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Lic. CC Económicas y EE. por la USC, Post Grado Banca Comercial "Cum Laude" UB y Especialista en Dirección Financiera por la UOC.

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jueves, 14 de marzo de 2024

El Radio Club de España

El Radio Club de España, germen de la Radioafición española desde 1922


AÑO 1922 NACIMIENTO DEL BROADCASTING EN EUROPA

La mayor parte de historiadores sostienen que 1922 fue el año del nacimiento oficial de la radiodifusión en Europa. Pese a que a principios del siglo XX se habían desarrollado distintos tipos de aplicaciones de la radio, no es hasta 1922 que la radio nace, en tanto que medio de comunicación. La Poste de la Tour Eiffel, emisora de la Torre Eiffel promovida por la P.T.T., antigua denominación de Correos en Francia, fue la pionera con sus emisiones regulares a partir de diciembre de 1921 desde la famosa torre de París. En enero de 1922 ya disponía de una programación diaria musical y meteorológica. Los programas musicales se basaban en actuaciones en directo, tanto de orquestas como de cantantes que cobraban por actuar.

Mientras, en Gran Bretaña, fue el 14 de noviembre de 1922, en el estudio de Guglielmo Marconi en Londres, cuando nace la BBC. 


En París surge una segunda emisora de radio denominada Radiola que tiene detrás a la Societé Française de Radioélectricité (SFR). A partir de entonces convivirán en la capital francesa una emisora pública y una privada. Desde sus inicios, Radiola ofrece programas algo más variados que Radio Tour Eiffel. Mientras que el contenido principal de la Torre Eiffel es la meteorología, Radiola dispone de un locutor que, bajo el seudónimo de Radiolo interviene entre los temas musicales y conduce los primeros programas de ficción. Pese a la escasa calidad técnica y de contenido de las emisiones, los primeros oyentes se vuelven locos ante la constatación de poder escuchar a una orquesta en el salón de casa o de ser informados de las condiciones atmosféricas en directo. Otras experiencias se llevan a cabo en Francia gracias a la iniciativa de radioaficionados o de técnicos de aparatos de Telegrafía Sin Hilos pero siempre sin autorización legal, con pocos medios y con la ausencia de una programación regular y estable.


Nov 1921. Pruebas de broadcasting Radiola cerca de París




FUNDACIÓN DEL RADIO CLUB DE ESPAÑA


El domingo, 1 de octubre de 1922, como se había anunciado previamente, se celebraba la primera asamblea del Radio Club de España (RCE) para su constitución y nombramiento de Junta Directiva. La reunión tuvo lugar en una de las aulas que la Escuela Industrial de Madrid cedió generosamente a sus organizadores a tal efecto, ubicada en el palacio de la Industria y de las Artes, que hoy día alberga el Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales (ETSII), de la Universidad Politécnica de Madrid.


Ante una nutrida asistencia y un ambiente entusiasta, dio comienzo la sesión, estando presidida la Mesa en representación de la Escuela Industrial el ilustre profesor de Física, Domingo Sánchez; el ingeniero de Telecomunicación y Oficial técnico-mecánico de Telégrafos, Rufino Gea; el oficial primero de la Escuela de Telégrafos, La Torre; el presidente de la Federación de Radiotelegrafistas y los organizadores del Radio Club, los hermanos De la Riva Tayán.

Los tres hermanos De la Riva, impulsores del RCE



Carlos, Jorge y Adolfo De la Riva habían estudiado en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid. Los tres desarrollaran desde muy jóvenes una gran afición por las telecomunicaciones. Con tan solo quince años Carlos construía telégrafos eléctricos que presentaba en las exposiciones organizadas por los Exploradores de España de la que los tres hermanos eran miembros muy activos. El éxito logrado en estas experiencias les animó a realizar diseños y montajes caseros de teléfonos y diversos receptores de radiotelegrafía. Llegaron a instalar en su domicilio familiar un pequeño equipo transmisor-receptor de radio con el que experimentaban con la comunicación a través de ondas hertzianas.

Durante sus estudios conocieron al ingeniero inglés Asteck Callery, que contaba con un laboratorio radioeléctrico desde el que se le facilitaba el contacto con los centros experimentales de radiocomunicaciones más importantes del mundo. La formación técnica en radiotelegrafía sin hilos adquirida por los hermanos De la Riva les había situado, a una edad muy temprana, entre los máximos expertos del país en los nuevos sistemas de comunicación.



Retomando el desarrollo de la asamblea constituyente del RCE, tras unas palabras de efusiva bienvenida pronunciadas por el profesor Sánchez, tomó la palabra Jorge De la Riva Tayán, refiriéndose a cómo se organizaban en el extranjero los radioaficionados haciendo votos para que en España el Radio Club llegase a alcanzar al menos, la importancia que el asociacionismo tenía en Norteamérica e Inglaterra.

A continuación se dio lectura al reglamento y estatutos de la naciente entidad, que fueron unánimemente aprobados por todos los asistentes.

Las adhesiones recibidas al acto fueron muy numerosas, tanto de Madrid como de provincias, siendo leídas todas ellas, y entre las que cabe destacar, la del presidente del Consejo de Instrucción Pública, José Prado Palacio; secretario técnico del director general de Telégrafos, Pérez Sánchez; jefe del negociado de radiotelegrafía del ministerio de Marina, Arazona; Matias Balsera Rodríguez, Jesús Nérida García y Juan Loreto Fernández.


Matías Balsera, El Sol, 24 de noviembre de 1922

Se eligió la siguiente Junta Directiva: Presidente, Rufino Gea Sacasa; vicepresidente, Jorge De la Riva Tayán; secretario, Eugenio Iglesias; tesorero, Fernando Castaño Escalante; vicesecretario, Marcelo Cerviño; contador, José Latorre Cervera (oficial de Telégrafos); vocales, Carlos De la Riva Tayán, Adolfo De la Riva Tayán, un representante de la Federación de radiotelegrafistas y un delegado de la Compañía Nacional de Telegrafía sin Hilos.

La Junta Directiva elegida ese día tenía carácter de organizadora, encargándose de efectuar los trabajos preliminares que hasta el 31 de diciembre, fecha en la que se tendría que tendría lugar la primera Asamblea General con la solemnidad que ello merecía. Durante ese periodo de tiempo se podían hacer llegar adhesiones a la dirección Calle de Prim, 2 3º izda. de Madrid.

La principal aspiración del RCE era disponer en Madrid de una emisora dedicada exclusivamente a la transmisión de conferencias y conciertos. Los hermanos De la Riva también vieron en él un medio de darse a conocer entre los empresarios del ramo y encontraron la forma de iniciar un proyecto que les llevó a ser los autores de las primeras emisiones regulares de radiodifusión en España.

EL ESTADO DE LA TECNOLOGÍA RADIOTELEFÓNICA EN 1922


A finales de 1922, el presidente del Radio Club de España, Rufino GeaRufino Gea Sacasa,  publicó su segunda obra tras el éxito alcanzado de Radiotelefonía española en 1920. Con el título Radiotelegrafía y radiotelefonía, trata este libro del estado presente de la radiocomunicación, recopilando una serie de artículos insertados en El Telégrafo Español bajo el epígrafe Curso de aficionados, que se centraban, sobre todo, en materia de recepción. En poco tiempo se había hecho muy popular la denominación inglesa broadcasting, no sólo en su país de origen, Estados Unidos, sino también en Inglaterra, Francia y España.




Gea describe, en este libro, los diversos tipos de estaciones que suministraban en ese momento las principales Casas constructoras: Marconi, representada en nuestro país por la Compañía Nacional de Telegrafía sin Hilos; Telefunken, por la A.E. G. Ibérica de Electricidad; Compañía Ibérica de Telecomunicación y Sociedad Francesa Radio-Electrique, dividiendo, al efecto, la obra en dos partes; la primera, Estaciones de chispa, y la segunda Onda continua.


