Datos personales

Mi foto
Lic. CC Económicas y EE. por la USC, Post Grado Banca Comercial "Cum Laude" UB y Especialista en Dirección Financiera por la UOC.

Visitas recibidas

Buscar en este blog

lunes, 18 de agosto de 2025

Agustín Victorero Lucio, EAR-71, EA1AJ

 Agustín Victorero Lucio, EAR-71, EA1AJ


Agustín Victorero Lucio, EAR-71 

Hijo de Ramón Victorero Bada (fallecido en 1891) y Teresa Lucio Huerta. Él natural de Pernús (parroquia de Colunga, Asturias), era hermano de Raimundo, que, entre otras cosas, fue Rector del Seminario conciliar de Osma (1894) y Deán de León (1912), con una brillante carrera eclesial. Ella era lastrina, conocida en la Villa como Teresina. 


Ramón Victorero Lucio, posiblemente el mayor de los hermanos Victorero Lucio, fallece a comienzos de abril de 1895 en el Colegio Seminario Val de Dios (Oviedo), del que era joven e ilustrado presbítero y catedrático.


Ramón Victorero Bada tenía negocio de venta de ropa de calidad y como el comercio tenía grandes altibajos, decide enviar a Méjico en busca de fortuna a cuatro de sus hijos: Agustín, Ángel, Francisco y Antonio en torno a 1890. Como tantos otros indianos, viajaron a México en busca de mejores oportunidades. Allí, en Torreón, Coahuila, lograron construir un próspero negocio de papelería y tabaquería al que pusieron por nombre «El Modelo». El incipiente núcleo de Torreón era un antiguo rancho que siete años antes había cedido unos terrenos para crear una vía férrea y una estación en un entorno agrícola. El área, de gran potencial, situada al norte del país e integrada en la llamada comarca lagunera, estaba a punto de experimentar un desarrollo fulgurante. En 1907 alcanza el estatus de ciudad gracias a la llegada del nuevo medio de comunicación y al  progresivo asentamiento de pobladores, entre ellos numerosos empresarios y emprendedores extranjeros, deseosos de aprovechar las buenas conexiones nacionales e internacionales y las oportunidades que brindaba la zona. 



Se trataba de una reducida colonia, apenas diez calles y cuatro avenidas, que se va nutriendo de pequeños comerciantes, transportistas, agricultores, empleados del tren y trabajadores de la primera industria de hilados y tejidos de algodón que abre en la zona, La Fe, para pasar de cuatro mil habitantes a mediados de la década a catorce mil, en su centro poblado, en los inicios del siglo XX. 


En esa vorágine de establecimientos, bancos, fábricas de aceite y jabones, y manufacturas textiles, los cuatro hermanos Victorero Lucio, conocidos también como los Teresinos, por el nombre de la madre, ponen en marcha su comercio de Tabaquería y Papelería, depósito de las factorías de papel de San Rafael, para cubrir la demanda de artículos de oficina. El local, situado en el apartado número 57, en la esquina de las avenidas Zaragoza e Hidalgo, también servía útiles de escritorio, armas, cartuchos, material escolar y productos para ingenieros, además de actuar en calidad de Agencia de la Lotería Nacional. 


Agustín Victorero Lucio de traje oscuro al fondo en el comercio


Regentado por la familia, se anunciaba como «La casa más surtida de artículos del ramo. Ventas al por mayor y menor» y pronto se labró un sólido prestigio dentro del municipio y en los recuerdos de muchos de sus habitantes. El negocio, decorado con estantes de madera y un largo mostrador, obtenía beneficios suficientes para vivir con dignidad. Los hermanos Victorero mantienen, durante aquellos años, contacto fluido con su localidad natal. 


En 1902 los Victorero incorporan a la plantilla del local a Isaac Villanueva Fernández, natural de Oviedo, al que inician en la actividad empresarial y que, tiempo después, se convertirá en administrador y propietario del establecimiento. 


Durante cerca de una década, los hermanos Victorero prosperaron en un marco estable, en el que aprovechan para diversifican sus inversiones, adquiriendo tierras y plantaciones, aunque su exitoso camino se ve amenazado con el cambio político en Méjico auspiciado por la revolución de 1910 liderada por Pancho Villa contra el gobierno del presidente Victoriano Huerta. 


