puede conocer perfectamente la importante actividad desarrollada por el Club. Allí tenían lugar las famosas tertulias bisemanales de los miércoles y sábados de 19 a 21 horas, se impartían interesantes conferencias técnicas, y a través de la estación EAR-25 se radiaron debates, noticiarios, programas literarios y musicales. Fue tal la popularidad alcanzada por la emisora que su programación se insertaba en la prensa local.
El 13 de octubre de 1928 se celebró una emisión extraordinaria por parte del Club, acogiendo a socios y familiares en la espaciosa sala de conferencias de Fomento, en lo que se convirtió en una gran celebración. Se leyó el noticiario social, se lanzó invitación en varias lenguas para la próxima Exposición de Barcelona, se reprodujeron diversas piezas musicales y para finalizar sonó el himno nacional. La transmisión fue captada por numerosos socios y aficionados de la ciudad.
Las Comisiones de trabajo del Radio Club Cataluña
El día 2 de enero del 1929, en la reunión general ordinaria del Radio Club Cataluña, bajo la presidencia del Ingeniero Enrique Jacinto Ferrer Brugués, el vicepresidente Alfonso Estublier EAR31, y el secretario Juan Castell, EAR30, se aprobó la creación de una serie de comisiones que tendrían la función de intensificar las actividades de la entidad y para ello se formaron las siguientes:
Comisión de recepción: El encargado de esta comisión fue Fuentes ayudado por José María Puig Marqués, Alfredo Pujol y Juan Trullols (técnico de Radio Best). Tenían la misión de dotar de alta tensión la mesa de pruebas, así como la reconstrucción del receptor de onda corta. Además este Comisión se responsabilizaría de cuidar de que el receptor de broadcasting así como el de ondas cortas, estuvieran siempre en perfecto estado de funcionamiento.
Comisión de Emisiones: constituida por Riu, Barris, Martín Colom y Segura. Esta comisión, bajo la supervisión de la Comisión técnica, tenía varios objetivos. La estación tendría que estar a punto para trabajar cada martes y jueves de diez a once de la noche, para intentar comunicados a distancia en telegrafía o telefonía, además de realizar pruebas, siempre a nombre de la estación EAR25. También debería tener a punto la estación para poder dar el noticiario del Club todos los sábados a las ocho de la noche.
Comisión de expansión: Integrada por Martín, Madrigal, Rovira y Castell, era la encargada de gestionar los diversos eventos que se organizaban en el club, y se acordó que gestionase, para antes de la llegada de la primavera, los siguientes actos y otros similares: Visitas a la Estación Radio del campo de la Bota, a la estación de Radio Barcelona, a la estación Radio Catalana y a los servidores meteorológicos de la Diputación de Barcelona.
La transferencia legal de EAJ-1 a Unión Radio y las relaciones con el Radio Club Cataluña
El 14 de marzo de 1929 se autoriza por parte de la Dirección General de Comunicaciones la transferencia legal de la concesión EAJ-1 a Unión Radio. Esto formaliza que Unión Radio se convierta en propietaria de la concesión de Radio Barcelona, culminando el proceso iniciado el 10 de febrero de 1926, cuando Radio Barcelona se había asociado formalmente con Unión Radio. Fue una alianza que implicó una fuerte presión política, incluso con relatos que hablan de amenazas a los fundadores catalanes, forzándoles a firmar la cesión. La emisora pasara a llamarse Unión Radio Barcelona, aunque aún no había cambio de propiedad completa en aquel momento.
A finales de verano, el club inicia una nueva etapa de su vida radiofónica, al alcanzar un acuerdo con Radio Barcelona, en virtud del cual, el club se comprometía a retransmitir, en onda de 50 m por la estación EAR25, tres sesiones semanales con el programa de EAJ1 y, una vez al mes, con el del radio club, corriendo Radio Barcelona con los gastos que ocasionasen dichas transmisiones.
Fomento del Trabajo Nacional otorgó al club permiso para instalar una línea microfónica desde su edificio hasta el de Radio Barcelona, lo que permitiría radiar, tanto los programas más interesantes de EAJ-1, como aquellos actos que fueran susceptibles de emisión organizados por Fomento.
No sabemos con certeza si esta colaboración llegó a realizarse, ya que, a finales de agosto, Unión Radio Madrid materializa su control definitivo sobre EAJ-1 Radio Barcelona dando un paso más en el proceso de monopolización de la radiodifusión en nuestro país.
La Asociación Nacional de Radiodifusión y la emisoras EAR-157
Los fundadores de la ANR y de Radio Barcelona, José María Guillén, Royston St. Noble (Angloespañola de electricidad), Pablo Llorens Gispert (Autoelectricidad) y Eduardo Rifá Anglada (Radio Lot), continúan con la asociación y se les concede, en octubre de 1929, una licencia de emisora de onda corta, con indicativo, EAR-157 que se instala en la calle Fontanella, 12, la cual emitió en 45 m los lunes, miércoles y viernes de 21:30 a 22:30 h, el boletín de noticias de la asociación.
La revista Radio Técnica, año V, 1 de marzo 1930, núm. 3, dedicó su portada a la Estación de onda Corta que la ANR instaló en su domicilio social.
Respecto a la puesta en marcha de esta emisora, leemos en el diario El Diluvio de 19 de enero de 1930 que:
«Se van recibiendo tarjetas dando cuenta de la forma admirable en que son recibidas las pruebas de EAR-157que se emiten todos los lunes, miércoles y viernes, no festivos, de 21h30’ a 22h30’. A los aficionados a la onda corta que todavía no hayan comunicado sus impresiones sobre dicha estación, les recordamos se sirvan captar las emisiones y enviar sus tarjetas a Fontenla, 12, principal».
Miguel Primo de Rivera dimitía como dictador de España el 28 de enero de 1930 debido a la creciente oposición, la falta de apoyo de sectores clave como el ejército y el rey, y un deterioro generalizado de su régimen autoritario. Su dimisión marcó el fin de la dictadura que había comenzado con un golpe de estado en 1923, y dio paso a un período de transición conocido como la "dictablanda" bajo el mando del general Berenguer.
La autorización oficial de la EAR-157 para la emisión llegó entonces, el diario El Diluvio, en su edición del día 29 del mismo mes, informaba de ello:
«Se ha recibido de la Dirección General de Comunicaciones la autorización oficial para la estación radioeléctrica de quinta categoría, que tenía solicitada la Asociación, en las condiciones siguientes: potencia en generador 100 vatios; longitudes de onda de 175 a 150, 85 a 75, 42.8 a 41, 21.4 a 20.8, 10.7 a 10 y 5,35 a 5; distintivo de llamada, EAR-157.
Funcionará con carácter provisional hasta que se efectúe el reconocimiento reglamentario de la estación.»
Según lo comentado en el libro de Luis Ezcurra, «Historia de la radiodifusión española. Los primeros años», en el boletín de la Asociación Nacional de Radiodifusión, que se publicó el 25 de noviembre de 1929, se recogió información sobre el montaje de esta estación de onda corta que ya estaba entonces efectuado, «gracias a la gentileza de nuestros directivos señores Lagoma, Vidal Prat, Guiñau y Aymerich, habiendo ya entrado en periodo de pruebas». Tres de estos directivos eran titulares de estaciones de quinta categoría, Alfonso Lagoma Allué, EAR-29 (vocal técnico segundo); Juan Vidal Prat, de Badalona (vocal de representantes foráneos primero), EAR-165; y Vicente Guiñau Moreno, EAR-33 (contador); y el cuarto era el industrial electricista, Eudaldo Aymerich Tarradella, de Tarrasa (vocal de representantes segundo), que desde 1928 era vocal del entonces constituido Radio Club Tarrasa, titular del indicativo EAR-156, justo el número previo a la EAR-157, lo que indica que se concedieron al rededor de la misma fecha.
Eudaldo Aymerich llevaba muchos años como aficionado a la radio. En su juventud se hizo perito eléctrico, trabajando en Barcelona, donde por las tardes asistía a la Universidad. En 1911 participó en algunos experimentos de envío y recepción de ondas y así empezó a interesarse por la radio. Compraba libros y revistas francesas para seguir la evolución de la radio. En 1914 adquirió un libro titulado «La telefonía sin hilos», ese mismo año en la Escuela Industrial de Tarrasa se efectuaron algunas pruebas a cargo de José Baltá Elias, ayudado de Ricardo Caro. Aymerich adquiere entonces un aparato receptor completo de seis lámparas con altavoz, auriculares, pilas y acumuladores, que recibe de París en agosto de 1923. En su domicilio crea una tertulia de aficionados a la radio, con los que inicia las gestiones para fundar el Radio Club Terrassa, que finalmente constituyeron el 27 de noviembre de 1928. A continuación anima a los socios a construir una emisora, que ellos mismos acaban fabricando, y a la que se le concedió licencia bajo el indicativo, EAR 156. Funda el boletín de la entidad en el año 1929 y convence a los aficionados para efectuar un concurso de aparatos de radio, que fue el primero de muchos otros. El 2 de Abril de 1933 se inauguraba oficialmente la emisora EAJ-25 Radio Terrassa. A lo largo de su vida, Aymerich logró llegar a reunir una extraordinaria colección de receptores que fue catalogada como la más importante, en calidad y cantidad, existente en nuestro país. Finalmente la donó a la ciudad en la celebración de una exposición denominada «La radio en Terrassa», el 22 de Noviembre de 1974. Eudaldo Aymerich falleció el 22 de Febrero de 1976. El 5 de julio de 1980 se inauguró el «Museo Municipal de la Radio Eudaldo Aymerich» en la calle de Gabatxons nº 9 . Poco tiempo después cerraba sus puertas.
