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Gaspar Alsina en 1935 |
Gaspar Alsina Sala vivió en el interior de la fábrica algodonera de Gijón, de la que, hasta 1930 fue director su padre, José Alsina. Desde 1930 a 1951, Gaspar sustituye a su padre en el puesto.
Gaspar contrajo matrimonio con María Erundina Zaldúa el 1 de septiembre de 1928.
Entre marzo y agosto de 1933 emitía con indicativo provisional, EAR-AZ.
En agosto de 1933 obtiene indicativo oficial de EAR-317.
Tras el cambio de nomenclatura, el 1 de enero de 1934 pasó a ser titular del indicativo EA1BB.
Fue delegado de URE Noroeste desde julio de 1934.
En abril de 1935, la revista URE incluye un artículo enviado por Gaspar describiendo su emisora y comenta:
«De DX en fone, y modulando con una modesta Sehaffer, he comunicado con casi toda Europa en los 40 metros, y con varios distritos de Estados Unidos y Canadá en los 20 metros, aparte de un QSO mixto que hice con el W2AIW en la banda de 40 metros, y el cual, una vez iniciado en telegrafía, me rogó pasase a fone, ya que me recibía como una estación local y libre de interferencias, acusándome a la fone r8. En grafía, los seis continentes. De receptor, hasta hace pocos días estuve empleando un Philips 2802, pero actualmente utilizo un Shnell, con buenos resultados.»
En octubre de 1935 pasa a ser delegado local de Gijón.
Recuperó su indicativo oficial después de la legalización de la Radioafición de 1949, figurando en 1952 con el mismo domicilio de la fábrica algodonera.
Historia de la fábrica algodonera de Gijón
A finales del siglo XIX nace el proyecto de La Algodonera de Gijón S.A. Fundada en 1899, gracias a la inversión de la burguesía local en un contexto de retorno de capitales tras la pérdida de las posesiones de ultramar (Cuba y Filipinas) en 1898, se convirtió en una industria clave para el barrio instalada en el corazón de La Calzada. La Algodonera se construye sobre una parcela de 12.000 metros cuadrados situada entre la antigua carretera de Avilés y el Ferrocarril del Norte que había llegado a la ciudad unos años antes, y próxima al puerto de El Musel. Esta ubicación estratégica fue clave, no sólo para la instalación de esta fábrica, sino para el crecimiento industrial del oeste de la ciudad. Con un capital social de más de dos millones de pesetas, que le permite instalar la maquinaria más moderna en la producción textil de algodón, comienza su producción en
1901. Con una plantilla compuesta por un total de 460 trabajadores, de los cuales 420 eran mujeres y niñas, se convierte en un referente del trabajo femenino en la ciudad.
En 1910, fruto de su herencia paternalista, se construyen las viviendas de los trabajadores al pie de la carretera de Avilés. Y en 1913 se le conceden sus marcas para tejidos «Punto Redondo», «el Milano» y «la Margarita» entre otras.
Gracias a la publicidad y la calidad de sus productos se convirtió en un referente en la elaboración de textiles de algodón. Como decía una de sus cuñas publicitarias: «las sábanas de La Algodonera, duran la vida entera». Pero La Algodonera de Gijón no pudo resistir la transformación económica que sufrió el país en los años 60 del siglo XX. Y en ese momento de gran transformación socioeconómica y cambio de modelo productivo, cesa su actividad en 1967.
En 1970 se procede a su desmantelamiento y derribo, preparando el solar para la construcción de futuras viviendas que acogerán a los trabajadores encargados de poner en funcionamiento la factoría de UNINSA que se está instalando en el cercano valle de Veriña.
Aún hoy se conocen las viviendas construidas sobre la parcela de la fábrica como «las casas de la algodonera».
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