El comandante de la División del Norte derrota a las fuerzas federalistas que defendían la ciudad en la decisiva batalla de Torreón en 1914 y amenaza con matar a todos los residentes españoles por entender que explotaban a los peones. 


Sólo tras la mediación del cónsul estadounidense, pueden abandonar con premura el país, obtener un salvoconducto y embarcar, vía Texas, rumbo a España donde seis de los hermanos de la saga, tres mujeres (Genoveva, Elvira y Concha) y todos los hombres (Agustín, Ángel y Antonio) menos el casado Francisco, llegan, al parecer, escondidos en unos barriles que transportaba un mercante. 


La suerte de Francisco no fue la de sus hermanos, pues como quedó escrito el 23 de enero de 1916 en la revista gráfica semanal Asturias: 


«D. Francisco Victorero Lucio, de distinguida familia de Lastres, falleció en El Paso, Texas (Estados Unidos) a donde había ido desde Torreón huyendo del bandidaje que impera en la República de Méjico.


A su afligida madre doña Teresina Lucio;  hermanos don Agustín, don Antonio, don Ángel, doña Genoveva, doña Elvira, y doña Concha, así como a todos sus familiares, enviamos la expresión de nuestro más sentido pésame. —A.T.»


Francisco Victorero Lucio, nacido en 1876, se había casado en 1898 en México, con María Concepción Cervantes Peña.  



En la siguiente foto, Francisco Victorero Lucio con su mujer, que sostiene en brazos a su hijo, y sus tres  hermanos: Agustín, Ángel y Antonio. La foto está datada en 1904.




La esposa de Francisco, María Concepción Cervantes y más de un hijo sabemos que sobrevivieron pues en la esquela de Teresa Lucio Huerta (1932), la menciona expresamente, así como genéricamente indica «nietos» por lo que es de suponer que estos eran hijos de Francisco y Concepción Cervantes.


Como agradecimiento por haber sobrevivido al viaje de regreso a  España,  los hermanos Victorero financiaron la construcción de una cruz de madera de roble, de 7 metros de altura, que se colocó  en el pico Pienzu, la cumbre más alta de la sierra del Sueve, con 50 reales de la época. Un rayo la destruyó en febrero de 1925 y levantaron una segunda cruz en 1928, de nuevo en madera, pero esta vez ensamblada. Costó 1.800 pesetas y fue destruida de nuevo tras la Guerra Civil. Una tercera cruz fue levantada por los Victorero en 1955, esta vez en metal, de 16 metros de altura y sujeta con tirantes de acero, que preside hasta hoy el Sueve. 






Una vez retornados a Lastres, los hermanos Victorero toman, guiados por su olfato para los negocios, una decisión fundamental que salva e incrementa su patrimonio y les permite disfrutar de una existencia sin sobresaltos en Lastres, donde se instalan en una reformada casa señorial en la parte alta de la localidad. El edificio es uno de los típicos palacios asturianos del siglo XVIII, situado en la C/ La Fontana. Combina elementos propios de las construcciones rurales, como los cortafuegos y la buhardilla del ático, con otros que le confieren apariencia señorial.









Ese mismo año, convencidos de que sería una temporada lluviosa idónea para la floración, siembran y compran grandes cantidades de algodón. La cosecha es extraordinaria lo que, unido a la fuerte demanda de la fibra debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, les otorga grandes beneficios al venderla al Reino Unido.


Los Victorero, austeros, religiosos y retirados de sus negocios, se convierten en oligarcas y líderes locales con estrechas conexiones políticas y eclesiásticas. 


Sufragan con su dinero actividades benéficas, financian obras en el municipio e invierten en repoblaciones forestales y obras eléctricas.


Lejos de sucumbir al desaliento, los hermanos Victorero Lucio supieron adaptarse y reinventarse. En 1915 patentaron a nombre de «Agustín Victorero Lucio», número 59665, la máquina Victoria, un dispositivo avanzado que permitía liar cigarrillos de forma eficiente, precisa e higiénica. 





La idea, una especie de entretenimiento que daba trabajo a cerca de veinte familias del pueblo, surge de la mente de Antonio, fotógrafo y Cinéfilo, recordado por su ingenio y capacidad inventora pese a carecer de estudios especializados, y apodado El Chispa, idea y diseña un dispositivo, en honor a su madre, que comercializa, bajo la marca Victoria, con ayuda de Agustín, el patriarca de familia, de carácter más serio y centrado en las finanzas y las relaciones públicas, y, en menor medida, de su hermano Ángel, llano, sencillo, amante de la naturaleza, aficionado a la meteorología y de quién se decía que era el que hizo la fortuna en Méjico.