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Eudaldo Aymerich Tarradella |
Respecto a la emisora EAR-157, resulta, cuando menos curioso, que se autorizase una estación de quinta categoría para el uso que pretendía la asociación, y que, al final, se vio limitó a la emisión de un noticiario de una hora de duración. El diario La Publicitat de 27 de octubre de 1929 comentaba al respecto, las ventajas que suponía para el radioyente escuchar una emisora en onda corta respecto a la onda media. Lo cierto es que en la prensa diaria dejó de publicarse el aviso de emisión de la EAR-157 a partir del 7 de junio de 1930. Desde el día 1 de julio de 1930 la Asociación traslada sus estudios y oficinas a la Ronda de la Universidad, 25. La licencia de la emisora de onda corta debió darse de baja antes de diciembre de 1931.
En diciembre de 1931, al estar vacante el indicativo, EAR-157, le fue adjudicado a Miguel Hernández Gasqué de Murcia.
La Dirección General de Comunicaciones del general Bernguer adjudica el indicativo EAJ-15 a la Asociación Nacional de Radiodifusión
También se les concedió a la ANR (noviembre de 1929) otra emisora de onda media con indicativo, EAJ-15 (asignado y autorizado el 22 de marzo de 1930), que comenzó sus emisiones en pruebas oficiales a principios de abril de 1930 y regulares el 19 del mismo mes. Aquellas primeras emisiones de EAJ15 empezaron con muy poca programación. El gobierno central sólo dio permiso para emitir tres horas y media al día: de 11,30 a 13h y de 15 a 17h. El gobierno de Madrid no quería que esta emisora hiciera competencia a Radio Barcelona ni a Radio Catalana. Este horario no era bueno. El 14 de abril de 1931 Francesc Maciá proclamaba la República Catalana. La EAJ-15, fue entonces protagonista de uno de los pocos documentos, si no el único, que Maciá firmó como presidente del nuevo Estado. El 15 de abril, rubricaba un decreto que establecía la libertad de emisión horaria para la emisora.
El Radio Club Cataluña y las emisiones de televisión
Las primeras emisiones de televisión en EEUU estuvieron a cargo de General Electric con Ernst Frederick Werner Alexanderson en Schnectady, Nueva York (WGY) en 1928 y de Charles Francis Jenkins (WXK) en Washington DC. Se utilizaron dos emisoras de radio de la General Electric: la 2XAF, para transmitir la imagen, y la WGY, para transmitir el sonido, y emplearon tres receptores de televisión ubicados en el hogar de dos de los ejecutivos de la General Electric y en la misma casa de Alexanderson, situada en el 1132 de Adams Road, en Schenectady. La imagen transmitida tenía un tamaño de 1,5 pulgadas de alto por 1,0 de ancho, con una resolución de 48 líneas y una frecuencia de refresco de 16 cuadros por segundo. Los receptores, por su parte, disponían de un disco de Nipkow de 24 pulgadas de diámetro, junto con un tubo de neón de McFarlane Moore, para la imagen, y un demodulador convencional de radio, independiente, para el sonido.
El interés por las emisiones experimentales de televisión efectuadas por la estación W.G.Y. llevó al Radio Club Cataluña a formar una peña de aficionados especializada en este asunto en diciembre de 1928. Varios miembros del club estaban recibiendo las señales llegadas desde Estados Unidos de América. El grupo quedó constituido bajo la dirección de Martín Colom, EAR-73.
El Radio Club Cataluña celebró su Junta general ordinaria el 2 de febrero de 1929.
La visita colectiva de los miembros del Radio Club Barcelona a la fábrica de automóviles y motores de aviación de la Hispano-Suiza se llevó acabo el sábado 28 de abril de 1929, habiendo sido gestionada y organizada por el presidente del club y Jefe de los laboratorios de la compañía en Barcelona, Enrique Jacinto Ferrer Brugués, a quien se le concedía patente de invención, con el número de registro 115.326, por «un nuevo motor» el 29 de octubre de 1929. En el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial figura que el domicilio de este ingeniero industrial era en Barcelona (Horta), calle Pedrelli, 40.
La exposición internacional de Barcelona y los EAR. Un éxito de la Radioafición catalana
En 1929 tuvo lugar la Exposición Internacional de Barcelona, inaugurada el 15 de mayo y clausurada el 15 de enero de 1930. En su transcurso, un grupo de aficionados catalanes, dirigidos por uno de sus más ilustres representantes, el Doctor Luis Cirera Terré, EAR106, con la colaboración de otros aficionados, obtuvo la reserva de un espacio en el Palacio de Proyecciones de la exposición para montar un stand con material de onda extra corta, donde los aficionados españoles pudieran exponer las tarjetas que se intercambian entre ellos para confirmar las comunicaciones bilaterales y de escucha que realizaban, fotos, aparatos y transmisores, gráficos, etc.
También acordaron celebrar unas Jornadas de Onda Corta y, para ello, solicitaron su asistencia a reconocidos hombres de ciencia.
Poco a poco fueron incorporándose a las diferentes comisiones, creadas al efecto, el doctor J. Baltá Elías, EAR54, como delegado regional en Cataluña de Españoles Aficionados a la Radiotécnica (EAR), Enrique Jacinto Ferrer Brugués, presidente del Radio Club Cataluña; Salvador Elizalde, EAR142; el vicepresidente del Radio Club Cataluña, Alfonso Estublier, EAR31, entre otros.
El Radio Club Cataluña se volcó en estos actos, no tan solo en la organización, sino participando en las ponencias del congreso y viajando por Europa para conseguir la asistencia de conocidos científicos de la época.
La exposición se organizó en la montaña de Montjuïc. Muchos de los edificios de esta exposición se diseñaron para ser desmontados una vez finalizado el evento, aunque, algunos de ellos, aún se conservan hoy día, en lo que es uno de los espacios más importantes destinados a la organización de eventos de la Feria de Barcelona.
Uno de estos edificios, que más tarde sería remodelado, fue el Palacio de Proyecciones, diseñado por el arquitecto y catedrático de Barcelona, Eusebio Bona Puig. El Palacio de Proyecciones se encontraba situado en la avenida de María Cristina y la de Rius y Taulet, donde actualmente está el Palacio de Congresos de Cataluña.
El estand de la asociación EAR
El estand de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica (EAR) se instaló en este edificio, contando con 22m de longitud y 2 de anchura. En él se dispuso un entarimado sobre el que poder instalar todos los aparatos. Lindaba éste, con una pared de 4 metros de altura y lateralmente, con los de la compañía Radio Corporation of America (RCA), y el de una sección Holandesa.
La Dirección general de Comunicaciones dio autorización para realizar pruebas en el recinto de la Exposición, por lo que emitieron desde allí todos los aficionados que lo desearon.
Durante los meses octubre, noviembre y diciembre de 1929, Vicente Juan Segura, efectuó el servicio de permanencia en el stand, realizando innumerables pruebas a través de la estación de onda corta EAR-104 instalada en el mismo. Igualmente cuando se celebraron las «Jornadas de Onda Corta» los congresistas efectuaron visitas colectivas y algunos de ellos pronunciaron palabras desde el micrófono de la EAR-104.
Los EARs radioaficionados españoles expusieron en el Palacio de Proyecciones sus tarjetas de comunicados de larga distancia (DX), muchos enviaron fotos y planos de sus emisoras, llenando por completo todo el espacio disponible.
Asimismo se mostraron equipos de varios EARs, realizándose centenares de comunicados con casi todas las naciones de la mitad de Europa y Rusia. De este modo se contribuyo a fomentar las Ondas Cortas y también la Exposición Internacional de Barcelona. Las Asociaciones EAR, REF, ARI, RCC y AN de RDF, contribuyeron a darle el éxito internacional.
El grupo de Radioemisores aficionados catalanes de la época, entre los que destacaron, Enrique Jacinto Ferrer Brugués, presidente del Radio Club Cataluña; Francisco Baqué, EAR-35; José Baltá Elías, EAR-54; Rafael Elizalde, EAR-104, Alfonso Estublier, EAR-31; entre otros, bajo la dirección del Doctor Cirera, EAR-106, lograron involucrar a la mayoría de personalidades publicas y políticas de la época en la organización de las que se dio en llamar «Jornadas de Onda Corta».
En 1929 el número oficial de Radioemisores de quinta categoría era de, aproximadamente, 200, y en el entorno de Barcelona había unos 40. La inmensa mayoría de ellos colaboraron en la organización, tanto del estand como de las Jornadas, creando para ello, diferentes comités. La Presidencia de Honor se reservó a las más altas autoridades de Barcelona.
El Comité de Honor estuvo conformado por grandes técnicos y hombres de ciencia del momento, de lo que se infiere el rigor científico del que se quiso revestir a las Jornadas. El Comité Ejecutivo se nutrió de aficionados.
Jornadas de Onda Corta, primer día
El 15 de noviembre de 1929, en el Salón de Actos de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, se realizó la sesión inaugural de las «Jornadas de Onda Corta» donde, después de breves intervenciones de los hombres de ciencia, el Capitán General de Cataluña, general Barrera, dio por inaugurado el Congreso. Ese día tuvieron lugar diferentes ponencias que abarcaron una gran variedad de temas. Una de las participaciones más destacadas fue la de uno de los sabios de la época, René Mesney quien tuvo una participación activa en todo el congreso.
El Ingeniero de Telecomunicación, José Feyto Balaguer, en sus «Notas y observaciones sobre la transmisión y recepción de Ondas Cortas»; dio una explicación exhaustiva de la construcción y funcionamiento de la emisora de onda extracorta del Prat de Barcelona, que trabajaba en la frecuencia de 31,8 m., empleando dos lámparas Marconi de ánodo exterior refrigerado y de 10 Kilovatios cada una.
Tras explicar el funcionamiento de los receptores doble heterodino utilizados y los problemas que estos generaban, termino la conferencia comentando que las señales EAX fueron oídas con gran regularidad en las más distantes partes del mundo, por los barcos españoles que recibían diariamente la prensa transmitida a las dos de la madrugada con la finalidad de realizar ensayos de recepción a distancia.