Estudia pormenorizadamente la válvula de tres electrodos, con las características y teoría electrónica del audión.  Efectúa el autor una detenida descripción de las estaciones de 1/4 y 1 Kw fabricadas por la Compañía Ibérica de Telecomunicación, ambas instaladas en mesa bureau (como las Marconi, tipo cabinet), con un alcance radiotelefónico de 100 y 450 km., respectivamente, con 1 o 2 tubos o válvulas transmisoras, y estando el grupo generador constituido por un motor de corriente continua de 110 V. acoplado a una dinamo de 1.500 V., alimentándose del circuito de placa.




Se indican brevemente los otros medios de generar oscilaciones entretenidas o continuas  que se concretaban en los sistemas de arco de la Radio-Electrique y Federal-Telegraph y de alternador de alta frecuencia Alexanderson de la Radio Corporation of America, goldschmidt de la Telefunken y Latour de la Radio-Electrique. Continua la obra, con el empleo del Audión como detector o amplificador, y dedica unas líneas a la recepción con antena de cuadro y descripción del Radiogoniómetro Marconi. Por último, se describen detenidamente los receptores C y B de la Compañía ibérica de Telecomunicación., así como los amplificadores A.R.-3, acoplado al receptor M de la misma Casa, terminando con los amplificadores Marconi, tipos 71 y 55, y los B. P. R. - H. F. R. - L-1 y L-3 bis de la Radio-Electrique.





LA CARRERA COMERCIAL POR LA VENTA DE APARATOS RECEPTORES

A finales de 1922 se establecía en Madrid una empresa de capital hispanofrancés denominada Radiotelefonía Española con domicilio en la calle Alcalá, 69 de Madrid. Un anuncio publicitario en La Voz el 5 de marzo de 1923 para promocionar un aparato de cinema denominado Pathe-Baby remite a la exposición ubicada en esa misma dirección para obtener más detalles sobre el funcionamiento de dicho aparato. En el reclamo aparece el nombre de la sociedad Fourés Schwind y Cª.


Esta compañía pretendía importar y comercializar los receptores de fabricación francesa en España aprovechando el interés despertado en nuestro país por las emisiones efectuadas por el General Ferrié desde la Torre Eiffel. Sin embargo, los técnicos extranjeros contratados por la empresa fueron incapaces de sintonizar las señales procedentes de París. Los directivos de la empresa habían conocido a los hermanos De la Riva en el Radio Club de España, al que regalaron uno de sus receptores importados con el que sus socios podrían escuchar, al menos, las emisiones de prueba que, de forma irregular, se hacían desde el cercano Palacio de Comunicaciones y la estación naval de Ciudad Lineal.





Adolfo y Carlos De la Riva, no satisfechos con el defectuoso funcionamiento del aparato regalado por Gschwid comenzaron a trabajar en corregir y ajustar el receptor y montaron una antena adecuada con lo que poco después consiguieron recibir con claridad las tan ansiadas señales de París, lo cual entusiasmó a sus amigos del Radio Club.

La Torre Eiffel en 1922 








Enterado Gschwid de lo acontecido, Carlos de la Riva se incorpora al equipo técnico de Radiotelefonía Española que despidió inmediatamente a los incompetentes extranjeros, incapaces de ajustar sus aparatos. Con el objetivo de comprobar la calidad de los equipos receptores antes de su venta, Carlos y sus hermanos construyeron una pequeña estación emisora de 25 vatios desde la que realizaban ensayos de emisiones, reproduciendo discos de gramófono. Las transmisiones comenzaron a despertar el interés del todavía pequeño grupo de radioescuchas madrileños, que hasta entonces sólo podían sintonizar las emisoras francesas e inglesas. La falta de licencia oficial y las interferencias generadas ante la proximidad del Palacio de Telecomunicaciones de la calle Alcalá provocaron la rápida clausura de la emisora por parte de la  autoridad judicial.


El 31 de diciembre de 1922 se celebró la anunciada fiesta de Fin de Año organizada por el RCE en la que se comieron las uvas, tal como marcaba la tradición, pero como novedad, las señales que se escucharon, a modo de campanadas, fueron las transmitidas desde París por la torre Eiffel. Para recibirlas fueron instalados tres aparatos receptores dotados de válvulas amplificadoras cedidos al efecto por la Compañía Ibérica de Telecomunicación, Fourés Gschwind y Cª (Alcalá, 69) y Emilio Cañete (construido por él mismo). 

Resultó una experiencia muy emotiva para los que ocupaban el salón, donde se escucharon con gran claridad y amplificación las ondas que llenaron la habitación. 

El 21 de enero de 1923 tuvo lugar la Asamblea General presidida, de forma accidental, por Usabiaga ante la ausencia del presidente Prado Palacio. Se aprobaron las cuentas anuales y se anunció la conferencia que próximamente impartiría el ingeniero y socio del REC, Mendizabal, sobre un separador en el que estaba trabajando.

En 1923 la empresa Fourés Gschwind y Cª registran solicitan registrar el nombre comercial «La Radiola Española» para distinguir su establecimiento de fabricación y venta de aparatos de telefonía sin hilos situado en la calle Alcalá, 69 de Madrid. 


COMPLEJIDAD REGULATORIA DEL NUEVO MEDIO DE COMUNICACIÓN: LA RADIO

En la calle Barquillo, 22, sede del RCE, se celebraba una reunión el domingo 11 de marzo de 1923 a la que se había convocado a todos los interesados en la radio para concretar el criterio de aficionados, técnicos e industriales con relación al reglamento a que aludía el Real decreto de instalaciones radioeléctricas recientemente publicado y para que su opinión fuese tenida en cuenta a la hora de establecerse el nuevo servicio de broadcasting. 

El RCE, en cumplimiento de los acuerdo adoptado en la asamblea recientemente celebrada eleva al director general de Telégrafos en el mes de marzo de 1923 un escrito donde se hacían constar las aspiraciones de los asociados y de las casas constructoras de aparatos. Los principales puntos que recogía la carta eran que se permitiera la libre instalación de aparatos receptores a los ciudadanos españoles o extranjeros residentes en España; que el canon que se estableciera por el Estado fuese lo más reducido posible; que se autorizase la instalación de transmisores a todos aquellos que lo solicitasen, siempre que se ajustasen a las condiciones establecidas por el gobierno y que no se otorgase a ninguna compañía o sociedad particular el monopolio de la venta de aparatos.

El RCE ofrecía también sus aparatos al servicio de la defensa de España si fuese preciso y consideraba que el servicio de radiodifusión debería ser explotado por el Cuerpo de Telégrafos auxiliado por radiotelegrafistas con título o certificado de la Escuela de Telégrafos.

EL BOLETÍN DEL RADIO CLUB DE ESPAÑA, SU ÓRGANO OFICIAL

En julio de 1923 se publicaba el primer número del boletín, órgano oficial del RCE, denominado Tele-Radio



LA REVISTA RADIO SPORT

En el mismo mes de julio de 1923 también ve la luz la publicación mensual Radio Sport que dirigió Emilio Cañete Escribano. Gracias al esfuerzo y dedicación de este gran radioaficionado conocemos de primera mano como evolucionó el mundo de la radiodifusión y la radioafición desde sus comienzos. 


NACE RADIO IBÉRICA

En septiembre de 1923 la empresa Radiotelefonía Española se fusionó con la Compañía Ibérica de Telecomunicación y se creó la empresa Radio Ibérica S.A. de la que Carlos de la Riva fue nombrado director técnico con dieciocho años.