De pie , izq a derecha. Antonio y Luis. Abajo Ángel y Agustín


Este ingenio no sólo fue registrado en España, sino también en Estados Unidos, Inglaterra y Francia, compitiendo en mercados internacionales. La máquina Victoria recibió premios en exposiciones como las de Roma (1922) y Barcelona (1923), y su diseño, avanzado para la época, fue reconocido por su funcionalidad y elegancia.

    

Los hermanos Victorero no se quedaron solo en la  máquina Victoria. Su inquietud y curiosidad los llevaron a  desarrollar otros proyectos e inventos, algunos de los cuales llegaron a ser registrados  como patentes. Aunque la mayoría no alcanzó el mismo nivel de reconocimiento que la máquina para liar cigarrillos, reflejan su capacidad emprendedora. Otros inventos de los hermanos Victorero fueron:


Una máquina de emboquillar cigarrillos (Modelo E) En los  años 30, desarrollaron una versión mejorada de la máquina Victoria, adaptada para cigarrillos con boquilla. Incorporaron una chapa divisoria en la cinta transportadora que separaba el tabaco de la boquilla, logrando un producto aún más preciso y adecuado a las nuevas demandas del mercado.


Una prensa para planchar pantalones. Este dispositivo buscaba facilitar el planchado de pantalones en casa.


Un oscilador eléctrico, químico y fotográfico Aunque este proyecto nunca llegó a desarrollarse plenamente, se trataba de un dispositivo pensado para aplicaciones científicas y técnicas.


Un sistema de deslizamiento para muelles de ballesta. Diseñado para vehículos, este sistema introducía mejoras en la suspensión.


Un mueble clasificador de escritorio. Este invento buscaba optimizar el trabajo en oficinas y despachos.


Adoquines blindados para pavimentación de caminos Aunque este proyecto tampoco llegó a materializarse, destaca por su visión de mejora en la infraestructura vial.


En 1923 Antonio Victorero comenzó su actividad como radioescucha de broadcasting, captando las señales de la emisora de la BBC, 2ZY, de Manchester, que seguía con asiduidad, sobre todo el programa que, a modo de charla, consistía en la enseñanza del idioma español y eran impartidas por el profesor hispanófilo Bletcher, al que Victorero termina escribiendo para agradecerle sus clases y cuál sería la sorpresa de Antonio, cuando le escuchó responder a su carta desde la misma emisora en uno de sus programas.


Mánchester albergó una de las primeras emisoras de radio de la BBC, la 2ZY. Fue fundada y gestionada por la Metropolitan Vickers, una importante empresa de ingeniería de Mánchester, bajo el estandarte del nuevo consorcio British Broadcasting Company (BBC), un grupo de empresas que buscaba implantar la radio en el Reino Unido, en parte para poder vender aparatos. La 2ZY pudo haber comenzado a transmitir un día después de la emisora londinense 2LO, pero estaba decidida a destacar y ofrecer programas únicos directamente a los hogares.


El mundo de la radio era muy diferente en 1922. Poca gente tenía su propia radio, ya que las radios prefabricadas eran caras y las caseras eran de mala calidad. Las emisiones se limitaban a unas pocas horas por noche, y cuanto más lejos se vivía de una de las pocas emisoras, más difícil era escuchar algo. Aun así, la posibilidad de recibir noticias, música y entretenimiento directamente en casa cautivó la imaginación de la gente, y la popularidad de la radio creció sin cesar.


Algunos años después, Antonio Victorero se inició en la ondas cortas de la mano de Javier de la Fuente, EAR-18, de Santander y empezó a construir su propia estación. Su emisor estaba diseñado en base a un circuito Colpitts y el receptor era tipo Schnell.




En febrero de 1930 la revista EAR se hizo eco de la concesión de indicativo oficial a Antonio Victorero, EAR-169 en Santander. 