El Ingeniero Industrial, Celso Mira y el radiotelegrafista Vidal Ayuso, EAR-40, hablaron sobre «Un año de comunicación diaria Madrid-Barcelona», toda una lección del trabajo científico realizado por estaciones amateur. Unos artículos leídos en 1925 en una revista americana habían despertado la atención sobre la propagación de la onda corta, y ello propició la finalización de la construcción de la estación EAR-40 para realizar estudios en esta zona del espectro radioeléctrico. En su intervención se refirió a los equipos utilizados, en Barcelona y Madrid, en las bandas de 35 y 48 m, así como a las reglas que se establecieron, de tal forma que se comprendiesen mejor los datos obtenidos. La conclusión tras dos años de experiencias, reflejaron que con una variación progresiva y bien calculada en la longitud de onda de los emisores de onda corta de baja potencia (QRP), se puedía obtener una recepción de intensidad normal y constante durante todos los días del año y a cualquier hora del día y de la noche, para una distancia determinada entre el emisor y el receptor.
Rosendo Sagrera Durán, EAR-60, disertó sobre «Los QSLs y el idioma»; en una curiosa charla en la que expuso cual debería ser en su opinión el idioma utilizado en las comunicaciones, pues se barajaba la posibilidad de utilizar un idioma internacional como el Esperanto o el Ido, aunque también existían partidarios de emplear los idiomas de los grandes investigadores, el alemán en homenaje a Hertz, el francés, a Branly; el inglés, en el de Maxwell; el italiano, tal vez por Marconi, y el español, por Torres Quevedo. El mismo problema idiomático aparecía a la hora de enviar las tarjetas de acuse de recibo de los comunicados (QSLs), por lo que se llegó a la conclusión de que cada uno las redactase en su propio idioma.
La intervención de Luis Cirera Terré, EAR-106, se centró en el problema que ocasionaron entonces las «Perturbaciones en la recepción de Onda Corta en las grandes ciudades y QRM medical», Una muy interesante conferencia sobre todas las perturbaciones que afectaban a la recepción de las ondas cortas, separando las que eran naturales como las atmosféricas (QRN), tormentas, caídas de rayos y que poco podía hacerse para evitarlas; y las producidas por la industria, (QRM), a destacar las producidas por los tranvías, los motores de las pequeñas y grandes industrias situadas dentro de las ciudades, los timbres, y en especial, la de los aparatos médicos que forman un conjunto en la Electroterapia. El Dr. Cirera demostró la necesidad de utilizar medios de protección contra las perturbaciones, ya que los únicos momentos que tiene el radioaficionado para trabajar las ondas cortas son aquellos que se encuentran libres de tales interferencias.
En cuanto al estudio que mostró Santiago Maymí, EAR-105, sobre «Un oscilador Hartley acoplado a un amplificador neutralizado», durante su ponencia, presentó un resumen exhaustivo de los ensayos que había llevado a cabo a fin de hacer posible evitar las variaciones de longitud de onda de un oscilador, provocadas por el balanceo de la antena, y en particular el de los “feeders” en el caso de una antena Hertz.
Por último, el delegado de la Red de Emisores Franceses, Andrés Planes Py, F8SEI, expuso sus «Notas sobre los diferentes circuitos receptores y emisores de Onda Corta en uso por los aficionados», despertando gran interés. El ponente hizo un repaso de los equipos más comunes utilizados en onda corta por las aficionados; explicó el funcionamiento de diferentes circuitos de recepción, como los sencillos, aunque complicados de ajuste, formados por una válvula detectora, y culminó su charla con una descripción de la antena mas utilizada por los aficionados, la antena “zepelín”.
A las siete y media de la tarde, en la sala de máquinas del laboratorio de ensayos del Real Politécnico Hispano-Americano, el Dr. Blas Cabrera volvió a dirigirse a los asistentes para hablarles sobre «El átomo como sistema emisor de ondas electromagnéticas». Su exposición se convirtió en una clase magistral sobre la teoría electromagnética apoyada en las ondas hertzianas, en la que admitió que la luz no se origina como las ondas hertzianas, sino que es algo completamente diferente en el momento de su producción.
Jornadas de Onda Corta, segundo día
El 16 de Noviembre se celebró en la Sala de juntas de la Casa de la Prensa la segunda sesión ordinaria de las Jornadas, empezando tal día las conferencias con la pronunciada por José Baltá Elías, EAR-54, sobre «Anomalías en la Propagación de las Ondas Cortas observadas en Barcelona»; la cual tuvo como fundamento un extenso trabajo de investigación sobre los posibles fenómenos que afectan a la propagación en frecuencias comprendidas entre los 28 y los 3 megaciclos (de 10 a 100 m. de longitud). Además de las variaciones noche-día, verano-invierno, producidos por los efectos de la ionosfera, Baltá explicó también las posibles causas que afectaban a las llamadas zonas de silencio, fenómenos de desvanecimiento (fading), o fluctuaciones de intensidad (scintillement) que podrían estar provocados por fenómenos meteorológicos. Expuso asimismo la reciente red de observadores, (más de 300 en toda Europa), que estaban estudiando estos fenómenos, y finalizó su participación comentando los equipos utilizados y los resultados obtenidos por los observadores de Barcelona.
El ingeniero industrial, Enrique Jacinto Ferrer Brugués hizo una disertación sobre «Electricidad»; asociando fenómenos físicos naturales a esta materia. Dejó entrever la posibilidad de recibir señales producidas a millones de kilómetros de la tierra, tras desplazarse durante muchas horas por el inmenso espacio, y explicó que el sol, no solo nos envía calor, sino ondas electromagnéticas de enorme potencia que pueden llegar a perturbar el funcionamiento de los aparatos telefónicos, telegráficos, y por supuesto las radios.
Francisco Delgado, EAR-19, habló sobre «Comunicación Teruel-París durante un año», explicando sus experiencias en comunicar todos los viernes, a las 23:00 GMT, en ondas de 42-43m, con París. De una forma muy amena narró a la concurrencia como la radio le ayudo no sólo a mejorar el francés, sino también a aprender geografía y a cultivar amistades internacionales.
Alfonso Estublier, EAR-31, acometió el apasionante tema de «la emisión de Televisión por Aficionados» y, sin entrar en el detalle técnico que estaba reservado a muy pocas personas de la época, explicó el funcionamiento de la Radiovisión y no televisión como se pretende llamar, ya que se trata de una transmisión de imágenes en movimiento al estilo de lo que hacen las maquinas cinematográficas. En su charla también habló de como podrían generarse estas imagines en un transmisor y como deberían de ser los receptores, comentando igualmente las técnicas del rayo catódico, los tubos de neon y las válvulas fotoeléctricas.
Llegado el turno de otro de los conferenciantes previstos en el programa, asignado a Juan Castell, EAR-30, este quiso centrar su intervención en «La eficacia de un emisor de onda corta QRP, es directamente proporcional a su sencillez». Para ello, el secretario del Radio Club Cataluña, empezó su intervención ensalzando la figura del radioexperimentador, lamentando el trato que se empezaba a dar a los radioaficionados por algunas entidades relacionadas con la radio.
A continuación centró su discurso en cómo mejorar los populares circuitos, Colpitts, Hartley o ultraudión, para hacerlos funcionar dentro de la Ondas Cortas en baja potencia (QRP).
Intervino a continuación, Santiago Maymí, EAR-105, para desarrollar el tema «Las válvulas de Rejilla- Pantalla en los receptores de Onda Corta», centrando su exposición en la descripción del funcionamiento de la moderna válvula de rejilla-pantalla aplicada a la amplificación de radiofrecuencia en los receptores de las ondas cortas.
Para finalizar la mañana, el profesor M. René Mesny, habló sobre los «Fundamentos de la Telefotografía». De una forma muy simple para la concurrencia, el profesor de la Marina francesa explico el funcionamiento de un emisor fototelegráfico basado en la propiedad que tienen las células fotoeléctricas, de traducir un fenómeno luminoso en otro eléctrico. También explico M. Mesny el funcionamiento de los belinógrafos, y diagnostico el porvenir a la telefotografía al poder ser destinada a fines periodísticos, policíacos o meteorológicos.
A las seis de la tarde en el salón de actos de la Diputación el profesor M. René Mesny, dio una nueva conferencia a la que puso el titulo «Emisiones Dirigidas». Fue una interesant exposición sobre como se puede conseguir directividad en las redes lineales de antenas, sean verticales o horizontales, modificando su fase o introduciendo reflectores. Hasta la fecha hubo sido muy difícil conseguirlo en ondas largas, pero se demostró su efectividad con ondas de 15 a 30m.
Una hora después, a las siete de la tarde, en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona volvió a hacer una notable exposición el catedrático doctor Blas Cabrera. En esta nueva ocasión fue sobre el tema «Ondas Electromagnéticas y Luz», y en ella repasó las teorías de Newton, Huyghens, Fresnel, Maxwel y otros hombres de ciencia incluido Einstein. Asimismo dio una idea sobre el proceso de la evolución de la teoría electromagnética, que aún estaba todavía empezando y por lo que probablemente los jóvenes que entonces le escucharon tendrían tiempo de dedicar su vida a estos estudios.
Jornadas de Onda Corta, tercer día
El 17 de Noviembre, en la Universidad de Barcelona, el profesor M. René Mesny abordó un nuevo tema «Las Ondas Ultracortas». En esta última conferencia técnica se centro en los avances realizados en las frecuencias ultracortas cuya longitud de onda se consideraba entonces por debajo de los 10 m. Hasta aquellos momentos se habían realizado pruebas en longitudes de onda de 3 a 3,5 m. y de 1 a 1,5 m. aunque no se pudieron lograr comunicados a gran distancia, debido a que estas ondas están afectadas por la visibilidad de los puntos a conectar, los obstáculos interpuestos, las características del terreno y otros aspectos que aún se estaban estudiando. Con independencia de ello, en laboratorio ya se habían conseguido ondas de hasta de 13 cm.