Ante las posibilidades que les brindaba la nueva empresa, los hermanos De la Riva se dispusieron a retomar el proyecto de creación de una emisora en el otoño de 1923. En las instalaciones que la empresa tenía en el Paseo del Rey de Madrid iniciaron las emisiones experimentales de la estación Radio Ibérica que transmitía con gran periodicidad de siete a ocho de la tarde. Desde septiembre de 1923 hasta la primavera de 1924 trabajaron para mejorar la calidad e intensidad de la señal de su antena así como para mejorar las emisiones. Además de reproducir discos de gramófono realizaron algunas pruebas de voz. Lograron radiar el sorteo de la Lotería de Navidad de 1923 y ofrecieron a los radioescuchas algunas operas interpretadas por estrellas del momento como Miguel Fleta y Ofelia Nieto desde el Teatro Real de Madrid. En abril de 1924 perfeccionaron el equipo emisor mejorando su potencia y organizaron algunos programas especiales, como el dedicado a la música andaluza en el que actuaron diferentes artistas en el estudio radiofónico construido por los hermanos de la Riva.


LA CRISIS DEL RADIO CLUB DE ESPAÑA


En la revista Radio Sport de enero de 1924 podemos leer la crisis surgida en el RCE al que se trata de dar un nuevo impulso con una interina y renovada Junta Directiva que acomete un cambio de sede, organización de cursos de morse, audiciones abiertas al público en general y el proyecto de una emisora propia que ya estaba en construcción:


«Por dimisión del cargo de Presidente del Radio Club de España, Señor Duque de Almazán [Alfonso de Silva Fernández de Híjar y Campbell], y para cubrir algunas vacantes existentes, la Junta directiva, que se someterá a la aprobación de la próxima Junta general, se ha constituido interinamente en esta forma. Presidente: D. Luis M. de Palacio. Vicepresidentes: 1.° Excmo. Señor Conde de Alba de Yeltes.-2,° Don José M. de Samaniego.-3.° D. Fernando Castaño [Escalante]. Tesorero: D. Francisco Martín [Llorente (futuro EAR-197)]. Contador: D. Antonio Medina [Gómez]. Vocales: Sres. [Jerónimo] Pidal, [Juan] Pradillo, [Ignacio] Guitián [Gómez] y [Rafael ] Pacios. Vicesecretario: Sr. [Cristino] Bóveda [Díaz (futuro EAR-198, EA4BR)]. Secretario: Señor [Fernando] Pérez Martínez. 


La apertura del nuevo local situado en la Avenida de Pí Margall, número 5 tendrá lugar el primero de marzo próximo y estará abierto a sus socios todos los días, incluso los festivos, desde las 5 de la tarde en adelante.


Queda abierta la matrícula para las clases de recepción y transmisión del Morse que estarán a cargo del radiotelegrafista de 1ª clase Fernando Girón.


Durante dos días a la semana el público en general podrá asistir a la recepción de los Radioconciertos de París y Londres.


Un transmisor, en construcción, será en breve inaugurado.

Felicitamos, muy de veras, a su inteligente Presidente D. Luis M. de Palacio autor de estas novedades y bajo cuya tutela resurge hoy el Radio Club de España lleno de vida y entusiasmo.»


EL CONDE DE ALBA DE YELTES EN LA BBC, UN DÍA MEMORABLE DE 1924

El 30 de enero de 1924 Gonzalo de Aguilera, vicepresidente y miembro destacado del Radio Club de España, pronuncia una conferencia radiofónica desde la BBC de Londres con el objeto de comprobar la calidad de recepción de esas ondas en España. Ese mismo año era elegido presidente de la Federación Española de Aficionados, lo que pone en evidencia su autoridad en la materia. El interés de Gonzalo por las ondas hertzianas provenía de sus tiempos escolares en Inglaterra en los que quedó fascinado por el invento de Marconi de transmisión sin hilos del código morse. Percibió enseguida las múltiples aplicaciones prácticas de la radio, empezando con su utilidad en las comunicaciones militares que pudo comprobar personalmente al ver el uso que se hacía de la telegrafía sin hilos en la Gran Guerra. También se dio cuenta del enorme potencial que adquiriría el medio radiofónico, por su inmediatez, en generar la propagación de las noticias y del entretenimiento popular, especialmente como difusor de otra de sus aficiones, la música. La Radio, la electricidad y el automóvil constituían para él la triada del progreso representativo del siglo XX y a su defensa y difusión se entregó con ardor. 

Gonzalo también se inició como fabricante artesano de receptores de galenas, primero, y de aparatos de lámparas o válvulas después,  estando ligado a algunas empresas mercantiles que empezaron a explotar comercialmente la radio en España en los años 20, si bien su mayor actuación la efectuó como dinamizador y organizador. En cierta ocasión asombró a los asistentes a un congreso científico con audiciones de conciertos que llegaban por el aire desde Gran Bretaña

Entre sus principales logros figuran el de haber sido uno de los fundadores del Radio Club de España, haber escrito numerosos artículos divulgativos en diferentes revistas especializadas, ocupando cargos de responsabilidad e influyendo decisivamente en la conformación de la radiodifusión española durante el Congreso de 1924. Intervino en la Conferencia Nacional de Telegrafía sin Hilos (T.S.H.) convocada por Real Orden de 26 de noviembre de 1923 para proponer al gobierno una ordenación que orientase y encauzase los diversos problemas que afectaban a la radiocomunicación, en especial a cuanto se relacionaba con la reglamentación de las longitudes de ondas.

Gonzalo de Aguilera y Munro, Conde de Alba de Yeltes desde 1920, fue miembro de la sociedad madrileña Radium e instructor de algunos de los que desarrollaron las estaciones de radio en Salamanca. 



Pero la verdadera fama y el reconocimiento generalizado le llegaron a Gonzalo por ser la primera persona que se dirigió en español a toda la Nación en aquel día memorable del 30 de enero de 1924.

LA REVISTA RADO IBÉRICA

En 1924 Ernesto Gschwind, gerente de Radio Ibérica, y Mariano Poto, ambos residentes en Ciudad Lineal, registran una marca para distinguir una revista radiotécnica que se denominaría «Revista Radio Ibérica».


PRIMEROS TROPIEZOS ENTRE LA RADIO Y LA CULTURA

El 5 de abril de 1924 el diario
El Sol publica una carta firmada por toda la directiva del Radio Club España para protestar por la negativa de la dirección del Teatro Real a que las representaciones de la ópera allí celebradas fuesen retransmitidas por telefonía sin hilos.

La composición de la Junta Directiva del R.C.E. era la siguiente: Presidente, Luis María Palacio Velasco; vicepresidente Primero, Gonzalo Aguilera Munro (Conde de Alba de Yeltes); secretario, Fernando Pérez Martínez; vocales, Cristino Bóveda Díaz (futuro EAR-198, EA4BR), Juan Pradillo, Jerónimo Pidal, Ignacio Guitián Gómez, Rafael Pacios (futuro E-024), Antonio Medina Gómez y Francisco Martín Llorente (futuro EAR-197, EA4BB).


Luis María Palacio Velasco


COMIENZA LA RADIOEXPERIMENTACIÓN DE AFICIONADOS


El 3 de mayo de 1924, Miguel Moya Gastón de Iriarte (futuro EAR-1) enviaba un saludo, en nombre de El Sol, a los aficionados que le escucharon cuando transmitía desde la estación de un amigo suyo que había construido su emisora siguiendo "punto por punto las indicaciones valiosísimas y el admirable esquema" de Rafael Pacios Vera, Vocal del Radio Club de España, que emitió, por aquel entonces, broadcasting, identificándose como 9-R.C..