El domingo, 9 de agosto de 1931 se reunía en Suances el gang santanderino como venía siendo habitual todos los meses en un fraternal banquete. En esta ocasión contó con la presencia de el presidente de EAR, Miguel Moya, EAR-1, y en él participaron también, además de Antonio Victorero, EAR-169, los siguientes colegas: Javier de la Fuente, EAR-18 y delegado de la tercera región EAR; Julio Soler, EAR-17; Alfonso R. Lafont, EAR-138; Daniel Estefanía, E-160; Francisco Puerta, EAR-39; Luis Derqui, EAR-66 y José Ruiz Cuevas, EAR-52. La crónica publicada en la revista EAR comentaba:


«… Es así como en muy poco tiempo pudimos visitar las admirables instalaciones de Antonio Victorero y Javier de la Fuente, y ver “manipular" en su Fiat a Julio Soler, y “catalogar” las proezas fotográficas de Luis Derqui y los cuentos festivos de Lafont y las oportunas alusiones de Estefanía…»


Antonio Victorero y José Ruiz Cuevas, «el gran especialista de las comunicaciones con AC», se adhirieron entonces al grupo español de colaboración científica de ensayos en onda corta creado por iniciativa de la asociación EAR.


En octubre de 1931, Antonio Victorero era portada de la revista EAR, en la que presenta su estación emisora. Abría la descripción con el siguiente comentario de editorial:


«En una de las fotos que acompañan o la descripción que nos envía nuestro querido amigo Antonio. Victorero, podrán observar nuestros lectores el emplazamiento verdaderamente magnifico de la EAR-169.




Pero el éxito y el "secreto" de los DX's de la 169 no consiste en el QRA (que conste), sino en ese "home-made", en esa presentación y ejecución admirables de los más mínimos detalles de emisora, y en la afición ejemplar de Victorero, que sabe hacer las cosas y hacerlas eficaces.»


En marzo de 1932 el hermano de Antonio, Agustín Victorero Lucio, obtiene la licencia de emisión de quinta categoría, y se le reasignó el indicativo EAR-71 que había pertenecido a Francisca Brotat de Baleares. En el número 83 de EAR, correspondiente al mes de abril de 1932, escribe Miguel Moya, EAR-1 y director de la revista: 


«El indicativo oficial de emisión EAR 71, ha sido concedido a nuestro querido amigo y consocio D. Agustín Victorero, cuyo QRA es Lastres (Asturias). Deseamos mucho, triunfos a Agustín Victorero y que alcance pronto el titulo de WAC como lo ha conseguido su hermano Antonio con la EAR 169 de Santander».





En la misma revista se publica la extensa relación de estaciones escuchadas por Antonio Victorero desde su estación, EAR-169 en Santander, correspondientes a los ensayos mundiales de DX organizados por la ARRL.


Por las QSLs de Agustín Victorero sabemos que las características técnicas de la estación de la EAR-71 eran idénticas a las de su hermano. Un transmisor Colpitts y un receptor Shnell.


El 27 de mayo de 1932 fallecía en Santander la madre de los hermanos Victorero Lucio, Teresa Lucio Huerta. La revista EAR lo informó entre sus páginas y al mes siguiente, la misma publicación contenía la carta de agradecimiento recibida en la redacción enviada por Antonio:





«Hemos recibido una carta de nuestro muy querido amigo Antonio Victorero, EAR 169, afligido en estos momentos por el fallecimiento de su señora madre (q. e. p d.), en la que nos dice:

“En días tan tristes nos hemos visto rodeados del cariño de estos queridos colegas, quienes desde aquí nos acompañaron también en nuestro viaje a Asturias con motivo del traslado del cadáver al cementerio de nuestro pueblo de Lastres.


Muy sentidas demostraciones de pésame hemos recibido también de muchos colegas que en el resto de España supieron la triste noticia y a quienes desde las acogedoras columnas de “EAR", tanto mi hermano Agustín como yo, le agradeceremos testimoniar nuestra gratitud.”»


Tras fusionarse las asociaciones EAR y Red Española en enero de 1933 para dar origen a la Unión de Radioemisores Españoles, Antonio Victorero es elegido subdelegado regional de Castilla-León.


A partir del 1 de enero de 1934 los indicativos de los radioemisores de quinta categoría pasaron a tener una nueva nomenclatura, por lo que Agustín Victorero pasó a tener el indicativo EA1AJ, siendo su domicilio, Calle San Pedro, Lastres. Su hermano Antonio, pasa a ser EA1AQ, con domicilio en Santander.


El estallido de la Guerra Civil española vuelve a alterar los planes de la familia, circunscrita únicamente a los seis hermanos, ya que sólo Agustín había mostrado intención de comprometerse en matrimonio. Sin descendencia ni herederos, los hermanos se vieron en una posición difícil al encontrarse en zona republicana y socialista.