También explicó Mesny la dificultad de la construcción de estos equipos, aunque las ventajas de estas ondas serían de aplicación en un futuro para la comunicación entre buques, estaciones costeras, aviones, submarinos, etc., así como otras tantas aplicaciones que el porvenir tiene reservadas a tan pequeñas longitudes de onda.
Al concluir la intervención de René Mesny el coronel Gil Clemente, como Presidente de la Junta Técnica e Inspectora de Radiocomunicaciones explicó el impulso que este organismo había dado hasta entonces para el progreso de la Radio-Ciencia en España.
Asamblea General de la asociación EAR
Aprovechando la celebración en Barcelona de las Jornadas de Onda Corta, el 16 de noviembre, en la Casa de la Prensa de la Exposición Internacional de Barcelona, tuvo lugar la asamblea general de la asociación EAR, de la que era presidente Miguel Moya Gastón Iriarte, EAR-1, y que contó con la asistencia de los delegados, José Baltá Elias, EAR-54 (Cataluña); Delgado, EAR-19 (Teruel); Ferrer de Barcia, EAR-47 (Mallorca); recibiéndose adhesiones de Madrid y Canarias, así como de otros socios EAR de distintos puntos.
Esta asamblea se convirtió en el primer congreso de radioaficionados Españoles y en el transcurso del mismo, Miguel Moya realizó un repaso de la actividad de los EAR, haciendo referencia a la comunicación bilateral efectuada por EAR-21, Ramón de Lili Galdames, de Bilbao, con la Estación WFAT de la expedición Antártica de Byrd, salvando una considerable distancia de miles de kilómetros. También tuvo unas palabras para poner en valor la participación de los aficionados en diferentes casos de emergencia, recordando la aportación de los aficionados a la expedición Antártica Byrd, su colaboración en la avería producida en el hidroavión francés «Siap» (correo de Marsella), o el caso del dirigible «Italia» entre otros.
La Asamblea sirvió para demostrar a la sociedad civil que ser aficionado es sinónimo de inquietud y de dinamismo y para dar el relieve que merecen los aficionados Españoles ante las diferentes autoridades. Al finalizar la asamblea se dio inicio a la sesión ordinaria, continuando con las conferencias antes comentadas.
Moya se propuso, además, continuar con los estudios de propagación de las ondas cortas y establecer un servicio de enlace entre diferentes ciudades de España.
Otros actos celebrados con motivo de las Jornadas de Onda corta
Las jornadas también estuvieron acompañadas por diversos actos lúdicos que se organizaron para los congresistas, así el 15 de Noviembre tras finalizar las conferencias, los asambleístas se desplazaron al Real Politécnico Hispano-Americano, donde fueron recibidos por el director de la Escuela del Trabajo y ponente de Cultura de la Diputación, Antonio Robert, por el secretario de la Diputación, Vega y March; el inspector de la Escuela del Trabajo, Antonio Padró, con varios profesores, y el jefe de ceremonial de la diputación, don Antonio Rubí.
En el vestíbulo del edificio, el diputado Antonio Robert, en un elocuente discurso, expuso detalladamente a los visitantes la distribución y funcionamiento del Real Politécnico, en sus secciones de Escuela de Trabajo, Escuela Industrial y Escuela de Ingenieros Industriales, cuyas principales dependencias después visitaron.
El mismo día por la noche en el Palacio de Proyecciones de la Exposición, Radio Barcelona, EAJ-1, monto un estudio donde realizó de una forma natural la transmisión en directo del Festival dedicado a las Jornadas de Onda Corta. El programa fue autorizado a que se radiase por el emisor experimental de onda corta EAR-104 instalada en el estand EAR.
El festival estuvo compuesto por conciertos realizados por la Orquesta de Radio Barcelona y la Banda Municipal de Barcelona; así como la audición de sardanas a cargo de la Cobla Barcelona Albert Martí; y recitales de canciones protagonizadas por la cantatriz Rosa Cotó y el actor Francisco Mora. El 16 de Noviembre, una vez finalizad la conferencia del profesor M. Réne Mesny, los congresistas visitaron el Palacio de la Excma. Diputación Provincial; posteriormente se trasladaron al Ayuntamiento de Barcelona, donde fueron recibidos por el jefe de ceremonial, Manuel Ribé Labarta y el señor Puigdoménech, y siendo presentados al alcalde, Dario Rumeu Freixa, barón de Viver.
Después de visitar las diferentes dependencias, el alcalde realizó un discurso donde ensalzando la importancia de las Jornadas de Onda Corta, las que según su parecer, ocuparían un lugar preeminente en el vasto campo de la Ciencia.
En la tarde del último día de la Jornadas, 18 de Noviembre, los congresistas fueron invitados por el Comité Ejecutivo de éstas a trasladarse en autocar al Tibidabo con la finalidad de visitar la estación emisora de Radio Barcelona EAJ-1. Una vez allí, su director, Joaquín Sánchez Cordovés dio amplias explicaciones sobre su instalación y funcionamiento.
Después, a las seis y media de la tarde, los congresistas fueron obsequiados con un té en el Hotel Florida. Una vez finalizada la visita, se desplazaron de nuevo al recinto de la exposición donde visitaron el gran surtidor luminoso y las instalaciones eléctricas. Tras las explicaciones de los ingenieros técnicos de la exposición el más de un centenar de participantes en las Jornadas, cenaron en el restaurante Miramar, de la exposición, con la finalidad de festejar el éxito de éstas y la clausurar el Congreso.
La Diputación de Barcelona obsequió con una excursión a Montserrat a las personalidades que tomaron parte en las Jornadas de Onda Corta saliendo los participantes de la Plaza Cataluña a las ocho y media. Una vez llegados a Montserrat, visitaron el Monasterio, admirando numerosas pinturas y también el Museo Bíblico. En la soberbia iglesia donde se venera la Virgen de Montserrat, fue la «Salve solennis» por la Escolanía, partiendo después los excursionistas, en funicular, hasta la cumbre de Sant Juan, desde donde contemplaron el inmenso panorama que allí se descubre. Finalmente la jornada concluyó con un exquisito banquete.
En la clausura de las Jornadas, se destacó la importancia de estas y su contribución al desarrollo de la Radio Ciencia en España.
La caída de la dictadura de Primo de rivera: La radio camino de la transición a la República
El inicio del año y la nueva década tuvo como hecho más significativo el fin de la dictadura de Primo de Rivera el 28 de enero de 1930, abriendo un período de transición hacia la República. Los juegos de fuerzas políticas y económicas tuvo sus consecuencias también en el ámbito de la radio.
A partir del año 1930, o quizás un poco antes, empieza a enturbiarse el ambiente de la radio en Barcelona. Así, se desprende del editorial del mes de junio de 1930 que realiza el presidente del Radio Club Cataluña, Enrique J. Ferrer. El club protagonizó una serie de artículos y envió cartas a la Asociación Nacional de Radiodifusión, a Unión Radio Barcelona y a la recién llegada Radio Catalana, con la intención de pacificar el espectro, ya que los aficionados que querían escuchar emisoras de fuera de la península no lo conseguían, al producirse constantes interferencias debidas a la proximidad de las estaciones y la gran potencia que utilizaban. El club luchó en contra de que la radiodifusión se convirtiera en un monopolio y presentó un proyecto que tenía en cuenta los intereses de los radioyentes.
El club se caracterizó por estar al lado del radioaficionado desinteresada y lealmente, emprendió una campaña para que las emisoras salieran de los núcleos urbanos, con el fin de permitir la selección de estaciones locales y extranjeras sin interferencias, ya que según manifestaban sus dirigentes, estas emisoras modernas podían, si querían, emitir con una onda suficientemente estrecha para no interferirse.
Esta posición crítica del club le supuso ciertos problemas, hasta el punto de recibir denuncias porque el club radiase un boletín y lo anunciara en la prensa local.
Polémicas aparte, Radio Barcelona inicia este año la transmisión de fotografías y, en el Radio Club Cataluña se pone a prueba un aparato receptor de radiofotografías que puso a disposición de los aficionados, fueran o no socios, para poder recibirlas todas las noches.
El día 5 de junio fue elegida la nueva junta del club, quedando constituida por Enrique J. Ferrer, presidente; Miguel de Izaguirre, vicepresidente; Roberto Leonhart, secretario; Martí Colom, EAR 73, vicesecretario; José Rovira, tesorero; Rafael Fernando, EAR182, contador; Alfonso Junyent, EAR-172, bibliotecario y Daniel Arquereo, Alberto Roca y Santiago Maimí, EAR-105, vocales.
A la polémica sobre la ubicación de las emisoras de radio y el monopolio de Unión Radio Barcelona, parece ser que se le sumó una nueva relacionada con los EAR, porque se intentó desacreditar al Radio Club Cataluña por parte de un grupo de EAR de Barcelona, en contra del ofrecimiento del club para que se pudieran reunir en los locales de este. Entre los miembros EAR empezaron a haber desavenencias y protagonismos personales, y la opinión del club fue que los miembros no debían salirse en ningún caso de la asociación EAR, única que podía estar afiliada a la I.A.R.U., ni aún en el caso de que la votación fuera contraria a las ideas propias de cada uno.
El presidente del club, Enrique J. Ferrer, escribió, al hilo de esta problemática:
«En una sociedad es absolutamente imposible atender todos los criterios de todos los asociados y parece lógico que se imponga el criterio de los más sobre el de los menos, sin que ello represente un desafuero ni una desatención para nadie. La minoría debe de quedarse y trabajar para llegar a ser mayoría y entonces imponer su criterio. En buena forma, pues es intolerable el insulto, el abuso o coacción, venga de donde venga».
