Francisco Artiñano Cantero, EAR-FA
Hijo de Francisco Artiñano Pino (1865-1952) e Isabel Cantero Garrido.
Su padre nació en Ferrol en 1865. Entró en combate en Cuba, Filipinas y Marruecos. Después de una brillante carrera militar, siendo nombrado el 17 de enero de 1924 Gobernador Militar de El Ferrol. El 11 de octubre de 1928 es ascendido a Teniente General y el 3 de noviembre de 1928 se le nombra Capitán General de la Octava Región Militar, cargo que ocupó hasta el 2 de octubre de 1930, cuando al ser nombrado Consejero del Consejo Supremo de Ejército y Marina,. Fallece en Madrid el 19 de febrero de 1952.
Francisco Artiñano Cantero emprendía viaje desde Ferrol a La Habana en noviembre de 1926, según recogía la prensa.
En 1932 se asocia a Red Española con número de socio 456. La revista Radio Sport que recogía la información, dejó impreso, al lado de su nombre, el indicativo provisional EAR-FA.
En octubre de 1934, cuando se produjeron los hechos revolucionarios en Asturias, Francisco Artiñano era radiotelegrafista de la estación costera de Transradio en Gijón, que había comenzado a funcionar, tras ser autorizada, en noviembre de 1932.
En junio de 1937 se le trata de localizar en Coruña a través de la prensa, para ofrecerle una plaza de radiotelegrafista que había solicitado en Guinea Española.
Historia de Transradio
A finales del siglo XX, la posibilidad de establecer comunicaciones transoceánicas sin cable centraba el interés de la ciencia. Guglielmo Marconi, basándose en investigaciones de Nikola Tesla, Maxwell, Hertz, Branly, Lodge y Popov; patentó el invento e inició su explotación en Inglaterra (1901), utilizando grandes antenas unidas en red a una central emisora y receptora. En España, la ley del 26-10-1907 autorizaba el uso de la radiotelegrafía sin cables y el Real decreto del 24-1-1908 dictó las bases y reglamentos del servicio, monopolio del Estado, que preveía la construcción de 24 estaciones que debían comunicar la península con las islas Canarias, América y resto de Europa. El 20 de mayo de 1908, se adjudicó el contrato de explotación a la Sociedad Española Oerlikon, que cedió sus derechos a la recién creada Compañía concesionaria del servicio público español de telegrafía sin hilos. Un año después, sólo se habían construido tres estaciones (Las Palmas, Tenerife y Cádiz), incumpliendo el contrato con el Estado, lo que desemboca en la concesión del servicio a la Compañía Nacional de Telegrafía sin Hilos (CNTsH), financiada por la empresa Marconi’s Wireless Telegraph Company, en el año 1911. El 31 de agosto del mismo año, el Estado publica una Real orden que obliga a disponer de servicio radiotelegráfico a los buques de pasajeros, correos del Estado, subvencionados, y todos aquellos que lleven a bordo más de 50 personas, incluyendo a la tripulación. En mayo de 1912, se inauguró la red telegráfica sin hilos, con estaciones en Aranjuez (Madrid), Cádiz, Tenerife, las Palmas, Vigo y el Prat de Llobregat (Barcelona); y dos años más tarde, el 17-7-1914, se estableció la primera comunicación entre España y Gran Bretaña. Hasta el año 1927, en que se firma en Washington el nuevo Convenio Radiotelegráfico Internacional que abre la puerta a la entrada de nuevas empresas, la radiotelegrafía experimentó un crecimiento continuo como complemento de la telegrafía eléctrica, ensombrecido por la gran inversión realizada. En 1929, la CNTsH se integró en el sindicato Transradio Español, concesionario de las patentes de las casas Marconi’s Wireless Telegraph Company, Compagnie Génèrale de Télegraphie sans fils y Gesellschaft für Drahtlose Telegraphie m.b.h. Telefunken, compartiendo el dominio del sector con la empresa norteamericana concesionaria de la Compañía Telefónica y de la S.A. Radio Argentina. Hasta el año 1936, el servicio permanece estancado por falta de demanda y durante el periodo de la guerra Civil prácticamente desaparece. Tras la contienda, una vez vencida la concesión de licencias, las emisoras costeras quedaron al mando de Correos y Telégrafos y, a partir de 1970, la explotación del Servicio Móvil Marítimo se transfirió a la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE). El servicio de radiotelegrafía terrestre disminuyó durante la década de los cincuenta con la entrada de nuevas tecnologías como la telefonía y el sistema télex (1952), que acabaron con la aventura de la comunicación telegráfica sin hilos no ligada a la navegación.
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