Rafael Pacios Vera, 9RC, EA5-277-U, EA5LB (1972)

Las palabras de Moya fueron escuchadas en Ciudad Lineal, a siete kilómetros de distancia de la transmisora en la que se hallaba, por el gerente de Radio Ibérica, Ernesto Gschwind, que le envió una carta a G. Rid informándole de ello y pidiéndole que le facilitara las características técnicas de la estación emisora desde la que había efectuado su alocución radiofónica, "cuya modulación y el resultado eran muy satisfactorios". 


Moya le respondía en su sección de El Sol días después, revelando que la emisora desde la que había emitido el día 3 utilizaba una sola lámpara de recepción que soportaba 750 voltios en placa sin causar el menor problema y que le proporcionaban 24 vatios en generador.


Pacios se trasladó definitivamente a Valencia poco después, donde obtuvo el indicativo de radioescucha de ondas cortas, E-024, en noviembre de 1926, y muchos años después, el de  escucha, EA5-277.U. Más tarde, en 1971, obtuvo también el de transmisión, EA5LB.



LOS PROBLEMAS FINANCIEROS PARA SOSTENER LAS EMISIONES 


El 5 de mayo de 1924 se inauguraban, desde las  instalaciones de la Radio Ibérica, las emisiones de Radio Madrid, entidad presidida por Miguel Moya que había surgido de la agrupación de comerciantes e industriales de telefonía sin hilos de la Capital de España. La falta de ingresos para mantener el ritmo de emisiones fue la que llevó a la dirección de Radio Ibérica a buscar el apoyo de Radio Madrid que se concretó en un acuerdo para  financiar 4 horas de la programación de la emisora: de 18 a 19 horas y de 21 a 24 bajo el indicativo de la asociación Radio Madrid. El acuerdo se inició el 12 mayo de 1924, mes a partir del cual coexistieron los dos nombres en una misma frecuencia radiofónica. Las emisiones regulares duraron hasta la llegada del verano.


RADIO IBÉRICA: LA PRIMERA EN EMITIR DE FORMA REGULAR EN ESPAÑA


Carlos de la Riva logró convencer a los propietarios de Radio Ibérica de la positiva repercusión que para la venta de aparatos receptores supondría iniciar las emisiones diarias de la emisora del mismo nombre. Tras lograr un acuerdo económico con un consorcio de comerciantes madrileños para el sostenimiento económico de los programas, Radio Ibérica inició la radiodifusión diaria en España el 12 de mayo de 1924 con un discurso inaugural del periodista Arturo Pérez Camarero. Hasta seis meses más tarde no dieron comienzo las emisiones de Radio Barcelona, pero la emisora catalana fue la primera en solicitar la licencia oficial establecida por el Reglamento de Radiocomunicaciones aprobado en junio de 1924 por lo que se le asignó el indicativo EAJ 1.



RADIO CIENCIA POPULAR, REVISTA ESPECIALIZADA 


El 17 de mayo de 1924 se publicó el primer número de la revista Radio Ciencia Popular dirigido por el conocido biólogo Mariano Potó, socio del Radio Club de España.


LA ASOCIACIÓN RADIO ESPAÑOLA


La Federación Nacional de Radio-aficionados o Asociación Radio Española, se constituyó el 18 de mayo de 1924 con el objetivo de organizar a los aficionados españoles y defender sus intereses. El comité ejecutivo provisional se conformó bajo la presidencia del Conde de Alba de Yeltes. El primer número de la revista T.S.H., dirigida por Arturo Pérez Camarero (micrófono), actuó como portavoz de la asociación y se publicó, por primera vez, el 24 de mayo de ese año. 


Arturo Pérez Camarero (Micrófono)






El 23 de mayo en el diario El imparcial también encontramos la firma de Francisco Martín (futuro EAR-197, EA4BB) en una carta que junto a él suscriben, Rafael Pacios (futuro E-024), Jerónimo Pidal, Cristino Bóveda Díaz (futuro EAR-198, EA4BR) y E. Malallón, y que estaba relacionada con la composición del Comité que habría de redactar los estatutos de la Federación de radioaficionados.


EL TEMOR AL SURGIMIENTO DE UN CONSORCIO SOBREVUELA EL AMBIENTE


En el número 8 de la revista Tele-Radio, órgano oficial del Radio Club España, correspondiente al mes de junio de 1924, se publica un artículo escrito por Francisco Martín Llorente (futuro EAR-197, EA4BB), vocal de dicha entidad, sobre determinados aspectos del Reglamento de T.S.H. publicado en la Gaceta del 15 de ese mismo mes. En concreto se centra en la posible aplicación del artículo 48 relativo al caso de otorgarse la concesión del servicio de radiodifusión a un consorcio y las consecuencias que de ello se derivarían.




LA 1RA DE MIGUEL MOYA GASTÓN DE IRIARTE


Miguel Moya efectuaba en el mes de junio de 1924 emisiones de radiotelefonía, en longitud de onda de radiodifusión, cuando sus ocupaciones se lo permitían, transmitiendo algunos conciertos, noticias y un curso de morse, durante algunos días, entre ocho y nueve de la mañana. El 3 de junio de 1924, desde la columna de T.S.H. que G. Rid (Miguel Moya) escribía en el diario El Sol, bajo el título "Notas de un aficionado" se dieron a conocer las emisiones de la nueva estación de aficionado 1-R.A. (Un Radio Aficionado) que el sábado 31 de mayo, la tarde y noche del domingo, así como la del lunes, a partir de las 22h 00' y después del concierto nocturno de Radio Ibérica, "transmitió varios trozos de música y algunas palabras dirigidas a los aficionados", a los que rogaba informasen de las condiciones de recepción de su señal. La 1-R.A. (de Miguel Moya), enviaba saludos a los aficionados y especialmente a la estación 9-R.C., de Rafael Pacios, que le había precedido en la emisión de broadcasting amateur. 1-R.A. comunicaba que seguiría con sus pruebas de emisión en días sucesivos y esa noche lo haría a las 22h 00' lanzando el siguiente mensaje "¡Hallo! ¡Hallo! Aquí la 1-R.A. Aquí la 1-R.A. de G. Rid". La 9-R.C. emitía cuando finalizaban los conciertos de Radio Madrid, siendo su señal escuchada, no sólo en Madrid, sino que también en Valladolid. Pacios se trasladó luego a Valencia, donde obtuvo el indicativo de radioescucha de onda corta en noviembre de 1926, E-024, otorgado por E.A.R. También sería, muchos años más tarde, titular del de escucha, EA5-277.U y luego del  de emisor EA5LB en 1971.


Miguel Moya ante su emisora 1RA

La revista semanal Radio Ciencia Popular, recogió en su número del 7 de junio dentro de su sección "Noticiero radiofónico" que "[...] el domingo por la tarde [1 de junio] oímos la estación emisora de aficionado 1R.A. que, con gran modestia, pero con una modulación inmejorable (lo uno no quita lo otro), amenizó el día festivo [...]".


El domingo 8 de junio de 1924, la 1-R.A. transmitió, a las nueve, la noticia de un desgraciado atropello en el que resultó muerta una mujer cuando cruzaba la calle Claudio Coello en dirección al Retiro. La 1-R.A. emitió sus señas para ayudar a su identificación.


Ese mismo día, entre la transmisión de algunas piezas musicales, la 1-R.A. informó del resultado de la corrida de toros en la Plaza de Madrid, en la que el torero Luis Fuentes Bejarano tuvo su confirmación como matador, siendo apadrinado, al tomar la alternativa, por Victoriano Roger (Valencia II). Dicha breve reseña se convirtió en la primera revista de toros radiada, merecedora de los plácemes cariñosos del "galenista", Santiago Oria, redactor del diario madriñelo La Voz, y del "lampista" y gran aficionado Félix Méndez.