Una Junta general extraordinaria del Radio Club Cataluña es celebrado el 4 de octubre de 1930 para estudiar tratar varios asuntos, entre los que figuraban en el orden del día, la modificación de estatutos y la incorporación de la revista RCC al Radio Club Cataluña. Después de esta reunión, se produjo la de los EARs del gang catalán para hablar sobre la organización del mismo de forma autónoma, adherido a EAR, y estudiar las bases para la reglamentación de dicho gang.
Nuevo contexto histórico: Caída del régimen monárquico en abril de 1931 y el advenimiento de la República. Nace la Agrupación Catalana EAR que se integra en Red Española
El 14 de abril de 1931, las elecciones municipales que llevaron a la Segunda República Española también dieron la mayoría en Cataluña a ERC. El mismo día, desde el balcón del Palacio de la Generalitat de Cataluña, Francesc Maciá proclamó la República Catalana, lo cual provocó un conflicto con el recién constituido Gobierno provisional de la República. Para resolverlo, tres días después, tres ministros del Gobierno provisional, Marcelino Domingo, Nicolau d'Olwer y Fernando de los Ríos, llegaban a Barcelona para negociar, alcanzando un acuerdo por el que Maciá aceptaba el compromiso del Gobierno provisional de que presentaría en las futuras Cortes Constituyentes un estatuto de autonomía para Cataluña. En la práctica, tras las negociaciones, Maciá renunciaba a la República Catalana y el Gobierno de Cataluña pasaría a utilizar en adelante la denominación de Generalitat de Catalunya.
En un día del mes de mayo de 1931 se reunieron en el domicilio de Francisco Martí Lloret, EAR-81, los colegas de afición, Luis Sagués, EAR-94; José María Baytón, EAR-CAJ; Martín Capdevila, EAR-216; Marcial Roig, EAR-148; Enrique Torruellas, EAR-LI; y Enrique Sabater, EAR-159 (su primer presidente) para constituir la «Agrupació Catalana EAR» que un año después contaría con 66 adheridos. Esta se integra en Red Española, como quedó recogido en el boletín de Red Española, n° 10 (aparece mal numerado como 9), que debe corresponder a mayo de 1931, «… se ha llegado a una inteligencia con la entidad Agrupació catalana EAR, cuyos socios han ingresado todos, colectivamente, en Red Española…». Esta elige como su representante ante R.E. a Enrique Torruella P., EAR-LI (ex-EAR-C15), que es sustituido, al poco tiempo, modificando la denominación del cargo a «corresponsal», por Francisco Martín Lloret, EAR-181 (ex E-017,ex-EAR-LO).
También en el mencionado boletín de R.E. número 10, aparece publicado un artículo de Alfonso Estublier, EAR-31, con el título «Un emisor para ondas ultracortas, (5 metros)». En él, describe el circuito del transmisor que utizó en 1925 y refiere que:
«Allá por el año 1925, los que entonces estábamos atacados por el microbio de la emisión, no nos contentábamos solamente en emitir con ondas de mil y pico de metros, y después con 200, hasta llegar a las extracortas, de unos 30 m., sino que, apurando todos los medios, algunos de nosotros quisimos batir el récord de lo más corto en longitudes de onda, llegando a las ultracortas.
El primero que hizo oscilar un circuito de un metro de longitud de onda fue el Dr. Baltá Elias, de la Universidad de Barcelona. Dicho señor, utilizando el montaje simétrico Mesny, ponía en evidencia la longitud de la emisión con los hilos de Lecher, mediante una lamparilla eléctrica de bolsillo.
Más tarde, en vista de los alcances con 30 m., se me ocurrió montar un emisor de 2,5 m.
Diariamente, a una hora determinada, emití por espacio de dos meses, con dicha longitud
de onda …»
Estublier manifiesta su opinión de que estas longitudes de onda no servirían para establecer comunicaciones a distancia, creyendo que no tendrían utilidad más allá de las aplicaciones de laboratorio o terapéuticas como venía haciendo el Dr. Cirera. También muestra su sorpresa porque la legislación radioeléctrica recientemente aprobada había acordado disponer de las ondas ultracortas para comunicaciones de los buques con los faros.
Las desavenencias entre el Radio Club Cataluña y Unión Radio continuaron hasta el punto de que, en el editorial del boletín del club de junio de 1931, se llega a proponer que a lo mejor sería necesario que los aficionados interfirieran las emisiones de EAJ1. Según el Radio Club Cataluña:
«Los motivos de esta queja, vienen determinados porque los señores de Unión Radio Barcelona, han confundido el pueblo de Barcelona con una “tribu de bereberes del Rif”, y usan el micrófono para criticar, y estas confusiones son lamentables, porque si entre nosotros se demuestra que estos señores no tienen freno y han perdido las nociones elementales de la cultura, fuera de Barcelona podrían pensar que todo el pueblo catalán está de acuerdo con esta política inculta y chapucera, y esto no es admisible.
Y es por ello que el Radio Club Cataluña a través de su presidente y secretario envían una carta al Presidente de la Generalitat de Catalunya exponiendo los hechos».
En la primera semana de junio de 1931, la totalidad de los miembros de la Junta directiva de la Asociación Nacional de Radiodifusión, encabezada por Juan Sabat Valverde; el presidente del Radio Club Cataluña; Enrique Jacinto Ferrer Brugués; y el representante de la prensa de radio, Enrique Calvet Pascual, eran recibidos por el presidente de la Generalitat, Francesc Maciá, para hacerle entrega a este de una memoria con el proyecto de la emisora de Cataluña para que fuese incluido en el Estatuto catalán.
En octubre de 1931 la ANR empezó a publicar la revista Catalunya Ràdio, que repartía entre sus asociados.
La primera exposición nacional de radio de Barcelona
Después de un intenso periodo preparatorio con publicidad a base de carteles y folletos, y con el apoyo decidido del Ayuntamiento, el día 31 de octubre de 1931 se inauguraba en las espaciosas salas subterráneas de la Plaza de Cataluña, en el centro de Barcelona, la Primera Exposición Nacional de Radio. Durante los quince días que permaneció abierta, un número considerable de visitantes invadió las instalaciones, ávidos de conocer y apreciar las novedades expuestas.
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Inauguración por el alcalde de Barcelona |
La participación en el certamen de las principales casas fabricantes extranjeras y el libre contraste de sus aparatos y accesorios con los nacionales redundó en provecho de todos y, particularmente, de la industria nacional, que cobró nuevo impulso al ver apreciada y seguida con interés su esforzada labor.
Fue una gran oportunidad de demostrar al Estado el incremento que había tomado la radiotelefonía en el país y la conveniencia notoria de que prestase su apoyo a la nueva industria, ayudando y fomentando la creación de nuevas emisoras allí donde fuese necesario.
La última Junta Directiva del Radio Club Cataluña. Auge de la Agrupación Catalana EAR
Francisco Martí Lloret, EAR-181, rememoró la fundación de la Agrupación Catalana un año antes y Radio Sport comentó que «Jamas pudieron pensar que un éxito Semejante coronase así sus intenciones, por lo que su satisfacción es inmensa y hace votos porque acabe de agrupar a todos los EAR’s catalanes.»
El nuevo Consejo directivo de la Agrupación Catalana quedó formado en mayo de 1932 como sigue:
Presidente: Marcial Roig, EAR-148; Vicepresidente: Gabriel Bracons, EAR-221; Secretario general: Martín Capdevila, EAR 216; Secretario de Tráfico: Juan Fornells, EAR-LP; Tesorero: Abelardo Roca, EAR-139; Contador: Enrique Moreno, EAR-CAT; Vocales: Luis Sagués, EAR-94; César Martín, EAR-CAU; Arturo Llorca, EAR-115; P. Alviñá Torrent, EC7.
El 31 de mayo de 1932 se votaba la constitución del comité correspondiente a la Delegación Regional de Cataluña de la asociación EAR. En el número 85 de la revista EAR correspondiente a julio, tras su carta de dimisión como presidente, Moya publicó la noticia con los detalles, acompañada de la lista de los 78 votantes del gang catalán, que por unanimidad habían elegido como miembros de dicho órgano de representación a Alfonso Lagoma Allué, EAR-29, Luis de la Tapia, EAR-117 y Alberto Roca, EAR-222, cuyas fotografías aparecieron ilustrando el texto.
También el presidente dimisionario de EAR quiso enfatizar que sólo la asociación EAR ostentaba la representación oficial de la IARU en España y que la delegación catalana tenía autonomía para funcionar, dentro de los márgenes establecidos en el reglamento de la EAR, con un servicio organizado de tráfico de QSLs que no excluía a nadie, fuese o no socio, así como otras ventajas de membresía.
«Seguidamente de constituida esta Delegación ha comenzado el trabajo a fin de organizar todos los servicios que de ella dependen, teniendo en cuenta que su actuación se basa en una organización autonómica absoluta, si bien dentro de los Reglamentos de la Asociación EAR.
Teniendo, pues, en cuenta el carácter autónomo de esta Delegación, es natural que todo cuanto esté relacionado con las relaciones entre los asociados y la organización EAR se hará por medio de aquélla.
Hemos de recalcar de una manera especial que la Asociación EAR es la Sección oficial española de la I.A.R.U.; [sus socios] son al mismo tiempo, y por derecho propio, socios de la mencionada entidad internacional.»
El fin del Radio club Cataluña y el auge de la Agrupación Catalana EAR. Red española lidera la Radioafición Española y EAR entra en proceso de descomposición interna
En el año 1932 desparece el Radio Club Cataluña, en palabras de Vicente Juan Segura:
«La última directiva del Radio Club Cataluña no sabe imponerse y, a pesar de contar con el ofrecimiento de una casa comercial ajena a la radio, pero que le presta sus magníficos edificios y propone montar una nueva emisora más potente (hay que advertir que el R.C.C. tenía concesión de segunda categoría y podía emitir en ondas de 50 y 250 m, así como programas musicales), no toma en consideración esta oferta y permite que se vendan en pública subasta sus bienes y declara la disolución legal de la misma».