Un apagón eléctrico, fruto de un accidente fortuito o tal vez provocado por gente del pueblo, les permitió huir durante la noche a la zona liberada, en una lancha desde la que se desplazan a Luarca y posteriormente a Pontevedra.


Al finalizar la guerra, regresaron al municipio, donde financiaron la restauración de la iglesia y la adquisición de las campanas y el órgano, además de desarrollar diversas actividades benéficas y pagar vocaciones y carreras sacerdotales.


En poco tiempo retornan también la actividad a la factoría que sigue comercializando con gran aceptación la máquina Victoria.


En 1938 constan Oficios del presidente de la Diputación con el Gobierno Militar de Asturias sobre el ofrecimiento del diputado Agustín Victorero Lucio de fabricación gratuita en su empresa de Lastres Victorero Hermanos de todas las hebillas y ganchos necesarios para los correajes de los soldados.


En 1938 se produce la designación del gestor Agustín Victorero Lucio para que, en representación de la Diputación, forme parte del Patronato de la Escuela de Trabajo de Cangas de Onís.


Una de las aportaciones más populares de los hermanos Victorero fue el que se conoce como El Belén de Lastres. Este Nacimiento tiene su origen en 1939, cuando fue experimentado inicialmente por Antonio Victorero en el garaje de su casa. Cuando los hermanos Victorero Lucio,  iniciaron el montaje del mismo en su domicilio de Lastres, era menos sofisticado y de menor dimensión que el posterior. Poco a poco lo fueron perfeccionando y ampliando, y en 1941 lo instalan de forma permanente en la Iglesia Parroquial de Sta. María de Sábada, en Lastres, en el altar El Cristo, donándoselo al pueblo de Lastres. Existen sustancias, denominadas iónicas, que en disolución acuosa se comportan como conductores de la corriente eléctrica pudiendo, por tanto, cerrar un circuito como si se tratara de un conductor metálico. La intensidad de corriente que circula por tal circuito depende, en proporcionalidad inversa, de la mayor o menor resistencia que ofrezca el conductor (sea un metal o una disolución iónica o electrolito).





En el caso de electrolitos la resistencia aumenta al separarse los electrodos introducidos en la disolución y disminuye si se acercan. Si la resistencia aumenta, la intensidad de corriente disminuye y si existe una bombilla o más intercaladas en el circuito, alumbrarán menos y hasta se apagarán. Si la resistencia disminuye, las bombillas volverán a lucir. Antonio Victorero, apodado “el chispas” por su gran capacidad inventiva, ideó un sistema mecánico que mediante la acción de excéntricas fuera acercando o separando los electrodos existentes en diversas disoluciones electrolíticas y así conseguir alternancias de luz, penumbra y oscuridades. En el Belen de Lastres amanece, luce el sol al mediodía, suenan músicas y canciones, se "apaga" el sol al atardecer y desparece en la anochecida ; despunta la luna en la noche y en las casitas se apagan las luces antes encendidas. Y entre sorpresas de nubes y cielos aparece un arcos iris como precursor de la Buena Nueva o Nacimiento de Jesús.


Agustín Victorero Lucio, EA1AJ (ex-EAR-71) falleció en 1958.


Antonio Victorero Lucio, EA1AQ (ex-EAR-169) falleció en 1964.


Ángel Victorero Lucio, nacido en 1884, era un apasionado de la naturaleza, y según parece en 1944 solicitó al propio Ministro del Aire, D. Juan Vigón, natural de Colunga, una garita, termómetros y un pluviómetro para poder colaborar. Disponía de un anemómetro y veleta de construcción propia. Durante sus ausencias contaba con la inestimable colaboración de su administrador de la Fábrica, Enrique Granda Olivar, que también se ocupó de realizar las observaciones en la etapa final de su vida. 


Ángel falleció en 1977, a los 93 años de edad, previamente recibió el Diploma de la Red Climatológica Española en 1961.


El archivo de la Fábrica Victoria de Lastres fue donado al ayuntamiento de Colunga por la familia de Enrique Granda en 2014, al fallecer este, quien custodió hasta entonces toda la documentación histórica de la misma desde 1915 hasta 1970 debido a la falta de descendencia de todos los hermanos Victorero Lucio, que, salvó Francisco, permanecieron solteros hasta el final de sus vidas.