El 10 de junio, Miguel Moya mostraba abiertamente su entusiasmo, como radioemisor aficionado, en su columna de T.S.H. en el diario El Sol al afirmar, respecto a las "afectuosas referencias" que la revista TSH le había dedicado recientemente a la 1-R.A.: "[...] Si tuviéramos tantos vatios en antena como buena intención, a estas horas nos estarían oyendo en Leningrado [...]"


A continuación Moya reprodujo una carta de un radioyente, el radiotelegrafista Fernando Girón, que había escuchado las emisiones de la 1-R.A. el lunes día 2 de junio, sobre las 23h 30' cuando se encontraba, con Carlos Igartúa, en casa del Marqués de Valenzuela, en El Escorial, recibiéndole "en alta voz". Girón comentó en su carta que aunque la identificación no había sido absoluta, al llegar a Madrid y comprobar que la música que él había oído lo fuera también por otros muchos radioyentes que estaban escuchando a la 1-R.A. y que ninguna otra estación había emitido a esa hora, ya no le cupo duda al respecto. Fernando Girón sería el encargado de realizar un curso teórico y práctico de recepción y transmisión del morse organizado por la revista Radio Sport en febrero de 1926. 


OTRAS EXPERIENCIAS DE BROADCASTING DE AFICIONADOS 


Entre los radioemisores experimentales de broadcasting que se lanzaron a emitir en el verano de 1924 cabe citar también al ingeniero Antonio Ochoa Parias «Radio Olímpica», el director de Radio Sport, Emilio Cañete «Radio-Micro» y los aficionados Carlos Igartúa Gallástegu (futuro EAR-57)  y S. García Levita.





Sistema de antena de Ochoa





RADIO IBÉRICA Y LA HORA

Desde comienzos de junio de 1924, Radio Ibérica transmitió a las 22h 59', la hora oficial comprobada con el Observatorio Central Meteorológico y la Torre Eiffel y a continuación, leía los pronósticos del tiempo en toda España, conforme al Boletín que diariamente facilitaba el Observatorio. Esta información resultó de gran interés para los radioyentes, algunos de los cuales ya escuchaban en sus receptores, desde hacía algún tiempo, las señales radiotelegráficas emitidas desde París.

LAS EMISIONES DE FERNANDO CASTAÑO (s3XY) 


El conocido radioaficionado y Vicepresidente del Radio Club de España, Fernando Castaño Escalante, Venía haciendo por las noches pruebas de transmisión en telegrafía con onda continua. Emitía con 90 vatios y empleando el circuito Hartley en longitud de onda sobre 200 metros.



Los resultados obtenidos hasta el momento habían sido muy satisfactorios, siendo oído primeramente en Pasajes, por Higinio Nicolás. Dos aficionados ingleses, Walker, de Swansea, y  Lutton de Londres, le habían escuchado en la noche del sábado 21 de junio con un receptor corriente de una lámpara. Las señales eran fuertes y la onda continua pura. La distancia a dichos puntos era de 1.300 kilómetros.


Castaño empezaba entonces a transmitir en 118 metros de longitud de onda, aunque todavía no había recibido noticias respecto a la recepción de sus señales. Su  llamada, «CQ de 3XY» se pudo escuchar durante los descansos de la emisión de Radio Madrid y después del concierto emitido.


Tras la publicación de la la R.O. del 14 de junio de 1924 sobre régimen de estaciones radioeléctricas particulares, en el que el art. 34 del Reglamento contenido en el capítulo II (sobre las Estaciones transmisoras), fue dedicado íntegramente a las estaciones de quinta categoría (aficionados), se otorgaron en España los primeros indicativos de radioaficionado.


El domingo 22 de junio de 1924, C. Edington Sutton de Wimbledon (Inglaterra) escuchaba la llamada a intervalos de CQ en CW puro a partir de las 11h30’ GMT de la estación 3XY de Castaño de Madrid, que transmitía en el entorno de los 200 metros de longitud de onda.


A mediados de junio de 1924, la revista Tele-Radio, órgano portavoz del Radio Club de España, publicaba la siguiente nota informativa acerca de las pruebas de transmisión que estaba realizando Fernando Castaño utilizando el indicativo provisional «3XY». 


«El conocido radioaficionado y vicepresidente del Radio Club, D. Fernando Castaño, viene haciendo desde hace unas noches pruebas de transmisión en telegrafía con onda continua. Emite con 90 vatios y emplea el circuito Hartley, del que se habló en el número anterior de esta revista. Onda sobre 200 metros. Los resultados obtenidos hasta ahora han sido altamente satisfactorios. Fue oído primeramente en Pasajes, por don Higinio Nicolás. Dos aficionados ingleses, Mr. Walter, de Swansea, y mister Lutton, de Londres, le oyeron en la noche del sábado 21 [de junio] con un receptor corriente de una lámpara. Las señales eran fuertes y la onda continua pura. La distancia a dichos puntos es de 1.300 kilómetros.

Recientemente ha empezado a transmitir con 118 metros de longitud de onda. Todavía no ha recibido noticias. Sus señales son: “CQ de 3XY”. Hora, durante los descansos de Radio-Madrid y después del concierto.»



La letra «s» que precedió a «3XY» era la designada, en el sistema americano empleado, para identificar la nacionalidad española de entre las estaciones transmisoras de aficionado que poblaban el éter en aquel momento. Además del americano, que poco a poco se iba generalizando en el uso internacional, existía el sistema inglés, que consistía en anteponer dos letras en lugar de una sola, correspondiendo a España el identificativo EA. Como bien explicaba el Conde de Alba de Yeltes en las páginas de Radio Sport, mantener el uso de una sola letra para identificar las nacionalidades era naturalmente imposible, por lo que de forma automática estaba entrando el uso general de adoptar una única letra para las nacionalidades reseñadas en la tabla del sistema americano que acompañaba a su explicación, y emplear dos letras, según el código inglés que también detalló, para el resto de naciones.



A nivel internacional, la revista The Wireless World and Radio Review, insertaba el 9 de julio de 1924 una nota en su sección «Notes & Club News» que titulaba «A spanish CQ Call»: «On Sunday, june 22nd, Mr. C. Edington Sutton, of Wimbledon, picked up a Spanish CQ call, 3XY, the transmitter being Señor Castaño, of Madrid. The wave-length was in the neighbourhood of 200 metres and signals (pure C.W.) were transmitted at intervals up to about 11.30 G.M.T. It would be interesting to learn whether this transmission was received generally in this country.». Traducción: «Una llamada CQ española»: «El domingo 22 de junio, el Sr. C. Edington Sutton, de Wimbledon, escuchó una llamada CQ española, 3XY, realizada por el Señor Castaño, de Madrid.  La longitud de onda estaba en el entorno de los 200 metros y las señales (de puro C.W.) se transmitían a intervalos hasta alrededor de las 11:30 GMT.  Sería interesante saber si esta transmisión fue recibida en general en este país.».


También el Journal des 8 publicaba en su portada del 12 de julio un aviso de emisión de la 3XY que decía «3XY (Espagne) émet le soir entre 21h 30 et 22 h. (TMG) —Puissance: HT 1500 volts, 100 milli sur plaque. Pse d’adresser qsl au "journal des 8”». «“3XY (España) emite por la noche entre las 21:30 y las 22 horas (TMG) —Potencia: HT 1500 voltios, 100 miliamp. en placa. Pse para dirija  su qsl al “Journal des 8”.». Una semana después la misma nota, a la que se añadía «λ 200m», era insertada en la segunda página del boletín Dj8. 


EL RADIO CLUB DE ESPAÑA CONSTRUYE SU PROPIA EMISORA


En Agosto de 1924 Radio Sport incluye un pequeño resumen de actividad de las principales asociaciones de radio del momento, comentando lo siguiente sobre el RCE: 


«Actualmente esta entidad se ocupa con gran actividad de la construcción de su estación transmisora que empezará a radiar el próximo otoño, con el fin de comunicar con los Radio-Clubs de provincias y establecer ensayos de diversas índoles necesarios a los aficionados españoles.