El 4 de julio de 1932 encontramos en el diario La Vanguardia un aviso del Radio Club Cataluña para informar de que ese día empezarían, en sus locales de Vía Layetana, las clases gratuitas de radioelectricidad y morse siguiendo el el temario que se exigía por la Dirección General de Comunicaciones para la obtención de licencia de estación emisora de quinta categoría.
En la edición del Callbook, correspondiente a la primavera de 1933, todavía podía encontrarse el indicativo del Radio Club Cataluña, EAR-25. Sin embargo, en 1934 ya no consta. En el Diario oficial de comunicaciones de 6 de febrero de 1934, se recoge el indicativo EA3AB vacante, que es el que le correspondía en la nueva nomenclatura que entró en vigor a partir de enero de ese año a EAR-25.
Tras la dimisión de Miguel Moya como presidente de EAR, en julio de 1932, nombrando un Comité interino al frente del cual se situó Javier de la Fuente, EAR-18, se inició un proceso de acercamiento entre EAR y Red Española para culminar su fusión en una nueva asociación que vio la luz en enero de 1933 con el nombre de Unión de Radioemisores Españoles.
El nacimiento de la Unión de Radioemisores Españoles y la Radioafición en Cataluña
La Radioafición catalana, repartida entre EAR, Red Española y la Agrupación Catalana EAR llegó así a la fecha de nacimiento de la URE.
Constituida la Delegación catalana de la URE, en enero de 1933, sale elegido como delegado regional, Jaime Cercós, EAR-264; subdelego, Gabriel Bracons, EAR-221 y como secretario, Daniel Arquero López, que acababa de estrenar su indicativo oficial, EAR-269. El cargo de Consejero Regional de Cataluña-Baleares, recayó en Alberto Roca, EAR-222.
La Agrupación Catalana EAR obtiene el indicativo oficial, EAR-274 en enero de 1933, instalándose en el Hotel Ritz de Barcelona.
En octubre de 1933 Francisco Martí Lloret, EAR-188, escribe un artículo para el boletín de la URE, que se publicó en el mismo mes, para dar cuenta de una iniciativa de la Agrupación Catalana. Se trata del servicio de control que han establecido de una hora de duración, a partir de las siete y media de la tarde, de tal forma que sirviese a los EARs para mejorar sus emisiones.
En el mismo boletín se da la noticia del fallecimiento de una hija de Daniel Arquero, EAR-269, secretario de la delegación de de URE en Cataluña.
La Agrupación Catalana EAR despliega una gran actividad y en el boletín social de URE de diciembre se informa brevemente de la actividad de muchos de sus miembros de una manera telegráfica pero que denota el estrecho contacto que mantienen todo el grupo. Se detalla también la mejora de los servicios sociales que presta aquella, que consisten en una intensificación del tráfico de qsl’s, el cual estaba siendo atendido con toda puntualidad desde la central de URE; Dos horas diarias de consulta en Secretaría, tanto de carácter técnico, como tramitación de indicativo, y preparación de exámenes de aptitud; radiación de sus noticiarios y avisos, todos los viernes a las diez en punto de la noche; tres clases semanales de transmisión y recepción morse, las cuales tienen lugar de nueve a once de la noche; servicio de control Para sus asociados en pruebas, mantenido todos los días desde las 19h30 a las 20h30; recopilación de «reportajes e informaciones para nuestro Boletín de la URE».
En el contexto político de Cataluña, Francesc Maciá fallece de una apendicitis aguda el 25 de diciembre de 1933 a los setenta y cuatro años de edad, siendo sustituido al frente de la Generalidad de Cataluña por Lluís Companys.
Pasan 4 meses desde que se hubiese publicado el boletín número 8 de URE hasta que en abril desde 1934 reaparece de forma independiente y renumerando su publicación desde año 1 y número 1. Hasta entonces, la revista Radio Sport había acogido el órgano portavoz de la asociación.
Francisco Martí Lloret, EA3BU, anuncia su QRT, noticia que publica el boletín de URE en abril de 1934, sin que se explicasen los motivos. Lo cierto es que abandonó la práctica de la radioemisión por aquel entonces, no volviendo a ella, quedando vacante su indicativo poco después.
Jaime Cercós, EA3CT (ex-EAR-264) repite como delegado de URE en Cataluña, al igual que Gabriel Bracons, EA3CI (ex-EAR-221), como subdelegado, y secretario, Daniel Arquero López, EA3CW (ex-EAR-269). Sin embargo, a mayo de 1934 no se había elegido el Consejero Regional que sigue vacante.
Un artículo describiendo la estación EA3CI es publicado en el boletín de URE en el mes de mayo, incluyendo fotografía y esquemas de la misma que envió, junto con el texto, su titular, Gabriel Bracons.
Una de las figuras más relevantes de estos años fue Juan Luis Gomila, EA3EG, en Tarragona, apareciendo sus extensas listas de QSOs en el boletín de URE desde junio de 1934 y sus deliciosas y simpáticas narraciones publicadas en la revista Radio QRA sobre su actividad amateur, especialmente de participación en los concursos de la época, que dan idea de cómo se trabajaba entonces.
La Agrupación Catalana EA3
A partir de 1934, la Agrupación catalana EAR se transforma en Agrupación catalana EA3, correspondiéndolo en indicativo EA3DB en la nueva nomenclatura aplicada, y esta se integra, en 1935, en la Federación de Agrupaciones de Radio, que presidió Miguel Moya, EA4AA. La URE, que había nacido fuerte, comienza a debilitarse después del verano de 1934. El presidente, Ángel Uriarte escribe una carta a Javier de la Fuente, Consejero regional de Castilla-León-Noroeste, el 26 de julio en la que se queja de la situación por la que pasa la asociación y la falta de tiempo y ayuda para desempeñar eficazmente su tarea.
«[…] Por aquí yo sumamente preocupado pues el nuevo cargo del Círculo Mercantil donde estoy ejerciendo de Presidente me absorbe mucho tiempo y aumenta las preocupaciones. Unido a eso cada día se esfuman más las pocas colaboraciones que ya tenía y al quedar todo sobre mí no puedo atenderlo en la forma que yo estimo necesaria. Esto unido al desaliento moral que me producen cosas que no debían pasar cuando se ve los esfuerzos entusiastas que uno hace por elevar el concepto y prestigio de la Asociación me ponen en el trance de pensar en que sea otro el que represente a URE. Quizá haya quien desenvolviendo menos trabajo acierte a dar gusto a todos; en todo caso yo quedaré libre de la amargura que producen siempre las ingratitudes y podré dedicar mis actividades a los asuntos propios y a los de aquellas entidades en las que como recompensa de trabajos y desvelos recoge uno consideraciones y aprecios que es lo que con la propia satisfacción recompensa de estos sacrificios puramente honoríficos.
Creo que en el sentido del párrafo anterior me dirigiré muy en breve a todos los Delegados y Subdelegados regionales pues espero solo la celebración de la próxima Directiva que será la semana que viene para que tengan previo conocimiento del asunto mis compañeros de junta quienes si encuentran la manera de hacer un pequeño sacrificio y prestar un poco más de colaboración podría conseguir terminase el año como Presidente de la junta; pero si he de tener que seguir despachando el 90 % de lo que hay que hacer en la Asociación y además con los berrinches que vengo sufriendo la verdad no podría continuar.»
En la misma carta, Ángel trata el tema de una posible reforma reglamentaria propuesta por uno de los socios en el sentido de dotar a las regiones de un marco más amplio de libertad, cuestión que no comparte y considera innecesaria.
En el boletín de URE del mes de julio de 1934 se publicó el reglamento íntegro de la asociación con una serie de comentarios encaminados a enfatizar cómo las delegaciones regionales tenían una amplia autonomía que les daba margen más que suficiente para su gestión dentro de la asociación y del marco reglamentario existente.
«Hemos ofrecido estos comentarios y vamos a exponerlos, pero cu forma breve, sucinta y con la sola finalidad de probar cómo el Reglamento actual posee una amplitud de actuación para las regiones que ninguna miliza, lo que prueba que esa libertad de actuación va más allá de las propias necesidades regionales.»
Cataluña sigue sin elegir su Consejero regional de URE. Ángel Uriarte solicita colaboración de los socios en la editorial del boletín de septiembre, desde cuyo número hasta abril de 1935 no vuelve a publicarse, generando un espacio de silencio social que genera la frustración de sus miembros.
Un lamento por la situación creada en Cataluña y posibles causas de la desaparición del Radio Club Cataluña
En el periódico El Día Gráfico, de 16 de diciembre de 1934, pág. 13 se publica dentro de la sección titulada «La Radio» un artículo editorial en el que se lamenta de la situación actual en Barcelona, donde se echa en falta una asociación que represente a la masa de aficionados. Hace referencia a la desaparición del Radio Club Cataluña y las posibles causas de su desaparición.
«PERFIL SEMANAL
E lamentable que una ciudad como la nuestra no cuente entre sus diversas asociaciones a la que represente a la masa compacta de aficionados a la radio, que hoy, por falta de ambiente, se encuentra dispersa.
Hasta hace poco tiempo, existió el Radio Club Cataluña, de brillante historial en la vida activa radiotécnica, que fomentó e impulsó en nuestra ciudad, y aun en España, la afición hacia esta noble rama de la ciencia, en una época en que se consideraba la radio como un pasatiempo y sus propaladores como unos maniáticos.
Y sin embargo, a sus actividades y orientaciones se debe, on parte, el incremento notable que adquirió en nuestro país la afición que había de poner en un lugar honorífico el nombre de España en el mundo entero, siguiendo paso a paso el movimiento evolutivo que ya desde entonces seguía la radiotécnica.
No obstante, a medida que la radio seguía un camino ascendente y la afición aumentaba, el Radio Cub Catauña languidecía, hasta acabar por cerrar sus puertas.
He aquí, pues, una curiosa paradoja: ¿Por qué, si la afición iba en aumento, el Radio Club llevaba una existencia mísera? ¿Qué causas podían motivar este contrasentido? La primera, la estandarización de los receptores, la segunda, siempre, según nuestro criterio, el de seguir una orientación interior demasiado inclinada a favor de los aficionados emisores, descuidanđo sensiblemente a los aficionados a la recepción, y la tercera, las desavenencias y discusiones, que alejaron de su seno a elementos de valía, y las dificultades económicas, que dieron al traste con una entidad que había de ser el orgullo de los viejos aficionados y el crisol donde se forjaran nuevas esperanzas de la radiotecnia.
Poco queda de todo ello, pero algo queda, la Agrupación Catalana E.A., y no obstante, su existencia actual no parece tener tampoco la brillantez de actuación, ni contar con el número de socios necesario para su desarrollo, a pesar del porcentaje de aficionados a la emisión y a la recepción que existenten. ¿Por qué, pues, esta apatía aparente?
Nosotros creemos, porque la experiencia así nos lo ha demostrado, que si se organiza una entidad de aficionados, donde, por una módica cuota, el asociado disfrute de algunas ventajas relacionadas con su afición, como son divulgación por medio de conferencias, pruebas de aparatos, consultas, biblioteca, etc., la cosa puede marchar bien. Tenemos el ejemplo en cualquier país extranjero donde los aficionados cuentan con su correspondiente entidad representativa. En Francia mismo, cualquier lugar o villa tiene su Radio Club, que defiende los intereses colectivos. Ahora mismo, en Paris acaba de constituirse la Asociación de Radioyentes de las Estaciones Parisinas.
Esta Asociación, según sus propios Estatutos, aspirara a:
Ser la gran familia de los aficionados franceses.
A la organización de veladas, en las cuales participarán todas las primeras figuras del arte.
Aportará a los Poderes Públicos su contribución y su colaboración para la lucha contra los parásitos.
Servirá los intereses de los aficionados, poniendo a su disposición un servicio técnico y jurídico.
Y trabajará, en fin, para la grandeza y el desarrollo de a Radiodifusión Francesa.
¿No es altamente sugestivo este programa? ¿No es verdaderamente eficaz y necesaria una asociación de aficionados ?
La idea está lanzada... el que simpatice con ella y la quiera recoger, que proceda como crea conveniente, y sepa que si es precisa nuestra colaboración, nuestro esfuerzo, aquí estamos, dispuestos a ofrecer nuestra concurso para convertir en realidad aquello que tantos años de existencia tenđría ya que contar.»
Período tras la Revolución de octubre de 1934: Decadencia de URE y auge de las agrupaciones regionales. El caso de Cataluña
La Revolución de Octubre de 1934 consistió en una insurrección obrera y revolucionaria que ocurrió en España, marcada por la huelga general convocada por la Alianza Obrera en protesta contra la entrada de la CEDA en el gobierno, que se percibía como un giro hacia la derecha. Los hechos más relevantes incluyen la peoclamación del Estado Catalán por Lluís Campanys en Barcelona el 6 de octubre, y la Revolución de Asturias, el foco más violento y prolongado.
En 1935 Uriarte era vicepresidente del Círculo de la Unión Mercantil de Madrid y teniente alcalde del distrito de Buenavista, como miembro de la gestora del ayuntamiento que se constituyó en octubre de 1934, tras su designación por el gobernador civil.
En marzo de 1935, Ángel Uriarte presentó su dimisión como Presidente de U.R.E. Su actividad como radioemisor aficionado fue disminuyendo desde entonces quedando desvinculado de toda actividad social. En la revista Radio Sport, Emilio Cañete pública en su sección Ondas Cortas, «suplemento dedicado a los simpatizantes, emisores y receptores», un artículo que tituló «Nosotros y las agrupaciones de radioemisores». Cañete se refiere a la situación existente en la radioafición española en ese momento, con una U.R.E. en decadencia y el auge de las agrupaciones regionales de radioemisores. Su contenido íntegro es el siguiente:
«Llega a nuestras manos una hoja titulada «Memoria», en la que la Presidencia de la Unión de Radioemisores Españoles presenta la nueva candidatura para 1935.
Su lectura nos produce tristeza ya que no podemos menos de recordar las épocas del pasado esplendor de URE, en las que vemos algo de nuestro propio esfuerzo, perdido por completo, ante tal decadencia.
Quizá por el hecho de haber alternado en las tareas de directivo y haber convivido en momentos difíciles y en nobles y empeñadas luchas que cristalizaron después en la URE, somos los primeros convencidos, y más que ninguno, del gigantesco esfuerzo, de la labor de titán, de absoluta buena fe, llevada a cabo por Ángel Uriarte, el hoy Presidente dimisionario de URE.
Nadie pondrá al servicio de URE cuanto de voluntad, perseverancia, trabajo, inteligencia y desinterés puso quien, como él, abandonó sus negocios —único patrimonio de que dispone— por el triunfo de una asociación a la que brindó tantas horas de asiduidad y de un modo tan polifacético.
Pero, justo es reconocerlo, nadie más difícil de someterse al criterio de sus compañeros de directiva y a otras orientaciones que no fuesen las de su propia sugerencia.
Los que de cerca conocíamos a Uriarte no nos extrañó el hecho de que al elegir, él mismo, la candidatura de 1934 no figurase en ella un sólo nombre de los que habíamos constituido, en diversas épocas, directivas de EAR, RE y URE.
Evidente que sólo así podría desarrollar una política de su entera complacencia, con el aval de una Junta, que no tendría más voluntad que la suya.
Muchos aspectos sociales habíanse iniciado en anteriores épocas; pero el afán creador de Uriarte, aun a costa de su propio esfuerzo, concibió la idea de editar una revista, propia de URE, de cuya publicación ha quedado una triste experiencia.
Hubiéramos hecho un vaticinio a su aparición, pero pudiéndose interpretar como un despecho nuestras afirmaciones que hacemos hoy, virtualmente desaparecida aquélla, asegurando que el fracaso actual de la URE se debe precisamente a la creación de su revista, órgano social.
No dudamos que el Boletín propio sea un anhelo social; pero los años transcurridos en EAR, RE y después en URE demostraron que era imposible.
De este fracaso, que como decimos, ha estado apunto de zozobrar para siempre la asociación, era el primer convencido el propio Uriarte que sabía, a ciencia cierta, que en la asociación no había hombre capaz de continuar la publicación del Boletín de URE. Quizás algunos se sonreirán al leer esta afirmación. Nos alegramos que sean más capaces; pero, estamos seguros, el tiempo nos dará la razón.
Naturalmente que cuanto más alto se colocase este Boletín más se evidenciaría el cambio de mano y más se echaría de ver la capacidad de su primitivo creador y animador.
Y como todo en este mundo su juzga por comparación, el Boletín se parecía, salvo en volumen, a RADIO SPORT al que había que superar, si posible fuese. Esfuerzo grande, grandioso, no nos cansaremos de repetirlo —que no hará ninguno de los que le sucedan—; pero que precisamente la semejanza le restaba el principal mérito, Se veía en la copia un personalismo innecesario.
Se utilizó, como argumento para buscar publicidad, la semejanza —que así se confesaba— con RADIO SPORT que al número siguiente cambiaba su distribución.
Se ofrecía cuatro veces más comisión que nosotros damos a nuestros vendedores; algo que una sociedad no debía hacer para con quien, como nosotros, había procedido con tanto cariño, tanta nobleza y tan probado desinterés.
Pero todo esto lo daríamos por bien hecho, y mejor empleado, si realmente el Boletín de URE hubiese respondido a su finalidad.
Su texto técnico era inadecuado a la masa de sus lectores, ya que los que podían digerir aquello preferían tomarlo, exento de errores, del Q.S.T.
El lujo editorial, sólo comparable al nuestro, y que ninguna otra publicación, ni aun el Q.S.T.—citemos como revista órgano consiguió—, acarreó pérdidas económicas que se hubieran acrecentado de haberse publicado todos sus números.
Entretanto no podía disponer de un teléfono Ia asociación y el local hubo de reducirse, mientras otros servicios, económicamente tan necesarios como los burocráticos, quedaban desatendidos.
Pero aunque este estado de penuria, bajo tan doradas cubiertas, no hubiese llegado a producirse, nadie será capaz de dudar de que esta inagotable fuente de trabajo —el caudal de energías y actividades de Uriarte—, realmente aplicado a la sociedad hubiera representado un triunfo enorme.
El período porque atraviesa URE es realmente crítico; las regiones constituidas en gang autónomos, y algunos de ellos incorporados a países extranjeros...
Con entusiasmo se han aprestado algunos ex directivos, que conocen a fondo el problema de la asociación, a ocuparse de ésta encaminando sus primeros pasos, demostración de cuanto anteriormente decimos, para llegar a una entente con otra revista de reciente creación.
Una asociación, ya constituida en alguna región, Barcelona y Valencia, y en período constitutivo en Madrid —la Agrupación EAR- se ha dirigido a nosotros para que seamos su portavoz—, se lo agradecemos mucho por no ser esta distinción ni merecida, ni esperada.
Pero no son estos los momentos para que RADIO SPORT, que fue el factor que decidió la batalla RE-EAR, tome partido por un grupo creado contra el que realmente debe vivir, porque en él todos han puesto —nosotros también— su voluntad, porque es de todos y es para todos, a cobijo de un título tan simpático, patriótico, y representativo, como lo es el de «Unión de Radioemisores Españoles».