Otra de las cuestiones que actualmente tiene en estudio es la reducción de la cuota mensual de sus asociados, para de este modo dar la amplitud necesaria a esta organización primera de sus similares, que con tanto celo ha trabajado y trabaja por la Radiodifusión Española.


Ha publicado también el número de Tele-radio, su interesante órgano oficial.


El entusiasmo, la unión y el desinterés que reina en esta entidad, es digno de todo elogio.»


FERNANDO CASTAÑO OBTIENE INDICATIVO OFICIAL DE 5ª CATEGORÍA, EAR-2 


Al haberse producido la concesión del indicativo oficial EAR-2 a Fernando Castaño, este envió una nota al Dj8 informando de ello con el siguiente texto: «EAR2 es el indicativo oficial de Fernando Castaño, 25, Fernández de los Ríos, Madrid (España) en sustitución del 3XY provisional. El programa de las emisiones regulares de EAR-2 será publicado aquí oportunamente». La edición del 18 de octubre la incluyó en su segunda página.



EL CASO DE ANTONIO PRIETO ODIAGA


Entre las doce primeras licencias concedidas de quinta categoría (aficionado) en España estaba la de Antonio Prieto Odiaga de Madrid, EAR-7, con una potencia máxima autorizada de 100 vatios.

 

Antes de obtener su autorización, concretamente desde el 19 de noviembre de 1924, emitía de forma regular música de discos, actuaciones en directo y charlas entre las cero y las 2 de la madruga, anunciando también su programación. Esta vocación radiodifusora de Prieto fue objeto de un artículo publicado en la revista T.S.H. del 8 de marzo de 1925 escrito por Arturo Pérez Camarero (Micrófono). El texto íntegro del mismo es el siguiente:

 

«"Aló, aló. Aquí la estación del radiopita Antonio Prieto; García de Paredes. 31. Madrid."


¿Quién no ha oído, sinhilistas, en el silencio de la noche, esta humorística llamada precedida de un insistente silbido y de un interminable disco de la Marcha Real?


El día 19 de noviembre del pasado año, después del concierto de la Radio Ibérica, los radioescuchas rezagados y los que escudriñaban el espacio en busca de ondas americanas viéronse sorprendidos con el extraño indicativo que en lo sucesivo había de solicitar diariamente su atención.


¿A qué empresa y qué técnico se debía la construcción de la nueva emisora? A la voluntad y al esfuerzo de un aficionado únicamente.


Las emisiones fueron perfeccionándose y pronto se caracterizaron por el fino y culto humorismo de su "speaker", conferenciante, concertista y operador, que todas estas funciones asuma su propietario y constructor señor Prieto.

 

Maravillados por las pintorescas emisiones en que el radiodifusor aficionado había demostrado ser capaz de montar una excelente transmisora, de radiar con relativa perfección y lanzar interesantes programas de divulgación científica y amenos conciertos con la cooperación del maestro Rollo (papel perforado que, a modo de soporte codificado, generaba automáticamente la música del teclado al rodar mediante el pedaleo en la pianola), el profesor Disco (que sonaba bajo la aguja del gramófono), su guitarra portuguesa y la gata emisora, sentimos el deseo de curiosear el sugestivo radiomanicomio de la calle de García de Paredes para revelar a los lectores sus secretos.

 

En nuestra visita nos acompañó el querido camarada "Alfonsito" (fotógrafo madrileño) y él puede atestiguar de que fuera inútil que intentásemos describir la estación. Montones, así montones, montones de aparatos y accesorios sobre el suelo, sobre las sillas, las mesas y los aparadores de un suntuoso comedor antiguo; y cables, cables por todas partes, a todas las alturas y en todas direcciones. Y en una pieza inmediata la pianola, el gramófono, los instrumentos de la "orquesta" y un micrófono pendiente del techo.


Informadores profanos nos fue más fácil describiros las instalaciones maravillosas del "Electra", el navío Marconi, que el maremagnum del radiochiflado Prieto.


Pesa sobre nuestra conciencia un gran remordimiento: el de haber sido los culpables del cataclismo del hotel número 31 de la calle de García de Paredes.

 

Antonio Prieto, hombre estudioso, culto, emprendedor y jovial dirigía en su finca "La Bujeda" de Almonacid de Zorita, de la provincia de Guadalajara, los trabajos agrícolas y los cuidados pecuarios allá por el mes de abril del pasado año, cuando tuvo la desgracia de que su mayordomo se suscribiese a "La Libertad" y de que cayese en sus manos el número del día 24, en el que publicamos en la sección "Radiotelefonía" un artículo titulado "Las utilidades de la Radio", en el que especialmente abordábamos el tema de su aplicación a la agricultura.

 

Desde entonces Prieto pudo considerarse perdido irremisiblemente. Concibió el proyecto de comunicarse desde Madrid con sus colonos por Radio y aleccionar inalámbricamente a los campesinos.


Regresó a la corte; escuchó en casa de un amigo; se compró su galenita; refrescó sus conocimientos de electricidad, adquiridos en la Escuela de Ingenieros Industriales; se hizo lampista (se conocía así a quien utilizaba un receptor de "lámparas" en contraposición a los galenistas, que manejaban aparatos construidos con galena, más económicos); construyo circuitos, fundió lámparas; compró libros, hojeó revistas, y ya en el último grado de la manía soñó ser radiodifusor.


Para ello pensó comprar una transmisora, mas los presupuestos que varias casas le hicieron eran superiores al suyo. Lejos de renunciar a su proyecto, Antonio Prieto abordó la para él desconocida empresa de construirse su estación. Las casas constructoras negáronse a venderle los elementos necesarios y puede afirmarse que desde el día 5 de julio, en que serró las tablas para el mueble, hasta el 19 de noviembre en que hizo pitar a su estación, Prieto se ha construido todos los elementos, a excepción de las lámparas y los micrófonos. Lo asombroso es el procedimiento seguido y los materiales empleados.


La generatriz que hoy produce más de mil voltios con una décima de amper para la corriente de placa y seis voltios y seis amperes para la de filamento, fue en principio un motor estropeado que compró en el Rastro, donde figuraba como resto de un aeroplano deshecho durante el desastre de Annual.


El filtro está construido con bobinas de arcos voltaicos, rotas también, procedentes del Rastro.
Para conseguir los dos condensadores fijos del filtro tuvo que construir cuarenta y tres, empleando en ello todos los útiles imaginables. Hasta llegar a precisar las décimas y la clase de hilo de los fusibles para en caso de avería. Su estudio fue, como él dice graciosamente, una gran fundición de lámparas.


Los condensadores fijos y variables que hoy emplea son los números finales de largas series, con inagotable paciencia construidos y ensayados.


Ya con todos los elementos, el admirable aficionado montó una estación y luego otra y otra ¡hasta seis!, pues los esquemas de los libros y revistas no le daban el rendimiento apetecido, hasta que, tomando de cada uno lo mejor, ideó el de su actual emisora.

 

Por fin, como hemos anticipado, el 19 de noviembre el lector a quien contagiamos dijo, emocionado: "Aló, aló. Aquí la estación del radiopita Antonio Prieto." Y su voz fue oída en todo Madrid, y días más tarde hasta en Santiago de Galicia.


Fue entonces cuando el agricultor tornó a su finca, instaló una potente receptora, con la cual sus colonos reciben diariamente sus enseñanzas y sus órdenes.


La obra estaba hecha, mas el microbio de la Radiomanía sigue su invasión progresista y Antonio Prieto, estimulado por los amigos radioescuchas, lanza conciertos diarios y solicitado por varias empresas está a punto de consagrarse a la construcción de estaciones radiodifusoras.