El golpe de timón imprimido por Francisco Roldán. La URE resurge pero no frena el crecimiento de las agrupaciones regionales. El nacimiento de FAR. Evolución de la Radioafición en Cataluña
El 31 de marzo de 1935 se convocó una Asamblea General de socios de UR.E. en la que fue elegida nueva Junta Directiva, la cual quedó así conformada: Francisco Roldán Guerrero, EA4AB, ex EAR-10, Presidente; José Gutiérrez Corcuera, EA4AT, ex EAR-125, Vicepresidente; Edmundo Mairlot Chaudoir, EA4CC, EA1AS, ex EAR-185, Secretario; Francisco Bellón Villar, EA4AQ, ex EAR-110, Tesorero; y José María Benito Urgel, EA4BN, ex EAR-308, Contador. Entre los miembros de la anterior Junta Directiva estaban, Enrique Castaño, EA4BJ, ex EAR-259; Jesús Planchuelo, EA4BC, ex EAR-204; y Losada, EA4BT, ex EAR-319, entre otros.
Los nuevos directivos de U.R.E., con Roldán a la cabeza, dieron un golpe de timón, poniendo los asuntos pendientes al día. También pusieron todo su empeño en buscar la unión de todos los radioaficionados españoles.
El nacimiento de la Federación de Agrupaciones de Radio (F.A.R.). La Agrupación Catalana EA3 y sus concursos
El 9 de abril de 1935 la Agrupación Castellana EAR celebró su Junta de Constitución en el Café Chiki-Kutz, Paseo de Recoletos, 31 de Madrid, nombrando Presidente a Rafael Kutz, ex-EA4P (provisional) al que había sido concedido recientemente el distintivo recuperado EA4AE, y socios de honor al Director General de Telecomunicación y a Julio Álvarez Cerón, nombrado en 1933 Ingeniero director de los servicios de automovilismo y radiotelegrafía de la Dirección General de Seguridad y desde febrero 1934, como consecuencia de los cambios llevados a cabo por el Gobierno en el Ministerio de la Gobernación, entre los cuales se creó una sección especial de radio dependiente de la Dirección General de Seguridad, a la que quedaron adscritos los servicios de radio dependientes del Ministerio de la Gobernación (Seguridad y Guardia Civil), su Jefe, siendo José Blanco Novo, primer radioaficionado gallego, ex-EAR-28, EA4BQ, el Subjefe.
Tras la formación de la Agrupación Castellana EAR se adhirieron la Agrupación Montañesa EAR de Santander y la Agrupación Catalana EA3 de Barcelona, mientras se organizaron también otras agrupaciones que dieron lugar a la Federación de Agrupaciones de Radio. Por voluntad unánime de las primeras agrupaciones, se nombró Presidente de la Federación a Miguel Moya Gastón de Iriarte, EA4AA, ex EAR-1.
La revista Radio QRA se hizo eco de la noticia en su número de junio de 1935.
En esos meses, muchos radioaficionados españoles, decepcionados con la gestión de los directivos de URE, se refugiaron en la agrupaciones regionales, que se fortalecen a medida que pasa el tiempo, dando cada vez mayor protagonismo a FAR desde su nacimiento en 1935, llegando a disputarle el liderazgo a la URE, única entidad constituida como sección española de la I.A.R.U.
La URE tuvo, bajo la presidencia de Roldán, un nuevo impulso, organizando nuevos concursos y recuperando el prestigio perdido, dando calidad en los servicios a los socios, pero no consiguió acabar con la división existente en la Radioafición española.
Cambio de sede de la Agrupación Catalana EA3
La Agrupación Catalana EA3 traslada su QRA, en junio de 1935, al Hotel Oriente, aparatado de correos, 21 de Barcelona.
En mayo de 1935 se publicó el primer boletín de la Federación de Agrupaciones de Radio, que abría la portada de su primer número con el siguiente saludo: "Por fin la unión de radioemisores españoles es un hecho, lo que fue sueño de dos ilusos es hoy una realidad, y de día en día serán más estrechos los lazos de unión de todos ellos [...]."
Cambio de denominación de la Agrupación Catalana EA3 a Agrupació Catalana de Radioemissors.
Entre agosto y septiembre de 1935, la Agrupación Catalana EA3 cambia su denominación por Agrupació Catalana de Radioemissors.
En octubre se celebraba en el Hotel Oriente de Barcelona la fiesta de entrega de premios de la tercera edición del concurso de fonía organizado por la Agrupació Catalana de Radioemissors y que ganó Juan Valls, EA8AF, de Santa Cruz de Tenerife. La crónica fue publicada en la revista FAR de aquel mes, incluyendo una fotografía de los asistentes, en la que podemos ver, de izquierda a derecha:
Ramón Serrano, EA3CV (ex-EAR-266); Manuel Cudinach, EA3EE; José Balada, EA3CS (ex-EAR-263); Gabriel Bracóns, EA3CI (ex-EAR221); Baldomero Ferrer, EA3ES; Germán López, EA3ER; José Zoppetti Andreu, EA3EN; Juan Boix Iglesias, EA3DF (ex-EAR-279); Luis Duch, EA3EP; José Garriga Albert, EA3DQ (ex-EAR-297); Modesto Mabras, EA3ED; Enrique Moreno, EA3CR (ex-EAR-260). La fotografía fue realizada por Enrique Cortés Bartra, EA3DY (ex-EAR-306).
La inauguración de las nuevas instalaciones de la Agrupació Catalana de Radioemissors en el Hotel Oriente de Barcelona se producía en plena temporada radioamateurísta, una vez liquidado el tercer concurso de fonía organizado por esta, que había sido todo un éxito. En ellas, la emisora EA3DB, propiedad de la agrupación, se complementaba con un completo laboratorio dotado de aparatos de precisión. La pre-inauguración de la emisora se había efectuado el 11 de noviembre de 1935, a las siete de la tarde, realizándose las primeras pruebas entre EA3DB y la EA3DY, de Enrique Cortés. Cuatro días más tarde se procedió a la inauguración oficial con una emisión especial radiada a las 22 horas que fue convenientemente seguida por los socios residentes en diferentes puntos de la ciudad. Los resultados fueron muy satisfactorios, después de los sucesivos y disciplinados controles que cada uno de ellos fue pasando a la EA3DB.
Nueva Junta directiva de la Agrupació Catalana de Radioemissors
Respecto a la Agrupació Catalana de Radioemissors, esta celebró Junta General El 19 de febrero de 1936, a la que asistieron cerca de la mitad de sus socios, siendo elegidos para componer la nueva Junta directiva: Juan Boix Iglesias, EA3DF, presidente; Germán López Abia, EA3ER, vicepresidente; Baldomero Ferré, EA3 ES, secretario; Enrique Moreno, EA3CR, tesorero; Manuel Cudinach, EA3EE, Tráfico; Luis Duch, EA3EP, técnico; vocal ayudante de secretario, Ramón Serrano, EA3CV; vocal ayudante de tráfico, Enrique Zopetti, EA3EN.
Como novedad, la agrupación catalana creó el «Trofeo anual Agrupació catalana de radioemissors» para distinguir a aquella estación de quinta categoría, de entre sus socios, que fuera merecedora de tal distinción. Entre las condiciones que se establecieron en las normas que regulaban el galardón, estaba la de que los equipos fuesen construidos por el titular o con ayuda de otro compañero, excluyendo las que eran adquiridas a casas comerciales. Todos los socios tenían derecho a voto.
La búsqueda de la unión de todos los radioaficionados
El enfrentamiento entre los dirigentes de URE y FAR fue creciendo hasta que finalmente se buscó el entendimiento en 1936 y se llegó a un acuerdo para buscar la unión.
El 2 de junio de 1936, Miguel Moya remitió una carta al presidente de la Agrupación Castellana EAR presentando su dimisión como presidente de la FAR en la que incluyó las siguientes palabras como justificación a su decisión: "[...] Hemos querido que TODOS, absolutamente todos los aficionados, sin una sola excepción, pertenezcan a una única entidad, piensen de igual manera, actúen del mismo modo, tengan auténtico ideal.
Yo creo que para esta obra magnifica mi presencia al frente de la FAR seria una dificultad, y lo único que se hacer y que puedo hacer para facilitarla, es hacer lo que he hecho [...]"
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Miguel Moya, EA4AA (1936) |
La revista Radio QRA de junio de 1936 dedicó su portada y un amplio reportaje a Juan Boix Iglesias, EA3DF, presidente de la Agrupació Catalana de Radioemissors. En el mismo número se publicaron las bases del quinto y último concurso que organizó la agrupación. El mismo se celebró, únicamente en telegrafía, los días 7, 14 y 21 del mes de junio.
La verdadera unión de la Radioafición española no se llegó a producir, a pesar de estar a las puertas de lograrlo, porque el inicio de la Guerra Civil lo impidió al quedar prohibida.
Hubo que esperar hasta 1949 para que la Radioafición fuese de nuevo legalizada en España, pues a pesar que en 1939, terminada la contienda, se iniciaron los trámites para normalizar la situación, enseguida comenzó la Segunda Guerra Mundial, dando al traste con el intento.
La historia de la Radioafición desde la fundación de la Unión de Radioaficionados Españoles en 1949 y su posterior desarrollo es objeto de otro capítulo. Nada tiene que ver con la etapa anterior. Muchos radioaficionados murieron en la guerra, otros tuvieron que exiliarse y muchos de los que sobrevivieron no pudieron o no quisieron acceder a la afición por motivos políticos o por no traerle buenos recuerdos las vivencias sufridas en la etapa bélica. Sabia nueva también nutrió las filas del amateurismo desde entonces y Cataluña volvió a despuntar.
Cataluña fue tierra de grandes radioaficionados desde los mismos comienzos de la historia de la radio en España. De los gangs más numerosos, activos e innovadores. Sirva esta entrada como homenaje a todos ellos.
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