Esta es la historia ejemplar de un aficionado que, con sólo su voluntad, su estudio y su esfuerzo, es hoy una de las primeras figuras de nuestro sinhilismo.


Al hablar por el micrófono de esta rudimentaria estación, sentimos renovarse la emoción que experimentamos al hablar por primera vez en el destartalado estudio de los hermanos La Riva (fundadores de Radio Ibérica). Porque para nosotros, y para vosotros, aficionados, estas transmisoras han de tener siempre mayor valor ideal y emocional que las superestaciones que puedan, en lo sucesivo, instalarse para fortuna nuestra en España. Entre las figuras emisoras de las grandes empresas y estas modestas de los querulleros de la Radio habrá la misma diferencia que existe entre los grandes trasatlánticos de turismo y las frágiles naves de los aventureros.


Cuando la cosecha dé óptimos frutos y sea recogida por los capitalistas, técnicos e industriales que a ello se aprestan legítimamente, el agricultor Antonio Prieto ostentará orgulloso su título de sembrador de radiotelefonía.

 

MICRÓFONO»


PRIMER COMUNICADO EN ONDA CORTA DE ESPAÑA CON AMÉRICA


El 22 diciembre de 1924, Fernando Castaño Escalante, utilizando su indicativo oficial, EAR-2, efectuaba el primer comunicado bilateral de España con América, estableciendo QSO con la U-2BY, de Schenectady, New York, dos días después lo hacía Jenaro Ruiz de Arcaute, con el indicativo provisional EAR-3 (luego sería el oficial EAR-6), de Tolosa (Guipúzcoa). la revista QST de febrero de 1925 refería así el hecho en sus páginas: «Spain. Another country!. 2BY was first ti the Dons, working EAR2. 3HS Report Both, EAR2 and EAR3. 1ANA Heard EAR3 the might of Dec 22-23d, calling ARRL on about 90 meters, and z1AK, has twice logged AR2, believed to be on Madrid.»







La estación norteamericana U-9ALI, de Wyeville, Wisconsin, acusaba recibo, en las páginas de QST del mes de diciembre de 1924, de la QSL de escucha (QRK) correspondiente a agosto, que le había enviado Fernando Castaño, EAR-2 de Madrid.


EL RADIO CLUB DE ESPÑA Y LA RIMERA EXPOSICIÓN DE T.S.H. EN ESPAÑA


En la Exposición General de la T.S.H., del Cinema y de la Electricidad en sus aplicaciones prácticas e industriales, celebrada en el Palacio de Hielo de Madrid, Ángel llana, miembro del RCE presentó un fabuloso receptor de tres válvulas, y un mes después fue invitado a dar una charla en la emisora madrileña EAJ-2 Radio España en la noche del viernes 9 de enero de 1925 en la que este rememoró los inicios del Club en octubre de 1922 e hizo un repaso de los tres objetivos fundamentales que aquel se puso entonces y que eran: Desarrollo de la afición, establecimiento de vínculos de solidaridad con otros clubs extranjeros, e instrucción a los aficionados.




Ángel Illana expuso en su disertación:


«…Es frecuente observar la escasa ayuda prestada por los aficionados a toda Sociedad fundada única y exclusivamente por amor al arte o a la ciencia, cuando no ven una ventaja material que ofrecerles. … En la memoria de muchos están los nombres de los que en el momento actual van a la vanguardia de la radiotelefonía, y puedo aseguraros que muchos de ésos han recibido su instrucción en el Radio Club … el mismo desarrollo alcanzado hoy en España por la radiodifusión es debido a aquellas conferencias, a aquellas luchas sostenidas con los ignorantes perseguidores de la radio, aunque hoy sean unos convencidos … Rafael Pacios, primer aficionado de transmisión que nos demostró la facilidad de emitir ondas con una lámpara de recepción; Castaño y Arcaute consiguiendo la comunicación trasatlántica con Norteamérica; La Viesca y otros que a diario oímos, son hermanos de afición, socios de este Radio Club … El mayor mérito del Radio Club es haber subsistido en medio de grandes contratiempos, sosteniendo y encauzando a aquella afición naciente de hace tres años, en medio de persecuciones, sin legislación de T.S.H. que lo protegiese y teniendo que resistir sin emisiones radiotelefónicas porque estaban prohibidas. El fue quien con activas campañas alentó a los Poderes públicos para legislar sobre la materia; él quien veló por la libertad de recepción y transmisión y quien trajo corrientes del extranjero, dando las primeras orientaciones y sembrando las primeras ideas. A costa de sacrificios fundó su órgano de publicidad, TELE-RADIO; por sus constantes peticiones tenemos un reglamento que nos protege, creó una afición que nos ayuda, estimuló a una Prensa que nos informa y nos defiende … No quiero dejar de expresar a la vez públicamente, en nombre del Radio Club, nuestro agradecimiento a los señores Gschwind y D'Asteck por sus bondades al permitirnos hablar desde el micrófono de Radio España. Buenas noches, señores.».


Referente a esta exposición, la afamada revista Radio Ciencia Popular comentó en su edición del 20 de diciembre de 1924:


«Un detalle digno del mayor elogio constituye una nota altamente simpática en esta Exposición: el de reservar en ella un espacio de honor para que en él presenten los aficionados constructores, a quienes tanto debe el progreso de la radio en el mundo entero, ingeniosísimos productos de su habilidad, que hablan con la sólida elocuencia de los hechos del inquebrantable amor al trabajo que caracteriza al aficionado entusiasta.


En este stand, que galantemente ha cedido el Comité organizador de la Exposición, están representadas las dos asociaciones que son honra de la afición madrileña.


EI Radio Club, el que mucho antes de que aquí se vislumbrase la organización de emisiones, empezaba ya a agrupar a los aficionados dispersos, en aquellas memorables reuniones semi-clandestinas, que no podemos dejar de recordar con la emoción de una época que nos parece muy lejana, en que estaba germinando lo que hoy brota con arrolladora pujanza, el veterano Radio Club ha hecho honor a su historia presentando una selecta colección de receptores, transmisores, baterías, bobinadoras y hasta.. lámparas de tres electrodos, todo ello construido por sus socios.


La Asociación Radio Española presenta también una numerosa colección de receptores, que bien a las claras muestra la popularidad que ha alcanzado en su relativamente corto periodo de existencia. Por nuestra parte, estamos haciendo un detenido examen de todos los aparatos presentados, con objeto de publicar en las páginas de nuestros sucesivos números descripciones detalladas, acompañadas de las más notables fotografías y esquemas.»




RENOVACIÓN EN LA JUNTA DIRECTIVA DEL RADIO CLUB DE ESPAÑA

El 1 de febrero de 1925 se celebró Junta General ordinaria del Radio Club de España en su domicilio social en Madrid, calle Pi y Margall (hoy Gran Vía), 5, 2º.


Luis M. de Palacio, como presidente, hizo un resumen de todo lo actuado desde la última junta general, y tuvo cariñosas frases de elogio para aquellos socios que, como Fernando Castaño (EAR-2) y Jenaro Ruíz de Arcaute (EAR-6) y Francisco de la Viesca, honraban al Radio Club, llegando los dos primeros a establecer comunicación con América. 


Después de leer una detallada Memoria de actividades por el secretario, y aprobar las cuentas anuales, se acordó introducir algunas reformas en el Reglamento. Terminado el apartado de ruegos y preguntas se procedió a la votación para renovar la Junta Directiva que quedó así conformada: Presidente, Luis María de Palacio; vicepresidente primero, Fernando Lorente de Nó; vicepresidente segundo, Fernando Castaño Escalante (EAR-2); contador, Antonio Medina Gómez; tesorero, Francisco Martín Llorente (futuro EAR-197); secretario, Leopoldo Paradinas Rojas (ingeniero industrial y oficial de Correos); vicesecretario, Jerónimo Pidal; administrador de Tele-radio, Fernando Pérez Martínez; vocales, Juan Pradillo, Urquijo, José María Illera Camino (EAR-15), Amadeo Pastor (radiotelegrafista), Juan Gómez Pérez (futuro E-021), Abollado, Ángel Illana, García, Martínez y Alberto Domingo.


RÉCORD ESPAÑOL DE DISTANCIA EN ONDA CORTA 


El 14 de marzo de 1925 Fernando Castaño (EAR-2) batió el récord español de distancia alcanzada en transmisión al ser escuchadas sus señales en Nueva Zelanda por las estaciones Z4AK, Z2AA, Z2AC Y Z4AB, habiendo recorrido las ondas emitidas por su estación 21.000 km.




EL RADIO CLUB DE ESPAÑA REPRESENTADO EN EL PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE RADIOAFICIONADOS


Miguel Moya (EAR-1) asistió al Primer Congreso Internacional de Radioaficionados, celebrado en París entre el 14 y el 18 de abril de 1925, en representación del Radio Club de España, y de los Radio Clubs de Zaragoza, Reus, Palma de Mallorca, Oviedo, Sevilla y Bilbao.


Primer congreso internacional de radioaficionados (1925)

A dicho congreso acudieron representantes de todos los países europeos, Estados Unidos, Australia, Argentina, Brasil, Uruguay y Japón, 23 en total, a los que luego se sumarían dos más. Las reuniones se celebraron en la Facultad de Ciencias de París, bajo la presidencia del radiotécnico, Eduard Belin. Como resultado del mismo, se constituyó la International Amateur Radio Union, acordándose también que el idioma auxiliar internacional fuese el Esparanto.


RENOVACIÓN EN LA DIRECCIÓN DEL RCE


En el número 16 de Radio Sport correspondiente al mes de junio de 1925 se recoge la noticia de la casi total renovación de la Junta Directiva del RCE siendo elegido como nuevo presidente Jaime Losada, uno de los socios fundadores y gran entusiasta de la radio desde sus comienzos.


NACE LA PRIMERA ASOCIACIÓN DE RADIOEMISORES AFICIONADOS DE ESPAÑA


El 13 de marzo de 1926 se constituía la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica, Sección Española de la I.A.R.U., con domicilio social en la calle Mejía Lequerica (antes de la Concordia), nº 4, de Madrid. La Junta Directiva elegida estaba formada por Miguel Moya Gastón de Iriarte, EAR-1, como Presidente; Francisco Roldán Guerrero, EAR-10, como Vicepresidente, y José María Illera Camino, EAR-15, como Secretario-Tesorero. Siendo elegidos Delegados Regionales, Fernando Castaño, EAR-2, por Madrid; Javier de la Fuente, EAR-18, por Santander; Ramón de Lilí Galdames, EAR-21, por Bilbao; Carlos Sánchez Peguero, EAR-9, por Zaragoza; Alfonso Estublier, como Presidente del Radio Club de Cataluña, concesionario de la EAR-25, por Barcelona; Enrique Valor, EAR-4, por Valencia; y Juan Portela, EAR-23, por Cádiz.


El 15 de abril de 1926 se publicaba el primer número de la revista EAR, órgano de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica, sección española de la I.A.R.U., editada y dirigida por EAR-1, publicándose, en un principio, los días 1 y 15 de cada mes. Miguel Moya abría la primera página de la revista con las siguientes palabras de presentación: "Al aparecer hoy EAR como órgano oficial del radioamaterismo español debemos decir al lector los motivos a que obedece su publicación.

En todos los países los amateurs se agrupan en asociaciones que regulan y fomentan la emisión y la recepción de ondas cortas.

Auxiliar de esas organizaciones es la revista o boletín órgano de la agrupación, que da publicidad a los trabajos de los asociados; relaciona a estos entre sí y con sus camaradas extranjeros, vulgariza la construcción y manejo de los aparatos receptores y emisores de ondas cortas y, en general, cuantos conocimientos son útiles e interesantes para los amateurs actuales y para los futuros amateurs.[...]".


Los objetivos que se marcaba la revista EAR se parecían mucho a los que se había propuesto la revista Radio Sport cuando en mayo de 1925 había creado su sección "Radio Transmisión", de la que en enero de 1926 encargaba su dirección, precisamente a Miguel Moya, EAR-1. Sin embargo, a pesar del corto tiempo transcurrido desde entonces, los acontecimientos hicieron ver a Moya la necesidad de crear una publicación independiente, más específica, hecha por y para los aficionados a la emisión en las ondas cortas, y que fuese portavoz de la asociación recién creada, en línea con lo que en otros países había sucedido.




FUSIÓN ENTRE RADIO CIENCIA POPULAR Y TELE-RADIO


El 24 de abril de 1926, siendo presidente del Radio Club de España, Miguel Moya, se iniciaba la publicación conjunta de las revistas Radio Ciencia Popular y Tele-Radio, que habían acordado su fusión, manteniendo en la cabecera el título unido de ambas.



CAMPEONATO NACIONAL DE RECEPCIÓN Y TRANSMISIÓN MORSE


Para estimular a los participantes en el primer cursillo público y gratuito de morse, celebrado entre febrero y mayo de 1926, que había organizado Radio Sport con la colaboración del Radio Club de España, la revista dirigida por Cañete había anunciado un Campeonato Nacional de Recepción y Transmisión Morse exclusivo para aficionados, el cual tuvo lugar en la Escuela Oficial de Telegrafía entre el 24 y 26 de junio de 1926. En el mismo se inscribieron 41 participantes entre Madrid y provincias. El Jurado, que fue presidido por el profesor de la Escuela Oficial de Telegrafía, Manuel Balseiro Cámara, contó además con los siguientes miembros, Ayudante, Felipe Baamonde, oficial mecánico de la Escuela Oficial de Telégrafos; Vicepresidente, Emilio Cañete Escribano, director de Radio Sport; Secretario, John D. Steell (futuro E-132), Secretario del Radio Club de España; Vicesecretario, Fernando Girón López, radiotelegrafista; Vocales, José María Illera Camino (EAR-15), Secretario de la asociación Españoles Aficionados a la Radiotécnica; José Latorre Cervera, Oficial de Telégrafos, por la asociación Unión de Radioyentes; Baldomero Ferraz Faldo, Presidente de la Asociación Nacional de Radioescuchas,  y Francisco Guerrero González, radiotelegrafista, por la Agrupación de Radioaficionados.



El ganador del Campeonato fue el madrileño, Saturnino Moreno Pedraza, de 17 años de edad, que recibió a una velocidad de 30 palabras por minuto y transmitió a 40, superando con mucho a los demás participantes, entre los que se encontraban, Francisco Roldán Guerrero (EAR-10), vicepresidente de EAR; y José García Aybar, que más tarde sería titular de la estación radioemisora de aficionado EAR-45.


Tras el éxito del curso de morse organizado por Radio Sport, el Radio Club de España, Unión de Radioyentes y la asociación EAR anunciaron la celebración de nuevos cursillos de morse.


El 1 de noviembre de 1926, comenzaba el curso de morse organizado por el Radio Club de España, siendo este anunciado en las páginas de la revista EAR.


DECADENCIA Y FIN DEL RADIO CLUB DE ESPAÑA


Con la proliferación de asociaciones, Radio Clubes y agrupaciones de radio por todo el territorio nacional, el RCE fue dejando de tener protagonismo en el mundo de la radio y su vida comenzó a extinguirse a partir de 1927.


En 1927, Adolfo y Carlos patentaron un sistema propio para la impresión de sonido, el Rivatón, con el que obtenían un sonido limpio y claro; sin distorsiones.





Adolfo de la Riva años después 




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